Review – Abzû

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El inconmensurable oceano

AbzuReviewEl hecho de que actualmente, prácticamente cualquier persona pueda publicar un videojuego en las plataformas más populares del mundo es un arma de doble filo. Por un lado tenemos que, de no ser por esto, muchas de las más grandes experiencias independientes se hubieran perdido, y por el otro, está el hecho de que día con día, se lanzan autenticas montañas de basura que muchas veces terminan sepultando a lo que sí vale la pena. Sin temor a equivocarme, puedo decir que al menos en mi vida como videojugador, ThatGameCompany siempre tendrá un significado más que especial, y luego  de su desafortunada desaparición en parte gracias a lo que expresé anteriormente, ha llegado Giant Squid en busca de seguir con este legado. Su primer intento lleva por nombre Abzû, un título verdaderamente especial por donde se le mire.

Lo primero que me gustaría aclarar de Abzû es que a pesar de que Jenova Chen, mente maestra detrás de Journey y Flower, sí estuvo involucrado como consultor en el proyecto, resulta imposible decir que ésta es una obra de su autoría. La batuta de este juego y en general del estudio encargado está en manos de Matt Nava, director de arte de los dos juegos antes mencionados que hizo un más que loable trabajo para entregarnos una experiencia que sí bien, está por debajo de su antecesor espiritual, consigue transmitir un montón de sentimientos a través de mecánicas de juego bastante simples que se ven apoyadas por visuales impresionantes y una música memorable.

Expresándose con movimiento

Hablar de mecánicas de juego puede ser uno de los temas más complejos y a la vez, más apasionantes que podemos tener en este medio. A lo largo de toda la historia, hemos visto a un sin fin de títulos proponiendo toda clase de ideas bastante locas con tal de cautivarnos con su gameplay. Algunos de estos conceptos se volvieron tan rebuscados que terminaron no funcionando, mientras que otros simplemente fueron demasiados simplones y sin sabor.

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Hace unos años, ThatGameCompany demostró que algo tan sencillo como el movimiento dentro de un espacio tenía las piernas suficientes como para sustentar a un juego entero sin la necesidad de apoyarse de más mecánicas, cosa que evidentemente, sigue causando bastante escepticismo a pesar de los resultados conseguidos por Journey. Al contar con varios de los miembros que participaron en estos proyectos, Abzû parte justamente de esto, de un gameplay que en un inicio puede parecer sin chiste pero que poco a poco, va demostrando sus verdaderas capacidades.

En este juego, Matt Nava intentó llevar lo aprendido de Jenova Chen a nuevos niveles, pues al tratarse de una experiencia en la que tenemos que nadar para alcanzar distintas zonas muy bien delimitadas, la libertad que se nos da como jugadores, es bastante más considerable. Lo anterior, puede jugar a favor o en contra del título, no obstante, te puedo asegurar que el simple hecho de andar nadando por ahí buscando toda clase de cosas, es lo suficientemente divertido como para mantenerte atrapado por las pocas más de dos horas que dura Abzû.

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En Abzû, con el gatillo derecho del control te sumerges y te mueves por todos los niveles, esto mientras diriges al protagonista con el análogo izquierdo. La interacción con los objetos se limita a un sólo botón de acción, aunque con el gatillo izquierdo te puedes tomar del lomo de alguno de los seres que habitan en este mundo para dar unas vueltas. Tal vez, el único problema que tuve fue con el control de la cámara, pues por alguna razón, no existe un botón para reiniciarla de manera automática. Lo anterior me causó algunos problemas, pues hay momentos en los que pierdes la noción de hacia dónde es arriba y hacia dónde abajo.

Hace un par de años publiqué un par de artículos especiales en los que hablé justamente de cómo es que algunos videojuegos con la simple mecánica de mover a un personaje en un espacio determinado, son capaces incluso de expresar cosas muy poderosas como lo son los sentimientos de todo tipo. Puede que Abzû no llegue alcance niveles como los que se tocaron con Brothers A Tale of Two Sons o con el propio Journey, sin embargo, sí logró entregarnos una experiencia completamente disfrutable.

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Contemplando lo profundo

Actualmente, el ritmo que llevamos de vida nos ha forzado a que cosas como la contemplación de cualquier tipo de obra, comiencen a ser vistas como perdidas de tiempo completamente innecesarias. Cada vez son más los juegos en los que antes de que te des cuenta, ya estás en medio de toda la acción, no dejándote respirar ni por un segundo. Esta filosofía de diseño no es mala ni mucho menos, pues hay momentos en los que estamos de humor para consumir este tipo de productos; no obstante, creo que poco a poco se nos ha ido olvidando lo disfrutable que es ver por varios minutos una sola imagen.

Al estar dirigido por quien estuvo a cargo del arte de Flower y Journey, ya te podrás estar imaginando la calidad visual que se despliega en Abzû. Desde que el título te recibe, te puedes dar cuenta de que estás a punto de vivir una de las experiencias visuales más sobresalientes del año con todo y que el juego está construido en Unreal Engine 4, asunto que sólo viene a confirmar lo versátil que es este motor gráfico que Epic Games.

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Me cuesta trabajo encontrar las palabras suficientes para hacerle justicia a lo hermoso que es cada momento en Abzû. Es una verdadera delicia cómo es que usando modelos con tan pocos polígonos, se hayan logrado los escenarios que se nos presentan. Esta sobre población de vida marina que vemos en casi todo momento contrasta a la perfección con espacios increíblemente abiertos que nos dejan claro lo diminutos que somos a comparación de algo como una ballena azul o el mismo océano.

Otra cosa que disfruté enormemente fue cómo es que la dirección de arte juega con los cambios en la paleta de colores de maneras tan bruscas. Puede que en un momento estés en una caverna en la que hay un banco enorme de atunes brillantes que hacen lucir preciosos colores azules y grises muy fríos y al siguiente, se nos sature de colores mucho más cálidos como el naranja, amarillo y rojo que produce un atardecer.

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Por supuesto que un juego de este tipo estaría incompleto sin el apoyo de una bella banda sonora. Para deleite de todos nosotros, Austin Wintory está de regreso para musicalizar esta maravillosa experiencia. Sin salirse tanto de su molde, el compositor norteamericano echa mano de un montón de cuerdas que entran en el momento exacto para endulzar aún más la vista que tenemos enfrente. Piezas dramáticas, tranquilas y hasta de gozo, son sólo algunos de los ejemplos de lo que te espera en Abzû, el cual, seguramente estará compitiendo por premios a Mejor Música del Año dentro de los videojuegos.

Abzû es uno de esos juegos que resultan más que ideales si es que vienes llegando después de haber tenido un duro día en la escuela o en el trabajo. Dejarte ir por cada uno de sus mundos llenos de colores perfectamente acentuados por una preciosa música, son el remedio perfecto para cualquier clase de estrés que tengas encima.

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¿Faltó la mano de Jenova Chen?

Como te comentaba casi al inicio de esta reseña, a pesar de que fungió como asesor en el desarrollo de Abzû, Jenova Chen no puede ser considerado como el autor de este juego y la realidad es que conforme vas avanzando en él, comienzas a notar que en efecto, en algunos elementos se siente ausente la mano del diseñador chino.

Es bien complicado hablar de qué fue lo que hizo tan grande a Journey, sin embargo, creo que de manera un tanto superficial, diría que todo tuvo que ver con el grandioso ritmo del juego y cómo es que sabía cambiar sus formas en el momento exacto, esto sin mencionar lo logros en materia de narrativa sin usar una diálogos.

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Abzû tiene una estructura muy similar al antes mencionado, incluso en la manera en como cierra, no obstante, ese sentimiento de derrota y victoria no son tan intensos como pasó en la obra maestra del PlayStation 3 hace unos años.

Por supuesto que todo esto no frena a Abzû de ser un juego sobresaliente que busca identidad propia, pero me resulta completamente inevitable no pensar en cómo es que hubiera sido el producto final si Jenova Chen hubiera estado involucrado de lleno. Habrá que esperar para saber cuál es el futuro de este desarrollador que lleva ya un buen tiempo fuera del foco público.

Necesitamos este tipo de experiencias

score83Al estarse convirtiendo en un medio verdaderamente masivo, para muchas personas, un videojuego no va más allá de ser un entretenimiento efímero que sólo tiene el objetivo de matar algo de tiempo libre mientras esperamos que algo más pase, asunto que evidentemente pone en riesgo experiencias profundas con mucho más significado. Abzû es uno de esos títulos que con el pasar de los años, estoy seguro de que se irá haciendo cada vez más extraño, por más que sigamos habiendo un nicho que está más que feliz de poder detenernos un momento a contemplar una imagen que no está llenando como personas.

En mi opinión, Abzû es uno de esos videojuegos que todo el mundo debería de experimentar en algún punto de su vida, pues persigue objetivos verdaderamente interesantes que intentan llevar al medio hacia cosas mucho más trascendentales. Si estás buscando olvidarte un poco del mundo tan agitado en el que vivimos, te recomiendo ampliamente dejarte llevar por este maravilloso título que tanto tiene que ofrecer.

Alberto Desfassiaux
Editor en Jefe de Atomix. No me gustan los videojuegos... ¡adoro los videojuegos!