Andrew Hague, un hombre británico de 31 años, ha sido condenado a cadena perpetua después de ser declarado culpable del asesinato de su vecino, Simon Wilkinson, de 50 años.
Ambos hombres, residentes de un edificio de apartamentos en Sheffield, “se habían enzarzado en una disputa después de que el señor Wilkinson acusara a [Hague] de ser un pedófilo”. Según ITV, Hague, quien tenía “antecedentes de problemas de salud mental”, gritó “Me llamaste un maldito degenerado. Sal aquí y pelea como un hombre” antes de atacar a Wilkinson con una bolsa llena de cajas de cartas de Pokémon (otro informe de la BBC dice que eran “latas” de cartas).
Después de golpear a Wilkinson varias veces con la bolsa, Hague, creyendo que estaba cometiendo un acto de “piedad”, tomó un trozo de madera y comenzó a golpear a la víctima en la cabeza, causándole “lesiones catastróficas”. Wilkinson fue declarado muerto en el lugar.
Hague, quien también tiene “condenas anteriores por violencia”, se declaró culpable del asesinato a principios de este año y ahora ha sido condenado a cadena perpetua, con una sentencia mínima de 17 años antes de ser elegible para la libertad condicional.
Se informó a el tribunal que Hague tenía “antecedentes de contacto con servicios de salud mental” y no estaba tomando su medicina recetada, pero se decidió que “su enfermedad mental no era lo suficientemente grave como para alegar una disminución de responsabilidad o demencia”. El juez a cargo del caso recomendó que Hague permanezca en Rampton, un “hospital psiquiátrico de alta seguridad” en Nottinghamshire, donde ha estado detenido desde su arresto.
Una declaración de la policía local después de la sentencia, del detective inspector John Fitzgibbons, dijo: “Ninguna sentencia puede aliviar el dolor y el sufrimiento que la familia y los amigos del señor Wilkinson han enfrentado a diario desde que fue asesinado, pero espero que con la conclusión de nuestra investigación y los procedimientos legales hoy sientan que ahora tienen algo de justicia para su ser querido”.
Vía: Kotaku
Nota del editor: Dicen que el mayor problema que hay en los países de primer mundo es mental. Y cuando suceden estas cosas te preguntas, cómo puede ser que teniendo los recursos no haya un apoyo psicológico para estas personas.
