Si pensaban que la era de las remasterizaciones y las ediciones definitivas había terminado en 2014, estaban muy equivocados. En una campaña por acercar a los nuevos jugadores que poseen una consola de actual generación a juegos lanzados en el pasado, Capcom trae una versión extendida y aumentada de DmC: Devil May Cry.

Este juego (que recibió mucha polémica en la víspera de su salida hace un par de años debido al nuevo diseño del protagonista y al cambio radical en la narrativa de la franquicia) ha regresado, ahora para PlayStation 4 y Xbox One con un montón de extras. Algunos son DLC que quienes hayan pagado ya pudieron disfrutar, y otros son cambios exclusivos de los poseedores de una consola de actual generación.

Las novedades se vuelcan completamente sobre el contenido y los nuevos modos de juego. Por ello, gráficamente no esperen mucho de este título. El aspecto visual se mantiene fiel a la versión de PC, misma que luce más admirable entre las plataformas para las que estaba disponible el juego originalmente.

No hay actualización en las texturas, adición de mejoras en la física ni efectos de iluminación de ningún tipo. Incluso, el juego conserva errores que a un par de años después de su lanzamiento original parecen garrafales. En varias ocasiones Dante carece de sombra, los edificios tardan en cargar y simplemente parece que te encuentras ante el mismo juego al que ya le pusimos las manos hace dos años.

Un elemento que se agradece es el aumento de la resolución a 1080p. Además, aparte de que el juego corre a una resolución Full HD, también cuenta con una tasa de refresco de 60 cuadros por segundo. Gracias a ello, el combate se siente mucho más frenético y fluido, elementos indispensables para un título con gameplay de esta naturaleza.

La historia sigue siendo la misma. Controlamos a Dante, un cazador de demonios en búsqueda por acabar con el maligno Mundus con la ayuda de nuestro hermano Vergil y la medium Kat. Alternaremos entre el mundo real y el Limbo para acceder a nuevas zonas y destruir paso a paso el reinado de uno de los demonios más temibles de la historia.

El gameplay sigue siendo igual de frenético, y la historia no deja de ser consistente y empujarte a querer ver más con cada misión completada. Ninguna falla en este aspecto.

Este juego de acción incluye todo el DLC que hayamos visto hasta la fecha. Esto incluye todos los skins alternativos para Dante, la campaña extra Vergil’s Downfall, el modo de supervivencia Bloody Palace donde tendremos que derrotar enemigos sin parar por 101 niveles, los skin para nuestras armas y las habilidades Orb Harvester e Item Finder.

Las novedades exclusivas para estar nueva versión son varias, y la mayoría se vuelcan sobre la dificultad y el perfeccionamiento del modo de juego. Para empezar, contaremos con la capacidad de apuntar manualmente y fijar la mira en un sólo objetivo, lo que nos ayudará a conectar con mayor facilidad nuestros combos sin perder un golpe por darlo al aire.

Con el Hardcore Mode, el juego se asemeja más a los títulos originales con un balance en los puntos de daño y la agresividad de los enemigos, además de que conectar combos para obtener Style Points es más difícil. Mirar las animaciones en las pantallas de carga ahora tendrá más importancia que nunca, ya que de ahí podremos sacar un truco o dos para obtener ese rank perfecto de SSS.

Esto aunado al Turbo Mode en el cual el gameplay se acelera en un 20% hace del título más frenético que nunca. Con el excelente soundrack de los holandeses Noisia y la banda americana Combichrist, partir demonios en dos será más retador que nunca. Acabar el juego en la máxima dificultad disponible al principio (Nephilim) con el Hardcore Mode y el Turbo Mode activados si te toma unas 15 horas de tu tiempo, y ahí no termina todo.

El reto extra original después de acabar el juego es la dificultad Dante Must Die. No obstante, ahora se añade el reto de Gods Must Die, en el cual los enemigos causan 2.5 veces más daño. Acabar el juego en este modo para completar los retos al 100% no será tarea fácil, incluso para los más experimentados

Si lo nuestro es el masoquismo, también se añade el modo Must Style, en el cual los enemigos serán invulnerables al daño amenos que nuestro rank de estilo sea de S o mayor. Esto nos forzará a realizar combos variados y espectaculares si es que queremos avanzar en las misiones.

La última adición de este título es el Bloody Palace para la campaña Vergil’s Downfall, en el cual después de terminar la campaña de nuestro azulado hermano, tendremos que enfrentarnos a oleadas casi infinitas de enemigos al igual que como lo hicimos con Dante.

DmC: Definitive Edition es un juego de acción donde todo quiere matarnos, incluso la ciudad que limita nuestro avance transformándose de las maneras más extrañas posibles. Enemigos perturbadores, música dubstep y aggrotech, un sólido sistema de progresión gracias a un congruente árbol de habilidades y una historia cautivadora se unen a retos extras que añaden una gran dificultad a la experiencia.

Es una lástima que en la cuestión gráfica y técnica el título no haya actualizado sus valores originales. Vamos, ni siquiera pulir al máximo lo presente para evitar fallos básicos que sufrimos hace un par de años. Además, el título desarrollado con el Unreal Engine 3 envejeció bastante rápido, quedándose corto al compararse con títulos de actual generación.

Bien le hace falta un buen título de acción a nuestros Xbox One y PlayStation 4, pero Capcom pudo haber hecho un mejor trabajo para entregar un juego que pueda mostrar el potencial de las consolas actuales y no sólo una versión “refrescada”.

Dante es más letal que nunca, pero igual lo son los enemigos gracias al Hardcore Mode y a la dificultad Gods Must Die. Los más faroleros querrán presumir sus puntajes con el Must Style Mode y robarse cámaras en las listas de los mejores jugadores del Bloody Palace. ¿Lo mejor? El Turbo Mode con el cual se podrán a prueba nuestros reflejos al máximo.

Si ya jugaron el título original, habrá pocos motivos por los cuales desembolsar y obtener el mismo juego de nuevo, a menos que no se quieran perder las novedades en el ritmo y la dificultad. Si nunca han probado una experiencia de Devil May Cry, esta podría ser una buena oportunidad, aunque no esperen mucho técnicamente.