Recuerdo que el primer Dead Rising mostraba la calidad de las gráficas en las consolas de siguiente generación, además de presentar un concepto muy raro: matar zombies por simple diversión.
Aquí fue donde la ficción zombie dio el gran salto, mientras habíamos pasado años jugando por sobrevivir, pasando niveles lineares y tratando de escapar de la amenaza de muertos vivientes, en Dead Rising simplemente paramos de correr y comenzamos a usar todo como arma en contra de ellos y esto era justo lo que necesitábamos: libertad.
Cuatro años después de la aventura del fotógrafo Frank West en el primer Dead Rising, Blue Castle, un equipo de desarrollo canadiense, Keiji Inafune, mente detrás del primer Dead Rising y Capcom presentan Dead Rising 2, donde las maneras de matar, mutilar y torturar a la amenaza de muertos vivientes regresa más fuerte que nunca.
