Hay un sueño en común que tenemos todos los seres humanos: volar.
El logro de tal sueño no es fácil ni común y, por lo mismo, valoramos mucho si sucede. Cuando tenemos la suerte de que así sea nos damos cuenta que hay muchas maneras de hacerlo: abrir los brazos y volar es posiblemente la que menos me ha tocado. A veces puedo brincar y en posición vertical planear por un tiempo, pero, casi siempre, vuelo sin un control o posición específica, tal y como lo hace maravillosamente Kat en Gravity Rush.
Cuando jugué Gravity Rush a momentos se me olvidaba que tenía un PS Vita en mis manos. Con el tiempo que llevo con la portátil me he dado cuenta que después de muchas horas con ella se siente como un PlayStation 3 portátil. No lo digo por las gráficas (que, aunque son muy buenas, jamás llegarán a ser como las de su hermana mayor): lo digo por el sentimiento que transmite y por su hermosa pantalla. Se siente como Sony haciendo lo que mejor sabe. Es una lástima que sean pocos los que tengan la posibilidad de jugar los fabulosos títulos que Vita ofrece.
Gravity Rush nace como un proyecto para el PlayStation 3, creado por Keiichiro Toyama, quien dedicó más de su vida al survival horror y desarrolló juegos como Silent Hill y Siren.
Gravity Rush se siente como un juego de la época dorada del PlayStation 2. Me sorprende que una portátil con sólo meses de haber salido tenga juegos como éste. La consola pasa a ser algo secundario: Gravity Rush es de los mejores juegos que he jugado en un PlayStation “lo que sea” y grita todo aquello que es característico de esta familia.
La manera de transportarte en este fabuloso sandbox japonés es sin duda su mejor característica. Volar de isla a isla de la ciudad de Hekseville (inspirada en el trabajo del gran Jean Giraud “Moebius”) es increíble. En el medio estamos acostumbrados a poder caminar, correr y brincar en una superficie. En Gravity Rush todo se hace volando: desde transportarte de un lugar a otro hasta dispararte con una patada hacía el punto débil de un enemigo, las mecánicas de combate se fusionan maravillosamente con tu movimento.
Moverte en Gravity Rush y entrar al mindset de modificar la gravedad a tu favor es algo tan nuevo que te tomará algo de tiempo acostumbrarte a ser tan, tan poderoso. Gravity Rush no es muy distinto a otros juegos sandbox de superhéroes como Spider-Man 2, Crackdown e inFAMOUS. La sensación de poder está siempre presente y la actividad más simple como transportarte puede convertirse en algo que hagas sin objetivo y con el único afán de divertirte… por horas.
Transportarte volando es algo tan entretenido que me encontré la mayor parte del tiempo evitando usar warps entre las distintas zonas del juego. Presionar R te pondrá a flotar en el lugar donde estás parado, volver a presionarlo te disparará hacía el lugar donde apuntaste con una retícula (que puede ser controlada opcionalmente con el sixaxis de Vita). Al llegar a esa superficie, tu gravedad será la de esa superficie, por lo que podrás caminar por las paredes que te plazcan, aún si están de cabeza. Incluso podrás transportar objetos y hasta gente.
La libertad que permite volar es algo que fomenta la exploración. Aunque existen zonas donde no podrás entrar hasta que cumplas ciertos objetivos, seguramente explorarás toda la ciudad volando únicamente por el placer de hacerlo.
Aunque estas ideas son los pies de Gravity Rush, toda su presentación está al nivel de sus mecánicas. Su historia y la manera en que es presentada tiene un nivel de detalle impresionante. Las viñetas tienen sus propias capas y al mover tu Vita podrás cambiar la perspectiva como si estuvieras viendo un libro de Pop-up.
Al volar por la ciudad los edificios y demás islas flotantes cambiarán a ser una silueta con un outline a lo lejos. La congruencia del mundo en tiempo real siempre hace justicia al estilo de la presentación general. Gravity Rush es un festín para los ojos, pero es una lástima que lo que esté en tiempo real no esté en la resolución nativa de la consola.
Tu mapa te mostrará las “misiones” de modo de historia y también otras tareas secundarias. Al igual que Crackdown, recolectar millones de objetos (que usarás para mejorar tus poderes) en techos, túneles y demás lugares de la ciudad es algo tan adictivo como la historia principal y le dan muchísima variedad al juego.
Kat y su gato son personajes que se extrañan en los videojuegos. Hay cierta ingenuidad en la mayoría de personajes de juegos desarrollados por japoneses ya no hay en los videojuegos occidentales. Tal pareciera que de nuestro lado todos los personajes deben ser badasses. Kat es una chica adorable que desde la primer viñeta en que la veas sonriendo seguramente ganará tu simpatía. Hay cierta magia y conexión con el usuario cuando tu avatar es alguien súper poderoso que comparte tu inexperiencia.
Aún con todas las maravillas que hablo del juego, hay algunos detallitos que lo detienen de ser perfecto. Hekseville, al igual que la mayoría de espacios abiertos creados por japoneses, no se siente tan viva. Es maravilloso contemplar la arquitectura caprichosa del juego, pero sus habitantes no son ni la mitad de interesantes que la ciudad.
Siendo sincero, por cada falla que encuentro en Gravity Rush hay otros aspectos mucho más positivos que invaden la experiencia de tal manera que te hacen perdonar sus errores. Al igual que la mayoría de juegos japoneses como ICO y Shadow of the Colossus, hay tanta magia en la atmósfera que un buen sabor de boca es lo que predomina todo el tiempo que pasamos con ellos.
El veterano Kohei Tanaka (Dragon Ball, Alundra, Resonance of Fate) está a cargo de la banda sonora y me atrevería a decir que es lo más cercano que hemos estado (con la obvia excepción de Ni No Kuni) a a la música de una película de Miyazaki en un videojuego. Gravity Rush está compuesto por todo aquello que hace especiales a los juegos desarrollados en Japón y la música no es la excepción.
El público que más va a disfrutar de Gravity Rush es aquel que prefiere las consolas PlayStation. Es una pena que aquellos que no tienen un Vita no puedan disfrutar de este increíble título, pero también es un buen incentivo para que se hagan de esta portátil. El juego que estaban esperando ya llegó. Se llama Gravity Rush y está disponible exclusivamente en el PS Vita. Puede que sea un requerimiento costoso, pero, al día de hoy, creo que mi consola ya me dió frutos de mi inversión. Gravity Rush es la cereza de mi pastel.
Nueve