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PS4
Bandai Namco Studios
Bandai Namco Entertainment
20/10/2015
Veinte años se dicen fácil pero en la industria del entretenimiento no cualquier franquicia puede llegar a presumirlos; menos aún cuando se trata de un videojuego. La serie de Tales of, aquella que Namco lanzará allá por finales de 1995, es una de las pocas afortunadas que han logrado alcanzar las dos décadas de existencia y de una forma tan activa que muchas otras marcas envidiarían.
Con 14 juegos principales en su haber y una popularidad que ha crecido conforme al paso de los años, Bandai Namco ha decidido celebrar este vigésimo aniversario con una entrega más de la franquicia, la cual busca regresar un poco más a sus origines de aventura fantástica, mágica y medieval. Tales of Zestiria llega con la enorme expectativa de no sólo convertirse en un título memorable, sino en uno que sea capaz de satisfacer a todos esos fans que crecieron con los múltiples universos de la franquicia; atraiga a nuevos seguidores, logre ofrecer una historia y jugabilidad fresca; al fin, que le haga justicia a ese gran legado.
Al igual que como sucede con otras importantes franquicias del género como Final Fantasy o Dragon Quest, Tales of Zestiria retoma una estructura narrativa similar a la vista en sus entregas previas. Es decir que dentro de ella la historia se erigirá sobre el mito del viaje del héroe y se expondrá a un personaje que seguiremos durante su aventura mientras intenta cumplir con su destino.
En esta ocasión tomaremos el control será Sorey, un joven explorador y fanático de la exploración de ruinas que ha sido criado por una tribu de serafines, entes sagrados que pregonan la paz sobre la tierra de Glennwood. Tras un encuentro repentino con una chica humana de nombre Alisha y con un misterioso hombre bestia que iba en búsqueda de ella, nuestro héroe decidirá embarcarse en un viaje alrededor del mundo junto a su compañero celestial, Mikleo, sin imaginarse que dicha travesía le servirá para conocer su verdadero destino en esta vida: convertirse en el pastor o también visto como el representante de los serafines en la Tierra.
Conforme va avanzando la historia iremos conociendo nuevos personajes, tanto humanos como serafines, mismos con los que podrá estructurar tu equipo. Así mismo descubriremos varias de las habilidades que solamente Sorey, como representante de los seres celestiales, podrá adquirir para liberar al mundo de la oscuridad y desesperanza en el cual se ha sumido la humanidad.
Si bien es verdad que mucho de lo que acontece en el juego se centra en Sorey, por desgracia esto mismo termina por influir en la evolución del resto de los personajes. Al ser este un JRPG de la talla de un Tales of, se esperaría que todos los personajes contasen con un desenvolvimiento óptimo que los transforme en compañeros memorables. Sin embargo y aunque muchos de ellos cuentan con una personalidad peculiar y distintiva (los que se podría esperar de un juego del género), estos terminan por verse opacados por el protagonista. Esto por ningún motivo arruina la experiencia o el desarrollo de la historia, pero en definitiva (o al menos en mi caso) sentí que no fue aprovechado del todo al elenco de acompañantes del joven pastor. Sí, todos logran aportar su grano de arena y brillan por varios momentos en la historia, pero en lo general su influencia termina por pasar a segundo término.
La trama de Tales of Zestiria aunque se encuentra centrada en el crecimiento y desenvolvimiento de Sorey mientras aprende a convertirse en un salvador, resulta ser sumamente compleja. El universo con el cual el título fue creado resulta ser abrumador porque busca forjar su propia mitología. Por ello éste podría convertirse en un título sumamente pesado para muchos jugadores, inclusive para aquellos que suelan ser ávidos seguidores del género. Si planean entrarle al mismo, les sugerimos que lleguen a él mentalizados con la idea de que se toparán con un título sumamente rico en historia, vocabulario y mecánicas de juego, al grado de que inclusive les tomará varias horas comenzar a comprenderlo por completo. Si logran soportar la enorme carga de contenidos entonces les aseguramos se encontrarán con un título muy profundo e inmersivo.
Al igual que su trama y el mundo donde se desarrolla, la jugabilidad del título brilla por ser una de las más ambiciosas que hay en la serie, pero también por ser una de las más complejas que hayamos visto.
De nueva cuenta el sistema de combate basado en la acción de las entregas previas mejor conocido como Linear Motion Battle System, regresa aunque con ciertas diferencias. La primera de ellas recae en su formato ya que cuando inicie una pelea no seremos transportados a un escenario predefinido sino que pelearemos en la misma área donde nos encontremos, con todo y los relieves o imperfecciones del lugar. No obstante a esto último y ya adentrados en la afrenta, seremos capaces de desplazarnos casi de manera libre por la zona delimitada para el enfrentamiento y de utilizar dicha movilidad tanto para atacar como para esquivar los asaltos enemigos.
Al momento de comenzar las agresiones contaremos con dos botones de ataque, básicos y especiales (también llamados Artes), mismos de los que se derivarán las demás mecánicas del sistema. En comparación a otros juegos, los dos comandos básicos harán uso de una barra especial conocida como Cadena Espiritual. Conforme hagamos cualquiera de estas agresiones se irá vaciando la misma poco a poco y, en caso de que la vaciemos, quedaremos inhabilitados para seguir atacando.
Como tal la barra podrá rellenarse por sí sola cuando dejamos de hacer algún ataque o en su defecto cuando presionemos el botón de defensa. Éste formato invitará a que los jugadores tengan un control más definido de sus acciones ya que la sabia administración de dicha barra es lo que permitirá que podamos encadenar diversos combos y artes que nos permitan abordar a determinados enemigos. En este juego jugar al botonazo (aunque posible en muchas ocasiones) y sin premeditar lo que se hace podría terminar por afectarnos de manera negativa enormemente.
Yendo más a profundidad cada uno de los personajes se especializarán en algún tipo de arma o estilo de combate en particular, elemento (solamente los serafines) y hasta en un determinado rango de alcance (los humanos son atacantes de corto y mediano alcance y los serafines de medio y largo alcance). Aún más importante se encuentran las Artes (ataques especiales) a las cuales tienen acceso cada uno de ellos. Éstas podrán ser equipadas en los miembros del equipo de la manera que más creamos conveniente (hasta cinco a la vez) aunque también puede ser posible guardar determinadas combinaciones entre las cuales podremos intercambiar y hasta estructurar diferentes formaciones. Precisamente este último aspecto es uno de los puntos por los cuales destaca el sistema de combate, por invitar a los jugadores a experimentar con los ataques y para formar sus propios sets de embates que les permitan afrentar casi cualquier circunstancia.
Todo lo anterior no es solo sino parte del ambicioso sistema de batalla, el cual se ve completado por una nueva mecánica conocida como Armatización. Llegado a un punto temprano de la aventura podremos hacer que dos de nuestros personajes se fusionen; más específicamente un humano con un serafin, mismos que por lo general se acompañarán entre sí mismos. Cuando esto suceda el humano adquirirá nuevos ataques, artes, habilidades y el elemento al cual es afín el ángel, abriendo así aún más la gama de ataques y estrategias.
Más allá de que la Armatización sirva solamente como una fase de Power-up ésta también contará con sus respectivas ventajas y desventajas. Por mencionar algunas, cuando los fusionemos nuestro nuevo personaje verá sanada su barra de vida y rellenada la de Cadena Espiritual, aunque a costa de que nuestro equipo se vea reducido por un integrante mientras esta fase dura. Aunado a ello la barra de vida del ser fusionado se convertirá en una sola y, en caso de que éste caiga, los dos personajes que conformaban dicha combinación se separarán y perderán toda su vida. No obstante a esto y para evitar cualquier contratiempo, será posible deshacer la fusión en cualquier momento e incluso intercambiar entre un serafín compañero con otro en tiempo real para así permitir que el otro se recupere mientras intentamos nuevas estrategias con los demás.
Como si de por sí el sistema de combate no pareciera ser lo suficientemente extenso, a este cabe añadirle el rubro de la equipamiento de armamento y accesorios. En Tales of Zestiria el apartado de la personalización resulta casi igual de profundo que el de las mecánicas de batalla ya que muchas de las fortalezas dentro de nuestra estrategia de pelea deben de contemplar a algún determinado ítem o arma. Todos y cada uno de éstos contarán con diferentes habilidades o mejoras y podrán aumentar si es que los combinamos con algún otro artefacto.
La idea central de este apartado es que nos sentemos a analizar cada uno de los ítems que podrían funcionar con nuestras estrategias lo cual, por desgracia, podría convertirse en algo sumamente exhaustivo y absorbente. Si bien muchos podrían hacer caso omiso de este rubro por buena parte de la aventura, llegará a haber momentos en los que tendrás que sentarte a evaluar tu equipo, ver qué te sirve y qué no, qué deberás de vender y qué podría ser de utilidad para fusionar.
Con un sistema de batalla tan profundo muchos podrían pensar que el mundo del juego sería sumamente extenso: lamentablemente esto no es tan cierto. Tales of Zestiria fue dotado con un inmenso mundo que podemos explorar hasta donde la propia aventura nos lo permita en determinados momentos. Sin embargo estos se sienten sumamente vacios y sin vida en algunos casos. Para ser un mundo relativamente abierto, en verdad resulta un tanto decepcionante ver que su carencia de contenidos (dígase variedad de enemigos por zonas, tesoros ocultos, rutas, pueblos o zonas de interacción) lo hacen sentir un tanto limitado.
Lo anterior viene a empeorar cuando llegamos a los calabozos los cuales se perciben como meros laberintos. Por lo general en estos la inclusión de puzzles o acertijos es poca y se encuentran estructurados de tal forma que solamente existe un camino principal, mismo que para intentar confundir al jugador cuenta con diversos caminos adicionales que no conducen a ningún lugar.
Una aspecto más resulta imposible de ignorar es su apartado gráfico y visual. Desde lejos, Tales of Zestiria denota su origen como proyecto de PS3 pero que también decidió llevarse a PS4, plataforma en la que lo reseñamos. Si bien no cuenta con errores de framerate o ralentización por los contenidos que aparecen en pantalla, por diversos resulta posible ver un bajón gráfico o pobres diseños de ambientes y hasta personaje. No es como si tratara de algo que afecte a la experiencia del juego, pero en definitiva lo hace lucir mucho menos de lo que debería
Por otro lado en donde el título si logra brillar es en sus secuencias animadas de estilo anime. A lo largo de la historia nos toparemos con momentos trascendentales en los cuales se nos narrará todo a través de cinemáticas o por defecto en breves imágenes de estilo de novela gráfica. Por mucho uno de los rubros más brillantes y bonitos del juego, uno por el cual la franquicia se ha hecho de millones de seguidores en todo el mundo.
Hablando de su apartado sonoro, Tales of Zestiria cuenta con un repertorio musical que va de bien a increíble. La música utilizada para los pueblos, calabozos y zonas del mundo logran darle su propia personalidad a las mismas, al grado de incluso convertirse en icónicas. No obstante a ello, muchas de ellas suelen repetirse, por lo que por momentos dejará una sensación de que pocas composiciones fueron realizadas para el título.
Finalmente y como se trata de un juego que va dirigido a un tipo de jugadores en particular, el juego cuenta con la opción para escucharse en japonés e inglés. Mientras que el primero de estos logra hacer su trabajo de hacernos sentir que jugamos un título de anime, el segundo consigue demostrar una buena localización. Eso sí cabe mencionar que el título se encuentra totalmente traducido al español por lo que inclusive aquellos que no sepan inglés podrán disfrutarlo y hasta enredarse con su de por sí ya complicado universo.
Tales of Zestiria cumplió con su cometido. Para ser un título que busca celebrar los 20 años de la franquicia éste logra demostrar todos los aspectos por los cuales la franquicia es ya una de las favoritas de los fans de los juegos de rol orientales. Así mismo , cuenta con algunas ligeras adiciones que logran darle nuevos bríos de frescura a una serie que cuenta con parámetros bien establecidos, mismos que se han hecho presentes en cada una de sus entregas.
Por desgracia este no es perfecto y en varios apartados expone varias de sus carencias, errores o pobres implementaciones, tales como lo son sus árido de sus mundos, mazmorras lineales, gráficos un tanto quedados y hasta un abuso excesivo de sus contenidos. Esto último podría ser la principal razón por la cual muchos terminarían por sentirse intimidados por el juego.
Una historia profunda, personajes originales, un mundo fantástico e inmenso y un sistema de combate profundo y nunca monótono. Tales of Zestiria es un juego del cual podrás sacarle provecho por muchísimas horas.
Tales of Zestiria no es un título para cualquiera. Como su nombre lo indica, éste se encuentra dirigido para todos aquellos que son fans de la franquicia o que han disfrutado cuando menos de algunas de las tantas historias que conforman a la serie de Bandai Namco. Así mismo, dada sus profundas y ambiciosas mecánicas de juego también podría convertirse en un título de sumo interés para aquellos que sean asiduos consumidores de los juegos del género JRPG, sobre todo de aquellos que se desarrollan en mundos fantásticos y cuentan con temáticas que caen en lo cliché.
De ahí en fuera si te atrae el juego, ten en cuenta que estás frente a una entrega que no tiene compasión por saturarte de información y contenidos, una que si no logras canalizar o analizar debidamente, podría terminar por ahogarte antes de que empiece lo bueno.
