PS4
PS4
tri-Ace
Square Enix
28/06/2016
De todas las series que comprenden el portafolio de Square Enix, Star Ocean es una de las que quizá peor suerte ha tenido durante todos sus años de existencia. Aunque ésta nació dentro de las oficinas y estudios de la que alguna vez fue la compañía Enix, a lo largo de su vida se ha tenido que conformar con tener una modesta popularidad y a vivir bajo la sombra de dos titanes como lo son Final Fantasy y Dragon Quest, con todo y pese a que tiene todo lo necesario para codearse con ellas.
Con más de dos décadas de existencia y seis juegos en su haber, la franquicia de Star Ocean ha vivido diversos altibajos que le han impedido posicionarse mejor entre los amantes de los JRPG; mientras que algunas de sus entregas han sido fuertemente aclamadas, otras – en especial la última – han recibido severas críticas. Por tal motivo no resulta del todo extraño observar que, por varios años, se le haya decidido mantener en letargo. Sin embargo eso es algo que está a punto de cambiar.
Luego de haber mantenido a sus fans esperando por casi siete años, Square Enix por fin ha lanzado Star Ocean: Integrity and Faithlessness, la nueva entrega de su querida serie rol fantástico y sci-fi que llega ahora al PS4. Más allá de traerla de vuelta con la intención de hacer de ella uno más de sus bastiones (o de que ésta le genere más ganancias), la firma nipona lo hace con tres ideas en mente: la de intentar quitar ese estigma que dejó su último título, la de revivir a la franquicia por completo y, aún más importante, la de analizar si ésta todavía tiene futuro en un mercado que exige propuestas más ambiciosas. Por lo que pudimos probar cumple con algunas de éstas.
Star Ocean es una serie que consiguió cautivar la atención de millones de jugadores en el mundo dada la manera en como estructuró su universo con diversos aspectos provenientes de géneros tan distintos como los son la fantasía y la ciencia ficción. Al ser fanáticos declarados de los juegos de rol y de series como Star Trek, el equipo detrás de ella, tri-Ace, se ha encargado de crear aventuras que consigan ilustrar esa extraña combinación en títulos cargados con mecánicas de juegos de acción. Esta nueva entrega no es la excepción.
Integrity and Faithlessness nos llevará a visitar el planeta de Faykreed, astro en el que seguiremos de cerca a dos de sus habitantes: Fidel Camuze, un joven aprendiz de caballero, y su amiga de la infancia Miki Sauvester. Un día tras regresar de un viaje hecho a la capital de su país, ambos se percatarán que algo inmenso (una nave espacial) ha caído del cielo y, al ir a explorar la zona donde cayó, verán que de ella surge una misteriosa niña de nombre Reila, pequeña que pareciera no recordar nada de su pasado. Tras observar la dura situación en la que se encuentra y las fuertes heridas que sufrió después del impacto, nuestros héroes decidirán ayudar a la pequeña para que recupere sus memorias y descubra su verdadero paradero, dando así inicio a una aventura que los llevará a conocer civilizaciones que están a años luz de la suya.
Como se podría esperar la trama de Star Ocean se desenvuelve de tal forma que puede llegar a tornarse un poco compleja y con algunos cuantos vuelcos inesperados. Sin embargo en ningún momento se complica al grado de hacernos perder el hilo del argumento principal. De hecho es digno de mencionar que su historia es demasiado amigable con los jugadores que apenas se inician con la serie ya que no es necesario haber jugado cualquiera de las entregas previas para entenderla a la perfección. Eso sí, quienes lo hayan hecho encontrarán en ella una gran cantidad de referencias que enriquecen aún más la narrativa.
Pese a lo anterior, nos resultó imposible no sentir que la historia del juego fue desaprovechada en buena medida, sobre todo si la comparamos con la manera en la que se desarrollaron las tramas de los juegos previos. Aunque no ahondaremos en spoilers, podemos decirles que ese aspecto que hacía sentir a los títulos de Star Ocean como aventuras intergalácticas no estuvo tan presente a lo largo de la campaña. Si bien es cierto que toma aspectos provenientes de la ciencia ficción, también lo es que éstos se usaron más para justificar su narrativa que para construir un mundo (o mundos) ricos en donde convergen la fantasía y la tecnología. En ese sentido, no sentimos como si hubiésemos viajado hacia un océano de estrellas.
Desde la revelación del juego el año pasado se mencionó que el gameplay de las batallas se mantendría idéntico al de la fórmula principal que ha predominado en la franquicia; es decir, que controlamos a un personaje dentro de un campo delimitado en el cual podemos realizar dos diferentes ataques, débiles y fuertes con sus respectivas variantes en corto y largo alcance. Aunque para Integrity and Faithlessness las cosas se mantienen igual, éste fue complementado con algunos y muy importantes cambios que hacen de las batallas algo mucho más fluidas y frenéticas.
En esta ocasión nuestro equipo de viajeros se encuentra conformado por siete miembros, cada uno especializado en un estilo de combate y arma distinto: Fidel y Victor, caballeros que utilizan la espada como arma principal; Miki y Fiore, las chicas que dominan la magia; Emmerson que carga una ballesta; Anne, quien solamente recurre a sus puños para atacar; y Reila, la pequeña niña que nos encontramos al inicio del juego y quien sirve más como alguien que da soporte al resto del equipo. Sorpresivamente, todos ellos participan de manera activa y simultanea en la batalla y será posible tomar el control de cualquiera de ellos en prácticamente cualquier momento de la pelea. ¡Así es, ahora controlamos a un equipo de siete héroes!
Una vez en el calor de la pelea tendremos que estar al pendiente del principio básico sobre el cual se rigen las peleas, el de un esquema triangular de fortalezas y debilidades entre los ataques débiles, los fuertes y la guardia, mismos que se contraponen entre sí… aparentemente. Mientras que los ataques pueden frenar cualquier tipo de embate fuerte, los golpes poderosos quebrantan las guardias y, éstas últimas, detienen los ataques débiles y normales.
Aunado a lo anterior también destaca la presencia de la Reserve Gauge, barra similar a la que está presente en otros juegos que se va llenando con cada acción que realicemos y que, al estar llena, nos permite liberar un poderoso ataque. Adicionalmente a ello ésta también cuenta con funciones adicionales que otorgan diversos bonos para los jugadores; mientras menos la usemos y más la llenemos, ésta nos brindará mejores recompensas tras los combates como lo son más experiencia, dinero o cristales de desarrollo. Tendrás que pensártela dos veces antes de recurrir a ella puesto que de su uso se derivan más cosas que sólo un letal movimiento.
En apariencia la estructura de los combates aparenta ser un tanto compleja y balanceada dada su naturaleza; por desgracia, no lo es. A decir verdad en ningún momento sentimos tan preciso el mentado esquema triangular ya que en reiteradas ocasiones la guardia no funcionaba para detener ataques salvo si se presionaba el respectivo botón en el momento preciso. Lo mismo sucedía con los ataques normales frente a los poderosos (los cuales sucumbían frente a éstos) y con las agresiones fuertes que, por lo visto, no las frenaba casi nada.
Todo lo anterior hace sentir al sistema de juego un tanto simple pues la aparente estrategia que se deriva de su uso se vuelve obsoleta cuando con un solo ataque (el fuerte) puedes hacerle frente a casi todo lo que se te pone. Sin embargo, su complejidad y verdadera dificultad no recae tanto en este apartado sino en la manera en como estructuras y equipas a todo tu equipo.
El hecho de que podamos controlar a todos los miembros del equipo es un aspecto que no sólo hace sentir al grupo más unido sino que, además, le otorga a cada uno de sus integrantes su debida importancia dentro del esquema de batalla. Por mencionar un ejemplo muy general, en varios momentos de la historia llegaremos a contar con todo el grupo pero, en otros, solamente estarán presentes algunos de ellos. Si bien dicha estructura está diseñada para que varios personajes abarquen más roles, en definitiva se resienten las situaciones en las que llega a hacer falta uno de éstos (sobre todo de Miki quien es quien lleva la batuta como la sanadora del grupo).
Hablando de los roles, Star Ocean: Integrity and Faithlessness se sale del esquema básico de papeles en el cual cada integrante juega un puesto determinado en el equipo y, en su lugar, adopta uno mucho más profundo y en cierta forma versátil. Aunque cada personaje es afín a un tipo de arma y estilo de combate, todos ellos pueden ser equipados con hasta cuatro tipos de roles de entre las decenas que hay de las cinco clases existentes como lo son el ataque, defensa, sanación, soporte y misceláneo.
Que todos puedan jugarle de lo que sea no significa que cada uno sea capaz de aprovechar de manera óptima los roles que se les asigna ya que, como dije, cada uno se especializa en algo en particular. La bruja Fiore, por ejemplo, puede desarrollar habilidades de sanación pero, con todo y eso, jamás podrá superar las destrezas de Miki, la curadora por excelencia.
Ahora bien que no todos logren compaginar con muchos de los roles también es producto de las habilidades a las que cada uno tiene acceso. Así como algunos aprenden movimientos y ataques propios de alguien ofensivo, también hay otros que sólo tienen acceso a destrezas de magia y otros más de soporte. Precisamente esto último, en conjunto a los tipos de roles existentes, son los que permiten que la estrategia aparezca. Con tal de poderle hacer frente de mejor manera a diversas situaciones que se nos presente deberemos de experimentar con cada uno de los personajes al asignarles las habilidades que les sean pertinentes y los roles que se ajusten mejor a cada uno de sus estilos. Lo crean o no llega a haber momentos, sobre todo con los jefes, en donde idear y designar funciones específicas con las habilidades adecuadas puede ser el factor que nos permita obtener la victoria o ser aplastados sin misericordia.
Como todo buen juego de rol conforme avancemos en Star Ocean iremos aumentando los niveles y stats de los personajes. Pese a ello, este apartado no es al que más atención le debes de en cuanto al desarrollo de los héroes se refiere ya que las habilidades y roles de cada uno de ellos también van evolucionando.
En el caso de los roles, estos pueden ir aumentando de nivel aunque, para ello, requerirán del consumo de Skill Points, puntos que obtendremos tras cada pelea que libremos. Es más, conforme más los subamos de nivel, éstos irán desbloqueando nuevos roles con funciones únicas y específicas para las múltiples situaciones con las que nos toparemos en los combates y que, a su vez, también podrán irse mejorando. Por su parte las habilidades también irán progresando aunque, en su caso, requerirán de diversos requisitos u objetos (por lo general libros) que les permitan desarrollarse plenamente.
Podemos decir que el juego cumple sin problema alguno en cuanto a gameplay se refiere. El sistema de combate es profundo pero no por ello agresivo con el jugador. Conforme más lo juegues más irás aprendiendo de sus controles y dominando cada uno de sus apartados. Es pues un título con cierto nivel de simpleza desde el inicio pero con mucho contenido por explotar en el futuro.
Si hay algo que en verdad nos sacó mucho de onda y sentimos debe criticarse fue la inteligencia artificial del juego, tanto del lado de los compañeros como de los enemigos. En un inicio el juego nos frece la opción para que nuestros personajes puedan ser controlados por nosotros mismos o, en su defecto, por la máquina. Por obvias razones decidí dejarle a la consola la tarea de que se hiciera cargo de mis acompañantes y, siendo sinceros, en ocasiones sentí que hice mal.
En más de una ocasión cuando los controlaba, Fidel y sus amigos hacían cosas muy idiotas como correr hacia el enemigo sin ninguna estrategia en concreto, quedarse estáticos sin saber qué hacer, o hacer lo que no debían cuando había algo más importante en juego (dígase, que Miki atacara en lugar de curar). A decir verdad esto es algo que en muchas ocasiones me molestó bastante pero, si he de ser honesto, tampoco es algo recurrente sino más bien aleatorio. Así como había peleas que perdía de la manera más estúpida, también las había en donde todos se ponían las pilas y me sorprendía.
La misma situación aplica para los enemigos ya que en momentos mostraban ser mucho más inteligentes y gandallas que mi equipo y, en otras, actuaban tan insulsos y zopencos que parecía hasta ofensivo no aprovecharme de ellos. Desconozco a que se deba esto pero, no lo dudo, se debió a problemas de programación. Eso sí, cuando menos me hizo entender que, de un momento a otro, la dificultad podía despegarse de un momento a otro y sin previo aviso.
Otro apartado que llama mucho la atención del juego es el de su presentación, el cual al igual que como explicamos en su gameplay, buscó darle un vuelco en la manera en cómo se nos muestra todo el paquete.
Visualmente hablando, Star Ocean: Integrity and Faithlessness se ve hermoso y con un gran detalle tanto en el diseño de los personajes como de los mundos. Con todo y pese al limitado presupuesto que tuvo tri-Ace al momento de hacer el juego y a que éste inicio como un juego de PS3, se nota a leguas que el trabajo invertido en la construcción del mundo fue tan minucioso como los recursos se lo permitieron a sus desarrolladores. No tendrá la calidad visual de, digamos, Final Fantasy XV, pero al menos no deja a deber.
Aunque el juego no se ve feo en lo absoluto (he visto juegos peores), por desgracia si falla en la manera en cómo nos presenta su historia. Como tal este Star Ocean no cuenta con cinemáticas, o mejor dicho, sólo tiene un puñado de ella, las necesarias para ilustrar los momentos más trascendentales de su historia. En su lugar el título recurre a los momentos de interacción con diálogos entre los personajes en tiempo real y en donde nosotros manejamos la cámara de manera libre para ver qué es lo que ocurre. Si bien esto se hizo con la intención de hacer más fluida la transición entre el gameplay con la narrativa (lo cual consigue), también cabe resaltar que dicho aspecto demerita muchos de los momentos claves de su historia al no poder hacer que éstos transmitan por completo la sensación que se vive en las situaciones. Por más bueno que les haya quedado el trabajo de voz y que las caras de los personajes denoten diversas expresiones, la carencia de animaciones hace que se pierda en varios momentos la empatía con lo que vemos en pantalla.
Otro detalle que también afecta terriblemente la manera en la que se lleva aborda la narrativa es la ausencia total de la opción para saltar cinemáticas, o mejor dicho, charlas entre personajes. Una cosa es que el título no haga uso absoluto de las secuencias animadas e intente solventar su ausencia por otros medios, pero otra muy distinta que no les permita a los jugadores saltar momentos que ya han visto y que conecten con el siguiente momento de actividad.
Lo anterior viene a empeorar aún más si le añadimos el hecho de que los puntos para guardar la partida son escasos y están muy esparcidos a lo largo de los mapas. Si en momento llegas a perder y por algún motivo se te olvido guardar o creíste que no sería necesario hacerlo, entonces prepárate para no sólo tener que repetir todo lo que hiciste sino, además, fumarte todas las pláticas importantes. No les mentiremos, en algunas partes nos frustró el hecho de que tuviésemos que echarnos en reiteradas ocasiones la misma parte de la historia una y otra vez, y todo ello debido a dos rubros tan importantes en los que, todavía, nos sigue sorprendiendo no hayan sido contemplados desde el inicio. ¿Qué les costaba incluir la opción de saltar o, de perdida, de aumentar los save points?
Musical y sonoramente hablando, el título no sufre por ningún lado. El repertorio musical que se compuso para esta entrega captura la esencia de la serie y transmite la magia de la historia que, como ya dijimos, no consiguen hacer las tan comentadas interacciones “in game”. De hecho y si son fans de la serie, les agradará saber que algunas de las piezas que amenizan el juego consisten de arreglos de temas clásicos o de melodías que hacen rememorar a muchos de ellos.
Las actuaciones de voz de igual forma cumplen con su cometido. Sin importar si lo juegas con su doblaje en inglés o con sus voces originales en japonés, puedes dar por hecho de que las interpretaciones están a la altura que se esperaría del título. Esto es algo sumamente bueno, más aún cuando recordamos que a éste le hicieron mucha falta las cinemáticas.
Antes de concluir me gustaría hablar de un punto más que, no dudo, podría convertirse en tema de polémica durante los próximos días: el de su duración. Para ser un JRPG, Star Ocean es un juego que se siente mucho más pequeño que otros referentes del género e, inclusive, que de sus propias entregas previas. Terminar su campaña principal te tomará entre 18 y 22 horas y poco más de 40 si es que decides ir por todo. Ahora bien, ¿esto es algo malo que lo demerita por completo? Me atrevo a decir que no… o al menos éste punto no.
Durante las buenas horas que le invertí a pasar la historia en ningún momento me aburrí o sentí que iba demasiado veloz. Es más los peros que pude hallarle a él se encontraron en otros rubros totalmente ajenos a su duración y que ya explique en los apartador previos (poco uso de los elementos del espacio, relativo y simple esquema de batalla, dudosa y cuestionable inteligencia de los personajes carencia de cinemáticas y repentino e injusto aumento de su dificultad son sólo algunos de ellos).
Si le traes ganas al juego pero te consterna demasiado saber que éste no dura las cientos de horas que te ofrecen otros JRPG, entonces déjanos decirte que no tienes nada que temer. Si, a nosotros también nos habría agradado sumergirnos por más horas en el mundo fantástico y Sci-Fi del título pero, al menos de lo que pudimos probar, quedamos plenamente satisfechos.
Si lo vas a criticar y a buscarle peros, te aseguramos que se lo encontrarás en otros apartados pero no aquí. Que no te engañen aquellos que, de seguro, se van a quejar de que el juego no dura nada. Digo, ya pasó con The Order: 1886, ¿no?
Para tratarse de un juego que intenta rebootear a una serie que ha sido ignorada por muchos de manera tan injusta, puedo decir que Star Ocean: Integrity and Faithlessness es un título sumamente agradable. me queda claro que éste un experimento de parte de Square Enix que busca analizar las oportunidades y opciones que existen por traer de vuelta a la franquicia pero, con todo y eso, el resultado obtenido me dejó satisfecho.
No voy a negar que el juego talonea terriblemente en varios apartados que, a la postre, terminaron por afectar la manera en cómo se desarrolló toda su historia y desenvolvió el gameplay. De hecho siento que de haber corregido los errores mencionados y de haber tenido más recursos y tiempo de de desarrollo, éste habría mejorado considerablemente. Sin embargo y al menos con las limitantes que tuvieron sus desarrolladores, el título consiguió salir adelante.
Si nunca has jugado un Star Ocean, Integrity and Faithlessness puede ser un buen acercamiento con la franquicia. Su increíble, veloz y fluido gameplay en conjunto su relativamente simple historia la convierte en una de las entregas más accesibles que hay de ella hasta ahora. Por otro lado y si eres un fan asiduo de la franquicia, podrás sentir que ésta se queda un tanto corta respecto a las expectativas que generaba, sobre todo, por la presencia de errores que tiene y de los que, es más que probable, también te vas a percatar tarde o temprano.