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PS4
Four Circle Interactive
Curve Digital
19/07/2016
La dificultad y el reto es uno de los detalles que han caracterizado a los desarrollos indie de videojuegos. Esto en una generación que ojos de muchos no es tan desafiante como eran los títulos en el pasado. Nostalgia y desafío sirven como ejes principales en proyectos que, por momentos, son más un campo de pruebas para auténticos jugadores que un tributo a los tiempos que se fueron.
Juegos como Super Meat Boy marcaron una pauta que ha sido sostenida hasta nuestros días por una corriente un tanto popular en la creación de juegos independientes. Entre ellos 10 Second Ninja, juego lanzado en 2014 que combinaba la acción con el puzzle al darte objetivos a cumplir en tan sólo 10 segundos. Obviamente este tipo de desarrollos no podía quedarse en sólo una parte, así que un par de años después nos trae 10 Second Ninja X. Una secuela que sirve para colocar el concepto de nuevo en el ojo del público.
¿Vale la pena echarse un clavado en este desarrolllo?
Es claro que estamos ante un tributo de los juegos del pasado. Greatbeard, el villano principal, ha convertido en siervos robot a los amigos de nuestro ninja, guardián del bosque. Por tanto, tendremos que ir a salvarlos al barco pirata de este malvado personaje. Queda claro que estamos ante una premisa tributo a los viejos juegos de Sonic, aunque el desarrollo del título es muy diferente a lo que el erizo podía ofrecer. Se trata de un título donde tienes el tiempo contado para sobrevivir.
Los controles son muy básicos y el juego, en sus fundamentos, es sencillo. Para avanzar no necesitas gran cosa. Saltar, usar un doble salto, lanzar shurikens y golpear objetivos con una katana. Y poder reiniciar el nivel con sólo un botón. No necesitas nada más y funciona muy bien. Son controles ampliamente intuitivos, característica esencial para el tipo de reto que el juego propone.
El reto no se reduce a llegar al final del nivel en menos de 10 segundos. En ese tiempo debes encontrar la forma de destruir a todos los enemigos, sortear todos los obstáculos y alcanzar la otra orilla. Sólo tienes tres shurikens para lanzar, hay que señalarlo. Si se te acaba el tiempo, obviamente, pierdes. Claro, las oportunidades son ilimitadas. Así que tienes tiempo para descubrir cómo resolver la situación y acomodar tus habilidades para salir adelante.
El juego tiene una curva de aprendizaje interesante. La dificultad de entrada ya es alta, pero conforme vas avanzando te encuentras con obstáculos nuevos y enemigos que necesitan nuevas formas para ser destruidos. Así que cuando crees tener dominados los acertijos, nuevos elementos llegan para cambiarte la jugada. Todo esto sin cambiar las condiciones básicas de victoria. Por tanto, si lo que quieres que el reto crezca, puedes contar con que así será.
Por tanto, el juego evita por poquito ser un juego que se sienta repetitivo. Un total de 100 niveles están disponibles para retar tu paciencia, tu habilidad y tu talento. Si llegar al siguiente escenario no es suficiente, podrás encontrar trajes nuevos y, por supuesto, la historia para salvar a tus amiguitos del bosque. Seamos francos, son detallitos que no aportan gran cosa al juego principal. Pero incentivan el seguir adelante.
Fuera del juego principal, la envoltura es un tanto pobre. Se agradecen las referencias a juegos del pasado. También el humor un tanto sarcástico, pero poco sofisticado. Pero no está ni siquiera a la altura de la narrativa que títulos del estilo como Super Meat Boy nos entregaron. Es claro que se trata de una propuesta sencilla, pero una mejor trama le hubiera dado más encanto. Además, los clips en los que se narran cada situación carecen de la brillantez necesaria.
Los niveles son retadores, eso es evidente. Pero más que por un diseño de niveles bien pensado, es una dificultad que se siente forzada. La curva de aprendizaje se puede definir por el número y la dureza de los obstáculos a resolver, en lugar de un tema de diseño como tal. Es clara la consigna de desafiar al jugador, aunque pareciera que este reto es sólo porque sí. Esperaríamos una mejor hechura, considerando que estamos ante una secuela.
El contenido es amplio y dura varias horas. Las cuales se extienden por las múltiples veces que te toma pasar un nivel. Así que no te preocupes, si te enganchas a este desafío y no te dejas caer a la primera derrota, podrás tener entretenimiento por mucho tiempo. Si eres de aquellos que gustan los juegos castigadores, es probable que te vuelvas adicto. Para rematar, tendrás la oportunidad de establecer récords al terminar niveles en menos tiempo.
Gráficamente no esperes mucho. Es un juego en dos dimensiones con un diseño cartoon, pero sin las ilustraciones geniales o los sprites hermosos de otros títulos. La hechura visual no es lo suyo, así que si eres exigente en este aspecto quizá te desanime. Tampoco la música está al nivel de los grandes juegos indies que han llegado con grandes melodías al mercado. En ciertos momentos, llegas por dejarla de lado.
La premisa es buena y adictiva. Es un reto completamente denso, dirigido a quienes buscan juegos que sea un verdadero honor terminar. Con controles funcionales que sirven para alcanzar cada meta y que te hace pensar en cómo actuar para sortear obstáculos. Sin embargo, la hechura en otros apartados como el visual o la premisa no está a la altura de lo que los verdaderos hits independientes han logrado. Así que si eres un consumidor de desafíos, quizá encuentres en este proyecto un verdadero disfrute.