La fiesta de Mario llegó al Wii U

Ninguna consola de Nintendo podría estar completa sin su respectiva entrega de Mario Party. Sin importar si se trata de una plataforma de sobremesa o portátil, casi todas han recibido una edición de la fiesta más popular del plomero del Reino Champiñón. El Wii U no es la excepción y, por ello, es que por fin nos llega el primer juego de la serie para éste, y la décima entrega de la franquicia (13° si cuentan las de Gameboy Advance, DS y 3DS).

Mario Party 10 llega en medio de un panorama de incertidumbre para la compañía. Por un lado, éste se convierte en una de las primeras cartas fuertes de la gran N para inicios de este año, el cual aún cuenta con un calendario de lanzamientos no del todo claro. Por otro, también llega luego de que sus últimas entregas no han sido del agrado de todo el mundo, al punto de que las evaluaciones de las mismas han ido decayendo poco a poco. Eso sin mencionar el arduo panorama que ha tenido la consola, que se ha ido componiendo durante los últimos meses y gracias a sus más recientes estrenos.

Para lograr mantener el ritmo que el Wii U que ha tenido últimamente, Nintendo ha decidido lanzar ésta nueva entrega en el primer trimestre de 2015 con dos objetivos en mente: refrendar el momento del cual ha gozado la consola y renovar con nuevos bríos a una franquicia que, desde hace mucho, pide a gritos de un cambio y/o renovación. ¿Logra vivir a las expectativas que se le tienen?

¡Que se arme la pachanga!

¡Oh sorpresa! De entrada y por primera vez desde hace muchas entregas, esta nueva edición de la fiesta de Mario no cuenta con una historia de por medio. Y no es como si la necesitase, pero resulta interesante ver que, para la ocasión, Nintendo decidió llevar las cosas de lleno al grano y sin justificación alguna.

En total Mario Party 10 cuenta con 3  principales modos de juego, de los cuales dos son muy similares entre sí, pero con sus respectivas e importantes diferencias.

El primer modo consiste en el tradicional modo Party, el cual retoma la misma estructura utilizada con su predecesor, la de una mini aventura compartida. Dentro de éste hasta un total de cuatro jugadores deberán de recorrer un tablero a bordo de un vehículo compartido con el objetivo de intentar llegar hasta el final.

En comparación a las entregas previas, los participantes no buscarán conseguir la mayor cantidad de monedas para así comprar estrellas. En su lugar, tendrán que juntar el máximo número de mini estrellas, mismas que se encuentran esparcidas por todo el tablero o que pueden ser adquiridas por medio de diversos minijuegos y/o eventos dentro de cada nivel. Precisamente en lo que respecta a los mini juegos, estos se llevarán a cabo de una manera más aleatoria y no necesariamente después de que todos los concursantes hayan tenido su turno.

Aunado a ello, dentro de todos y cada uno de los tableros existirán dos diferentes batallas: una con un sub jefe y otra con un jefe final. Más allá de ser una pelea como tal, éstas consistirán en mini juegos un poco más largos en los que los jugadores tendrán que acabar con la barra de vida de algún enemigo y cuyas mecánicas serán un tanto similares a la de las demás mini actividades.

Si jugaron Mario Party 9 entonces seguramente ya saben que esperar de esta modalidad. Dado que la fórmula original se empezaba a sentir un tanto monótona conforme cada nueva entrega, Nintendo decidió retomar la estructura implementada en el último juego de Wii. Si bien es cierto que ésta no resultó ser del todo atractivo para muchos, más aún dada la longitud de cada uno de los niveles, para Mario Party 10 los desarrolladores decidieron hacer de cada uno de los tableros mucho más cortos y menos lineales.

Ahora cada uno de los mapas tendrá una duración aproximada de entre 30 y 45 minutos. Quizá un poco más, pero no tanto como para llegar a la hora de duración ni  para que dure menos de media hora una sesión. A la par de ello, también aumentaron un poco más la interacción directa con los mapas, por lo que podemos esperar que muchas cosas cambien en ellos conforme pase cada turno.

Aunque todavía se pueden percibir algunos errores en los niveles, se aprecia claramente que Nintendo aprendió muchísimas cosas respecto a Mario Party 9. La fórmula que presentó hace algunos años decidió simplificarla y mejorarla de acuerdo a la retroalimentación recibida por los fans. El juego no es perfecto, pero se siente un cambio notable de la entrega previa a la de reciente, aunque sea de manera mínima.

Eso sí, hasta el momento y por ningún motivo se toca al Gamepad como uno de los controles a utilizar y, en su lugar, se toma solamente a los Wiimote. Pero no te preocupes, ya que es el siguiente modo el que le sacará provecho a la pantalla de la consola por completo.

¡Ya llegó el alma (malévola) de la fiesta!

El segundo modo es, quizá, el principal motivo por el cual existe el juego. Tal y como lo ha venido mostrando Nintendo desde que se reveló el título, el Bowser Party consiste en una variación del modo de fiesta pero en la que ahora los participantes deberán de enfrentarse en conjunto al temible Bowser.

En total, hasta 5 jugadores pueden participar en esta modalidad, siendo precisamente el jugador adicional el que tomará el rol de Bowser por medio del GamePad. Así mismo, las mini estrellas ahora serán sustituidas por corazones, y los mini juegos tradicionales darán paso a una nueva selección en las cuales los primeros cuatro jugadores se enfrentarán en conjunto al malévolo rey de los Koopas.

Dentro de cada tablero, los primeros cuatro participantes tendrán dos objetivos principales: hacer todo lo posible por escapar del archirrival de Mario, al tiempo que intentan llegar al final del nivel, aunque sea por medio de un sobreviviente que cuente con un solo punto de vida. Por su parte y del lado de Bowser, el quinto jugador, ayudado por Bowser Jr., deberá alcanzar a los otros para evitar que logren su objetivo. De lograr llegar a donde se encuentran, será entonces que se llevará a cabo uno de los nuevos Bowser-juegos en los que el villano podrá despojar a los demás de sus corazones.

Hablando de los mini juegos de esta modalidad, Nintendo decidió sacarle provecho a su nuevo mando dentro de estos. Al ser un control totalmente distinto a Wiimote, quien juegue como Bowser puede tener a su disposición una amplia gama de formas para hacer sufrir a sus adeversarios, mismas que logran sacarle gran provecho a las cualidades del GamePad. Desde acciones básicas como tocar la pantalla para hacer que ocurran cosas en la televisión, hacer uso del micrófono para soplar fuego o alterar elementos del mapa, contar con un amplio mapa y visión de todo lo que ocurre e influenciar determinados resultados, son sólo algunas de las acciones que pueden realizarse con éste.

Más allá de las evidentes diferencias entre el modo Party y Bowser, el segundo de ellos destaca por la forma en la que fue diseñado. El Bowser Party Mode se siente como una versión injusta del modo tradicional de fiesta en la que el quinto jugador tiene todo a su favor para ganar la partida. No negaremos que esto se siente como tal pero, si somos sinceros, es precisamente dicho elemento el que le da un mayor sabor y diversión al título.

Por primera vez desde hace muchos años en la serie, los jugadores en verdad tendrán que preocuparse por trabajar en equipo, y sufrirán al ver que uno de ellos cae ante las garras del tirano Koopa. Así mismo, y aunque resulta difícil más no imposible, obtener la victoria se convierte en algo mucho más placentero para todos en caso de que logren sobreponerse a las amplias adversidades, y la derrota será mucho más amarga para quien sea Bowser y no haya podido aprovechar todas las ventajas a su favor.

Si estaban buscando un nuevo refrescante para la franquicia y jugar Mario Party de una manera totalmente novedosa, créanos que con en esta modalidad en verdad se van a llevar una gran sorpresa y se divertirán al por mayor; más aún si lo juegan entre varias personas.

Cabe destacar que, tanto para el modo Party convencional como Bowser Party, también existen otras opciones de juego. Desde una sección para probar de manera libre cada uno de los mini juegos, hasta pequeños modos de competencia por monedas o de torneo, así como mini juegos adicionales un tanto más largos que los principales, mismos que tuvieron la suerte de ser considerados a parte (tampoco son muchos).

¿Te acuerdas de los primeros Mario Party? ¡Volvieron, en forma de Amiibo!

Finalmente y para aquellos que no se encuentran del todo convencidos con la nueva forma de jugar Mario Party por medio de un carrito compartido, el formato tradicional por el cual se hizo famosa la serie está de vuelta. Esto en forma de la modalidad Amiibo Party.

Tal y como su nombre lo sugiere, para tener acceso a este tercer modo deberemos de hacer uso de las nuevas figuras de la gran N. Una vez dentro, podremos llevar a cabo sesiones de juego en tableros pequeños que no cuentan con un inicio y un fin; todos contarán con un diseño cuadrangular de no más de 35 casillas.

Las reglas para esta modalidad son las mismas que seguro ya conoces: un total de hasta cuatro jugadores deberán de conseguir el mayor número de monedas con las cuales puedan comprar estrellas. Después de que cada uno de los participantes haya tirado, se llevará a cabo un minijuego especial. Finalmente, el ganador será aquel que tras 10 turnos haya obtenido más estrellas.

La forma de interactuar de los Amiibo con el juego resulta simple pero un tanto extraña. Durante cada uno de nuestros turnos tendremos que colocar la figura en el sensor del Gamepad para que podamos realizar algunas acciones básicas como tirar los dados o activar algunos de los especiales con los cuales se puede equipar a la figura. Por si esto no bastará, dentro de cada tablero se encontrarán disponibles nuevos tokens especiales, mismos que solamente podremos recoger al colocar de nueva cuenta a nuestro personaje en el mando de la consola.

Adicionalmente y dependiendo de la figura que usemos (por el momento solamente los Amiibo de Mario, Luigi, Peach, Bowser, Yoshi, Toad, Donkey Kong y Rosalina), podremos definir el tablero sobre el cual jugaremos. Obviamente cada uno de ellos contará con sus propias diferencias tanto físicas como de casillas interactivas, aunque nos será posible ir cambiando partes del mapa si es que hacemos uso del token correspondiente a cualquiera de los personajes mencionados.

Puede resultar un tanto raro pero siento que, por primera vez en toda la serie, esta modalidad se logra asemejar más a una experiencia que ofrece un juego de mesa real… en cierta forma. Aunque resulta un tanto extraño (y hasta en ocasiones molesto) tener que acercarse al Gamepad con figura en mano solamente para tirar un dado, percibí que dicha sensación solamente se podía vivir en un tablero de plástico, cartón y/o papel. Si la intención de la gran N era esa, entonces lo logró. O bueno, eso queremos pensar.

Fuera de todo lo anterior y en lo que respecta a los minijuegos, el Wiimote seguirá siendo el medio principal por el cual los jugaremos.

Puede que el uso de los Amiibo resulte ser un tanto gimmick, y de hecho lo es. Sin embargo, no esperaba que su uso fuese tan peculiar y mucho más recurrente a lo visto hasta la fecha en otros juegos. Quizá no se siga aprovechando al máximo las  cualidades que tienen las figuras,  pero al menos puedes esperar darles un uso mucho más activo con Mario Party 10 que con Super Smash Bros., Mario Kart 8 o Hyrule Warriors.

Gráficamente hablando, el juego se ve bien dentro de lo que cabe. No luce impresionante pese a ser para Wii U, pero tampoco se ve como si se tratase de una entrega más para Wii. Eso sí, si de algo adolece Mario Party 10 es por contar con una presentación sumamente sobria y cuadrada. Al menos en esta ocasión, los coloridos y alegres menús quedaron para mejor ocasión.

Una pequeña y acertada bocanada de aire que le hacía falta a la serie

Les mentiría si les dijera que, para esta reseña, no llegué con prejuicios de por medio. Siendo sincero, para mí la franquicia de Mario Party no ha sido sinónimo de diversión desde hace más de 3 entregas. No obstante, disfruto mucho cuando un juego, sabiendo que no espero mucho de él, me logra  sorprender en varios aspectos o sentidos; Mario Party 10 lo hizo.

Lo crean o no, por primera vez desde hace muchos años un juego de la franquicia no sólo me sacó una sonrisa sino que, además, nos divirtió tanto a quienes me ayudaron a reseñar el juego como a su servidor. Y eso en un juego de la naturaleza como la que tiene éste, resulta sumamente importante.

Sé perfectamente que muchos de los minijuegos, inclusive los de Bowser, se sienten como si ya los hubiésemos jugado en las entregas previas. Sin embargo, es gracias a la forma de cómo estructuraron y trabajaron en todos y cada uno de los modos de fiesta lo que me permitió encontrarle de nuevo ese lado divertido a un juego cuyo nombre para mí lo era todo menos eso, una fiesta.

Mario Party 10 cuenta con muy pocas novedades respecto a su predecesor, siendo precisamente las inclusiones del Bowser Party y el Amiibo Party las únicas presentes. De ahí en fuera todos los contenidos que aquí aparecen, desde los tableros hasta los mini juegos, se sienten como algo que ya hemos visto con anterioridad.

¿Es eso algo malo? Quizá. Pero pese a todo, se nota que Nintendo decidió sacrificar y dejar de lado la inclusión de más cosas, entre ellas una presentación sumamente escueta y poco lúcida, por intentar enfocarse en lo más importante: minijuegos entretenidos, tableros bien definidos e interactivos y una renovación al factor entretenimiento.

No, Mario Party 10 no es el revolucionario de la serie. Sin embargo, sí es un acercamiento acertado al cambio que la franquicia necesita con urgencia. Puede que no sea el mejor juego de toda la línea Party pero, sin duda alguna, éste es un título que en definitiva pondría para pasar un rato ameno con mis amistades.

Sea o no el quebrantador de amistades que tanto dice ser, cuando menos en mi caso me hizo juntar de nueva cuenta a mis amigos frente al televisor para así divertirnos con la fiesta del buen Mario.