Reseña: Final Fantasy XIII-2 y su increíble olor a Chrono Trigger

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Creo que el público es muy duro con los últimos títulos de Final Fantasy. Fueron muy pocos los que pudieron lidiar con el hecho de que Final Fantasy ya no es la serie que definía el futuro del RPG. Luego, muchos no toleraron que la serie ya no establecía las reglas del RPG en 16-bits ni mucho menos revolucionaba el medio con su presentación en 32-bits.

Ésta no es una historia nueva. Para Final Fantasy X los cambios fueron bienvenidos por lo embriagados que estabamos todos con el PlayStation 2 y sus juegos. Años después, los “fans” de Final Fantasy criticaron XII por ser diferente. Cuando Square nos entregó uno de sus mejores juegos de la historia… Quizás su pecado fue no llamarse Vagrant Story 2.

El resultado de todo esto es un injustificable rechazo por parte de los “fans” de la serie, quienes están muy seguros de saber qué es Final Fantasy. Si a mí me preguntan qué es la serie, respondería “no sé… un pinche JRPG precioso y súper cursi que me gusta”.

Seamos sinceros, nadie sabe que es Final Fantasy. Si en algo ha sido constante es en presentar de nuevas maneras el género. No todos los Final Fantasy van a ser tus juegos favoritos, quizás ya ni siquiera seas el target. Al igual que Pokémon, cada Final Fantasy está hecho para nuevas generaciones. Es inútil hacer comparaciones de los nuevos JRPG con los RPGs desarrollados en occidente, son hijos de padres distintos.

Final Fantasy XIII es un juego que a casi nadie le gustó y que yo disfruté. Por supuesto que me sentí incómodo con los cursis díalogos y el estricto target japonés, pero disfruté como no tienen idea lo hermoso que lo permitía ser su linearidad. Era como si alguien me jalara suavemente con una cuerda atada a la cintura, mientras la fascinante música de Hamauzu y un brutal trabajo de arte me mostrara un JRPG tradicional hecho con herramientas contemporáneas.

No culpo a nadie, nuestros televisores eran ventana a un lugar como pocos otros en los videojuegos; no es un pecado tener curiosidad de explorar un lugar tan atractivo.

XIII-2 se deshace de casi todo lo que al público no le gustó, pero a su vez descuida algunos aspectos que hicieron grande a XIII. Su historia, por ejemplo, se ve bastante afectada. Serah no es Lightning, no tiene ni una gota de la autoridad que tenía su hermana. Escuchar Blinded by light del soundtrack de XIII pone inevitablemente su imagen en nuestra cabeza. De cualquier manera, creo que, al final del día, XIII-2 es un mejor videojuego. Simplemente no se enfoca tanto en el impacto que tienen los personajes con su alrededor. La intimidad de la historia se desarrolla casi enteramente entre Serah y Noel, un personaje genérico de Final Fantasy con la personalidad de Sora de Kingdom Hearts.

Al igual que X-2, XIII-2 toma referencias de su precuela y se las toma muy a la ligera; sin embargo, esto no es cierto enteramente. Como mencioné antes, XIII-2 funciona mejor. No tardarás mucho en darte cuenta que eres libre. Final Fantasy XIII-2 te da libertad de explorar lugares que están fuera de los mapas. El juego te da motivos para salirte de la historia principal —la recompensa valdrá la pena.

Aunque no lo crean, Final Fantasy XIII-2 es más parecido a Chrono Trigger que a su precuela. Viajarás en el tiempo y podrás corregir los errores del pasado, no sólo los ajenos a ti sino también los que tú mismo provocaste.

Serah y Noel son los únicos humanos que tendrás en tu party en todo el juego; el tercer espacio lo ocupará un monstruo que hayas domado. Cada uno tiene skills distintos y hay para todos gustos. Uno de los mayores pecados de Chrono Cross es que sus personajes jamás hacían clic por ser tantos. Jamás sentiste tener amigas como Marle o Lucca. Si algo hace bien Final Fantasy XIII-2, es la amistad entre Serah y Noel. Eso sí, pocos “malos” en Final Fantasy han sido tan cool y tan “Amano” como Caius.

Capturar distintos monstruos no es algo nuevo para los videojuegos. Todos hemos disfrutado de Pokémon. La variedad que traen estos monstruos a las batallas es algo que disfruté bastante en XIII-2.

El Mog Clock (si, leiste bien… dije Mog) funciona de manera aleatoria. Los enemigos no están representados físicamente (por lo menos no todo el tiempo) como su precuela. En el momento que un enemigo aparece en pantalla tendrás unos segundos para hacer el primer ataque o incluso para jamás atacar. También, al más puro estilo Catherine, existen algunos puzzles entre dimensión y dimensión (no se asusten, está buena la puzzleriza).

Los Paradigm Shifts están de regreso, pero funcionan mucho más ágilmente y cambiarlos durante batalla será básico para tu victoria. Podrás atacar a un enemigo en específico, atacar libremente o tener una estrategia de defensa. Las batallas en Final Fantasy XIII-2, al igual que su precuela, funcionan como si tú fueras el director técnico. Aunque también tienes la opción de tomar las riendas totales de lo que pasa en ella. Sólo ten cuidado y reacciona rápido: las batallas de XIII-2 no tienen piedad si te tomas mucho tiempo para pensar. Entiendo las quejas en este sentido, muchos extrañarán cuando podías hacer la diferencia con un comando y, aunque aún está la opción, las batallas pasan a una velocidad impresionante. Es díficil tener noción de lo que está pasando en pantalla y es aún más díficil controlar cada una de las acciones de tus personajes.

Final Fantasy XIII-2 se esfuerza en que hagas las cosas a tu manera. Los Live Trigger te permiten hacer las preguntas que más te interesen e incluso podrás subir de nivel enfocandote en lo que tu prefieras.

Después de todos los lugares que visitarás (y las distintas épocas en las que lo harás) no puedo evitar estar más encariñado con éstos que con los personajes. Serah y Noel fueron mis compañeros en la búsqueda de Lightning, pero jamás los consideré superiores a los que conocimos en su precuela. Le hizo mucho falta a Final Fantasy XIII-2 inventar una historia que hiciera que me importaran los personajes, pero mentiría si les dijera que no fueron buenos compañeros en una mejor aventura que la anterior.

Sin adelantar nada, lo que daña más que nada la calificación que le doy a esta secuela es su falta de un desenlace decente. Es claro que habrá un Final Fantasy XIII-3, pero ni Halo 2 acabó tan abruptamente y sin respuestas.

El soundtrack de Masashi Hamauzu (y algunos otros) es increíble, piezas como “A Chaotic Labyrinth” y “A Wish” tienen un inconfundible sabor a Final Fantasy. Procura jugar XIII-2 a buen volúmen.

Mientras Final Fantasy XIII-2 dura es un excelente JRPG tradicional. Huele a Chrono Trigger. Hay cierta magia en visitar el mismo lugar en otras épocas. Es algo que ha sido poco, explotado aún cuando CT es considerado uno de los mejores videojuegos de la historia. En las 39 horas que tardé en acabarlo puedo decir que, a excepción de un puzzle turbo-absurdo, no hubo un sólo momento que estuviera aburrido. Su presentación, al igual que la de toda la serie, es impecable. Pocos videojuegos tienen este eye-candy. Los QTE son impresionantes, pero si su cursilería te aliena, no te sientas culpable, todos nosotros somos turistas en un videojuego que claramente está desarrollado para un público japonés.

Score 8.5

Nota: Para esta reseña jugué la versión de PlayStation 3, me despido Fabula Nova Crystallis.

Staff Atomix
Equipo de editores de Atomix.vg