En 1996, a tan sólo unos meses de que el Nintendo 64 saliera al mercado, Nintendo se asoció con Square (ahora Square-Enix) para desarrollar un RPG de Mario. Ese título fue una parte importante de la historia de los videojuegos, ya que por muchos años, Nintendo no volvió a trabajar con Square (hasta Crystal Chronicles para GameCube, debido principalmente a que Square optó por desarrollar Final Fantasy VII para PlayStation) y también es importante porque ese título hizo la mayor aportación cómica al universo de Mario.
Si bien este universo siempre fue divertido, fue hasta Super Mario RPG: Legend of the Seven Stars que se cimentaron las personalidades de cada uno de los personajes, haciendo énfasis en las bromas a sí mismos. El juego también contribuyó al género con una mecánica que más tarde se expandiría hasta ser característica en los RPGs del plomero, el presionar un botón en el momento justo.
La popularidad del Mario RPG llevó una nueva vertiente del género hacia un público no necesariamente acostumbrabo a jugar este tipo de juegos. A falta de una buena relación entre Square y Nintendo para darle seguimiento a la serie, se optó por el desarrollo en casa.
Nintendo trabajó con (los talentosísimos) Intelligent Systems, un equipo interno que conoce el hardware de Nintendo como nadie y que —aparte de desarrollar videojuegos como por ejemplo Advance Wars, o Fire Emblem— también crean herramientas de desarrollo para terceros. Ellos estuvieron a cargo del primer intento de una especie de secuela RPG de Mario, conocida como Paper Mario.
Algunos años más tarde, a principio de los dos mil, un grupo de ex-Square (que incluía a Chihiro Fujioka, director de Super Mario RPG) se unió para crear AlphaDream, un estudio second party de Nintendo que se dedicaría casi exclusivamente a desarrollar juegos RPG de Mario.
El primero de éstos RPG fue Mario & Luigi Superstar Saga para el Game Boy Advance, desarrollado pon un equipo de ensueño: producido por Shigeru Miyamoto, dirigido por Yoshihiko Maekawa (Final Fantasy VI, Parasite Eve) y con soundtrack de la inigualable Yoko Shimomura (Street Fighter II, Kingdom Hearts). Todos ellos estuvieron involucrados en Super Mario RPG y luego comenzaron a desarrollar “verdaderas” secuelas de este título. La nueva serie extendía las mecánicas planteadas en el Super Nintendo y asignaba un botón para cada uno de los hermanos plomeros en un sinfín de situaciones, incluyendo caminar, brincar por el mundo y —por supuesto— pelear.
Pareciera que vivimos en un mundo donde cada mes sale un título nuevo de Mario (esperen un momento… en efecto vivimos en ese mundo) y que debido a esta situación, la percepción general del público hacia estos juegos es “¿Ya salió otro?”, cuando en realidad cada uno de ellos sube el estándar de calidad del producto, con un tratamiento y presentación impecables, logrando así preciosos juegos RPG, que además son cómicos y divertidos.
Les pido disculpa por esa introducción tan larga, pero creo firmemente que estos títulos son terriblemente ignorados y que vale la pena dar contexto para quienes podrían disfrutarlos debidamente. Ahora pasemos a hablar en específico de Mario & Luigi Dream Team, el cuarto título de la serie.
Después del “no tan exitoso” Mario & Luigi: Partners in Time para el Nintendo DS, que —a pesar de ser un gran juego— dejaba en claro que el público potencial de la serie requería de otro ángulo, se creó Mario & Luigi Bowser’s Inside Story, un título que traía de regreso una de las piezas claves del éxito de Super Mario RPG, a Bowser como un personaje principal. El resultado fue un título que desbordaba creatividad y diversión en una extraña dualidad de mecánicas (cuando controlas a los plomeros y cuando estás en control de Bowser). Está fabulosa y relajada visión expandida del universo de Mario hacía ver a Paper Mario como un juego “conservador”.
Como es tradición, tenemos a Peach secuestrada. Por otro lado, está el gran regreso de Bowser con todo y su personalidad inmadura que —de forma cómica y en repetidas ocasiones— lo lleva al fracaso. Además ha vuelto Starlow (personaje que conocimos en Bowser’s Inside Story) y los demás hongos sirvientes de Peach, que los hay de todos sabores y colores.
Es interesantísimo cómo cada título de la serie nos ha llevado a otros reinos ajenos al Mushroom Kingdom, cada uno con sus propios y extraños habitantes, casi siempre en tonos surrealistas, que hacen de los diálogos algo que pareciera haber salido de Adventure Time (aunque seguramente es al revés: Adventure Time es quien está inspirado en el humor de los RPG de Mario).
En esta ocasión la aventura nos llevará a la Pi’illo Island, donde conoceremos a un elenco totalmente nuevo, con personajes importantes como el príncipe Dreambert, y el rey de los murciélagos Antasma (aunque en mi opinión, los habitantes bloque se llevan el juego en cuanto a diálogos).
Esta isla está dividida en varias regiones, cada una con un tema propio que va desde montañas hasta un parque temático; cada una tiene sus propios retos, enemigos y peligros. Paralelamente también está el mundo de los sueños, compuesto por una imagen distorsionada en la cabeza de Luigi, representando vagamente estas locaciones como si fueran una película concebida por Mary Blair (Alice in Wonderland, The Three Caballeros).
Como buen RPG, te permite subir de nivel. Su dificultad está perfectamente equilibrada para no depender del grinding, pero al mismo tampoco está muy fácil; inclusive el juego cuenta con el ya clásico modo “a ver mijo, estás muy güey”, permitiendo avanzar a muchos para quienes se encuentren jugando su primer RPG (al terminar el juego, se un modo difícil). Además cuentas con la posibilidad de comprar nuevas botas y overoles para equipar a tus personajes y mejorar su rendimiento.
Las batallas funcionan como siempre lo han hecho a lo largo de la serie: mecánicas que tienen menús pero que al mismo tiempo requieren de buenos reflejos y coordinación para esquivar, contraatacar; el salto y el martillo serán tus principales ataques, con la posibilidad de más tarde en la aventura ejecutar ataques dobles.
Mientras que estás en el mundo real, el juego funciona en una pseudo-top-down view, y cuando estás en el mundo de los sueños, todo se controla en 2D. Es aquí donde básicamente Mario se introduce en los sueños de Luigi, donde se encuentra Dreamy Luigi (una versión mejorada sí mismo) y tendrás acceso a los Luiginary Powers, en los que Luigi nos asiste en el progreso con poderes que funcionan en conjunto con el Luigi que está durmiendo en el mundo real, por lo que mientras que estemos en el Dream World tendremos a Luigi presente en la touchscreen del 3DS, y podremos interactuar con su cara para distintos fines, incluyendo el resolver puzzles. Cada uno de los puntos donde usas esta mecánica se siente bien y se mantiene las cosas interesantes y oportunas a lo largo del juego.
Las batallas también reciben cierta “manita de gato” durante tu estancia en el Dream World, donde Luigi puede asistirte con decenas de Luigis imaginarios que también dependen de tu exactitud a la hora de atacar. Esto incluye la posibilidad de añadir otros factores, como el moverte con el pad circular para esquivar, o bien usar el control de movimiento del 3DS.
Obviamente el Dream Team atiende al mundo alterno característico de la serie, tal y como vimos las entrañas de Bowser en el tercer título, haciendo una divertida e interesante alternativa al “serio” mundo real. En el Dream World todo puede pasar y, sin lugar a dudas, el premio se lo llevan las batallas gigantes en las que Luigi tiene una versión gigante de sí mismo, y en las que tendrás que sostener el 3DS en modo libro, tal y como lo hiciste con Brain Age y Hotel Dusk. Estas épicas batallas fueron desarrolladas en conjunto con Good-Feel quienes también desarrollaron Mii Force, Kirby’s Epic Yarn y Wario Land: Shake it! Obviamente al sostener el 3DS de esta manera, se sacrifica la posibilidad de tener 3D, pero al cortar la representación de dos imágenes al mismo tiempo, permites a la consola usar todo su poder en la realización de una imagen única, sobra decir que el Nintendo 3DS se ve increíblemente bien en estas batallas.
Mario & Luigi: Dream Team es un juego bastante largo, al punto de que se burla de sí mismo en las últimas horas. Seguramente para algunos podría llegar a ser repetitivo, situación ajena a los otros títulos de la serie ya que este dura casi el doble que los anteriores (alrededor de 35-40 horas). Aun siendo un título muy accesible, es claro que Dream Team está hecho para los fans: más allá de que se pueda atraer un nuevo público (de cierta manera siempre ha sido así), entiendo y respeto a todos aquellos que no consideran atractivos los RPG de Mario.
Su majestad Yoko Shimomura no nos decepciona en Dream Team, de hecho decidí incluir una de las mejores rolas de juego para quienes guste darle una probada al soundtrack.
Para todos los demás que si podrían disfrutar de algo como lo que aquí describo (ya sea para nuevos o veteranos de la serie), prepárense para otra divertida aventura de este par de hermanos, una experiencia que aborda increíblemente lo complejo y accesible al mismo tiempo. Dream Team es un título lleno de hermosos dioramas en 3D, en una era donde los fondos 3D acompañados de sprites están casi muertos. La calidad visual y auditiva es constante a lo largo del título: ya quisieran muchísimos títulos de la portátil verse la mitad de bien que se ve Dream Team. Este RPG es un título más que se añade a la fantástica biblioteca del Nintendo 3DS, es imperdible para los fans de Super Mario RPG, y una excelente opción para quienes tienen curiosidad por el género.
Al final es muy complicado poner un número a un título que mantiene la calidad a la que estamos acostumbrados en los juegos que involucran a estos plomeros. Sin querer sonar a disco rayado: quienes disfrutan de los productos de Nintendo saben perfectamente qué esperar de un nuevo RPG, y quienes no gustan de éstos, no cambiarán su opinión con este juego.