Desde que éramos chicos, muchos de nosotros veíamos la televisión sin saber que había muchas cosas que en un principio no sabíamos que estaban ligadas a Japón. Ya fueran series de anime que venían editadas para hacernos creer que su procedencia era americana o incluso algunos de los videojuegos que jugamos, provenían del país del sol naciente. Es por eso que esta vez les voy a platicar un poco sobre este tipo de medios que llegaron a nosotros, sin saber o no (cuando éramos más chicos) que provenían de Japón. Claro, es probable que algunas cosas se me hayan pasado o simplemente no me tocara vivirlas, pero por eso, los invito a que en sus comentarios nos cuenten un más sobre aquellas cosas que no teníamos noción que eran de Japón y que veíamos en televisión.
Cuando era un niño pequeño, la televisión era un mundo mágico en el cual podíamos perdernos durante horas. Ya fuera viendo los muppets o algunas caricaturas que el buen tío Gamboín nos ofrecía en su cálido espacio entre show y show. Una de estas caricaturas, que impactó en muchos de nosotros fue Mazinger Z. Cuando era pequeño, el show ya tenía algunos ayeres que había aparecido en la televisión, pero gracias a las repeticiones que ofrecían algunas de las cadenas televisivas, pudimos disfrutar nuevamente de las hazañas de Koji Kabuto y su robot hecho con aleación Z.
Sin embargo, cuando uno es niño, no nos cuestionamos en que si viene de Japón o de alguna parte del mundo en específico. Incluso la misma serie mencionaba que Mazinger provenía de Japón, algo que a veces pasaba inadvertido para muchos. Quizá la primera vez que te diste cuenta que Mazinger era una caricatura japonesa a conciencia fue después de que descubriste el anime. A la mayoría nos pasó.
Hubo una serie que cualquiera que fuera niño de los 80 conocería. Ya fuera por las increíbles escenas de batalla aérea que se nos presentaban o por la transformación de los aviones en robots, Robotech junto con Voltron (del cual ya hablaremos más adelante) vinieron a establecer algo que desde entonces hasta la fecha ha continuado en mayor o menor medida: adaptar a nuestro continente series de anime o programas japoneses. Esto se lleva a cabo desde editando la serie original, cambiando nombres e incluso, con la misma edición, cambiar el contexto de ciertas situaciones en la trama que darían lugar a nuevos hechos que jamás se presentaron en la serie original.
Robotech (mejor conocida en Japón como Macross) pasó por este tipo de edición cambiando el nombre de la mayoría de los personajes principales y adaptando un poco a nuestra forma de ver la vida (o por lo menos a la forma americana) la historia del ataque de los Zentraedi y el encuentro de la protocultura. Pero todos esos cambios funcionaron: se logró el objetivo de cautivar a un público que buscaba sin más, sentirse identificado con la serie; ser tan buen piloto como Rick o Max y estar enamorado de Lisa o Lynn Minmay… todo sin saber que su origen era japonés. No nos importaba.
Otra caricatura que pasó sin ser reconocida como un anime fue Voltron. Incluso hasta la fecha me he encontrado con personas que juran que Voltron es americana gracias, nuevamente, a la edición y a la forma en que se cambiaron las cosas para hacer creer al espectador que lo que veía era americano. El primer Voltron que conocimos (el de los leones) era un anime llamado Hyakujuu Ou Go Lion, el cual apareció por primera vez en Japón en 1981 y 1982 producido por Toei Animation. El segundo Voltron (el de los coches) era otro anime llamado Kikou Kantai Dairugger XV el cual se transmitió en Japón de 1982 a 1983, pero ninguno de los dos animes tenía relación entre sí.
¿Qué fue lo que pasó? Pues que la compañía que tenía los derechos en Estados Unidos, World Events Productions, decidió editar ambas series para que pareciera que tenían conexión entre sí, aunque no hubiera ninguna en realida. Ahora bien, Voltron y Robotech gozaron de una popularidad increíble, haciendo que ambas franquicias tuvieran “continuaciones no oficiales” (el caso de Robotech es punto y aparte). Estas continuaciones estaban producidas por americanos teniendo ayuda de equipos de animación japoneses, que buscaban de alguna forma seguir con el jalón de popularidad que las series editadas consiguieron.
Quizá seas muy chico para recordarlo, pero en su tiempo, los Power Rangers fueron un fenómeno que cautivó a chicos y grandes. Veíamos a un puñado de adolescentes que después de haber obtenido poderes especiales gracias a un ser interdimensional llamado Zordon, podían hacer “Morfosis” y transformarse en el equipo más poderoso de Angel Grove, los Power Rangers. Pero las cosas no se quedaban sólo ahí: Además de que por alguna razón todos ellos sabían artes marciales y eran muy buenos peleando, podían invocar (si la situación lo requería) unos increíbles robots llamados Zords, los cuales estaban basados en dinosaurios ¡Pero eso no es todo! Estos Zords podían combinarse para formar al increíble y poderoso Megazord para acabar con sus enemigos.
Como pueden imaginarse, todos los niños (y no tan niños) de la época estaban extasiados. Habían ciertas preguntas que algunos se hacían como el hecho de que todos supieran artes marciales o que pudieran controlar sus robots sin haber tenido ningún tipo de entrenamiento previo, pero diablos, a nadie le importaba eso… ni el hecho de que estaban viendo otra serie que provenía de Japón, pero al igual que las caricaturas antes mencionadas, estaban sumamente editadas para hacernos creer que todo ocurría de este lado del mundo.
Ya les había explicado un poco sobre las series sentai, y estos Power Rangers eran precisamente eso, una serie Sentai llamada Kyoryu Sentai Zyuranger y además a lo largo de las temporadas también usaron a los Gosei Sentai Dairanger. Pero además de la edición, hicieron nuevas escenas cuando los héroes están de civiles y dándoles un pueblo ficticio llamado Angel Grove en donde ocurriría la acción. La mayoría de las escenas de acción de los Rangers peleando y de los Zords, eran tomadas directamente de los episodios japoneses, sólo cambiando el doblaje de las mismas para que entraran dentro de todo el contexto que habían creado.
Aunque era un poco desconcertante ver las peleas y de fondo tener el Monte Fuji, sabiendo que nuestros héroes peleaban en Angel Grove. Y nuevamente, muy pocos se dieron cuenta que era japonesa.
Existió una época en donde la piratería era la única forma de jugar juegos que de otra forma hubiera sido impensable en aquellos días adquirirlos. Desde la copia pirata del Famicom, el famoso Family, y sus copias de juegos piratas que inundaron el mercado latino. Uno de los juegos más buscados por todos los que éramos niños, fue sin duda, Captain Tsubasa, o Super Campeones, como los conocíamos aquí. Casi todo lo popular en la televisión tenía su versión para Famicom y el equipo de Oliver y compañía no era la excepción.
Todos los de la época jugaron en algún momento, la extraña pero divertida combinación entre RPG, estrategia y fútbol que funcionaba a la perfección, además de que los gráficos (cortesía de Tecmo) nos hacían sentir como si viéramos un fragmento del episodio de la tv. Nos aprendimos con que “letras” se hacían los pases, tiros y demás suertes que los integrantes de Niupi hacían y éramos muy felices. Pero lo que pocos vieron, fue que esa versión del juego de Famicom de Captain Tsubasa había llegado a nuestro continente, pero con los sprites cambiados y con otro nombre, pero manteniendo el mismo gameplay y diversion.
Se trató del Tecmo Cup Soccer Game, y que para muchos que conocían el juego original de Famicom pasó desapercibido en su televisor y que quienes llegamos a conocerlo, nos dimos cuenta que era lo mismo que el original, pero sin los personajes que conocimos.
Y es así que Japón dominó nuestros televisores por muchos años. Actualmente lo sigue haciendo, pero ya no de maneras tan discretas. Ahora ya podemos darnos cuenta de que viene de allá o no, o simplemente darnos cuenta de cómo se trata de emular el estilo oriental en algunas series, dando en ocasiones resultados sumamente sorprendentes. Japón es un gran lugar que tiene una gran cultura e imaginación, tanta que por eso sale de ahí e invade nuestros hogares, dominando como casi siempre, el contenido de nuestros televisores.
¿Qué otros ejemplos de series japonesas que las hicieron pasar por americanas han llegado a ver?
Rock´On!