Reseña: Professor Layton and the Miracle Mask

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Layton me recordó muchísimo a los viejos tiempos universitarios de leer todo el día. Recordé desde cuentos detectivescos hasta el voluntarioso método científico de Descartes. ¿Por qué lo digo? Porque no hay nada más noble que emplear la razón para resolver problemas y buscar la verdad donde otros ven milagros y fantasmagorías.

Imaginen esto: Ustedes recostados en un sillón isabelino, con una taza de té inglés, disfrutando de Miracle Mask mientras acarician a su gato persa (que, por cierto, porta un monóculo) y disputan una partida de ajedrez con su mejor amigo. Así de elegante es Professor Layton (sí, más incluso que un Pidgeotto). No se pierdan la reseña a continuación.

No imagino jugar Professor Layton en un camión o un auto, pues el nivel de concentración que muchos de sus acertijos requieren es muy elevado. Por todo lo anterior, me puse cómodo en el sillón de mi casa y me aventé dos tardes seguidas todo el título. Y aquí va mi primera recomendación: utilicen audífonos; no disfrutarán la magnífica música de Professor Layton and the Miracle Mask sin ellos. Los bellos acompañamientos que escucharán a lo largo de todo el título forman el marco perfecto para entrar en un estado mental de resolución de acertijos y de diligente concentración.

Aventura interactiva significa la unión entre música, arte y narración. Que no les extrañe que Layton posea ilustraciones y modelos realizados bellamente en 3D, una banda sonora impecable y una trama detectivesca bien desarrollada. El otro pilar sobre el que descansa este título son los acertijos: son 150 y podrán descargar uno diario durante un año a través de Internet.

When resolving a conflict a gentleman always prefer the elegant solution

Quiero detenerme un momento aquí para hablar sobre cómo resolver un acertijo es restaurar el orden del mundo. Arreglar el entuerto de alguien no sólo es cuestión de ser una buena persona, sino de concentrar nuestro esfuerzo mental en la resolución de un problema. Podemos rastrear el espíritu que transpira Layton a novelas inglesas que retaban la inteligencia del lector o a viejos trucos y trampas mentales que mucha gente ama resolver. La presentación, por lo anterior, es clásica. Miracle Mask se siente como si fuera un libro de aventuras. Un acertijo —puzzle—, a fin de cuentas, es el componente esencial de cualquier videojuego. Resolvemos problemas de muchísimas formas para enderezar nuestro entorno: con disparos, saltos entre plataformas y con nuestro intelecto.

La fórmula es conocida y requiere un pensador y un aprendiz, cuya función es ayudar al público a conectar con la brillante mente del protagonista. No es que Layton no pueda resolverlo todo por sí mismo, sino que debe ser explícito con alguien dentro de la historia para que nosotros podamos conocer sus deducciones sin que los desarrolladores deban recurrir a una introspección. Así todo es más natural. Hershel no le está explicando a Luke: nos está diciendo a nosotros qué pasa por su cabeza.

El mundo de Miracle Mask es un lugar fantástico donde todo conflicto puede solucionarse con un acertijo. Dejen a un lado las torpes exhibiciones de fuerza o la cruda arrogancia: aquí su capacidad deductiva es su mejor arma. Un caballero siempre escogerá la opción más elegante para resolver un conflicto y, no es sorpresa para nadie, no hay nada más elegante que resolver un acertijo. Aunque el ambiente que nos rodee rebose de festividades y celebraciones, en cada rincón habrá un reto mental listo para hacernos pensar.

Why… yes!

La aventura transcurrirá entre deliciosas secciones de diálogo entre los personajes, la exploración minuciosa de bellos escenarios y la resolución de acertijos. En Miracle Mask, viajaremos al pasado de Layton y conoceremos al buen profesor antes de convertirse en un prominente exponente de la resolución de acertijos. La línea temporal de la narración saltará constantemente, como ya dije, entre su pasado y Monte d’Or, una ciudad en medio del desierto que ha florecido en un periodo de tiempo muy breve.

La estructura que define y soporta el universo del título me atrapó. Ocurrió que comencé a ver acertijos por resolver en lugares inusitados. Y es que todo en Layton puede solucionarse mediante un acertijo. Pienso que aquí radica la magia de la serie. No existe la lucha física: hay confrontación de intelectos, no músculos. Pero todo lo anterior no viene solo. Para complementar la experiencia del juego, también podremos disfrutar de acertijos complejos que poseen varios escenarios. Estos minijuegos son tres: Robot, Shop y Rabbit.

Robot es divertido. Aquí hay que guiar a nuestro electrónico protagonista por escenarios con obstáculos. El movimiento, sin embargo, no es sencillo. Deberemos acotarnos a reglas sencillas que producen resultados complejos. Por ejemplo, sólo podemos avanzar tres casillas al mismo tiempo y si chocamos con una pared nos pararemos en seco.

Shop fue mi favorito. El objetivo es colocar un grupo de objetos adecuadamente en los estantes para incentivar a un consumidor a llevarse todo. Aquí debemos seguir reglas como colocar artículos del mismo tipo o color juntos para producir una compra impulsiva. Hay escenarios muy complicados, pero es muy satisfactorio ver cómo alguien va comprando todo lo que tanto trabajo nos costó ordenar.

Rabbit resultó ser el menos entretenido, en mi opinión. Aquí tendremos que enseñar a un conejo varios trucos para que después sea capaz de desempeñar una secuencia complicada de actos. Lo que arruina un poco este acertijo es lo difícil que es interpretar lo que quiere el maestro de ceremonias. Más que usar la cabeza, será cuestión de prueba y error superar los niveles.

La función que cumplen los tres minijuegos antes mencionados es muy simple: Layton tiene 150 acertijos casi únicos (hay algunos que se repiten o presentan variantes). Para resolver cada uno, deberemos aprender reglas distintas. Habrá algunos que les cuesten muchísimo trabajo y otros que no. Esto variará según cada jugador. A la larga, lo anterior podría provocar una sensación de carencia de avance, pues cada jugador se volverá mejor en un conjunto muy complejo de cosas. Los minijuegos con distintos niveles sirven como columna vertebral para que podamos identificar qué tan avanzados vamos en el juego y qué tanto han mejorado nuestras habilidades.

Para resolver este problema central de diseño (la carencia de sensación de avance al cambiar tanto la mecánica inicial), Level-5 implementa características como el diario de Layton, pues aquí podremos ver no sólo que piensa el profesor de cada acontecimiento importante del juego, sino que también nos dará un estimado del progreso de la aventura. Lo mismo ocurre con Mysteries, una lista de los misterios más importantes del juego.

Layton’s Journal

No imagino Layton en una consola no portátil. ¿Por qué? A fin de cuentas, sentí que todo el fin de semana me lo pasé en compañía de un libro —un objeto contenido capaz de estimular mi cerebro a niveles inimaginables. Aunque las instrucciones de algunos acertijos son un poco confusas, la mayoría son divertidas pruebas para nuestro intelecto. Layton es lo más cercano que tenemos al famoso “masaje cerebral” que Smithers le da al señor Burns y, no sólo eso, también representa una guía infalible para el caballero que quiera aprender a desenvolverse con elegancia.

La trama de Miracle Mask es interesante. ¿Qué es un milagro sino una violación de las leyes naturales? La única magia real es la del intelecto y lo único que deslumbrará su mente en este juego es el poder de la deducción y la elegancia de sus acertijos bien diseñados.

Si nunca han jugado un título de Professor Layton, en Miracle Mask encontrarán una combinación estupenda de trama intrigante, bellas ilustraciones en 3D, acertijos retadores y personajes entrañables. No se trata de simplemente armar una compilación de trucos para la mente: se trata de hacerlo con buen gusto.

Si ya disfrutaron previamente de títulos de esta serie, aquí encontrarán que el 3D vuelve más entretenido explorar cada ilustración y que ahora todos los personajes están representados por polígonos tridimensionales (¡y voces!.. a veces). Lo que aman de la serie permanece intacto y las asperezas fueron limadas. Por ejemplo, ahora tienes una lupa que te indicará un punto de interés mediante un cambio de color, así que ya no tendrás que andar toque y toque la pantalla.

La estructura de Miracle Mask consiste en un acertijo mayor que nos tomará todo el juego resolver (la trama) y en problemas menores que nos ayudarán a avanzar en dicho conflicto principal (los acertijos). El desarrollo de todo, a fin de cuentas, resulta en un agradable y divertido conjunto de exploración, resolución de problemas, deducción y una atmósfera animesca que emula rasgos distintivos ingleses. Sin lugar a dudas, se trata de una serie muy interesante y única.

Conclusión

Mi recomendación final es que, como si se tratara de una buena novela inglesa de detectives, se tomen su tiempo, beban un té, se pongan cómodos y se empapen de esa especial elegancia que sólo podemos obtener del ejercicio de nuestro intelecto con Professor Layton and the Miracle Mask. Ocho punto cinco.