Por: Iván Román (@YvannR_olvera)
Ante la inminente llegada de Super Mario Run a la App Store es necesario que demos un paso atrás para recordar un par de cosas que hace no mucho tiempo eran impensables o que creíamos implicarían una catástrofe para el mundo.
La gran N ha llegado a móviles, ya lo había hecho con sus aplicaciones sociales de Mii y en cierta forma una de las franquicias más allegada a la empresa japonesa también lo había hecho con un rotundo éxito que fue Pokémon Go; sin embargo, ninguna de las franquicias como tales de Nintendo directamente había hecho su aparición y mucho menos la estrella de la empresa: Mario. El simpático fontanero es uno de los íconos de la cultura popular más reconocido en el mundo, y sin dudar puedo decirles que es la insignia de los videojuegos en la historia; por su gran éxito y sus grandiosos juegos.
Hace algunos años, que ni siquiera son tantos, cuando pensábamos en la posibilidad de que los de Kioto llevaran a una de sus franquicias estrella móviles, lo pensábamos por la mala recepción del Wii U y considerando que podría haber una económica en la compañía. Lo primero fue un hecho, pues la consola de Nintendo fue un gran fracaso de ventas desde un inicio y la retirada de los terceros en publicar fue rápida de manera que se veía una crisis en la empresa donde muchos decían que su salvación sería llegar a móviles. Pero esto implica algo más severo, pues muchos pensábamos que la salida de franquicias de Nintendo a móviles implicaría el principio del fin de la industria, que, aunque multimillonaria, es muy joven.
Los lectores de más edad recordarán el fracaso de SEGA y como eso nos llevó al actual estado de la industria, donde los nombres de los competidores cambiaron y los focos se centraron en los recién llegados y su potencia para hacer videojuegos con gráficos que nos volaron la cabeza en aquella época. Entonces cuando se vio la crisis en el horizonte de Nintendo, muchos fueron los que pensaron que ya no se arriesgarían a traer una nueva consola casera y que apostarían por sus portátiles, que son un éxito siempre. Luego vino la alianza con una compañía dedicada móviles la cual aportaría la experiencia que la gran N no tenía para este mercado… La tormenta perfecta estaba sobre nosotros y el futuro se veía incierto, porque la compañía de Japón es un referente cultural y una pionera en los videojuegos modernos. Parecía que se avecinaba el principio del final. Muchos analizaron este movimiento como un: “Nos daremos por vencidos y entraremos al mundo de los móviles para poder sostenernos”.
El gran Iwata en una conferencia dejó muy en claro qué era lo que no le gustaba de los juegos para móviles: una de esas cosas era el precio, pues pensaba que los desarrolladores los vendían a precios demasiado bajos y que a esos precios la gente no aprecia el producto que le es dado. Tenía razón pues trabajo que no es pagado no es valorado. Pensemos un breve ejemplo: hay un tipo que tiene miles de ROMS de todas las consolas; es decir, tiene un catálogo gigante en su computadora personal… un catálogo que no le ha costado un centavo porque lo ha adquirido vía la piratería y así puede jugar lo que quiera cuando le plazca. ¿Realmente lo puede jugar todo y valorar cada historia y cada mecánica de juego? Pues la respuesta es un claro no. Por el contrario cuando nos hemos hecho de un catálogo que nos ha costado dinero y por el cual no podemos tener todo, lo vamos a apreciar más y sobre todo vamos a entender todos los puntos que un videojuego es capaz de darnos. Esto sólo es un ejemplo de porqué cuando no hay paga por algo no se le valora.
Sin desviarnos más, ese era el punto del hoy difunto Iwata… siempre esperando que los desarrolladores se valoraran a sí mismos para que el resto también lo hiciera. Por aquella época se veía imposible que una franquicia de Nintendo llegará a móviles por las razones antes expuestas. Luego del doloroso fallecimiento de Iwata la compañía se reestructuró y con esto llegaron aires frescos para ahondar en su relación con sus expertos en móviles que ya se venía gestando desde el mandato de dicho presidente… pero al mismo tiempo se nos hizo la promesa de que nada iba a cambiar, que la compañía seguiría haciendo hardware para complacernos.
Y claro que nos cumplieron, pues desde esa promesa se comenzó a rumorar con mucha fuerza una nueva consola con el nombre clave de NX. Los rumores llegaron desde los inversionistas de la compañía que nos dejaron saber que una nueva consola venía en camino y sobre todo que no tardaría en llegar, aunque no especificaban nada de nada sobre cómo sería o qué sería. Entonces todos los meses comenzaron a llegar más y más reportes que confirmaban el NX pero sin ninguna información sustancial o que nos diera mucho qué decir.
Ahora ya todos sabemos que en realidad se llamará Switch y que será todo un cambio en cómo entendemos una consola casera… pero aquí ese no es el punto.
La sorpresa más grande vino en un evento de Apple, cuando Miyamoto apareció en un espacio en el que nunca pensamos verlo y sobre todo en el que nunca se sospechó que algún día estaría. Su aparición fue certera: llegó para anunciar que el personaje más importante de la compañía llegaría en su propio juego móvil, con mecánicas que ya conocemos de otros juegos que también llevan en RUN en su nombre. ¿y la catástrofe? ¿y el fin del gaming? Pues nada de eso ocurrió, sino que por el contrario parece que se afianza con un enganche a nuevos mercados que posiblemente llegarán a comprar un NX para tener una aventura más larga con el fontanero favorito del mundo.
Por eso ojalá que, igual que Mario, los días de este mes corran para que nos alcance el nuevo juego al cual no lo veremos como al resto de la serie… será distinto y merecerá un tratamiento y entendimiento distinto. Pero eso será cuando el fontanero comience a correr sobre la manzana.