Killzone: Mercenary es todo lo que se espera de un juego de gran presupuesto para una portátil. De hecho, es el mejor first-person shooter en PS Vita. Guerrilla Games puede jactarse de entregar grandes títulos tanto en consolas como en portátiles. Primero lo hizo en el PSP con Liberation, y lo ha conseguido nuevamente con Mercenary para Vita.
¿Recuerdan el hands-on que escribí el mes pasado? Bien, ahora les puedo contar a detalle sobre la versión final de este juego.
La historia que Killzone nos ha contado a lo largo de varias entregas es la guerra entre los Helghast y las fuerzas de ISA. En Mercenary el contexto no es diferente, sólo que ahora el personaje principal, de nombre Arran Danner, es un mercenario que pertenece a una organización llamada Phantom Talon Corporation, la cual se rige por dinero y recompensas para entrar en acción o aceptar una misión. Esto quiere decir que Danner es un tipo que aceptará misiones siempre y cuando exista dinero de por medio. Aquí no hay honor ni valentía, todo se trata de lo material. Ya les explicaré más adelante cómo funciona.
Es así como Danner se verá envuelto en un conflicto que lo llevará a descubrir que la vida de una persona puede valer más que el dinero. Es algo clásico y quizá un cliché que hemos visto en todas partes, especialmente en los juegos de Killzone. ¿Ya olvidaron a los soldados Tomas “Sev” Sevchenko y Rico Velazquez?
Mejor concentrémonos en el sistema y mecánicas de juegos. El nuevo estudio Guerrilla Cambridge hizo un gran trabajo con los controles del Vita. Los análogos funcionan como debe ser para un juego de disparos en primera persona, usando los gatillos L y R, para apuntar y disparar mientras que los botones tienen funciones como cubrirse o correr dejando presionado O, subir escaleras y recoger menciones, etcétera. Era claro que al Vita le urgía un buen título FPS, y por fin lo tiene.
Mercenary usa las capacidades táctiles del Vita para funciones como cambiar de arma tocando en pantalla el ícono que lo indica, asesinar enemigos sin ser descubierto deslizando el dedo, resolver acertijos, cambiar la opción a lanzar granadas y más. Son conceptos básicos, pero bien aprovechados.
Sin embargo, las capacidades táctiles que ofrece el Vita como parte de la experiencia de juego no es uno de los puntos atractivos. Es el apartado gráfico en donde brilla el juego. Mercenary es uno de los juegos que mejores gráficos tiene, aunque no debería sorprendernos, pues la serie nos ha acostumbrado a tener altos estándares visuales.
El manejo de la paleta de colores es tal cual lo hemos visto en otros títulos, con tonalidades anaranjadas, escenarios sombríos llenos de estructuras metálicas, y los ojos rojos brillantes de los Helghast, inspirados en el arte de Jin Roh.
Sí, Killzone: Mercenary brilla en sus gráficos, pero no en su historia, aunqe esto no debe importarnos tanto. Tratándose de un juego de disparos, es lógico pensar en el arsenal que está disponible al alcance del jugador y éste es bastante, aunque sólo se pueden cargar con dos armas al mismo tiempo (pistola y metralleta, o rifle y lanzacohetes).
Parte del atractivo es que permite al jugador cambiar y experimentar constantemente con nuevas armas a lo largo del juego, y esto es gracias a unos baúles llamados Arms Dealer, controlados por un personaje llamado Black Jack, y que se encuentran a lo largo de cada escenario. Aquí se tiene la opción de reabastecer municiones y comprar nuevas armas; incluso hay una “oferta del día” que es difícil dejar pasar por su buen precio.
Como dijimos al principio, aquí todo se trata de dinero; la economía del juego permite al jugador obtener dinero a cambio de cada acción que ejecute: desde asesinar a un enemigo, hasta destruir naves enemigas, todo genera dinero con el que se puede comprar armamento.
Pero, si estamos en una guerra ficticia, el soldado promedio necesita más que una simple arma para salir con vida de cada misión. La tecnología es parte esencial en el combate, y Mercenary ofrece la opción de comprar equipo llamado “Van Guard Systems”, que son dispositivos que te ayudarán el campo de batalla. Entre ellos se encuentra un drone de batalla, misiles teledirigidos, ropa de camuflaje, un escudo protector, y un drone que escanea el terreno en el que te encuentras para detectar los puntos débiles del enemigo, entre más. En definitiva, esto es de lo mejor que ofrece el juego y algo que veremos implementado en la próxima entrega de Shadowfall para el PlayStation 4.
Desafortunadamente, Mercenary no es un juego perfecto. Además de tener notables problemas con el framerate durante batallas intensas, el sistema de cobertura —aunque intuitivo—, a puede entorpecer el movimiento del personaje. Encima de esto, las pocas cinemáticas a veces parecen tener calidad baja. Por otro lado, los sonidos incidentales se sienten muy bien implementados, y las actuaciones de voz son aceptables.
Para aquellos que disfrutan de las modalidad de juego competitivas, Mercenary cuenta con tres diferentes estilos modos en mutltijugador en línea: Mercenary Warfare, Guerrilla Warfare y Warzone (viejos conocidas de la serie). Aunque parece una buena opción, en realidad todavía no hay una comunidad activa para probar su todo su potencial, pero esto se debe a que el juego será lanzado el próximo martes. En cada una de las partidas que jugué, no hubo problemas de lag ni desconexión. Éste es un buen plus que nos brindará muchas horas de juego, y valor de rejugabilidad para cuando haya terminado la campaña normal.
En general, Killzone: Mercenary me parece una fantástica entrega para el PS Vita, un first-person shooter hecho y derecho, fiel a la serie y que aprovecha la capacidad de la consola. Aunque no viene a revolucionar el género, se suma a la biblioteca de los títulos que valen la pena en la portátil de Sony.
