Los ochenta fueron una época de transformación para los videojuegos. Dos de los cambios más importantes fueron el foco de la industria, que se redirigió hacia Japón, y que en Estados Unidos las arcadias cedieron el paso a las consolas caseras. Indudablemente la estrella del NES y la década fue Super Mario Bros: hasta la fecha, cada que sale un nuevo juego de la mascota de Nintendo le seguimos buscando elementos clásicos y haciendo comparaciones. En 1987, dos años después de aquel hit inmortal, un joven programador alemán, Armin Gessert, publicó un videojuego de plataformas que no sólo se parecía a Super Mario Bros. Era prácticamente un clon.
Se trataba de un juego para Commodore 64 llamado The Great Giana Sisters. En el que una chica italiana se quedaba atrapada en el mundo de los sueños y tenía que luchar, al lado de su hermana Maria, por escapar de éste, recolectando una serie de diamantes mágicos. Más allá de ser sólo una copia descarada (porque nunca negaron el paralelismo con Mario) era una interesante versión femenina de la aventura de Nintendo. De entrada, los menús eran idénticos, desde la presentación con el nombre del nivel hasta los marcadores de puntos; el primer nivel tenía una paleta de color semejante al icónico 1-1 de SMB, así como un diseño tan similar que daba la impresión de estar jugando lo mismo; había enemigos que eran una especie de búhos parecidos a los Goomba, que eliminabas saltando sobre ellos; encontrabas bloques de ladrillo flotando en el aire, que rompías al golpear con la cabeza; en las cajas con ítem sorpresa, en lugar de encontrar hongos, podías sacar piñas; así como Mario lanzaba fuego con el power-up de la flor, Giana podía disparar pequeñas esferas a los enemigos; las abundantes monedas se eran reemplazadas por diamantes; al final del nivel, así como Mario llegaba a un pequeño castillo, Giana se topaba con una construcción similar; hasta tenía niveles subterráneos como el 1-2; incluso, Giana moría de la misma forma que Mario al ser tocado por un enemigo.
Además del Commodore 64, The Great Giana Sisters también fue lanzado para los sistemas Amiga, Amstrad CPC, Atari ST, y MSX2; recibió crítica positiva y alabanzas, quizá porque su gameplay se asimilaba mucho al que la gente ya conocía, y porque el juego en realidad era bastante bueno. Nintendo vio lo como un atentado contra su propiedad intelectual y amenazó a sus desarrolladores con ejercer acción legal, por lo que tuvo que ser retirado de la venta al público. A más de 25 años de distancia, Armin Gessert ya ha muerto pero las hermanas Giana siguen vivas a través de un par de juegos oficiales, y diversos hacks y secuelas que han hecho los fans. Para evitar problemas con Nintendo, allá en los ochenta, se canceló la secuela de The Great Giana Sisters (o más bien lo hicieron otro juego) pero —para sorpresa de todos— en 2009 fue lanzado Giana Sisters DS para la portátil de Nintendo, desarrollado por Spellbound Interactive, la hoy extinta compañía que Gessert fundó en 1994.
El año pasado el estudio alemán Black Forest Games lanzó un Kicktstarter llamado “Project Giana”. Este estudio se hizo a partir de quienes formaban de Spellbound Entertainment, y tenían la idea de continuar las aventuras de las hermanas Giana mediante un ambicioso juego de aventuras que permitía cambiar el mundo de sus personajes con sólo presionar un botón. La respuesta del público fue excelente y en poco tiempo recaudaron la meta de 150,000 dólares que se impusieron para desarrollar un juego que describían como el nieto del original en Commodore 64, y secuela directa del juego de DS.
El nombre del producto final fue Giana Sisters: Twisted Dreams y llegó a Xbox Live Arcade, PlayStation Network, Nintendo eShop, y PC. Este juego tiene la misma premisa que sus predecesores, sólo que en una aventura más grande que todos los demás. El gameplay es básicamente el de un juego de plataformas típico, donde avanzas por niveles infestados de peligros. Controlas a la una de las hermanas, pero en realidad tienes a dos personajes a tu disposición: Cute Giana y Punk Giana. Es posible cambiar entre las dos Gianas con sólo presionar un botón, en cualquier momento y cuantas veces se quiera. El juego de contrastes no sólo se trata del look y personalidad, sino también de su visión del mundo mágico, una de sueño y la otra de pesadilla. Cute Giana ve el mundo sombrío y aterrador, mientras que Punk Giana iluminado y floreciente. Esto es básicamente todo el juego, y no es para menos. Las posibilidades estéticas y dinámicas fueron aprovechadas de forma extraordinaria, hasta el soundtrack cambia las melodías de cada nivel a versiones agresivas por parte de la banda de metal sueca Machinae Supremacy, famosa por usar el sintetizador del Commodore 64 en algunas de sus canciones.
El hecho de tener dos visiones del mundo corriendo en paralelo es —en primer lugar— visualmente demandante: el tiempo de carga entre cada nivel es largo, pero se debe a que en realidad se cargan dos mundos diferente que estarán corriendo en paralelo. La transición entre sueño y pesadilla es fluida e interesante, pues el cambio no es instantáneo, sino que hay una animación que vale la pena experimentar en cada área de los niveles. Aunque los mapas que se corren en paralelo comparten una estructura básica, difieren en algunos detalles, transformando dramáticamente el gameplay: a veces una puerta está cerrada, pero abierta en el otro plano, o quizá sea un obstáculo que desaparece, o una plataforma. Esto convierte a los niveles en verdaderos puzzles que requieren secuencias de cambios entre sueño y pesadilla para poder avanzar. Por eso se necesita moverse entre los dos mundos constantemente.
El diseño del juego es bastante intuitivo, y sin hacer a uno parecer como tonto. Como auxilio, en algunas partes complicadas habrá letreros aconsejando cómo avanzar, lo cual será necesario hasta para los veteranos del género de plataformas. El reto crece a un ritmo acelerado pero justo. El proceso de aprendizaje es más bien sencillo —a nivel teórico— pero a la hora de ejecutar los movimientos, se hace muy demandante. El número de vidas es ilimitado, y al morir uno reaparece instantáneamente en el último checkpoint; es lo adecuado para un juego tan difícil.
Las habilidades de las Gianas son bastante útiles y divertidas. Así como en los juegos de Mario, uno puede romper bloques de ladrillos, sólo que aquí se hace en todas direcciones, lo cual es de mucha utilidad. Además de esto, hay un par de saltos y rebotes que se sienten como en Mega Man X, lo que da a los niveles un ritmo bastante agitado. Las plataformas móviles y elevadores en los niveles recuerdan a las diversas entregas de Donkey Kong, en el mejor de los sentidos.
El juego no sólo se siente muy bien, también luce y se escucha. Ya hemos visto demasiados juegos de plataforma que se mueven en 2D, pero con render tridimendional, y sería difícil que nos sorprendiera uno más. Sin embargo, el constante cambio entre planos le da mucha vida y personalidad Twisted Dreams. El contraste entre sueño y pesadilla puede llevarte de lo lindo y colorido de Rayman hasta lo absurdo y excéntrico de Earthworm Jim.
En resumen, Giana Sisters: Twisted Dreams es un gran juego, de eso no hay duda. Es divertido, y con un alto grado de dificultad que te mantendrá ocupado por un largo tiempo. Si se tiene el gusto por los juegos de saltos y puzzle, vale la pena darle una oportunidad. Aunque tiene un par de problemas con el movimiento, son sólo detalles; este juego está hecho con altos estándares y representa lo mejor de una buena parte de la historia del género.