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PC
CyberConnect 2
Bandai Namco
17/01/2020
Sin duda alguna, Dragon Ball es una de las franquicias más populares y emblemáticas de la cultura pop, y el hecho de que la saga siga siendo relevante 36 años después de su debut original, habla muy bien del increíble legado que Akira Toriyama y su equipo han logrado construir a lo largo del tiempo.
A pesar de que Dragon Ball se presta naturalmente como una serie que podría funcionar muy bien en el ámbito de los videojuegos, esto gracias a su gran variedad de personajes entrañables, combates de proporciones épicas, y un enorme lore con el cual trabajar, parecería muy fácil trasplantar la obra de Toriyama a este medio. Lamentablemente no siempre ha sido así, y la gran mayoría de los juegos basados en este anime no han tenido los mejores resultados, pero esto cambió el año pasado con la llegada de Dragon Ball FighterZ, que desde sus primeros días logró consolidarse no solo como uno de los mejores juegos de la franquicia, sino uno de los mejores juegos de pelea en años recientes. El título ha sido tan exitoso y popular, que sus desarrolladores incluso ya van por la tercer oleada de contenido descargable, a dos años después de su lanzamiento.
Ahora, con Dragon Ball Z: Kakarot, Bandai Namco y CyberConnect 2 prometen revivir la memorable historia de Goku y los Guerreros Z, de una manera que nunca antes hemos experimentado, con nuevas escenas, personajes y escenarios, que añaden al ya extenso universo de Toriyama. Veamos si logran cumplir con su objetivo, o si Kakarot pasará al olvido como solo ‘otro juego de Dragon Ball’.
Dragon Ball Z: Kakarot no es una historia nueva ni original, sino todo lo contrario; se trata de un recuento de los hechos que sucedieron en las nueve temporadas del anime desde 1989 hasta 1996. Esto no necesariamente es algo malo, pues a pesar de que la gran mayoría de nosotros ya nos sabemos esta historia de pies a cabeza, Kakarot logra presentarla de manera más eficiente al eliminar cierto contenido de relleno que plagaba al material original, dejándonos únicamente con las partes que verdaderamente importan.
El juego inicia con Goku viviendo una vida tranquila en una pequeña casa a las afueras de la ciudad, con su esposa Chi-Chi y su hijo Gohan. Durante esta sección se nos introduce a un breve tutorial que nos explica algunas de las mecánicas que estaremos utilizando a lo largo de nuestra aventura, como por ejemplo los controles para trasladarnos por el mundo, la recolección de objetos, pesca, etc. Al principio, Kakarot te estará inundando con largos tutoriales llenos de texto que seguramente terminarán confundiéndote más de lo que ayudan, ya que tienden a complicar un sistema que en la práctica resulta ser mucho más fácil de lo que te habían explicado.
Desde un inicio, Bandai Namco fue bastante claro en que Kakarot abarcaría desde la Saga de los Saiyajin, hasta la Saga de Majin Buu. Si esta es tu primera vez incursionándote al fantástico mundo de Dragon Ball, no te preocupes, pues esta reseña está totalmente libre de spoilers, sin importar lo familiar que nos sea la trama. Como ya dije anteriormente, no es una historia original, sin embargo, la manera en que nos la cuentan logra resaltar todavía más el material original, conservando las escenas más emblemáticas del anime y presentándolas de una manera que definitivamente se siente apta para nuestros tiempos. El juego está lleno de fan service, y la atención al detalle es realmente impresionante.
Cada sonido, cada ataque y cada animación se sienten sacadas directamente del anime y parece ser que a los chicos de CyberConnect 2 no se les pasó nada por alto, pues casi todo lo que recuerdas de la serie está presente en Kakarot de una manera que funciona bastante bien. También te alegrará saber que la mayor parte del juego cuenta con dialogo hablado, y tanto las voces en inglés como en japonés son las originales del anime, desafortunadamente la opción de audio latino no logró llegar a la versión final del juego, al menos al momento de escribir esta reseña no está disponible la opción.
Dragon Ball destaca en lo particular gracias a sus épicos enfrentamientos, e irónicamente, el combate en este juego es uno de sus elementos más débiles. Si alguna vez has jugado algún título de Dragon Ball Xenoverse, te resultará imposible no darte cuenta lo similar que luce el sistema de batalla en ese título con el de Kakarot. A simple vista, tenemos un botón para ataques básicos, otro para lanzar Ki Blasts, otro para bloquear y otro para teletransportarnos. Conforme vamos progresando en la historia iremos desbloqueando nuevas habilidades, tanto pasivas como activas, que nos permitirán personalizar un poco más nuestro estilo de juego, aunque tampoco esperes la gran cosa. Cada personaje tiene su propio skilltree y habilidades, aunque existen varias que están disponibles para todos, pero suelen ser las más débiles.
La gran mayoría de habilidades requieren progresar hasta cierto punto en la historia o tener cierto nivel para poder ser desbloquedas, pero hay algunas otras que deben ser adquiridas mediante un sistema de ‘entrenamiento’, en el cual, deberemos derrotar a algunos oponentes para completar el entrenamiento. Es un sistema que en ocasiones se llega a sentir bastante monótono, y además de que cada curso de entrenamiento tiene un nivel designado a él, es muy fácil acabar los de nivel más bajo una vez que alcanzamos cierto rango de poder. Esto resulta muy sencillo tomando en cuenta la manera en que está estructurada la historia, y que durante ciertas partes estaremos forzados a controlar a un personaje en específico, por lo que cuando decidamos regresar a una de estas sesiones de entrenamiento con algún otro personaje, lo más probable es que ya estemos muy por encima del nivel recomendado. Honestamente este sistema pudo haber sido removido por completo y no hubiera tenido diferencia alguna en el título, y si quieres verlo de cierta manera, es básicamente una excusa para que pases más tiempo en Kakarot.
Los combates 1v1, especialmente durante la última etapa del juego, se sienten tan impresionantes como lo hacían en el anime, quizá hasta un poco más. Conforme vas subiendo de nivel, tus habilidades también lo harán, y esto resultará en algunas nuevas y fantásticas animaciones que le dan ese toque cinemático a las batallas. Aunque estas habilidades también tienen una gran desventaja: el enorme tiempo de recuperación que hay después de ejecutar una de ellas. Digamos que terminarás tu combo con un Kamehameha y por alguna razón interrumpen tu animación, si no tienes el Ki suficiente, es probable que quiebren tu guardia y quedes atorado por unos cuantos segundos, en donde no podrás ni siquiera moverte.
Después de un tiempo desbloquearás la pestaña de transformaciones, que tal y como su nombre lo dice, es una pestaña específicamente para las transformaciones de cada guerrero. Como Goku, primero aprenderás el Kaio-ken, y después ya podrás transformarte en Super Saiyajin. Aunque pareciera lógico tener activada alguna de estas transformaciones todo el tiempo, la realidad es que implementaron un sistema bastante interesante en donde tu HP o Ki son drenados constantemente mientras te encuentres transformado, así que deberán ser utilizadas para cerrar alguna pelea rápidamente o hacer la mayor cantidad de daño posible a tu oponente en el menor tiempo.
En Kakarot, cada personaje tiene su propio nivel, aunque eventualmente llega un punto donde todos comparten el mismo. Esto gracias a un sistema de experiencia compartida en donde cada punto de experiencia que obtengamos con diferentes personajes será transmitido a otro personaje una vez que tengamos control de él. Digamos que durante la saga de Cell, Gohan es uno de los personajes más importantes y la mayor parte del tiempo estaremos jugando con él, y tal vez llegaremos a nivel 40. Por otro lado, Goku tal vez no fue tan relevante en ese momento de la historia, y su nivel podría ser más bajo que el de Gohan. Una vez que retomemos el control de Goku, toda la experiencia que obtuvimos con Gohan será traspasada a Goku y así mantendremos un nivel constante en todos nuestros personajes.
Mientras que las peleas uno contra uno se sienten bastante bien, las batallas contra múltiples oponentes son un desastre. Están sucediendo tantas cosas en pantalla al mismo tiempo, que es muy difícil estar al tanto de los enemigos que te rodean, y la mejor estrategia en estos casos es tratar de eliminar a todos los oponentes lo más rápido posible y esperar no perder mucha vida en el intento. Afortunadamente este tipo de situaciones no suceden tan frecuentemente en la historia, y cuando suelen hacerlo, por lo general estamos acompañados de algún otro peleador que nos acompañara, lo cual me lleva a mi siguiente punto: el sistema de party y los personajes secundarios o de apoyo.
Aquí hay dos tipos de personaje: los principales y los de apoyo. Éstos últimos únicamente pueden ser utilizados para proveer ayuda en las batallas, y como tal, no los podemos utilizar fuera de combate. Nuestra party está compuesta por tres personajes, los cuales no pueden ser modificados en lo absoluto dentro del modo historia, por razones obvias. Sin embargo, una vez que terminemos con ella, somos libres de elegir y jugar con cualquier personaje primario y armar nuestra party como queramos. A lo largo del juego obtendremos objetos que pueden ser utilizados como regalos para algunos de estos personajes, lo cual mejorará nuestra relación con ellos y permitirá que estén mucho más activos en combate o en ocasiones incluso nos permitirán desbloquear nuevas habilidades.
Algo que me pareció extraño es que no hay opción para configurar la dificultad, así que si llegas a atorarte en alguna pelea, deberás arreglártelas tú mismo. Por lo general suele haber descansos entre peleas que te permiten recuperarte, modificar tus habilidades, mejorar a tu personaje y en general prepararte para lo que se viene, pero en ocasiones tendremos dos enfrentamientos seguidos y esto puede incrementar la dificultad bastante, sobretodo si son combates con múltiples oponentes.
Al igual que en muchos otros juegos, Kakarot tiene misiones principales y misiones secundarias, pero no esperes una gran diferencia entre estas dos, de hecho, la mayor diferencia entre ambas es que las misiones principales tienen diálogo hablado y las secundarias no. El título sigue una fórmula bastante genérica que es probable termine agotándote después de una larga sesión de juego.
El ‘mundo abierto’ de Kakarot está dividido en zonas, algunas más pequeñas que otras, y para tener acceso a todas ellas primero deberemos progresar hasta cierto punto en la historia. Debido a la narrativa del juego, las misiones siguen una estructura lineal, y la única variación que tenemos entre nuestras opciones es si hacer primero una misión principal o una secundaria, y en muchos puntos del título esto ni siquiera va a ser posible, pues estaremos forzados a progresar con la historia hasta llegar a una intermisión. Éstas suceden cada vez que terminamos con una saga, y es aquí donde puedes completar las misiones secundarias que no hiciste anteriormente, o recolectar recursos o simplemente explorar el mundo coleccionando orbes, que te sirven para mejorar las habilidades. Cada color de orbe es específico a cierta rama de habilidades, por lo que te recomiendo tratar de coleccionar de todos los colores.
Como lo he mencionado, las misiones en Kakarot consisten en realizar el mismo tipo de actividades, que por lo general se divide en pelear con alguien, recolectar materiales o viajar de zona en zona hablando con diferentes personajes. Si bien es cierto que hay algunas escenas adicionales que extienden un poco más la historia y la relación que existe entre algunos personajes, tampoco esperes algo muy relevante. Por ejemplo, en las misiones de Yamcha tendremos que ayudarlo con sus problemas de chicas, mientras que en las de Bulma tendremos que buscar materiales para algún nuevo invento que se traiga entre manos.
Además de las misiones, también podemos realizar otras actividades como pescar, cocinar, recolectar minerales y pelear contra dinosaurios. Absolutamente todo lo que hacemos en el juego es con el beneficio de mejorar a nuestros personajes, así que cada actividad resulta importante por su propio mérito. Pescamos para obtener comida que después podemos cocinar para mejorar nuestro HP permanentemente para así poder enfrentarnos a enemigos más fuertes que a su vez soltarán materiales que podemos utilizar para construir transportes o simplemente vender por Zeni.
Completar misiones, además de otorgarte puntos de experiencia y recursos, te recompensará con algo llamado Soul Emblem. En esencia, éstos son medallas de personaje que podemos asignar a diferentes categorías de un sistema llamado Community Boards. Es un poco difícil de explicar, pero básicamente funciona así: cada Community Board tiene asignado su propia categoría, Entrenamiento, Cocina, Desarrollo, Comunidad de Dioses, Comunidad Adulta y Aventura. A estas categorías les podemos asignar diferentes Soul Emblems, algunos más eficientes que otros. Al hacerlo, iremos desbloqueando ciertas bonificaciones pasivas exclusivas a cierta categoría. Por ejemplo, asignar más Soul Emblems a la categoría de Entrenamiento nos permitirá subir más rápido de nivel, en Cocina nos permitirá obtener mejor resultados de las comidas, en Aventura mejoraremos nuestro HP, Ki y el efecto que tienen los objetos de recuperación. Algunos Soul Emblems se desempeñan mejor en ciertas categorías que otros; Goku tiene un mejor desempeño en la categoría de Entrenamiento, y Chi-Chi en la categoría de Cocina. Al principio el sistema es un poco complicado de entender, pero inviértele tiempo y verás que solo es cuestión de ir rellenando cada espacio según tus preferencias.
Kakarot definitivamente no es el juego más gráficamente demandante allá fuera, pero aún así logra lucir bastante bien. El estilo por el que optaron aquí quedó de maravilla y los modelos de personaje se ven sacados directamente del anime. Aunque como suele ser el caso en muchos otros títulos, hay aspectos que quedaron descuidados y cuando empezamos a prestarles más atención a ellos pueden ser realmente un distractor visual.
La mayor parte del tiempo vamos a estar volando a altas velocidades de un objetivo a otro, y como tal, es un poco difícil ver lo que está pasando a nuestros alrededores. Pero basta con ver de cerca alguna montaña, algún árbol o alguna casa para darnos cuenta que las texturas parecen haber sido sacadas de un juego de la generación pasada. No es algo que importe mucho, pero una vez que lo notas, es casi imposible no volverlo a hacer.
Algo que me sorprendió bastante fue lo increíblemente bien optimizado que está el título. Durante todas mis horas de juego, puedo contar con una mano las veces en que se presentó alguna caída de frames o que tuve algún bug que me impedía progresar. Incluso en las peleas con múltiples enemigos y ataques sucediendo consecutivamente en pantalla, Kakarot logró mantenerse estable. De vez en cuando sí llegué a presentar ciertas inconsistencias visuales, pero nada que realmente afectara de manera significativa mi experiencia de juego. Bien ahí por parte de sus desarrolladores.
Los efectos de partículas también se ven geniales durante las peleas, realmente logran destacar el poder que hay detrás de cada habilidad especial, transformación y golpes. Por el tipo de juego que es, este apartado era muy importante y me da gusto saber que CyberConnect 2 pudo entregarnos un sistema de partículas que realmente le hiciera justicia al material original.
Como ya he dicho muchas veces en esta reseña, Kakarot hizo un impresionante trabajo en trasplantar el material original a nuestras consolas. Cada detalle en la animación, las peleas, el diálogo y la música fue cuidadosamente seleccionado para así poder recrear algunas de las escenas más emblemáticas del anime. Al principio te mencioné que el juego eliminó una gran parte del contenido de relleno, pero más que eliminarlo, lo que realmente hizo fue mandarlo a las misiones secundarias, las cuales son totalmente opcionales.
A lo largo de la historia estaremos intercambiando entre diferentes personajes, cada uno con su propio set de habilidades y ataques que, al igual que en Dragon Ball FighterZ, son únicos para cada uno de ellos y seguramente reconocerás el estilo de pelea propio de cada guerrero. Los efectos de sonido también les quedaron a la perfección, y cada acción que realizamos suele estar acompañada por uno de éstos, desde que cargamos Ki, hasta que descendemos después de pasar un buen rato volando, todo está ahí.
Al igual que en el anime, una vez que llegamos a cierto punto de la historia tendremos la posibilidad de viajar por el mundo para recolectar las siete Esferas del Dragón. Éstas se recargan cada 20 minutos de tiempo real, y cuando las encontremos todas podemos pedir por una gran cantidad de dinero o mejoras a nuestras estadísticas. Es un elemento bastante acertado, pero la verdad es que después de un rato se vuelve cansado tener que estar buscando otra vez las Esferas.
Como sabrás, Dragon Ball Z es realmente una secuela para Dragon Ball, anime que debutó en 1986. Como tal, el juego está lleno de guiños sobre los acontecimientos que vimos durante la serie original, desde referencias en los diálogos de algunos personajes, hasta algo más detallado como escenas o fotografías de los hechos.
Dragon Ball Z: Kakarot es uno de los mejores juegos de la franquicia para esta generación, a pesar de todos sus defectos, el título nos ofrece una experiencia bastante decente que dejará más que satisfechos a todos los fans de la saga. Con increíbles animaciones, detalles, historia y peleas, es difícil no recomendar este juego para todos aquellos que crecimos viendo este sensacional anime o que simplemente adoran el enorme universo creado por Akira Toriyama.
Pero por otra parte, apartando un poco el nombre de Dragon Ball, tenemos un título con elementos reciclados de cientos de otros proyectos allá fuera y que la gran mayoría de veces no funcionan. No digo que cada juego nuevo deba ofrecernos algo innovador o novedoso, pero la manera en que Kakarot adoptó dichos elementos fue de una manera muy floja y muchos de ellos ni siquiera deberían estar presentes aquí.
Kakarot es un juego que puede extenderse bastante en cuanto a su duración, dependiendo de qué tan meticuloso seas. Si decides avanzar rápidamente por la historia, seguramente lo terminarás en unas 30-35 horas. Pero si decides experimentar todo lo que el título te ofrece, entonces podrías estar alcanzando hasta las más de 100 horas.
Con un poco más de tiempo en desarrollo, Dragon Ball Z: Kakarot pudo ser una fantástica experiencia para todos, pero las misiones genéricas y el contenido repetitivo realmente frenan todo el potencial que el título pudo haber tenido. Me divertí bastante con el tiempo que pase en este juego, pero también hay defectos que simplemente son imposibles de ignorar, y aquí hay muchos de ellos. Aún así, si lo que estás buscando es la experiencia definitiva de Dragon Ball Z, entonces no busques más, pues eso es justamente lo que te ofrece Kakarot.