Los fanáticos de Mad World y Bayonetta seguramente esperan con ansias la última entrega del estudio PlatinumGames, conocido mundialmente por sus títulos de acción. En esta ocasión, llega a América un título que los videojugadores japoneses llevan disfrutando un buen rato. Se trata de Anarchy Reigns, una extraña mezcla de universos y personajes de este estudio. ¿Vale la pena? Te invitamos a leer la reseña.
En un futuro no muy lejano (en una ciudad no muy diferente a las grandes urbes actuales) el mundo, como lo conocemos, ha dejado de existir. Una guerra nuclear ha devastado a casi todo el planeta y sólo unos poco sobrevivieron a la destrucción. Muchos de los neonatos en esta pesadilla postapocalíptica han sufrido cambios biológicos. Para contrarrestar esto, la sociedad humana optó por las modificaciones corporales con nanotecnología y otras ciencias. El mundo se encuentra mal y reina el autogobierno. El terror desenfrenado tiene a los pobladores escondidos en rincones como si fueran ratones de coladera, pues muchos organismos cibernéticos trafican con los nano órganos y los usan como moneda de cambio. En medio del caos, el juego nos pone dos personajes principales con dos historias que se contraponen. Ellos repesentan dos caras de la misma moneda: en el anverso noble, tenemos a Leonhardt “Leo” Victorion, un agente especial dentro de la unidad Strike One, que busca respuestas acerca de su mentor Maximillian “Max ” Caxton. Este personaje utiliza unas cuchillas cargadas de positrones para despedazar a los enemigos. El anverso oscuro de la moneda tenemos al popular Jack “the Chaser” Cayman, quien, después de su excelente trabajo destrozando vagos en Varrigan City, ahora entra en esta nueva tierra de Altambra contratado por la propia hija de Max Caxton. Con la ayuda de Amala y su temida mano con doble sierra intentará cumplir su objetivo.
Anarchy Reigns nos muestra cómo las personas pueden encontrar motivación significativa en sus vidas buscando en los recuerdos que parecieran ser paralelos a sus objetivos actuales. Si bien esto es interesante y cada personaje encaja de alguna manera dentro de la historia, que escojamos el lado bueno o malo no pesa lo suficiente, pues los que jugamos MadWorld sabemos que Jack no es un personaje del todo malvado.
Anarchy Reigns es un brawler para varias personas. Piensen algo así como el modo multijugador perdido de MadWorld y Bayonetta. Los controles giran en torno a un puñado de comandos que, ejecutados correctamente, derivarán en combos. Como en todo juego del género, es necesario tomar ventaja de las fallas en la defensa del oponente, evitar los agarres, los temibles especiales y, en esta ocasión, los innumerables peligros en los escenarios. Recuerda que estás en un mundo postapocalíptico: hay constantes ataques de coches sin control o cambios climáticos. Desafortunadamente, el juego nunca llega a brillar en el sistema de combate, pues los combos carecen de la adrenalina de God Hand, la fluidez de Bayonetta o la agresividad de MadWorld.
Por otro lado, el juego consiste en eliminar innumerables hordas de enemigos desquiciados hasta que alcances cierto número de puntos para abrir más misiones. Hay de dos tipos: las libres, que sirven para generar puntos rápidos, y las misiones de la historia. La variedad de los objetivos en estas misiones es buena. Por ejemplo, en algunas deberás eliminar cierto número de enemigos antes de que se termine el tiempo, en otras tendrás que escoltar a un cantinero robot hasta su lugar de trabajo sin que lo maten o tal vez debas pelear cuerpo a cuerpo contra jefes de gran tamaño o incluso limpiar las cloacas de una ciudad apestosa. De esta forma, según qué tan rápido o qué tanto daño recibiste, serás calificado al terminar la misión (como es el estilo de PlatinumGames) y recibirás cierto número de puntos para seguir avanzando. Esta mecánica puede parecer algo monótona para la actualidad, pero para los que sólo buscan apretar botones y obtener alguna satisfacción por la simple retroalimentación positiva visual será muy divertido.
Pero la campaña de un solo jugador puede ser vista como una especie de tutorial con historia corta donde puedes experimentar con técnicas para después presumirlas en el modo en línea.
Aquí es donde Anarchy Reigns muestra su potencial. Se nota la experiencia adquirida en PowerStone 2 por Masaki Yamanaka, pues sin duda es una de las experiencias multijugador más singulares de esta generación. Cuando entras a este modo, podrás elegir entre una lista bastante extensa de habilidades equipables (siempre y cuando hayas desbloqueado la mayoría en el modo de un jugador). La lista de personajes es tan única que rara vez uno será comparable con otro. Cada uno tiene su propio conjunto de movimientos, aunque el sistema de batalla es universal (esto con la finalidad de brindar una experiencia más acogedora para el jugador promedio).
Todos los personajes tienen un variado abanico de personalidades. Algunos de los más atractivos son:
Nikolai Dmitri Bulygin: Nuevo líder de Strike One después de la desaparición de Max. Tiene un temperamento agresivo y un par de bobinas de Tesla que le otorgan poderes eléctricos.
Sasha Ivanoff: Con tan sólo 24 años de edad fue seleccionada como agente de Strike One. Utiliza un mecanismo de congelación que dejará a cualquiera helado.
Edgar Oinkie: Un científico que después de la gran guerra comienza a usar todo su conocimiento para su propio beneficio. Él domina el comercio de partes robadas en el bajo mundo y puede cambiar su cuerpo a voluntad dotándolo de una mayor resistencia y fuerza por un periodo corto de tiempo.
Big Bull: En MadWorld fue llamado Crocker Bull Big, pero hace cuatro años sufrió un accidente (tal vez causado por Jack) y sustituyó su cuerpo por el de un robot. Ahora, según él, es el rey de Altambra.
Black Baron: Un viejo conocido para Jack. Es el padrote y rey de las calles de Varrigan City y ahora está de regreso con todo su arsenal de palabras altisonantes.
Éstos son sólo algunos de los 16 personajes con los que cuenta el juego y, como podrás darte cuenta, te va a ser fácil encontrar uno que se adapte a tu forma de combate y, sobre todo, a tu personalidad. Es una lástima que para nuestro país nos fuera negada Bayonetta como DLC de lanzamiento.
Los modos de juego disponibles van desde el uno contra uno dentro de una jaula, el clásico free for all para cuatro jugadores, 16 personas (todas contra todas), Tag Team, Captura la bandera y un modo llamado Deathball. Este último implica a dos equipos de cuatro jugadores que intentan agarrar una pelota alrededor de un patio. Si un jugador logra aferrarse a la pelota el tiempo suficiente, desbloqueará la portería del equipo contrario y será posible anotar un gol. Es como futbol llanero, pero con un poco más de sangre y faltas.
Como podrás imaginar, no hay nada nuevo en este apartado. Estos modos de juego ya son bien conocidos por todos. El juego, por fortuna, los ejecuta de buena manera. Después de todo, lo mencionado anteriormente existe desde la temprana edad del juego multijugador en computadora.
Pienso que, los que somos seguidores de PlatinumGames desde sus inicios como Clover Studios, ya hemos tenido el tiempo suficiente para acostumbrarnos a sus juegos para una sola persona. A decir verdad, se nota la falta de dedicación para hacer un juego multijugador. En 1997, cuando el furor del primer Quake reinaba en las LAN Parties, contábamos con seis niveles. Ahora, en pleno 2013, no entiendo por qué Anarchy Reigns solo tiene cuatro escenarios.
Gráficamente el juego se ve algo apresurado. Puede que muchos se queden esperando la aparición milagrosa de las texturas faltantes cuando se inicia una misión… pero no. Muchachos, esas texturas no llegarán jamás, pues Anarchy Reigns es feo y se ve feo. Se siente la presión de los desarrolladores por entregar el juego, aunque se respeta el rechazo de PlatinumGames por el uso de motores Gaijines como Unreal Engine 3. Intentaron llevar al máximo el PlatinumGames Engine, un motor que nunca fue pensado para desplegar 16 Bayonettas a la vez mientras muchos sucesos modifican el entorno en tiempo real.
Por otra parte, la dirección de arte es estupenda y representa con dignidad esa línea de diseño muy congruente dentro de los últimos juegos del estudio al puro estilo exagerado japonés. También es un gozo ver a todos esos entrañables personajes que vimos en MadWorld a todo color. Nunca imaginé que Mathilda, la amable asistente de Black Baron, tuviera la ropa en tonalidades moradas.
En está ocasión, la música se encuentra a cargo de Naoto Tanaka, que es mejor conocido por su trabajo primerizo en Mega Man X. Tanaka repite parte de la alineación de MadWorld, invitando a artistas como Doujah Raze, Sick YG, Bandy Leggz, Ox y a algunos nuevas como Tre-Dot, Skitz the Samurida y muzeONE. Al final, la música mezcla toda la inspiración rapera de Estados Unidos con las tonalidades del techno oriental.
El doblaje es bueno. En japonés cuenta con la voces de gente como Jōji Nakata, Wataru Takagi, Wataru Takagi y, en inglés, con Steven Blum, quien nuevamente hace la voz de Jack, con Arif S. Kinchen, Kim Mai Angela Guest, Zach McGowan. Por desgracia, encontré desagradable la desincronización casi total en algunos diálogos. En ningún idioma concuerdan las palabras con los movimientos faciales de los personajes.
Finalmente, Anarchy Reigns tiene destellos de frescura que agradarán tanto a los que extrañamos este tipo de títulos desde el Dreamcast como a los que disfrutan de esta generación. Sin embargo, en última instancia, no es lo suficiente como para sacarlo de la mediocridad de un button smasher promedio. Anarchy Reigns es agradable, pero no memorable. Siete.