A menudo escuchamos la declaración de que el género survival horror se está extinguiendo, que cada vez hay menos juegos o se están transformando en otra cosa. Hoy Naughty Dog nos trae The Last Of Us y su declaración es clarísima: “¿Qué tanto de verdad deseamos que el género vuelva?”
Lo digo porque The Last Of Us no es un juego fácil ni amigable, no es cómodo, no es propositivo y con frecuencia te hace preguntarte por qué seguir jugando algo que te pone tenso, te disgusta y te hace sentir angustia física y moralmente.
Naughty Dog es recientemente conocido por su trabajo en la seie de Uncharted con la cual nos acostumbraron a vivir experiencias de hermosos visuales, ritmo trepidante e historias universalmente aceptables. The Last Of Us mantiene los altísimos valores de producción que el estudio maneja pero cambia ritmo y satisfacción por frustración total.
Es tanto el sentimiento de desesperación que te agobia desde el funcionamiento del control, los ambientes desolados, la dificultad, y los temas que se abordan; que en ocasiones cuesta definir si son aspectos positivos o negativos del juego, pero entonces recuerdas que estás jugando un survival horror y todo hace sentido –Naughty Dog son unos genios- todo es a propósito. No tienes porque disfrutar TLOU, tienes que sufrirlo.
Los enfrentamientos con enemigos en el juego son una pesadilla, combatir algunos de ellos a golpe limpio es prácticamente suicidio, y usar el arma de fuego es impreciso, incómodo, no hay suficientes municiones y revela tu posición a otras amenazas (recomiendo jugar con todos los assists apagados para mejorar la experiencia). Muchos adversarios cuentan con ataques que de conectar con nuestros personaje significan muerta instantánea. Lo anterior puede ser muy atractivo para jugadores de antaño (lo es para mí al menos) pero resultatará particularmente frustrante para los no tan acostumbrados. Las balas para las armas escasean y más bien hay que aprovechar el sistema de crafting con el que juego nos permite crear objetos para defendernos (como bombas molotov) a base de otros elementos que se adquieren en los escenarios, casi cualquier cosa (como ladrillos, botellas, etc) pueden ser usados pero hay que cuidar el espacio que nos ocupa cargarlos. En general el juego te orilla a jugar sigilosamente y evitar todo confrontamiento.
El juego peca de linear y muy asistido, pero es el precio de contar con una narrativa tan específica como la que se busca transmitir. Hablando de ésta, es super pesada, el juego te pone en situaciones que te tensarán y causarán conflictos en más de un nivel. Todo esto potenciado por las brillantes actuaciones de Ashley Johnson y Troy Baker detrás de los personajes principales (Ellie y Joel) y los sonidos y ambientes perfectamente cuidados. Entre ellos la música de Gustavo Santaolalla.
Esto crea una cohesión casi mágica entre los lugares presentados por el juego y los personajes que los visitan. Joel es el padre que lo perdió todo tras el holocausto viral que el mundo ha sufrido, Ellie una adolescente que carga sobre sus jóvenes hombros el enorme peso de ser la última esperanza para un regimen de resistencia. Juntos crean una relación poderosa que se transmite al jugador y que brilla por su vida en estos parajes muertos y entre monstruos y enemigos humanos (militares) que tampoco tienen ninguna consideración por las vidas de los protagonistas.
The Last of us cuenta con un multiplayer que seguro extenderá su tiempo de vida para esos usuarios no tan clavados del survival. Cuenta con dos modos básicos de enfrentamientos online, Survivors y Supply Raid, que se juegan más como third person shooter, aunque la experiencia de supervivencia se mantiene. En este modo los controles son más precisos y dinámicos, lo que refuerza la idea de que la campaña para un solo jugador es una experiencia planeada para angustiar. Tuvimos realmente poco tiempo para checar esta modalidad (multiplayer)a fondo, pero parece bastante robusta.
Tengan cuidado con lo que piden, pero si son de los que pidieron un survival horror de verdad en estos tiempos, ahora lo tienen. Atomix le da un 95 a The Last Of Us y esperamos que no sea el último de su tipo.