Una muy grata experiencia que siempre recordaré de mi primer E3, en el 2010, es la de visitar el booth de Capcom a manera de base cada que se me hacía necesario. En compañía del buen Mariano (PunisherIV), regresar a Capcom a echarnos un brownie -o una botellita de agua- luego de una larga caminata o de completar alguna actividad se sentía como volver a casa. Para mi al menos ese era el sentir por el apego que le tengo a la compañía, y por llegar a un lugar donde estar rodeado de sonidos y caras familiares, los hadoukens y shoryukens que llenaban el aire y pantallas a mi alrededor (por ese entonces se promocionaba una muy preliminar versión de Street Fighter X Tekken) me tranquilizaban. Pero no todo se trataba de elementos ya conocidos, había personajes, mundos y sonidos en los displays de Capcom que eran totalmente nuevos y que llamaban poderosamente mi atención y me tenían embelesado, me refiero por supuesto a Dragon’s Dogma.
Dragon’s Dogma hacía su debut en dicho evento y otra de las muy gratificantes experiencias que tuve por entonces fue entrevistar al director Hideaki Itsuno (Devil May Cry 4) y al productor Hiroyuki Kobayashi (Resident Evil 4), creadores del título. Los grandes dragones de Capcom me hablaron de las problemáticas que enfrentaban para desarrollar un título tan ambicioso, y el cual ya rondaba la cabeza de Itsuno desde que tenía 15 años. El épico relato del héroe despojado de su corazón por la mítica criatura escupe fuego llegó a consolas en Mayo del año pasado pero por azares del destino Atomix no tuvo una reseña en su momento. Hoy, aprovechando el lanzamiento de su expansión Dark Arisen, le brindamos el espacio que se merece.
El juego es el típico héroe de clase (de la clase que uno elija ser) que sale a la aventura en un mundo tipo medieval, donde grandes parajes y una accidentada geografía esconden pueblitos llenos de habitantes peculiares y criaturas malévolas de características mitológicas. La travesía se ve aderezada con toques de juego acción/RPG y, aunque hasta aquí nada suena nuevo, añade mecánicas y elementos interesantes que lo hacen brillar con vida propia aún cuando otros lanzamientos similares le robaron atención en su momento, digamos Skyrim.
La principal característica única que distingue a DD de otras propuestas similares es la mecánica de acompañantes “Pawns”. Al igual que tu protagonista, un pawn es un ayudante que te auxiliará en tu aventura y al cual personalizas desde su apariencia, clase, equipo, habilidades y más. Este personaje sube de nivel a la par de tu héroe y sirve de guía en muchas tareas y objetivos. Luego hay más pawns que puedes integrar a tu party pero estos, o bien se generan al azar por la inteligencia artificial del juego si no tienes conexión a internet, o bien son descargados de otros usuarios que decidieron crear a esos personajes y compartirlos (tú también lo puedes hacer), lo que dota al título de un aspecto multiplayer bastante interesante ya que los peones descargados conservan información y hábitos de las hazañas que ya realizaron en compañía de sus respectivos amos.
La mecánica es interesante en su funcionamiento, y encuentra justificación en la historia del juego a través de viajes interdimensionales que esos seres hacen con la finalidad de servir a nuevos maestros, ya que esa actitud de servicio es una característica nata de su pueblo.
Otro punto importante a destacar del gameplay de Dragon’s es su sistema de combate. Si bien a primera vista pareciera un hack n’ slash tradicional, lo cierto es que aquí no hay combos a memorizar; más bien cobra bastante fortaleza el aspecto RPG del juego y hasta tiene tintes de estrategia. Dependiendo de la clase a que pertenezcas es el tipo de armas que puedes portar, magos y arqueros pueden atacar a distancia, y en base a ellas tendrás que planear como moverte y atacar enemigos ya que cuentas con una barra de stamina que se agota en un dos por tres entre más esfuerzo físico hagas. Las peleas con jefes, criaturas de gran tamaño, y grupos de enemigos que te superen en número pueden llegar a ser una pesadilla ya que tu personaje no responderá si pierde el aliento lanzando ataques inefectivos.
Lo anterior es parte del sistema de pelea que los desarrolladores incluyeron tratando de hacer que el combate se sintiera más realista. Si bien no llega a tal grado pues a veces puede resultar acartonado, sí incluye importantes consideraciones que hacer a la hora de jugar. ¿Cómo ataco a cierto enemigo si sé que no tengo alcance de lejos y de cerca me canso muy rápido? ¿si es un monstruo cuál es su punto débil y cómo llego a él? ¿me conviene lanzar a mi peón por delante o que me cubra desde atrás? Enemigos de gran tamaño pueden ser escalados o sujetados para concentrar el ataque en algún punto de sus cuerpos y se vuelve parte importante de la estrategia a usar contra ellos. Itsuno me comentaba que quería que el combate con monstruos se sintiera natural y lógico, uno no atacaría tirando espadazos a las pezuñas de una gran bestia de 20 veces tu tamaño, ¡uno se las arreglaría para trepar y rajarle el cuello! Y eso exactamente puedes hacer en Dragon’s Dogma sin que por eso sea sencillo.
Otro punto crucial en el juego es el manejo de items; no importa por dónde avances irás recogiendo una inmensa multitud de objetos, muchos de ellos pareciera que no tienen uso alguno pero cuando te pones hacer pruebas y combinarlos los resultados se tornan interesantes. Muchos items esenciales, como la siempre útil linterna, se obtienen combinando otros y elegir qué cosas llevar se puede volver complicado ya que tampoco puedes cargar todo tu inventario sin sufrir las consecuencias.
En cuanto a presentación Dragon’s Dogma es simplemente raro, sus gráficos no están mal pero el estilo es muy particular y de pronto sí se pueden llegar a ver muy extraños los modelos de los personajes, sobretodo en sus rostros, parecen como figuras de plastilina que se expusieron momentaneamente a una vela. De nuevo, es sólo el estilo que decidieron adoptar; recordemos que Capcom anda muy en esa onda de personajes que parecen pintados en diferentes técnicas, como con Okami o Street Fighter IV. La música son piezas que suenan muy bien individualmente pero que no siempre acaban de encajar en los momentos en los que aparecen.
Con la expansión Dark Arisen viene incluido el paquete de voces originales japonesas para el juego, pero si decides jugarlo en Inglés te encontrarás con muchos y muy variados acentos del mismo, sobretodo de regiones europeas, que no están mal pero sí puede dotar al juego de una pomposidad auditiva que no necesariamente se ve reflejada en las situaciones acontecidas.
Dragon’s Dogma no es sencillo y eso es algo que se agradece. La complejidad de los combates, más la dificultad de la inteligencia artificial, más la casualidad de que puedes aventurarte a misiones que no corresponden todavía a tu nivel en todo momento, hacen que puedas estar viendo la pantalla de game over más seguido de lo que quisieras. Súmenle que el juego te regresa al último punto donde grabaste (aunque grabar es algo que puedes hacer cuando quieras, pero que seguro temerás utilizar porque sólo tienes un archivo disponible) y tendrán una experiencia en la que es mejor pensar bien antes de actuar y preparar todos los items y skills necesarios para cada situación. En definitiva un título para meterle sus muy buenas horas.
Respecto a la expansión, es definitivamente para esos clavados que ya le invirtieron su tiempo al juego original, Capcom de hecho recomienda no aventurarse a la nueva área de juego si no eres al menos nivel 50. Lo añadido es el territorio BitterBlack, una isla -donde siempre es de noche- que guarda nuevos secretos y sobretodo enemigos más poderosos. Si bien la mayor parte de la novedad se desarrolla ahí, también se añaden nuevas tareas y objetivos secundarios que te reencontrarán con personajes y lugares de la aventura original. Nuevas habilidades también fueron incluidos y en general un skin más oscuro para el título que, sumado a la dificultad (también incrementada), recuerda mucho a Dark Souls sin pretender ser el juego de From Software. De hecho, me atrevería a decir que el principal mérito de Dragon’s Dogma es parecerse tanto a muchas otras experiencias y sin embargo sentirse tan fresco y original; si alguien ahora se propusiera hacer un juego “como Dragon’s Dogma” probablemente se enfrentaría a la problemática de como emular una identidad propia tan poderosa como la que logró Capcom.
Si no han jugado DD todavía, y en algún punto les llamo la atención, ésta puede ser una excelente oportunidad para hacerlo. Toneladas de contenido ya incluido en el juego original, más otra buena dosis extra en Dark Arisen, una historia clásica pero con sus muy buenos momentos épicos, y un muy buen nivel de reto y rejugabilidad hacen de este título una interesante opción que parece más salida de PC que lo que acostumbramos ver (del tipo) en consolas.
Calificación: 8.9
COMUNIDAD: ¿A ustedes les gustó Dragon´s Dogma, qué les gusta, qué le quitarían? ¿Ya tienen su Dark Arisen?