Reseña: The House of the Dead: Overkill Extended Cut

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Alguna vez fueron humanos, ahora no son más que seres que caminan sobre esa delgada línea entre la vida y la muerte. Si el alma existe, ellos la perdieron hace tiempo. No distinguen el bien del mal. Su existencia tiene un propósito estúpido: alimentarse de humanos vivos sin preocuparse qué van a hacer cuando no queden más cosas que comer. Lo que me lleva a pensar, ¿qué diferencia hay con la mayoría de los humanos? Después de todo, el común denominador es egoísta y utiliza a quién esté alrededor para sobrevivir…

Ésta es la reseña de House of the Dead. overkill Extended Cut.

Los zombis también son seres que, una ves definida su muerte, son enterradas para posteriormente recobrar la vida, pero de una forma diferente. Un zombi no recuerda nada: no sabrá dónde está ni quién es ni mucho menos de moral. Permanecerá en un estado semiconsciente con un solo objetivo: matar y comer. Estas criaturas son duros contrincantes, ya que su habilidad más letal es el gran número que hay. Después de todo, hay más gente muerta que viva.

No es de extrañar que nos llame tanto la atención este mito, pues ha sido referencia en el cine, la literatura, el teatro y, por supuesto, los videojuegos.

House of the Dead o La isla del muerte como se le menciona en aquella “estupenda” película del director alemán Uwe Boll, no sólo es una gran saga de SEGA, sino que también pertenece a una generación en la que SEGA era el punto de referencia en cuanto a shooters sobre rieles se refiere. Prácticamente, las demás compañías intentaban copiar y mejorar lo que Service Games lanzaba al mercado.

Takashi Oda y Atsushi Seimiya fueron los encargados de diseñar The House of the Dead. Dado que no tenían mucho presupuesto (típico en las películas de zombis), necesitaban una placa barata en la cual desarrollar el juego. La elegida fue la veterana SegaModel2, una placa perfecta para colocar texturas bitmap sobre polígonos. Después del éxito que tuvo el primer juego, SEGA encargó al mismo equipo una secuela. Sólo que esta vez con mucho más presupuesto y en una plataforma soñada con nombre de mujer: ¡NAOMI! Este juego cosechó más éxito que el anterior. Había tantas arcades de HOD2 que uno asociaba la pistola roja o azul con el juego. Para este momento SEGA sacaba los ahorros del colchón para liberar una de mis consolas favoritas: el Dreamcast, basada en la placa anteriormente mencionada. A partir de ahí y con la decadente escena arcade a nivel mundial, los siguientes juegos de la saga fueron basados en sistemas con una arquitectura similar a las consolas caseras. Tal es el caso de HOD3 montado en una Sega Chihiro (Xbox). Así fue como tardaríamos algunos años en ver un nuevo HOD que nunca llegaría a las maquinitas.

Desde que vi el Wii por primera vez me dije a mí mismo: “mí mismo, creo que este control es perfecto para jugar House of the Dead”. Y es que, como todo buen fan de los zombies, uno siempre piensa de qué manera se puede aprovechar, ya sea a favor o en contra, los recursos que tenemos a la mano en caso de un holocausto zombie. Pues bien, parece que nuestros amigos de SEGA pensaron lo mismo. Si tomamos en cuenta que para el 2008 el Wii ya era todo un éxito, ellos tenían la labor casi impuesta de portear la segunda y tercera entrega arcade a esa consola. Llamaron a esta compilación The House of the Dead 2 & 3 Return. Si contamos con que esta edición es la más vendida de toda la serie, era de esperar que la antigua compañía nipona sacaría un juego totalmente nuevo para la consola.

El equipo elegido fueron los ingleses de Headstrong, cuyos anteriores trabajos estaban relacionados con juegos para Nintendo. SEGA les dio total libertad para desarrollar un reboot de la serie (siento que SEGA se pudo dar este lujo después de mucho tiempo, debido a las tremendas ventas de Mario & Sonic). En un principio, Tancred Dyke y John Bye tenían la idea de situar la historia en un ambiente steampunk. De hecho estaba casi decidido que así sería, pero pese a que no tengo nada encontra con este estilo, doy gracias a dios Romero por inclinar a estos muchachos a ver Planet Terror de Robert Rodríguez y así cambiar totalmente lo que es House of the Dead: Overkill.

El juego supone un historia ubicada siete años antes del primer HOD, cuando un novato Agente .G y un vulgar, soez, obsceno, irreverente y negro detective Washigton descubren el origen de los zombies o, como los llamaremos desde ahora, “mutantes”. Aunque los dos personajes tienen métodos diferentes y códigos morales opuestos, al tener un objetivo en común pueden ser una pareja tan deliciosa como la mermelada de fresa con la crema de cacahuate. ¿Pero cuál es el pan que une las historias de estos apuestos sujetos? Pues uno de los antagonistas: ¡Papa Cesar! Un malo maloso de malolandia que bajo su canoso cabello esconde un oscuro secreto. Por suerte, nuestros chicos no estarán solos en esta pútrida misión: casi inmediatamente te encuentras con Varla… Varla Gunns (nos recuerda a Vikki Blows), una desnudista desempleada en busca de su hermano Jasper, un genio paralítico (nos recuerda a Stephen Hawking), el cual está bajo el control de Papa Cesar.

Gráficamente el juego tiene un aspecto de película B de barata: imperfecta, con mala iluminación debida al calculo erróneo de los grados kelvin, típicas manchas de abrasión mecánica y filmada en súper 8mm. Otro cliché visual de estas películas son las clásicas etapas de pantano, casa campestre, hospital, feria y, por si fuera poco, ahora un table dance entre otros. El juego no sólo comparte el apartado gráfico con estas películas: también está plagado de malas actuaciones y un gore que no es para débiles del estomago. Tendremos un excelente guión, en especial cuando Washigton y G discuten (de hecho, el juego tiene el récord de utilizar la palabra FUCK mas de 200 veces).

Originalmente, HOD tiene este ritmo: debes abrirte paso entre todos los “mutantes” hasta llegar al jefe final, encontrar su punto débil y llenarlo de plomo con una sola arma. En algunas ocasiones, puedes cambiar de ruta visitando otras secciones. Esto último no se conserva en HOD: Overkill, aunque agregaron cosas diferentes como un medidor de puntos que indica la cantidad de tiros acertados sucesivamente en carne “mutante”. Tendrás más puntos que te darán diferentes grados hasta llegar a un clímax erótico llamado “¡goregasmo!”. Ya de por sí en la versión de Wii esto era un factor adictivo, ahora en PS3 contamos con tabla de líderes para que puedas sentirte orgulloso y tengas tema de conversación en tus reuniones familiares. Además de “mutantes”, hay muchas cosas a que disparar. Originalmente en la versión de Wii esto sólo te ayudaba para subir tu vida, mejorar tus puntos o alentar la cámara, pero en Extendet Cut tendremos más y más cosas a las cuales disparar para desbloquear extras, páginas de cómics, temas de la rockola, modelos 3D, etcétera. El director Steve Pritchard propuso esta mecánica para tener una mayor rejugabilidad. Y es que, supongamos que tienes un buen combo, pero en el camino te encuentras un extra al cual dispararle y por intentarlo pierdes el combo. Otra razón típica por la que pierdes un combo son los nuevos enemigos —a mi parecer— optimizados para pantalla 3D en PS3.

La historia termina rápido, seguramente después de sentarte unas dos horas (lo que dura una película B). Llegarás a uno de los finales mas retorcidos que he visto. Al mi parecer, la duración de la historia es un punto a favor, pues me recuerda a esas películas que siempre ves con tus amigos una y otra vez por lo ridícula que es.

Una ves terminado el modo historia, desbloquearemos algunos modos de juego extra.

Clásicos del Wii
Directors Cut: Es exactamente la versión de Pritchard con etapas mas largas y secciones que no se incluyen en la versión normal.
Minijuegos: De hasta cuatro jugadores.
Más Mutantes: Como lo dice el titulo, el modo historia con más carne podrida a la cual disparar.

PS3
Dale a esa mala palabra: Una versión extraña donde serás un perfecto agente de la moralidad.
2 Armas: Tendrás la posibilidad de sostener un arma en cada mano para disparar como si fueras Tallahassee en Zombieland.
Modo Clásico: Juega como los clasicos HOD con una elegante magnum, envidia de cualquier personaje interpretado por Clint Eastwood.
Modo Hardcore: Los “mutantes” solo mueren si les disparas en la cabeza. BOOM BABY!

Otro apartado que destaca mucho es el Soundtrack, pues es perfecto para matar “mutantes” y se conforma de cantantes wannabe provenientes de distintos géneros: country rock estilo Johnny Cash, funk setentero estilo funkadelik, psycodelic rock estilo Jimmy Hendrix y garage surf estilo Straitjackets. Aunque cuando llegas a los jefes todo el audio refleja un estilo más moderno, tirándole a DubStep inglés. La música se comporta de dos maneras diferentes: cuando estás en un capitulo se escucha música instrumental, pero cuando estás en los menús se reproducen los mismos temas pero con una horrible letra.

The Good, the Bad and the Zombie (comparado con la versión de Wii).

The Good:
-Doble arma.
-Resolución HD a 720p.
-Dos niveles nuevos:

NAKED TERROR: Está ubicado en un club de caballeros donde todo es común. Te toparás con malas propinas, dinero regado en el piso y un montón de gente que quiere morder un poco. En este capitulo averiguaremos cómo es que Varla Guns alcanzó a los agentes con esa hermosa moto y que, después de todo, Lelo no estaba del todo solo. No quiero arruinar mucho la historia, pero el jefe final les recordara las mecánicas de The Judgment, primer jefe de House of the dead 2.
CREEPING FLESH: No detallaré mucho sobre este nivel pero les puedo decir que el nombre es un tributo a una de las películas mas memorables de genero de horror.

-3D Polarizado (el del cine actual). En este apartado cabe mencionar que los jefes tienen nuevos movimientos que aprovechan en su totalidad el 3D.
-Groserias, groserias, groserias y HAMMER TIME!
-Comic Digital completo que sólo se regaló en las preventas del original.

The Bad:
-Tarda más tiempo en cargar los niveles e incluso carga después de las escenas de video, algo que corta la experiencia, sobre todo si lo estas jugando en 3D.
-El control tiene un terrible retraso entre tu acción y lo que sucede en pantalla. Si haces un movimiento rápido se descalibra, logrando que pierdas un combo o un extra.
-El volumen del ambiente disminuye cuando los personajes hablan, por lo que se pierde el ritmo del juego.
-Jugar con el control de PS3 no es una buena idea. La verdad, el juego no está bien adaptado para jugarlo de esta manera. La mira es muy rápida y te va a ser muy difícil hacer headshots. No hay muchas opciones en el menú de configuración del control. La verdad, nada comparado con aquellos ports que salieron para Dreamcast que incluso sin la pistola se puede jugar muy bien.

The Zombie:

-Jugar con el Move es prácticamente igual. Las únicas diferencias positivas son que la bolita luminosa del control cambia a rojo o azul cuando juegas de dos jugadores. Un detalle que nos recuerda el color de las pistolas originales en la arcade, aunque me gusta mas jugarlo con el control de Wii. Tal ves sea costumbre o esa bocinita que tiene el Wiimote, la cual da un buen feedback a la hora de jugar este tipo de juegos (o también el hecho de tener dos pilas AA hace que tenga un peso ideal para disparar). Esto se puede solucionar usando el Sharpsooter, además de que agrega una sensación agradable al cargar como si fuera una escopeta.
-3D Anaglifo. En este modo, yo usé unos lentes verdes/magenta (tambien pueden usar rojo/azul) que, aunque logran muy bien el efecto 3D, la pérdida de colores hace difícil distinguir elementos pequeños. Tengo la impresión (o al menos la esperanza) de que esto sea un tributo a las malas películas 3D de los 80s.

Conclusion:
The House of the Dead: Overkill Extendet Cut es un juego brillante, lleno de momentos inolvidables, malos chistes, lenguaje fuerte y difícilmente jugarás un título más obsceno que este. Al igual que todos los ports del Wii al Move, no esperes tener un mejor control, puesto que estos juegos nunca fueron pensados para controles 1:1. De cualquier manera, es ridículamente divertido. Si eres fan de las películas serie B y las escenas exageradas, éste es tu juego. Si, por el contrario, eres fan de lo realista y moralmente aceptado, te agradezco haber leído esta reseña.

Score. 7.5