Aunque nadie lo pidió, nos llega otra película de Hollywood basada en un videojuego. En esta ocasión, se trata de una “adaptación” del clásico arcade de Rampage. Sí, ese juego en el que controlábamos a monstruos gigantes cuyo único objetivo era destruir ciudades enteras de los Estados Unidos. Con Dwayne “La Roca” Johnson como protagonista, estamos frente a una cinta del llamado género de desastre que apuesta por efectos especiales espectaculares y una trama que poco tiene que ver con el clásico juego. ¿Vale la pena ir a verla al cine?
Antes que entremos de lleno a la crítica de la película, recordemos un poco sobre el juego de Rampage. Producido por Midway, salió en arcades en el año de 1986. Aunque luego tuvo sus respectivos ports en NES, SNES, Master Arcade, Atari Lynx y PC. Tuvo un éxito considerable y muchos jugadores que crecieron en aquellos años lo recordamos con mucha nostalgia.
No era un juego perfecto, pero sí diferente a mucho de lo que había en el mercado. Recuerdo que era de los primeros juegos en los que controlaba a “los malos” de la historia. Tomábamos el control de tres monstruos gigantes que eran el producto de mutaciones bizarras. Nuestro objetivo era simplemente destruir ciudades, comernos a los ciudadanos y enfrentar al ejército. Nuestro avance dependía de derribar todos los edificios en pantalla, sólo para llegar a otra en la que teníamos que hacer lo mismo.
Su gameplay ha envejecido un poco, aunque aún es algo divertido el jugarlo. Pruébenlo si tienen la oportunidad.
Lo primero que nos vino a la mente cuando se anunció la cinta fue: ¿porqué hacer una película de un juego del que las generaciones modernas no lo conocen? A decir verdad, me lo sigo preguntando. Los derechos de la propiedad intelectual los tiene Warner Bros. al haber adquirido Midway hace años. Así que lo más lógico era que deseaban hacer una película de desastre y encontraron en Rampage la excusa perfecta para llevarla a cabo.
El director es Brad Peyton, quien ya trabajó con Dwayne Johnson en dos películas anteriores. Se trataron de Viaje al Centro de la Tierra 2 y de San Andreas. Como podrás ver, tiene un gusto por la fantasía y la destrucción, así que fue la elección perfecta para llevar a cabo la adaptación.
En cuanto a la trama, obviamente se tenía que justificar de alguna forma el surgimiento de las tres gigantescas criaturas. Dwayne Johnson es Davis Okoye, un experto en primates (que casualmente también fue un militar de élite) quien tiene un vínculo especial con un gorila albino llamado George. Hay una compañía que ha realizado experimentos genéticos y a quienes no les importa que sus mutaciones afecten a ciudadanos inocentes para cumplir con sus objetivos. Por un accidente, tres muestras de su mutágeno caen cerca de un lobo salvaje, un cocodrilo y de George. Eso hace que comiencen a crecer exponencialmente y que se vuelvan agresivos.
Es así, que con ayuda de una científica y de un representante del gobierno, Davis debe encontrar la forma de salvar a su amigo George y detener a las otras dos criaturas que tienen como meta el llegar a la ciudad de Chicago. No te diré sus motivos para no spoilearte nada.
Fuera de los nombres de los monstruos y de que se dedican a destruir ciudades, no tiene otra cosa que ver con el videojuego. Aunque a decir verdad, el juego tampoco tenía mucha historia que digamos. Y como era de esperarse, la trama resulta simple, predecible y aburrida.
En cuanto a los efectos especiales, se divide en dos categorías principales. Por una parte tenemos el diseño de los monstruos gigantes y el otro sobre la destrucción de los edificios. En cualquiera de esos casos el resultado es favorable.
Quizá lo más sorprendente es cómo luce el gorila George. Recibió un tratamiento similar al de Andy Serkins en las últimas películas de El Planeta de los Simios. Un actor realizó a cuadro todos los movimientos y gestos del personaje, para después ser digitalizados por CGI. Su rostro está muy detallado y de verdad creerás que se trata de un simio de verdad que fue entrenado para la cinta, sobretodo en escenas tranquilas y en las que se muestra el vínculo de amistad que hay entre Davis y el gorila.
Sobre los efectos de destrucción en las ciudades, creerás que estás viendo una película de kaijus. Como mencioné, el director tenía experiencia en el tema con la película de San Andreas. Así que si te gusta acudir al cine a ver explosiones y edificios cayéndose con violencia, entonces lo disfrutarás. Se proyecta en salas IMAX, así que vale la pena verla ahí.
Rampage es la perfecta definición de una película “dominguera”. De esas a las que sólo acudes a ver por sus efectos especiales y que olvidarás a las pocas horas de haberla visto. Su historia es muy predecible y no tiene momentos que sorprendan a la audiencia o por las que sea recordada.
El estar basada en un videojuego parece que sólo fue una excusa para hacer una película de monstruos gigantes protagonizada por “La Roca”. De hecho, te costará trabajo diferenciarla de otras cintas de fantasía del actor, ya que no hay mucha diferencia. Vemos a Dwayne Johnson en su mismo papel de siempre.
En resumen, es una película que continúa demostrando que adaptar un videojuego a la pantalla grande no siempre es una buena idea.
Se estrenará en cines de México a partir del 13 de abril.