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CD Projekt RED
CD Projekt RED
21/01/2015
The Witcher 3: Wild Hunt es uno de los juegos más esperados para 2015. O al menos uno alrededor del cual tanto CD Projekt Red como Warner y Bandai Namco (su Publisher en Europa) han sabido construir un hype más que saludable. Puede que los libros de Andrzej Sapkowski, de los cuales proviene la serie de videojuegos, sean parte del patrimonio cultural de Europa del Este. O que los títulos sean motivo de orgullo para la nación polaca. Pero, hasta hace apenas unos meses, era innegable que las aventuras protagonizadas por Geralt de Rivia pertenecían a ese submundo que son los títulos de nicho.
Por todo lo anterior, causa cierta extrañeza la manera en la que CD Projekt Red ha sacado provecho de esa atención. Ya tenemos un juego de mesa, y en esta ocasión toca hablar de un título MOBA para móviles. Hablamos de la extrañeza porque, históricamente, The Witcher no fue nunca candidato para recibir el tratamiento de serie archipopulares como Warcraft, por ejemplo. Sin embargo, aunque parece parte de un movimiento para que el público se sumerja en el universo de dichos relatos rumbo al lanzamiento del tercer título en la serie, esto no quiere decir que no haya calidad para construir experimentos valiosos alrededor de la franquicia.
El género MOBA (arena multijugador en línea) es quizá el más popular el día de hoy. Sin embargo, el mercado está dominado por dos títulos (LOL y DOTA 2), con apenas oportunidad para que nuevos contendientes entrena a competir. Por ello, es obligación de estos nuevos contendientes apelar a conceptos novedosos y formas distintas de aprovechar esta oleada de popularidad.
Battle Arena, de entrada, es un juego para plataformas móviles, lo cual es un arma de dos filos. Limita técnicamente las posibilidades, pero permite que el proyecto alcance a un público interesado en jugar títulos de este tipo en la palma de su mano.
Las limitantes son evidentes desde el primer momento, ya que tenemos apenas nueve héroes disponibles divididos en magos, arqueros y guerreros. Además, los escenarios son muy pequeños, dando espacio a batallas de tres contra tres en arenas que apenas dan espacio a seis jugadores.
Es aquí donde el aprovechamiento de los recursos disponibles se convierte en un detalle decisivo a la hora de construir un juego. Sí, son pocos los protagonistas al alcance de tu mano. Pero cada uno está constuido con la riqueza que los relatos del Sapkowski y la franquicia de CD Projekt Red han entregado. Además de Geralt y personajes como Zoltan, Letho y Iorveth verás elfos, magos, monstruos y demás con habilidades y transfondos diversos, complementados con un aspecto gráfico de buena hechura en consideración con la plataforma en la que corre.
Sí, es free to play. Sí, de los nueve heroes tienes solo tres disponibles de forma gratuita. Sí, puedes comprar los demás con dinero real o monedas obtenidas jugando. Es entendible la molesta que genera esta plataforma de negocio. Incluso lo abusiva que resulta a veces. Pero, considerando que es un estándar del género y de la plataforma, es comprensible que era casi obligatorio para siquiera competir en el mercado. Vale la pena destacar que, también, puedes adquirir trajes y armas con el mismo modelo, al tiempo que en este título puedes desbloquearlo todo jugando. Esto último, para muchos, será un plus.
Como se ha mencionado, el juego consta de partidas entre dos equipos de dos jugadores. La meta, en este caso, es conquistar tres puntos de control repartidos en la arena y mantener dicho dominio. Para lograrlo, como uno esperaría, debe hacer frente a los rivales con las habilidades de nuestro personaje. Esto se logra mediante la jugabilidad de clicks, bueno, toque de pantalla que resulta tradicional para este tipo de juegos. Por ello, si eres un veterano de LOL o DOTA seguro dominarás lo básico a la primera.
Los detalles técnicos limitan el tamaño y variedad de los mapas, los cuales son dos hasta el momento. Sin embargo, hay que darle un beneficio particular: no sólo son visualmente atractivos, sino que además las dimensiones alientan el combate entre los jugadores, aportando mayor reto y diversión a cada duelo.
Como es natural en los títulos de este tipo, durante el combate adquirirás experiencia con la cual potenciarás tus habilidades. Sin embargo, otro factor que respalda la jugabilidad es el control táctil y lo accesibles que resultan los objetos, poderes especiales y demás en la pantalla. No estorban y están, literalmente, al alcance de tus dedos. Todo mientras la cámara no da mucho espacio a dejarnos fuera de la jugada.
El juego permite jugar contra oponentes en línea, así como contra la inteligencia artificial. Sin embargo, exige estar conectado a la red mientras juegas. Esto no evita que, durante varias partidas, hayamos sufrido de desconexiones. Eso sí, mientras estuvo en pie el juego corrió de manera estable.
Además del detalle de las desconexiones, no hay diversidad en las modalidades de juego. Con tan pocos personajes y mapas, quien esté buscando más variedad quizá termine frustrado. No nos extrañaría que, con actualizaciones, el título reciba más contenido. Pero seamos claros, para quienes desean una experiencia profunda otros títulos pueden ofrecerla sin mucho lío.
Técnicamente, sí, es atractiva. Tanto en gráficos como en música y sonido, con la presencia de voces que pudimos conocer en el juego. El gameplay es muy intuitivo, aunque la carencia de posibilidades puede volverlo repetitivo. Al final del día, es claro que la razón de ser para este juego es darle empuje a la IP rumbo a su lanzamiento más importante de su historia, más que construir un hit con derecho propio.
El juego se disfruta de buena manera pero falla en aspectos clave, algunos de ellos superfluos en apariencia. De entrada, el juego en línea no es tan estable como debería. Después, las carencias de contenido son notorias, incluso para ser un juego free to play de móviles. La riqueza de su contenido de origen le da más armas para sobresalir e incluso permite que sea un juego digno de atención, pero está un tanto lejos de las grandes ligas en un género que comienza a sobrepoblarse.