La lucha libre es, desde los años clásicos de los videojuegos, inspiración para la creación de títulos emblemáticos. ¿Cuántas generaciones no han soñado con subir a un ring, construir un personaje y realizar espectaculares proezas atléticas? Es casi seguro que hayas jugado uno de estos desarrollos en el pasado y se haya quedado en tu memoria.

En la actualidad los títulos de WWE parecen prácticamente un monopolio del wrestling. En prácticamente una década el único contendiente a la serie es AAA: Héroes del Ring, con todo lo que esto significa. Sin embargo, los juegos de la serie Fire Pro Wrestling se mantenían desde los años del Super Nintendo como obras de culto, aunque era raro que cruzaran fuera de Japón.

La lucha libre japonesa o Puroresu ha dejado de ser uno de los secretos mejor guardados para Occidente del Deporte Espectáculo para convertirse en materia de admiración global. Un estilo que combina la fiereza del arte marcial nipón con la espectacularidad del wrestling e incluso la teatralidad de la lucha libre mexicana. Oriente es ahora el lugar donde se gestan los nuevos ídolos (varios de los actuales héroes de WWE tuvieron que probarse allí).

Personalidades como Kenny Omega, Tetsuya Naito, Kazuchika Okada, Kota Ibushi, Satoshi Kojima o los mismos Young Bucks son ídolos fuera del archipiélago del Sol Naciente. Viajan por el mundo (incluso con presentaciones en la Arena México) demostrando de qué son capaces. Por ello, es normal que una serie que hacía las delicias de Japón ahora esté a nuestra disposición en este lado del mundo. Lo hace con Fire Pro Wrestling World.

Rey de los Deportes

Lo primero que vas a notar de Fire Pro Wrestling World es que, a diferencia de su contraparte de WWE en manos de Yuke’s, nos deja jugar con sprites en vez de modelos tridimensionales. También que la cámara es isométrica y que permanece fija. Es verdad, a muchos les parecerá un retroceso, pero es justamente este estilo visual parte del encanto para una franquicia que se ha vuelto legendaria y, quizá, renovarla hubiera provocado quejas entre varios fans.

Que el estilo visual no te engañe. Sí, son sprites, pero la animación es ampliamente fluida y el gameplay está lleno de posibilidades. La biblioteca de movimientos es vasta, pues la idea es dejar en manos del jugador la posibilidad de construir su propio luchador en lugar de sólo retratar a un elenco ya existente. Por ende, puedes hacer prácticamente de todo con animaciones bastante bien realizadas: desde un simple suplex hasta una hurracarrana o el temido Rainmaker.

La base del gameplay es el llaveo y el contrallaveo. En lugar de dedicar un botón al agarre – como quizá nos tiene acostumbrados la serie WWE 2K – basta con que los dos combatientes se acerquen para que se lleve a cabo una toma de réferi o tomes a tu rival de alguna parte del cuerpo. Esto le da mucha más dinámica al juego y, sobre todo, te hace sentir mucho mayor control de lo que sucede.

Sí, estamos en un juego prácticamente en 2D, pero su intención primaria es la simulación. Por ello, si te dedicas a presionar botones a lo loco lo único que lograrás es que te pongan de cara a las lámparas y te rindan, después de agotar tu estamina. Para ejecutar los movimientos necesitas timing, ser preciso y presionar el comando en el momento justo. Un instante antes o un instante después y, ¡pum!, tu luchador se va a la lona.

Si no estás a la distancia correcta, lo más probable es que también termines golpeando el aire o matando mosquitos que a tus oponentes. Esto puede ser muy frustrante para jugadores novatos o para los fans de la automatización que da la serie de WWE. Pero para eso el juego te ayuda con herramientas como el tutorial, uno muy completo que te explica paso por paso (y sin tomarte como un inútil) cómo se juega esta cosa.

Sabemos que la intención es beneficiar la precisión, pero a veces se siente como si la detección de contacto tuviera ciertos errores. Hay momentos en que juras haber golpeado a tu rival pero no sucede nada. Con el tiempo aprendes a calcular cuándo y cómo golpear, pero mientras tanto puede que hagas algunos corajes.

Otro detalle es que, a diferencia de otros juegos, aquí no vas a hacer los cinco movimientos de la muerte o un squash match. Básicamente porque esto es Japón y los combates relámpago son rarísimos. Sí, puedes intentar movimientos devastadores desde el inicio, pero lo que lograrás es terminar con tu estamina más rápido y, bueno, tus rivales se levantarán. La clave es ir acabando, de a poco, con quienes tienes enfrente.

“Tranquilo”

Una de las delicias de este juego es la gama de modos de juego disponibles. Algunas veces simplemente te recuerda que una de las razones que hacen de la lucha libre nipona un tema de culto es que, justamente, se le toma allí muy en serio. Por tanto, los atletas son capaces de muchas cosas que en WWE han dejado de verse o, de plano, nunca podrían pasar.

El combate clásico a una caída está disponible, por supuesto, y también puedes incluir equipos de hasta cuatro luchadores (es Japón, no esperes un Survivor Series). Las reglas las puedes modificar a tu gusto, así que puedes hacer un combate sin conteos fuera o, simplemente, un duelo donde para vencer debes rendir al oponente, sin que la cuenta de tres valga.

La lucha en jaula también está a la mano, e incluso locuras que sólo se les ocurren a los nipones o a esos locos de la CZW o ECW en Filadelfia: luchas con ring envueltos en alambres de púas o con minas explosivas en la parte lateral del ring. Sí es tan demencial como suena y, pese a ser sprites, el daño es tan gráfico como las posibilidades visuales lo permiten.

¿Te acuerdas cuando en Japón luchadores mexicanos como Canek o hasta el Super Porky le entraban a combates de artes marciales mixtas? Bueno, pues también es posible aquí. Ya sea con un dodecágono (porque el octágono es marca registrada) o con reglas de kick boxing. Es demencial y genial, aunque a veces esas complicaciones en la detección de golpes dificultan un poquito lo que tenemos disponible. Aunque es innegablemente entretenido.

Que se haga la lluvia

La lucha libre japonesa ha pasado en los últimos años de ser una afición un tanto underground (o un tanto hipster, la neta) a ser moneda común. Ya encuentras a mucha banda en el metro con playeras del Bullet Club, por ejemplo. Es el momento indicado para que se le muestra los conocedores (y a quienes no lo son) lo que hay detrás de este entretenimiento.

Fire Pro Wrestling World cuenta con un modo de historia llamado Fighting Road. En él tu personaje, naturalmente creado a tu gusto, debe recorrer el camino duro y sacrificado que va de ser un novato en el brutal dojo de New Japan Pro Wrestling hasta convertise en el campeón mundial pesado IWGP.

El formato de este relato es el de una novela visual. Son muy populares en Japón y facilitan el poder contar este tipo de historias, así que no extraña del todo. Lo interesante es que tu atleta (como nuestro campéon de Ecatepec, el Camaleón de Oro, con todo y su camaleonina), pueden interactuar de alguna manera con las grandes estrellas que cada noche hacen de las arenas en Japón un espectáculo.

Sí, hubiéramos gustado de algunos clips, o incluso algunas cinemáticas. Pero considera algo: los juegos de WWE hace rato abandonaron la historia y, pues, es interesante ver que al menos nos entregaron un relato bien hecho pese a las dificultades técnicas para ejecutarlo de forma espectacular.

No sólo tendrás la oportunidad de escalar, poco a poco, los escalones en la ruda meritocracia de la New Japan. Tu personaje comienza con los stats en lo más bajo, casi casi echando el bofe en su primera lucha. Conforme ganes duelos podrás obtener puntos de entrenamiento que te permitirán mejorar poco a poco tus habilidades. Así, pasarás de ser una lagartija del Coliseo Coacalco a ser el contendiente más temido por Kenny Omega (algo así como Pentagón Jr.).

¡Sé la élite!

Si un detalle salva de la debacle a series como WWE 2K o incluso a juegos como Héroes del ring es la amplia posibilidad en el modo de creación de personajes. En Fire Pro Wrestling no sólo es igual de posible, sino que es incluso brillante. Las herramientas son profundas y te permiten crear casi cualquier cosa. Sólo es cuestión de que tengas paciencia. De eso dependerá que hagas a una botarga o que puedas clonar a atletas consagrados.

Sí, puedes darle a tu rostro o máscara la apariencia que desees; detallar ampliamente tu vestuario; e incluso definir el color de la piel hasta en tonos irreales. Para ser sprites prácticamente bidimensionales, las posibilidades son enorme, y en algunos casos incluso superiores a los de sus contrapartes en tres dimensiones.

La biblioteca de movimientos es, como hemos mencionado, brillante. Puedes dotar a tu personaje de movimientos muy variados, logrando que ejecute prácticamente cualquier maniobra posible en la lucha libre. Si quieres que tu estrella de la Arena Naucalpan tenga como movimientos el One Winged Angel o Destino, puedes. Sólo recuerda la estamina.

Puedes crear también tu arena o hasta a un réferi. Pero, si quieres evitarte el proceso, puedes bajar creaciones realizadas por otro fans. Eso sí, el proceso es un tanto engorroso. En vez de tener una opción directamente en el juego, la versión de PS4 te hace entrar a un sitio web aparte (firepro-w.com) y buscar en un listado no tan amigable las creaciones que te interesan. Las descargarás casi de inmediato, pero podría ser más sencillo.

Nos hacen falta voces y temas musicales de entrada. Sabemos que las prioridades son otras, pero realmente hubiera dado mayor variedad y lustre. Sin embargo, la creación de personajes que se ha convertido en objeto de culto está muy bien lograda.

El juego, como base, tiene a una parte del elenco de la New Japan y a luchadores de una liga ficticia que recibe el nombre de SWA. El elenco nipón tiene a atletas estelares, pero hay varios que se echan en falta. Es comprensible que, por temas de derechos, no se incluyan a estetas como un Tiger Mask o Thunder Lyger. De igual manera nos hubiera gustado ver en este elenco a los Young Bucks, por más que ellos sean más de Ring of Honor.

Mientras otras series nos brindan amplias posibilidades en las arenas, las rings de inicio son un tanto limitadas. Aunque las recreaciones de espacios como el Tokyo Dome, el Korakuen Hall, el Madison Square Garden y hasta la Arena México son muy buenas, al final son muy similares entre sí. Sabemos igual que, si echamos algo en falta, podemos crearlo o bajarlo, pero no es lo mismo.

¡Vamos, As!

Fire Pro Wrestling World es un título que conserva, de manera merecida, el estatus de culto de la franquicia. Si bien tiene limitaciones – principalmente gráficas – cumple su misión y en temas como la profundidad de los movimientos o la calidad de la animación se desarrolla de buena forma.

La licencia de la NJPW le da mucho lustre, sobre todo en temas de elenco y en el modo de historia, además de que seguramente hará que muchos fans occidentales de la marca miren hacia el juego. Aún así, nos hubiera gustado la inclusión de más contenido ya realizado pese a las amplias posibilidades de creación.

El gameplay es muy dinámico, fluido y, sobre todo, privilegia la habilidad sobre el sólo presionar botones. Aún así, seguimos sintiendo que se podría pulir la detección de impactos o hacerla más eficiente. Sin embargo, si lo tuyo son las llaves y contrallaves, este juego es perfecto.

Ahora bien, es un juego prácticamente a precio completo en PS4. En Steam el contenido de NJPW tiene un costo extra. Sumemos que los menús y la presentación no son peculiarmente brillantes, a diferencia de otros juegos.

Si eres un fan de la lucha libre, incluso uno casual, seguramente terminarás enganchado al desafío que este juego representa. Incluso tener un juego en Occidente con la bendición y la licencia de la NJPW será, para muchos, motivo de compra. Está lejos de ser un juego perfecto, pero es uno que es más que disfrutable e incluso justifica el culto a su alrededor. Es cosa, simplemente, de que te animes a ponerle las manos encima.