Para ser sinceros jamás me imagine que aquel título del 2008 fuera a tener una secuela, LittleBigPlanet llegó sin pretensiones pero con un increíble potencial y se estableció como uno de los estandartes del Playstation 3, uno que la consola necesitaba y que no hubiera sido posible en ninguna otra. El juego era básicamente un plataformero en 2D aparentemente muy de la vieja escuela, nos dejaba jugar a 4 personas a la vez y ahogarnos en una especie de alegría infinita a través de un puñado de niveles increíblemente carísmaticos, bien diseñados y que además contaban con una función para nuestro beneficio mucho mayor, enseñarnos la punta del enorme icberg en que el juego consiste: “Todos esos niveles eran increíbles, sí, y las herramientas que los hicieron posibles estaban ahí para que cualquiera de nosotros les diera el uso que quisiera” Al principio muchos lo vieron como un pequeño atractivo extra pero pronto el verdadero monstruo emergió. Las creaciones de algunos usuarios eran lejos mejores que las que el juego originalmente incluía, había niveles de otras franquicias perfectamente recreados y experimentos originales que nos hacían olvidar que estabamos jugando LBP. Si estos casos hubieran sido aislados tal vez la historia hoy no sería la misma, pero pronto el nivel de creaciones de usuarios supero los 2 millones – aún contando – y entonces supimos que LBP no debía ser tomado a la ligera.
