El cine popular se encuentra bajo una tendencia que por donde se le vea, está siendo bastante negativa, tanto para las casas productoras, como para los consumidores. El uso excesivo de los famosos tráilers para publicitar tal o cual cinta, se ha convertido en una actividad bastante viciada que está haciendo daño en todos los niveles. Prueba de lo anterior fue lo que pasó cuando los avances de la nueva versión de Ghostbusters salieron a luz, causando una reacción generalizada muy negativa. Tras haber visto el resultado final, te puedo decir que simplemente no entiendo por qué es que Sony y Columbia Pictures decidieron mostrar esas escenas en particular, misma que no representan al filme de ninguna manera.
Meterse con una obra que significó buena parte de la infancia de toda una generación no es algo sencillo, pues además de tener que complacer a exigentes fans, se tiene el objetivo de cautivar a una nueva audiencia. Por supuesto que la más reciente versión de Ghostbusters no estuvo al nivel de lo que fue la primera cinta de esta saga ni mucho menos, sin embargo, tampoco es el bodrio que muchas personas estaban anticipando, esto gracias a que en realidad, se nota que Paul Feig conoce la obra en la que se basaba, manteniendo la comedia en niveles razonables para tranquilidad de quienes detestaron el primer avance en video de esta película.
Como te comentaba, tocar una obra tan importante y querida como lo es Ghostbusters no sería una tarea nada sencilla de sacar adelante, pues estamos hablando de una franquicia increíblemente peculiar que cuenta con elementos muy marcados que no siempre funcionan en una cinta Blockbuster de 2016. Esta nueva versión de esta saga no busca ser una secuela directa de lo que vimos en los últimos dos filmes, más bien intenta reiniciar todo para crear fanáticos completamente nuevos, esto claro, sin dejar de hacer uno que otro guiño a quien disfrutó los filmes clásicos.
Ghostbusters de 2016 cuenta con prácticamente la misma estructura y primicia en general que la de la primera cinta de esta franquicia; es decir, la actividad paranormal en Nueva York ha aumentado considerablemente, por lo que un grupo de científicas que se dedican a la investigación de estos hechos, deciden formar una empresa que pueda lidiar con las amenazas que acechan a dicha ciudad. Por supuesto que las cosas se empiezan a complicar de diferentes maneras hasta tener las calles de la gran manzana completamente invadidas por espíritus de todo tipo fuera de control.
Probablemente, toda la primera mitad de esta nueva Ghostbusters es una calca a nivel de guión de la obra original, pues constantemente me venía a la mente la forma en la que todo se va desenvolviendo en el filme de los ochenta. Dicho asunto, por supuesto provocó reacciones bastante positivas en mi, pues básicamente estaba viendo la misma versión de estos amados personajes, esto claro, con rostros femeninos.
Hasta después de la presentación de cada uno de los personajes y la formación de las Ghostbusters, creo que todo iba por muy buen camino, sin embargo, cuando fue momento de resolver el argumento principal, la película cayó en errores bastante comunes de la época, dando giros completamente inexplicables que fueron apoyados por una abrumadora cantidad de acción que no siempre hacía sentido. Lo anterior me recordó un poco a por qué es que Ghostbusters 2 tampoco había funcionado como debió en su época, pues la realidad es que tanto esta nueva cinta como la antes mencionada, perdieron de la mira lo que hizo tan buena a la original desde un principio.
Me parece que el guión en general de Ghostbusters está muy bien sustentado y desarrollado hasta cierto punto, sin embargo, queda claro que en el tercer acto, el equipo de Paul Feig recordó que estaba haciendo una cinta Blockbuster hollywoodense, por lo que debía cumplir incluso con los errores cinematográficos que normalmente se cometen en este tipo de películas. Una sobresaturación de acción sin mucho sentido, frenó a esta película de haberse convertido en algo bastante más importante, esto sin mencionar que el diseño de algunos de los fantasmas estuvo lejos de ser el que muchos de nosotros estábamos esperando.
Como te comentaba al inicio de esta reseña, uno de los principales problemas desde un inicio de Ghostbusters tuvo que ver con sus tráilers, los cuales, le dieron a entender a muchos que en realidad se nos iba a entregar una comedia bastante tonta basada en este universo tan amado. Te recalco que estos avances no representan de ninguna manera el tono general de la película, pues a pesar de que sí tiene sus toques de humor, la realidad es que éstos se mantienen en un nivel bastante saludable.
La verdad es que ver una versión femenina de los Ghostbusters no fue nada simple, no obstante, te puedo decir que al menos en mi opinión, tenemos una película con personajes bastante bien logrados y sobre todo, muy bien ejecutados por el reparto que fue seleccionado para el filme.
Una de las principales preocupaciones de los fanáticos era la incursión de Melissa McCarthy como una de las protagonistas haciendo a la Dr. Abigail “Abby” Yates, pues normalmente, esta actriz suele exceder los límites de su comedia en las películas que ha hecho. Para fortuna de todos nosotros, McCarthy siempre se mantiene en una línea bastante segura, no rebasando ninguna clase de límete y dejando que el resto de los personajes se pudiera desarrollar de buena manera. Lo sutil que llega a ser su participación por momentos, creo que al final la hicieron brillar de mucho más de lo que todos esperábamos.
Leslie Jones como Patty Tolan era otro de los personajes que más dudas levantaron después de los infames tráilers que se nos mostraron. Muchos alegaban que ésta estaba completamente sobrada y fuera de lugar, no obstante, en mi opinión, la afroamericana es uno de los mejores elementos de Ghostbusters. Lo anterior lo digo porque a pesar de que sus chistes sexistas y racistas podrían llegar a incomodar a algunos (a mi no me podrían importar menos estos temas), muchas veces termina siendo la parte más humana del grupo, dándole un balance bastante interesante.
Por su parte Kristen Wiig dándole vida a la Dr. Erin Gilbert y Kate McKinnon como la Dr. Jillian Holtzmann, son dos personajes igualmente muy bien logrados que sirven para darle credibilidad y mucha fuerza a las nuevas Ghostbusters. Lo que más me gustó de estas dos fue que con cada una puedes sentir empatía, pues constantemente no están recordando lo absurda que puede llegar a ser la situación, esto sin dejar su compromiso con tener que resolverla. Dicho asunto da como resultado momentos bastante divertidos y un desarrollo de personajes interesante hasta cierto punto.
Algo que me sorprendió bastante fue el gran trabajo que Chris Hemsworth hizo como el secretario de las Ghostbusters. La realidad es que éste es una de las partes más divertidas de la película pues quien también hace a Thor en el universo cinematográfico de Marvel, entendió perfectamente cuál era el objetivo de su personaje. Adam Ray lo hace bien dándole voz a Slimer, aunque creo que se nos pudo haber entregado algo bastante más destacable para un personaje tan icónico como éste.
Uno de los mayores problemas de Ghostbusters y que seguramente más harán enfadar a los fanáticos, tiene que ver con la forma en la que se construyó al personaje de Rowan North, villano interpretado de una manera bastante mediana por Neil Casey. Además de que el antagonista nunca se ve como una verdadera amenaza para las protagonistas a pesar de todo el desastre que causa, sus motivaciones y desarrollo son bastante pobres en todo sentido y como te comentaba, el diseño de algunos de los fantasmas creo que también quedó a deber bastante.
El tema de los efectos especiales cobró un nuevo significado durante la década de los ochenta, pues el uso de técnicas digitales cambió por completo la forma en la que se construían películas con grandes presupuestos. El diseño del equipo, vestuario y en general, dirección artística de esta nueva Ghostbusters, es verdaderamente genial, pues prácticamente todos estos elementos fueron construidos sin el uso del famoso CGI.
Sin embargo y por la propia naturaleza del filme, se tuvo que echar mano de efectos digitales. Hace unos párrafos te puntuaba que durante el tercer acto de la película, las cosas se comienzan a salir un poco de control, pues casi de la nada, se nos satura de una gigantesca cantidad de acción que muchas veces no sabemos de dónde vino.
Con le objetivo de hacer que todo lo anterior se sintiera mucho más intenso, Paul Feig no escatimó en recursos visuales, llenando la pantalla de luces neon que en un inicio parecen funcionar pero que después de 15 ó 20 minutos sin parar, llegan a ser bastante molestos. Otra queja tiene que ver con la animación de algunos de los fantasmas, pues creo que para estar en 2016, se pudieron haber creado personajes que fueran mucho más tangibles y creíbles.
No me mal interpretes, Ghostbusters no es una película que se vea fea ni mucho menos, sólo creo que tiene detalles técnicos bastante marcados y evidentes, los cuales, la verdad es que me sorprende mucho que no hayan sido corregidos en la versión final de la cinta, más si tomamos en cuenta que cada vez es más común que la gente asista al cine con el único objetivo de ver grandes efectos especiales.
La realidad es que me cuesta bastante trabajo decir para quién es esta nueva Ghostbusters, pues conozco a fanáticos de las películas originales que la amaron y también a quienes no les gustó tanto. En mi caso, te puedo decir que con todo y que me encanta el trabajo que Bill Murray y compañía hicieron en los ochenta, disfruté bastante de esta nueva interpretación de esta franquicia. Por supuesto que dentro de todas sus propuestas, existen errores bastante marcados que la frenaron de haber sido algo bastante más importante.
Si nunca has consumido algo de Ghostbusters, este filme te hará pasar un gran rato. Como sea, creo que sí vale la pena pagar un boleto por entrar a verla. Lo que me sigue sorprendiendo en sobremanera el pésimo desempeño que está teniendo hasta el momento en taquilla, asunto que me deja pensando si es que en efecto, los polémicos tráilers terminaron afectándola de una manera tan importante.