Driver: San Francisco ha tenido un periodo largo de incubación. En casi cinco años de desarrollo, el juego está en la cúspide de dos resultados finales muy diferentes: ya sea que será mayoritariamente defraudante o bien que logrará traer de vuelta el potencial de la serie para llevar a la franquicia de nuevo a la vanguardia de los juegos de mundo abierto de conducción. Después de pasar un tiempo probando el juego en el booth de Ubisoft, me siento aliviado de informarles que las perspectivas de esta nueva edición tienen más en común con la segunda opción que con la primera.
Driver: San Francisco es divertido, refrescante y accesible, y lo más sorprendente de todo, es que también es un poco oscuro. El juego se lleva a cabo justo después de los eventos del tercer título de la serie. Regresas como el policía encubierto Tanner. Las animaciones son impresionantes y ultra realistas. Durante el intro del juego, vemos a Jericho, el chico malo de la serie siendo esposado, encadenado y llevado en una camioneta de la policía para cumplir su sentencia de muerte.
Pero, como podrán imaginar, Jericho no se iba a dejar llevar sin librar una batalla. Sólo basta un helicóptero equipado con bazookas para ayudar a escapar a Jericho de la policía que escolta su viaje hacia la silla eléctrica. No pasa mucho tiempo antes de que entres directamente en el juego, metas el pedal al fondo y persigas al susodicho maleante. Esto es lo que siempre resume la franquicia de Driver, buenas persecuciones de coches antiguos que estuvieron de moda en su época.
Mientras persigues a Jericho y después de que éste logra escaparse, Tanner choca, pierde el conocimiento y la historia y las mecánicas del juego se introducen al jugador por primera vez. El golpe de Tanner en la cabeza induce algo equivalente a un estado de coma, algo así como una experiencia cercana a la muerte que le otorga una habilidad única que se conoce como Shift. Esta habilidad le permite a Tanner teletransportarse de un carro a otro instantáneamente.
Un simple toque del botón X hace que el tiempo se alente y ves a Tanner flotar por encima de su coche y las calles en busca de otro vehículo para teletransportarse. Es una mecánica sutil, pero definitivamente es un cambiador de juegos. Tanner puede teletransportarse a cualquier lugar que quiera y en cualquier momento. Hay una libertad infinita.
Lo que es crucial con esta habilidad es que mantiene el ímpetu en la conducción. No hay retraso. No más correr a pié por las calles para perseguir a los carros, simplemente nos dedicaremos a conducir. Este es el nicho de San Francisco y está bastante bien ejecutado y es totalmente diferente a todo lo puedes encontrar en un juego similar en su género. Y, sin embargo, hay un elemento oscuro en que se basa la nueva capacidad de Tanner. Él no entiende su nuevo poder. Tanner escucha voces en su cabeza y está plagado de imágenes deformes. Su habilidad, útil por lo que es, es extremadamente abrumadora y a pesar de que Tanner tiene control total de su poder, la habilidad invariablemente lo controla a él, convirtiéndolo en un hombre procesado.
Una vez que has adquirido esta habilidad, el juego comienza a tocar las calles de nuevo. Tendremos acceso al potencial completo de Shift desde un inicio, tomando la personalidad de la persona con las que intercambiaremos lugares, pero para el jugador, tú seguirás siendo Tanner. Una primera secuencia de conducción hace que cambiemos a una ambulancia con el fin de conducir a un paciente enfermo al hospital más cercano, todo el tiempo tratando de de mantener su frecuencia cardíaca por encima de un nivel mínimo. Este es Shift en un nivel muy básico, pero no cabe duda que tendrás cientos de personajes con los cuales cambiar, con diferentes responsabilidades y características.
Mientras que me acostumbraba a la mecánica de Shift y completaba las primeras misiones en la historia, el carácter abierto del juego de conducción y las misiones fueron desenterrados. No solo se trata de perseguir a Jericho, puedes poner todos tus esfuerzos en perseguirlo, pero el juego ofrece mucha más variedad que solamente la historia básica. Viajar por la ciudad y cambiar de vehículos abre un mundo de tipos de misiones variadas, cada una con un ímpetu diferente.
Te encontrarás a ti mismo envuelto en persecuciones, manejando a lo largo de diferentes puntos de control para poder hacer los mejores tiempos, en carreras por las calles o chocando con vehículos para que las cámaras de televisión tengan algo cool que capturar. Hay mucho que hacer y ver. En algunos momentos el juegos nos recuerda a Burnout: Paradise, y aún así estas misiones tenían un poco más de variedad y personalidad.
Los carros y los vehículos se manejan bastante bien. Los controles son sólidos y refinados. A pesar de que en las primeras escenas que jugué no existían lugares reconocidos, es claro que Ubisoft ha construido una ciudad vasta y enorme, la cual está meticulosamente detallada.
Driver: San Francisco tiene un gran potencial. Esperemos que al final Ubisoft logre hacer del juego algo grande. Con la ciudad icónica de San Francisco como su inspiración, un gameplay variado y una historia original y oscura, el juego tiene todas las de ganar para ser un gran éxito.