3DS
3DS
Marvelous AQL
XSEED Games
31/03/2015
Tener una granja virtual no es algo que Zynga haya inventado con Farmville. Hace casi dos décadas ya teníamos excelentes productos que combinaban la simulación con el RPG gracias a Harvest Moon, serie que desde 1996 nos ha entregado gratas experiencias de vida agricultora.
Con la pérdida de los derechos por parte de Natsume -ex publicadora de los juegos Bokujō Monogatari en Occidente-, Marvelous AQL se vio en la necesidad de cambiar el nombre de su siguiente título para nuestro continente. Así llega Story of Seasons, siguiente entrega de la franquicia que aunque no lleva la marca que ya conocemos, sí incluye toda la esencia de la serie que tantos fans ha generado en un periodo de casi 20 años.
Story of Seasons nos pone en el papel de un citadino aburrido de la vida en la urbe. Después de crear a nuestro personaje, pudiendo cambiar muchos de sus aspectos como el género, el peinado y la ropa, comienza la historia donde recibimos una carta, en la cual se indica que el Oak Tree Town se encuentra buscando granjeros entusiastas. Sin más nos disponemos a enviar nuestra solicitud, y en menos de una semana ya nos encontramos dejando atrás nuestra bulliciosa rutina para comenzar una nueva aventura entre cosechas y animales de granja.
Las primeras horas del juego pueden ser determinantes para saber si vamos a continuar con la historia o no. Con ello me refiero a que el avance es bastante lento y el tutorial donde a través de textos nos llevan de la mano dura un par de horas, en las que no haremos más que presionar A para avanzar al siguiente diálogo.
Después de liberarnos de las interminables cadenas de tutoriales, donde a través de distintos días nos presentan a los demás pobladores de Oak Tree Town y nos enseñan las actividades básicas de recolección, siembra y crianza, estaremos al mando de nuestra propia granja.
Es aquí donde nos encontramos con la realidad de ser un granjero, el trabajo duro y rutinario será nuestro pan de cada día para crecer y convertirnos en el terrateniente más envidiable que haya visto el pueblo. El juego no cuenta con un reloj real, es decir, el tiempo pasa conforme a los estándares del título, por lo que un día durará cerca de una hora real. Durante cada día perderemos energía dependiendo de las actividades que realicemos, y nos tomará tiempo acostumbrarnos a lograr todas las metas que nos propongamos, por muy mundanas que parezcan.
Los primeros días se me fueron como agua en lo que aprendí a usar el martillo y el hacha para recolectar piedra y madera. Ambos materiales eran necesarios para mejorar mi casa, y que con ello dejara de verse como un verdadero y literal cuchitril. Gracias a un calendario podía ver eventos que se avecinaban como White Day, celebración oriental donde los chicos suelen regalar dulces a sus parejas. Así podía planear por adelantado mis actividades y visitar el pueblo cada vez que hubiera una celebración especial.
Desde muy temprano en el juego podemos ir conociendo a cada uno de los seis personajes con los que podremos casarnos, cada uno con su respectiva historia y personalidad. A través de diálogos y distintas actividades a lo largo del tiempo podremos ir forjando una relación con ellos, para finalmente contraer matrimonio, tener hijos y dejar nuestro legado por generaciones.
No nada más lidiamos con relaciones interpersonales, pues al final de cuentas el juego es un Harvest Moon hecho y derecho. Con ello me refiero a que diariamente tendremos que hacernos cargo de nuestras cosechas y nuestros animales. En las tiendas podremos comprar distintas semillas que tardarán más o menos tiempo en crecer.
El gameplay se simplifica al darnos lotes de siembra de 3×3, haciendo de esta actividad más rápida. Además, el trabajo de riego y cosecha se hace automáticamente por lote y ya no por unidad, lo que nos da mas tiempo para terminar nuestro trabajo y poder ir a divertirnos con nuestro NPC favorito.
La interacción y el intercambio de objetos también se vuelve parte fundamental de nuestra aventura. A través de una estación de comercio, podremos enviar y recibir artículos a otros pueblos, tanto ficticios como de otras personas. Ciertas regiones tendrán preferencia por algunos artículos, lo que nos dará ventaja para hacer dinero poniendo nuestro propio puesto de intercambio.
Visitar otras granjas y safaris será también una opción si tenemos conexión a internet. Más adelante, superando aproximadamente las siete horas de gameplay podemos activar la opción del multijugador. Con este podremos visitar a otras personas y ayudarles con sus tareas diarias. Durante este tiempo, el clima siempre será soleado y el tiempo no pasará, por lo que podremos disfrutar sin estar al pendiente de nuestra barra de energía. Gracias a una varita mágica podremos mejorar la cosecha de ciertos productos, donde al más puro estilo de Farmville los seleccionaremos y éstos darán mejores resultados después de que nos vayamos.
El safari es una adición coquetona, pero que no añade mucho al gameplay, este podrá ser expandido para integrar más animales como monos, pericos y pingüinos, y aquí también podremos invitar a otras personas para compartir con ellos nuestro espacio personal de recreación.
Aunque es emocionante la sensación de querernos comer el mundo pero comenzar casi con las manos vacías y ver cómo nuestras creaciones van aumentando en complejidad y fineza, Story of Seasons representa más un juego de perseverancia que de habilidad. Jugar por largos periodos de tiempo podrá dejarnos exhaustos y aburridos debido a la repetición de actividades diarias, donde después de poco trabajo nuestro personaje no hará nada más que pedirnos regresar a la cama y despertar al siguiente día (del juego).
Iremos encarrerados por avanzar lo más rápido posible en vez de saborear lo que sucede en el presente, y detalles como la recolección de materiales mientras corremos será excitante sólo las primeras veces, ya que finalmente resultará monótono y posiblemente terminemos por ignorar ciertas flores que en un principio nos emocionaba ver.
Pequeños percances saltarán a nuestra vista en cuestión técnica, como las continuas caídas de framerate cada vez que entramos a áreas con muchos elementos como campos de cosecha. No obstante, Story of Seasons nos ofrece bastantes guiños que se logran apreciar en un juego de 3DS y lo separan de otras experiencias más diluidas de plataformas menos complejas.
Un ejemplo son las estaciones del año, las cuales cambiarán conforme avance el calendario y vestirán de distintas tonalidades los ambientes que recorremos. Además, las melodías que suenan en cada estación variarán y nos harán sentir un verdadero pasaje del tiempo, elemento importante en un título donde crecer y reproducirse está a la orden del día.
Los colores y la dirección de arte son vibrantes, y nos dan un vistazo a la percepción que Japón tiene sobre Europa y sus estilos, algo que se aprecia más por el lado creativo que por el de gameplay.
Más allá del repetitivo gameplay, lo restrictivo de la energía y la diluida historia principal que se pierde entre el pasaje del tiempo, Story of Seasons ofrece cierto nivel de variedad al permitirnos adquirir recetas de comida para preparar mejores platillos, planos para construir casas más lujosas, intercambios con otros pueblos para recibir objetos y materiales exóticos y una que otra actividad esporádica como concursos de cocina y exhibiciones de animales.
Nos encontramos ante el verdadero sucesor de Harvest Moon, mismo que consigue mantener la fórmula clásica intacta y al mismo tiempo evolucionar y simplificar actividades que ya empezaban a mostrar la edad como la cosecha. Story of Seasons es un título de buena calidad que cumple con lo que promete sin revolucionar ningún paradigma ni limar detalles como lo repetitivo de algunos aspectos del gameplay.