Exploración al estilo Chocobo para compartir

Cuando una franquicia es lo suficientemente grande e importante, se puede dar el lujo de darle protagonismo a esos personajes secundarios que, de alguna u otra manera, consiguen destacar de entre los protagonistas. En el caso de la serie Final Fantasy, los Chocobo adquirieron fama tan rápidamente que se posicionaron como uno de los seres más emblemáticos del universo de la serie y hasta como las mascotas insignia de la misma; si hay un nuevo juego de Final Fantasy, entonces es un hecho que en éste veremos aparecer a los enormes pájaros amarillas con cuerpo de avestruz.

Si bien los Chocobo son los principales rostros de la franquicia, Square Enix ha decidido darle mayor protagonismo a sus enérgicas aves al permitirles brillar como los protagonistas de sus propias aventuras con diversos tintes que van desde los juegos clásicos de RPG hasta spin-offs más alocados de carreras, juegos de mesa, combate, simuladores o hasta de crianza. No obstante, de entre todas éstas peculiares propuestas, existe una subserie de la que la icónica mascota se adueñó por completo y esa es la serie Chocobo’s Mysterious Dungeon, la cual se distingue por ser de rol simple con exploración por calabozos.

Han pasado más de diez años desde que vimos la última entrega de este singular spin-off y, aunque todo parece apuntar a que no llegará un nuevo juego en el futuro cercano, en Square sabían que no podían dejar que ésta dormitara indefinidamente. Por esa misma razón es que ahora la compañía nos trae una nueva reedición de Final Fantasy Fables: Chocobo’s Dungeon, el último juego que vimos originalmente en el Nintendo Wii, aunque ahora bajo el nombre de Chocobo’s Mystery Dungeon: Every Buddy!, destinada para los sistemas PS4 y Nintendo Switch. Teniendo en cuenta su trasfondo, resulta imposible cuestionarse sobre si esta nueva versión logra su cometido de traer de vuelta con nuevos bríos a la subserie o si de plano se convierte en un intento fallido por revivirla. A decir verdad, ofrece pocas nuevas ideas y propuestas que tiene éxito en lo primero, aunque a costa de algunos fallos que a la larga acaban por volverla una aventura encantadora pero muy repetitiva.

Ehm… ¿de qué les iba a hablar?

Comparado con otros títulos alternos, Chocobo’s Mystery Dungeon: Every Buddy! nos ofrece una aventura simple y colorida que, como todo buen juego de Final Fantasy, ahonda en los espectros de la magia, fantasía y temas rebuscados que, pese a todo, no dejan se vuelven incomprensibles. Básicamente ésta nos lleva a acompañar a Cid, un legendario cazador de tesoros, y a su compañero Chocobo a explorar el pueblo de Lostime, una tierra que se creía perdida; esto luego de que la búsqueda de una legendaria gema conocida como Timeless Power creara un misterioso Vortex que los condujera a dicho lugar. Una vez en la aldea, nuestros héroes se percatarán de que la misma se ve atormentada por una maldición en la que, con cada sonar de la campana de su torre, un habitante al azar pierde todas sus memorias.

Con tal de encontrar una salida, nuestros héroes comenzarán a explorar el pueblo en búsqueda de pistas que les permitan regresar a su propio mundo (y al sitio donde estaba su preciada gema, dicho sea de paso). Sin embargo, más pronto que temprano se toparán con un conjunto de personajes que los llevarán a descubrir los oscuros secretos que yacen en el lugar y que derivaron tanto en la maldición que los atormenta como en la desaparición de la aldea de la faz de la Tiera. Entre éstos destacan la joven maga Shirma que busca la manera de evitar que sus amigos sigan perdiendo su memoria; y Rafaello, un misterioso bebé que cuenta con la habilidad de abrir los pasajes hacia los laberintos de las memorias presentes en cada uno de los habitantes – o en este caso, las mazmorras que habremos de ir a explorar -.

La historia de Chocobo’s Mystery Dungeon: Every Buddy! es sencilla, entendible y tiene un tono ameno y alegre, aunque eso no evita que por momentos intente volverse un tanto rebuscada; ya saben, lo que se esperaría de todo juego de Final Fantasy. Pero aún y con esa tendencia, el juego no se torna complicado más de la cuenta y resulta fácil seguirle el hilo a su narrativa. En ese sentido, puedes esperar algo que sea disfrutable para todo tipo de jugadores, incluso para quienes desconocen por completo el universo de FF.

¡Kweh, Kweh! La aventura nos aguarda

Como su solo nombre deja entrever, Chocobo’s Mystery Dungeon: Every Buddy! es un juego roguelike de rol y exploración de calabozos que sigue la fórmula tradicional de todo Mystery Dungeon; esto es, que en nos aventuramos hacia calabozos de múltiples pisos, todos ellos generados de manera aleatoria, y en los que habremos de toparnos con diversos enemigos, ítems y hasta trampas mientras intentamos hallar la salida. Una vez en ellos, cada movimiento que hagamos (ya sea movernos un espacio, atacar o usar un ítem) vendría siendo el equivalente a un turno dentro de un RPG, aspecto que durante los combates viene a tomar mayor relevancia pues de ella se deriva el tipo de estrategia que podamos adoptar.

Existen algunos elementos que distinguen al juego respecto a otros exponentes del género, algunos simples y otros que le dan esa personalidad propia de todo Final Fantasy. Empezando por los sencillos, nuestra permanencia dentro de las mazmorras se ve directamente ligada a dos barras: la primera que es la de vida y que puede regenerarse tanto con ítems curativos como como con cada paso que hagamos; y la de hambre, que se va vaciando con cada acción que realicemos y que solo puede llenarse al ingerir alimentos. Como de seguro ya intuyes, el lado estratégico del juego recae en la forma en que administremos tales barras ya que, si descuidamos una, entonces nos veremos en serios aprietos.

Pero éstas no son los únicos aspectos a considerar durante nuestras exploraciones. Dentro de cada calabozo nos iremos topando con ítems que nos ayudarán tanto a mejorar los stats de los personajes como a administrar mejor nuestras barras de vida y hasta para atacar a los enemigos. Sí, esto es algo propio de todo RPG pero, si por alguna razón llegamos a morir en los escenarios, entonces perderemos todos los tesoros que hayamos conseguido. Por tal motivo y si no quieres perder nada entonces deberás cuidarte mucho, saber administrarte y, en algunos casos, reconocer cuando debas rendirte y retirarte.

Pasando a los aspectos que le dan ese toque de Final Fantasy a un roguelike como éste, el juego permite que podamos asignarle una clase a nuestro Chocobo y que le otorgan determinados movimientos, ataques y destrezas que puedan serle de ayuda tanto en los enfrentamientos como en la exploración misma. Por mencionar algunos ejemplos, las clases de magos (Red, Black o White Mage) tienen mayores poderes mágicos de largo alcance pero son un tanto más débiles que, digamos, las clases guerreras (Knight, Dragoon o Dark Knight) que dan preferencia a la fortaleza y agresiones físicas.

Aunado a lo anterior, una novedad con la que cuenta Chocobo’s Mystery Dungeon: Every Buddy! es un nuevo sistema de compañeros. Básicamente lo que éste permite es que llevemos a otra unidad para que nos ayude en la exploración y que puede ser tanto un Chocobo adicional (al que podremos asignarle una clase), como algún personaje secundario que conocemos en la historia o, incluso, a una criatura enemiga. Esto último resulta por demás interesante y llamativo ya que la manera en la que habremos de conseguir a más compañeros derivará de diversos factores: mientras que las clases de Chocobo las vamos consiguiendo conforme avancemos en la historia, los personajes se nos irán uniendo tras ayudarlos con sus problemas y los enemigos, con sus respectivos tipos y variantes, se irán desbloqueando entre más puntos consigamos tras eliminarlos en cada nivel.

De éste último apartado también deriva otra adición nueva como lo es el multiplayer. Por primera vez en la serie es posible que dos personas puedan irse a explorar juntas un calabozo, lo cual hace que la experiencia sea más amigable, incluyente y sencilla. Lo único malo de este modo es que la experiencia sigue estando atada al jugador principal por lo que puntos como el progreso, la asignación de turnos o hasta el avance que hagamos son determinados por el jugador 1 mientras que el jugador “invitado” no puede hacer mucho, tiene pocas habilidades disponibles, le es imposible recoger ítems o manejarlos y nunca podrá dirigir el camino a seguir.

A primera vista el título luce relativamente sencillo y accesible, lo cual es cierto dado lo amigable que es su curva de aprendizaje. Pero que esto sea así no significa que el juego se llegue a volver difícil o retador, aunque esto es producto más por la suerte y el azar que por su dificultad misma. En cierto modo esto es un arma de doble filo ya que los calabozos posteriores pueden terminar volviéndose ya sea una caminata en el parque o, con la peor de los casos, un tremendo desafío en el que se necesitará más que excelentes reflejos y habilidades para salir vivo.

Por su propia naturaleza, el juego es sencillo de aprender a jugar. Irónicamente, esa misma sencillez termina generando que, a la larga, el título ofrezca poca variedad en la aventura y se termine sintiendo un tanto monótona y repetitiva. Sí, la aleatoria dificultad puede añadirle un poco de heterogeneidad a la experiencia, pero ésta sigue siendo insuficiente y se percibe fácilmente en largas sesiones de juego.

Está boni, pero no envejeció muy bien

Gráficamente hablando, Chocobo’s Mystery Dungeon: Every Buddy! luce muy bonito, colorido y con enorme carisma, más aún gracias a los arreglos visuales a los que fue sometido con esta remasterización. Tristemente el juego no siempre se ve tan bien como se esperaría, sobre todo cuando observamos la apariencia de las mazmorras que, salvo por las obvias diferencias de lugar y temática, se ven prácticamente idénticas, áridas y con pocos elementos decorativos. Vaya, se nota que no envejeció del todo bien en ese sentido.

Sobre su música, el juego tiene una banda sonora conformada por varios arreglos de temas clásicos de la serie Final Fantasy, así como por algunas cuantas melodías originales. Todas son excelentes y le dan mayor personalidad al producto, aunque al final ninguna termina por ser memorable o superior a sus contrapartes originales de la serie principal. También cuenta con excelentes actuaciones de voz en inglés que hacen que los personajes sean más carismáticos y entrañables.

Chocobo’s Mystery Dungeon: Every Buddy! no cuenta con muchas novedades pero, las que tiene, al menos justifican en cierto modo la existencia de esta nueva reedición. La inclusión de un sistema de compañeros que, además, puede controlar un segundo jugador, le dan un brío de frescura a un juego aparentaba ser exclusivo para un solo jugador y hacen que la experiencia sea un tanto más dinámica y variada. Es una pena que esta idea se quedara en algo demasiado simple y que no se explotara aún más al permitir partidas por pantalla dividida o, inclusive, con la inclusión de más jugadores o hasta una variante online.

Infortunadamente, el juego tiene varios defectos que lo terminan volviendo una experiencia monótona y que denota lo mal que ha envejecido. Sus escenarios poco variados, sus limitadas mecánicas de juego, lo pequeño de su mundo o su sencilla banda sonora son solo algunos de esos defectos u oportunidades desperdiciadas que simplemente pudieron haber dado para más.

Estoy consciente de que éste es una remasterización de un juego de Wii, pero aún y con eso, siento que pudieron haber hecho mucho más con éste al hacer más mejoras y añadir nuevas ideas. Dicho esto, creo que el juego es recomendable para los fans del título original o de la serie Mystery Dungeon o para aquellos que jamás hayan tocado un título similar y tengan interés en adentrarse a éste. Fuera de ellos, puede que éste termine por volverse en una aventura un tanto intrascendente y poco sustancial, incluso para los amantes de Final Fantasy.