La Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC) ha suspendido la producción de chips avanzando de IA para las empresas chinas de manera indefinida.
En los días venideros, si una compañía en suelo chino desea ordenar uno de estos avanzados microchips, deberán pasar por un proceso de aprobación extenso en el que probablemente estaría involucrado el gobierno de los Estados Unidos.
Parece que estas medidas fueron implementadas gracias al descubrimiento que la compañía de telecomunicaciones Huawei estaba utilizando estos chips para programas de aceleración de IA sin su consentimiento, esto a pesar de que la empresa estuviera sancionada por el gobierno estadounidense.
Otra causa probable sea que la TSMC se prepara para las nuevas medidas sobre el control de exportaciones que los estadounidenses implementarán tras su cambio de gobierno. “Queremos empezar a mitigar antes de que haya una normativa sólida y estructurada”, comentó un empleado de la compañía, el cual prefirió mantenerse anónimo.
Podemos asumir que estas medidas son una estrategia, por parte de Washington, para limitar el desarrollo de la inteligencia artificial en su mayor rival geopolítico y tecnológico. No es la primera vez que los estadounidenses prohíben la exportación de chips a China, ya que algunas compañías, como Nvidia, están vetadas de comerciar con el titán asiático.
Estos cambios podrán arruinar las ambiciones de gigantes tecnológicos como Alibaba o Baidu, los cuales han invertido mucho tiempo y dinero en programas de inteligencia artificial.
La carrera tecnológica para alcanzar la IA más avanzada puede ser comparada con la carrera espacial entre los Estados Unidos y la Unión Soviética en el siglo pasado. Es de esperarse que exista este tipo de sabotaje empresarial entre las dos potencias, pero no debemos pensar que China, la cual ha mostrado extenso interés en la inteligencia artificial, se quedará de brazos cruzados ante estos eventos.
Vía: Financial Times