Desde que Mario hizo su aparición especial como árbitro en Mike Tyson’s Punch Out!!!, los cameos o apariciones especiales en los juegos de video se hicieron un atractivo tan peculiar que con el tiempo evolucionaron en fenomenales encuentros que trascendieron como títulos insuperables (Battletoads & Double Dragon), proyectos legendarios (Namco X Capcom) y, en algunas ocasiones, como la razón más grande por la que se vendió el juego, teniendo como ejemplo más afamado la intervención de Link, héroe de The Legend of Zelda, en la segunda entrega de Soul Calibur. De esta forma, las colaboraciones y cameos se volvieron un elemento común en la cultura del entretenimiento interactivo, dando lugar a tantas posibilidades como la imaginación de los fanáticos y las disposiciones legales pudieran permitirlo.
En la actual generación de consolas, Nintendo y SEGA concretaron el anhelado encuentro entre sus mascotas a través de tres títulos deportivos y uno de peleas, mientras que Sony buscó hacer algo similar con su galería de personajes y todo aquel que deseó entrarle a la fiesta en otro juego de acción que, la verdad, dentro de un par de años habrá quedado en el olvido. De la misma forma, Square Enix toma a los héroes de todos sus juegos y los mete ya en cuanto juego se le ocurre para ver si así venden algo más de lo que espera y el resto de las compañías desarrolladoras experimenta con lo que puede para llamar la atención, olvidándose que en este tipo de encuentros, lo que atrae compradores no sólo son los personajes, sino también la forma en cómo éstos hacen su aparición en el juego y, claro, la calidad de los títulos en sí.
Después de Nintendo, Capcom es una de las compañías cuyos fanáticos han sabido disfrutar de las colaboraciones y cameos de sus diversos personajes desde hace décadas, dando lugar a productos propios que a momentos han servido para que la misma compañía mejore sus creaciones. En el 2012, y para celebrar los 25 años de sus franquicias más exitosas –que no tienen que ver con zombis y virus mutantes- Capcom da un paso al frente y, en lugar de reconocer el trabajo de un fan, lo hace propio y promociona de manera oficial como regalo para su comunidad de videojugadores y fanáticos alrededor del mundo.
Programado por Seow Zong Hui, Street Fighter X Mega Man es un juego que se ve, se juega y se escucha como si fuera un clásico título de 8-bits, pero, a diferencia de esas entregas que se vieron del robot azul en el NES, los enemigos a vencer en esta aventura son algunos de los peleadores más representativos de Street Fighter. Con niveles tematizados según los escenarios de cada personaje, el cambio más importante en la dinámica de juego clásica de Mega Man es que los jefes, conforme reciben daño, van cargando una barra de poder que les permitirá hacer un ataque especial en contra de Mega Man cuando se llene.
La dinámica de juego en Street Fighter X Mega Man es la misma de siempre. Hay ocho jefes, los cuales debes enfrentar y, al vencerlos, obtienes su arma (que en este caso está basada en sus ataques especiales como el Ha-Do-Ken de Ryu o el Lighting Kick de Chun-Li). Al vencerlos a todos entras a la guarida del villano, sólo que en este caso no sólo nos esperan nuevamente los jefes que ya vencimos, sino que encontraremos tres nuevos y, si se cumple un requisito particularmente interesante, nos enfrentaremos a un personaje secreto al final de esta aventura.
Si bien el videojugador promedio encontrará este título como divertido y retador, el veterano de los juegos clásicos de Mega Man no encontrará nada verdaderamente excepcional. Sí, son jefes basados en personajes de Street Fighter y hay uno que otro enemigo nuevo, pero nada de eso salva al título de ser una curiosidad menor. El diseño de niveles es simple y, a veces, confuso y está muy lejos del genial trabajo que hizo Capcom en Mega Man 9. La dirección de arte no ofrece nada que no se hubiera visto ya en los foros de las comunidades fanáticas de Capcom y/o Mega Man, además de que en su presentación el juego al final se siente muy apresurado.
A pesar de lo anterior, que se comenta más por señalar un hecho que como una queja hacia el título en sí, debo reconocer que el juego es entretenido y que la genial banda sonora hecha por Luke Esquivel logra darle esa sensación clásica como pocas veces se ha logrado hacer en un juego “nuevo” que quiere verse y sentirse como un clásico.
Como excusa y pasatiempo, Street Fighter X Mega Man es una curiosidad menor que vale la pena jugarse como eso y nada más. Resulta triste pensar que en esto culminaron las celebraciones de los 25 años de Street Fighter y Mega Man, pero si lo vemos en comparación de lo que hicieron para otras franquicias que cumplieron esa misma edad ese mismo año (como Maniac Mansion, Phantasy Star y Contra) y otras que lo cumplieron en el 2011 (como Metroid, Castlevania y Dragon Quest), creo que a este par de series les fue bien. Siete.