Lamentablemente, en esta ocasión los digimon no son los campeones

Digimon es una franquicia muy extraña desde el punto de vista de los videojuegos. En un inicio, nació como un intento por parte de Bandai (ahora Bandai Namco) para forjar una mascota virtual para niños, muy similar al Tamagotchi, que era visto como su contraparte para niñas.

Después de ello  y dado su enorme éxito, comenzaron a producirse diversos juegos al más puro estilo de RPG y, en cierta forma, similar a lo que ofrecía su competidor más cercano, Pokémon.

Finalmente y como una forma de experimentar con la popularidad de la franquicia, se empezaron a desarrollar títulos spin-off que han ido desde juegos de cartas y peleas, hasta de fiesta y carreras.

Si bien es cierto que la marca de los monstruos digitales ha logrado hacerse de una base sólida de seguidores, la franquicia no ha logrado ser reconocida como un referente inmediato del género del cual se supone buscó serlo (RPG), inclusive por sus fans. Por tal motivo y como un esfuerzo por querer experimentar de nueva cuenta con las criaturas, llega Digimon All-Star Rumble, el más reciente juego de los monstruos y el último intento de Bandai Namco por querer colocarlos dentro del radar de los gamers como una marca de renombre.

Siguiendo con el legado

Tal y como su nombre podría indicarlo el título funge como un sucesor espiritual de las dos entregas previas de Rumble, mismas que salieron hace ya varios años en el PS1 y PS2. Si han jugado éstas últimas previamente, entonces sabrán más o menos qué esperar.

En esta ocasión, la trama girará en torno los monstruos del digimundo en un periodo de paz. Dado que desde hace algún tiempo ningún tipo de mal ha azotado a la tierra digital, los digimon han comenzado a sentirse aburridos… más de lo habitual dirían algunos.

Tras esto y al contar con la repentina incógnita de querer saber quién es la criatura más fuerte, será que se llevará a cabo un torneo especial para poder averiguarlo: el Torneo de la evolución digimon (Digimon Evolution Tournament). Aunque en sí el campeonato podría ser un evento más que inofensivo, durante la campaña nos iremos percatando de que existe un motivo más profundo tras este.

Si bien el torneo intenta convertirse en el eje argumental de todo el título, la realidad es que éste solamente se convierte en una excusa para justificar su desarrollo (y su gameplay digno sea de paso).

En ningún momento la historia se logra sentir del todo coherente o justificable. Rápidamente se vuelve sosa, monótona y aburrida. Si a eso le aumentamos que la campaña principal puede ser completada en menos de 3 horas, pero debe de hacerse con todos los personajes para poder desbloquear todo, nos encontramos con una  trama tan mala que difícilmente querrás escuchar más de una vez.

Mala suerte para los que quieran sacar todos los objetos, tarjetas y secretos; se van a chutar la misma corta y repetitiva historia, cuando menos, en 10 ocasiones.

Así se juega

Digimon All-Star Rumble consiste en un juego de peleas en 3D al más puro estilo brawler. Dentro de éste, podremos tomar el control de cualquiera de los 12 digimon disponibles con los que el título cuenta, cada uno con sus respectivos ataques (débiles o fuertes), movimientos especiales y 2 evoluciones, mismas que podrán ser activadas en un momento determinado del combate.

Las peleas consistirán en enfrentamientos cuerpo a cuerpo en el que podrán participar desde 2 hasta 4 jugadores simultáneamente. Dentro de las arenas de pelea existirán diversos paneles que se irán activando conforme se desarrolle el combate y que podrán ser tomados por cualquiera de los participantes para así obtener algún ítem. Dicho objeto puede consistir en un arma que pueda ser usado contra los demás, o algún beneficio que nos beneficie de manera personal como recuperarse o aumentar la fuerza.

Tal y como les mencioné previamente, los monstruos también contarán con la opción de poder digievolucionar en dos diferentes criaturas, siendo una de estas desbloqueable tras haber completado la campaña con cada uno de los personajes. La activación de éstas será posible a través de una barra especial que se irá llenando, mediante los ataques que realicemos o por medio del daño que recibamos. Cuando ésta se llene, entonces podremos activar la transformación para entrar a una fase temporal en la que nuestro monstruo cambiará su forma y ataques especiales por unos más grandes y poderosos, capaces de causar un mayor daño.

Aunque las mecánicas de juego resultan ser sencillas de aprender para todos los jugadores, éstas rápidamente se tornan monótonas y aburridas; más si el título se juega de manera solitaria. Peor aún, pese a su relativa facilidad, se logra sentir por momentos sumamente incompleto. El motivo de ello se debe a que resulta muy sencillo aprender a trabar con cualquier personaje y con la ayuda de un solo botón.

Sí, el botonazo aparece como un elemento recurrente en el juego. Por ello no resulta extraño que, de la nada, cualquiera de los jugadores pueda aprender la manera de mantenernos a raya con un solo dedo, con todo y aunque les llevemos varias horas de práctica.

No les mentiremos, si el juego lo llegan a jugar con sus amigos, éste podría prestarse para que realicen una sesión entretenida, como se podría esperar de un título de este tipo, ya que se presta para la diversión en conjunto. No obstante, también debemos de ser sinceros: reconocemos que esto sería sumamente difícil porque no todo mundo resulta ser fan de Digimon y,si es que lo llegan a ser,  All-Star Rumble podría no ser del agrado de todos los seguidores. Se trata de un juego cuyas mecánicas podrían ser del agrado de un determinado nicho de jugadores. Ni más ni menos.

En definitiva, déjenle lo coleccionable a Pokémon

A la par de todo lo antes mencionado, también existen una amplia gama de tarjetas que pueden ser equipadas con cada personaje. Al hacerlo, los personajes adquirirán algunas habilidades extras que van desde hacer un poco más de daño a su oponente, recuperarse, anular ataques, contraatacar, entre muchas otras más.

Una vez más y como se ha venido presentando en las demás áreas, esta modalidad de equipamiento se siente sumamente incompleta y mal implementada.

Puede que existan una gran variedad de cartas para coleccionar y con una amplia gama de habilidades distintas con las cuales experimentar. Sin embargo, el deseo por adquirir la amplia colección se desvanece rápidamente cuando vemos el número existente de ellas y lo tardado que resulta conseguirlas. Ya sea por medio de la campaña (una por nivel en el mejor de los casos), o a través de una tienda especial que, por lo general, suele vender de a tres por visita y a un precio elevado.

Créenos, no querrás perder tu tiempo intentando completar la colección de las tarjetas y menos si conoces el pobre uso que tienen.

Finalmente y para otorgarle un poco de variedad a las mecánicas de juego, All-Star Rumble cuenta con diferentes modalidades que hacen que los combates puedan cambiar la manera en la que se realizan. Por poner algunos ejemplos las peleas pueden ser de tipo vida contra vida, por puntos, supervivencia, de monedas,  captura la bandera y de bombas (¿?).

Pese a que cada una de las opciones intenta otorgarle mayor dinamismo al juego, lamentablemente, éstas no lo logran totalmente. Sí, entre una modalidad u otra se siente la diferencia, pero dado sus limitados controles, todas y cada una de ellas se tornarán repetitivas antes de que te des cuenta.

¡Por favor alguien calle a Agumon!

Quizá uno de los aspectos que esperábamos podrían salvar al juego hubiese sido el apartado sonoro. Después de todo, se trata de un juego de Digimon, uno que por lo general suela atraer a fans de la franquicia que son fervientes amantes del anime. ¡Ni siquiera en este rubro esto es así!

Aunque fue desarrollado en Japón, el título solamente fue lanzado en occidente; esto es en a América y Europa. Por tal motivo y al tratarse de un proyecto dirigido casi en su totalidad para el público que no pertenece a Asia, el tratamiento que recibió no fue el que cualquier fanático hubiese querido.

Con un reparto de voces sumamente frustrante y molesto, mismo que hace ver a los increíbles monstruos como personajes sin carisma, con expresiones exageradas y hasta por momentos como idiotas; y un repertorio musical que cae en lo genérico, difícilmente la combinación de dichos elementos con las modalidades de juego y su gameplay logran que mantengamos el interés por querer seguir adelante.

A final de cuentas…

Con todo y que se trata de un juego dirigido para un sector infantil que desconoce a los personajes, pero que podría conocerlos por medio de un título de peleas que les permita aumentar su popularidad, difícilmente veo que los niños puedan disfrutar de éste dada sus limitadas características y relativa facilidad.

De igual forma y aunque bien podría atraer a los fieles seguidores de Digimon dada su propia naturaleza, lamentablemente no podría recomendárselos del todo. Y todavía menos cuando se trata de un producto que, en lo absoluto, logra capturar la magia por la cual la franquicia es querida.

Siéndoles sinceros, me duele darle una calificación tan baja a un juego de Digimon como éste, el cual seguramente en papel parecía bueno, pero que al final no logró ser lo que buscaba plasmar. Sí, es entretenido en ocasiones y más si se juega en compañía de varios. Pero en una época en la que existen otras títulos con un multijugador de manera local que logran hacer lo propio de una manera más destacada, difícilmente veo que alguien decida sacar como una alternativa más para pasar el rato a Digimon All-Star Rumble.

No sé por qué siento que si, por el contrario, el juego hubiese salido hace unos 15 años cuando la serie aún contaba con una amplia popularidad, la historia hubiese sido diferente y el juego se habría colocado como uno de los más populares entre el sector infantil.

Pero bueno, qué se la va a hacer.