Fortune Street es una adaptación del juego que todos conocemos como Monopoly. La esencia de este videojuego está basada en el sistema de reglas del juego de mesa. Nunca me hubiera imaginado que al jugar Fortune Street me iba a encontrar con un magnífico caso para ejemplificar ciertas nociones básicas de Game Theories. El hecho de transportar un juego de mesa a un videojuego genera ciertos puntos de presión en el tema que espero pueda liberar durante la reseña. La pregunta clave es: ¿por qué debería jugar Fortune Street y no el juego de mesa físico de Monopoly?
Esta reseña no se enfoca tanto en cuestiones “visibles” de Fortune Street. En cambio, va directo al corazón de lo que es un juego. Este texto se desenvolvió así inesperadamente, y espero que lo disfruten aquellas personas que lo lean completo.
Fortune Street es un juego con un objetivo parecido al de Monopoly: tener un dominio económico sobre los demás usuarios, ya sea obteniendo la mayor cantidad de dinero o “quebrando” financieramente a los otros. El campo de batalla es un tablero con una cantidad determinada de casillas y los jugadores se irán desplazando a sobre él, dependiendo del número que obtengan al tirar un dado virtual. Las mecánicas básicas para regular el sistema económico son, a grandes rasgos, las siguientes:
1) Cada vez que caigas en las casillas que contengan una tienda la podrás comprar si tienes el suficiente dinero en efectivo para que así la propiedad sea tuya y empieces a desarrollar tu dominio territorial. Todos los usuarios que caigan en tus casillas tendrán que pagarte dinero.
2) Por otro lado, el tablero se divide en distritos y puedes hacer especulaciones financieras, dependiendo del crecimiento o decrecimiento de estas zonas, al comprar y vender bonos. De esta manera tu poder financiero se repartirá no solamente en el efectivo que tengas, sino también en el valor en activos (propiedades) y el dinero que obtengas por la especulación de bonos.
De ahí en adelante el juego progresa en una lucha encarnizada para hacer las mejores compras en el momento adecuado o tomar acciones coercitivas contra los demás jugadores, como, por ejemplo, forzar compras de casillas o vender bonos para bajar el valor de distritos.
En Fortune Street puedes jugar contra la computadora o contra alguien online. Pero hacer esto mata completamente el objetivo del juego. Es inútil y verdaderamente aburrido, porque la única manera en la que puedes realmente disfrutar este título es con cuatro jugadores presenciales.
¿Por qué esto? Veamos un poco de Game Theories.
Por desgracia, la lengua española por no tiene términos para definir adecuadamente “play” y “game”, y por eso llegamos a caer en la molesta cacofonía de decir “jugar un juego”. Pero en inglés sí existe la diferencia y por eso se dice “let’s play a game”.
¿Qué es jugar (play)?
Jugar es una actividad lúdica (proporciona entretenimiento) y voluntaria. Ciertos animales (mamíferos) pueden llegar a jugar porque tienen lo suficientemente desarrollado su sistema cognitivo.
¿Qué es un juego (game)?
“Un juego es una acción voluntaria interactiva en la que uno o más jugadores siguen reglas previamente establecidas que modifican su comportamiento para afrontar un conflicto artificial que terminará en un resultado cuantificable” (Eric Zimmerman, 2004).
¿Cuál es el fin de Monopoly, el juego sobre el que está basado Fortune Street?
Monopoly es un juego diseñado para ser jugado con otras personas. Para que funcione su sistema se necesitan seres humanos que tomen decisiones racionales y emocionales. Monopoly va directo a lo que somos y saca a flote nuestra avaricia, codicia, malicia o inteligencia. Lo más importante en Monopoly, así como en un juego, es que las personas que lo jueguen estén dispuestas a seguir las reglas para llegar a los resultados deseados, si no, el juego no cumplirá su objetivo y deja de ser un juego (game).
Fortune Street funciona con el mismo concepto de decisiones humanas pero lo lleva al terreno de un videojuego. A fin de cuentas, lo único que tiene de diferente Fortune Street es el uso de la tecnología para jugar con el mismo sistema de reglas en un medio diferente. La única forma de disfrutar y de lograr el objetivo para el que fue diseñado el sistema de reglas es que lo jueguen humanos. Personas que estén en el espacio previamente diseñado por el marco de reglas, porque el ambiente también es parte del juego.
Los algoritmos de los personajes controlados por la computadora no pueden sustituir las decisiones de un ser humano. Y aunque juegues con una persona online, no estará en el mismo lugar que tú para que veas su cara de derrota en el momento en que triunfalmente eres declarado el ganador o convenga esta interacción cara a cara cuando realizas tus movimientos económicos.
Regresemos a la pregunta que hicimos al principio: ¿por qué debería jugar Fortune Street y no el juego de mesa físico de Monopoly?
Si te gusta el juego de mesa, definitivamente deberías jugar Fortune Street. Es una experiencia diferente (el medio es diferente) además de que las reglas del sistema son mucho más sofisticadas. ¿Quieres más? El título tiene buenos valores de producción y buenas decisiones en su diseño, por ejemplo, varias personas pueden jugar con el mismo control o se puede acelerar la velocidad de los textos en pantalla. Además, todo está enmarcado con el universo de Mario Bros. y Dragon Quest: desde la aparición de los personajes de las series, los tableros en los que juegas y la música y los sonidos.
Desafortunadamente, para que Fortune Street pueda jugarse es necesario que demasiados elementos concuerden, porque así está diseñado el juego (Monopoly). Uno no puede jugar un partido de fútbol con un balón de básquetbol, ¿verdad? Y si lo hicieras, entonces simplemente estarías “jugando” (play) pero ya no jugando fútbol (game). Para que Fortune Street sea verdaderamente jugable necesitas a cuatro personas con la disposición para hacerlo y que estén presentes físicamente. Fortune Streeet, al igual que Monopoly, es un juego inmortal porque lo que mueve al juego es nuestra condición humana. Y ojo, he dicho juego y no videojuego.
Fortune Street sirve como ejemplo de lo que sucede cuando quieres transformar un juego de mesa en un videojuego y no tomas en consideración todos los elementos que hemos comentado en esta reseña.
Si logras juntar a un grupo de personas que estén dispuestas a jugar de acuerdo a las reglas, bienvenido, estarás ante una experiencia disfrutable pues Fortune Street es más que un videojuego, es un reflejo de lo que nos mueve como seres humanos. Así es, esa delgada línea entre “play and game”, pues solamente los humanos podemos jugar juegos.
Let’s play a game.
Calificación: 7.5