A casi un año de su lanzamiento original, PlayStation 4 recibe Dynasty Warriors 8: Xtreme Legends Complete Edition, una compilación del juego más varios contenidos descargables, misiones y modos extras, por parte de Omega Force. Perteneciente a una franquicia con una larga lista de juegos del género hack and slash (y uno de peleas), éste repite la misma fórmula, pero revitalizada con cambios que si bien no revolucionan el género, sí le añaden variedad, pieza clave de esta edición, cuya fórmula se pensaría que ya está gastada después de tantos juegos y spin-off en su catálogo. Evitar lo repetitivo y ofrecer al jugador un reto constante fue el objetivo de Omega Force.
Para comenzar, las armas adquieren un elemento Heaven, Earth y Man. Con una mecánica similar al “piedra, papel o tijeras”, cada uno tiene ventaja sobre otro, motivando al jugador a cambiar de arma continuamente, eliminando así la posibilidad de pasar todo el juego con un único equipo. Adicionalmente, las armas pueden ser fuertes o débiles contra las de los enemigos, al más puro estilo de un juego de rol. Dependiendo de ello, si vemos un enemigo en posición de desventaja, podemos realizar un combo y hasta desencadenar una ráfaga de golpes que no sólo se ve genial, sino que drenará rápidamente la barra de vida de nuestro oponente y, de paso, las de los esbirros despistados que se encuentren cerca. En cambio, si un oponente posee un arma contra la que tenemos desventaja, podremos esperar el momento preciso en el que el enemigo cargue una ofensiva para ejecutar un contraataque, así obtendremos una ventaja para invertir la situación a nuestro favor.
Cada uno de los más de 80 personajes tiene un arma preferida, la cual concede un bonus en el ataque y un EX Attack único que se activa al completar un combo. El resto de las armas se obtienen conforme juegas y derrotas enemigos; además poseen características especiales, como ataque extra de elementos, mayor rapidez o la capacidad de mandar enemigos a volar más fácilmente.
Otro de ellos fue el de las condiciones opcionales de eliminación que tenemos al enfrentarnos a generales y demás jefes. No sólo hay que agotar su barra de vida, sino que ciertas condiciones podrán ser ejecutadas con la finalidad de obtener más puntos, dinero, armas o fama. Objetivos como acabar con un enemigo manteniendo nuestra barra de salud al máximo, con un ataque aéreo o con un combo nos permitirán subir de nivel habilidades que nos equipamos y que funcionan de manera pasiva en nuestra aventura. Así, tendremos la capacidad de encontrar mayores tesoros, recuperar vida, añadir elementos de la naturaleza a nuestros ataques, o bien, tener una defensa irrompible al ir cumpliendo estos objetivos secundarios.
El estudio no sólo ofrece variedad en cuanto gameplay y personalización de ataques, al mismo tiempo hace sentir al jugador una verdadera progresión al desplegar cambios sustanciales de un escenario a otro. Juegos del género hack and slash suelen sufrir de ser repetitivos al tratarse de pasillos y cuartos en los que el personaje avanza en una sola dirección derrotando enemigos genéricos con los mismos movimientos. Con excepción de los enemigos comunes, Dynasty Warriors 8 cuenta con campos de batalla abiertos que más bien se considerarían arenas; cada uno con sus elementos únicos como puentes, pasajes, puertas, colinas y habitaciones que nos llevarán de un punto a otro completando objetivos opcionales y, sobre todo, quitándole lo lineal al juego.
Aunque podremos terminar una misión simplemente yendo de punto A al punto B en línea recta asistiendo cada evento del escenario en curso; no obstante, otras oportunidades se presentarán en el camino. Desviarse para derrotar capitanes de manera sorpresiva (que posteriormente podrían darnos más trabajo), eliminar escuadrones de arqueros que nos desviarían de la ruta, acabar con depósitos de provisiones para reducir el número de miembros del ejército contrincante y demás actividades secundarias si bien no son obligatorias, sí permiten al jugador experimentar la labor de distintos modos cada vez que se jueguen.
Los modos de juego clásicos permanecen y algunos que no estuvieron en varias entregas regresan. Story Mode nos permitirá revivir la clásica historia basada en la novela Romance of the Three Kingdoms: nos uniremos a una de las tres facciones y viviremos las altas y bajas de la guerra desde la perspectiva de varios generales. La campaña podrá ser jugada en modo cooperativo al conectar un segundo control, sin duda una perfecta característica para matar chinos en compañía. El Free Mode regresa después de ausentarse en Dynasty Warriors 7, así podremos jugar con cualquier facción sin necesidad de seguir la historia original de manera lineal.
Ambition Mode es, sin duda, el más relevante: es novedoso y agrega una campaña totalmente distinta a las clásicas de la serie. Al más puro estilo Monster Hunter, tendremos una base de operaciones en la cual podremos construir tiendas y hacer crecer nuestro campamento para atraer más gente y, eventualmente, el favor del emperador para luego gobernar sobre otras regiones. Una a una, completaremos misiones con varios objetivos: rescatar aldeanos, reclutar generales y conseguir minerales para aumentar nuestros recursos y mejorar nuestras armas.
Gráficamente, el juego resalta sobre los anteriores por la reducción de lag y problemas del framerate. Sin embargo, la versión de PlayStation 4 carece, en cuestiones técnicas, de algo que la haga especial sobre las otras versiones. Los gráficos se ven un poco más pulidos y la resolución corre a 1080p, pero definitivamente no representa el poder de la actual generación de consolas. No esperen sorprenderse de la capacidad gráfica de esta versión.
Sin duda, Dynasty Warriors 8: Xtreme Legend Complete Edition no viene a romper moldes ni esquemas, mucho menos a revolucionar el género. Pero, poco a poco, va perfeccionando su fórmula y añadiendo elementos que le dan variedad al gameplay y más cosas que hacer para tener juegos más robustos y completos que puedan ofrecer decenas de horas de entretenimiento.