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Ubisoft Montpellier
Ubisoft
18/01/2024
La industria entera se encuentra en medio de una fuerte encrucijada, misma que ha llevado a publishers de la talla de Ubisoft a pasar por una dura crisis que hasta donde sabemos, la puso en verdaderos aprietos financieros. La raíz de todo este asunto es la obsesión de no producir ningún juego por debajo de lo que conocemos como AAA, es decir, nada que no cueste cientos de millones de dólares y al menos cuatro o cinco años en proceso desarrollo, vale la pena. Sumado a lo anterior, los franceses se enfrascaron en una fórmula de títulos de mundo abierto que lleva tiempo ya sintiéndose gastada y sin nada nuevo qué aportar. Dichos modelos y formas han probado en repetidas ocasiones que son insostenibles y que la industria tiene que buscar nuevos horizontes si es que quiere sobrevivir. Por fortuna, parece que no es demasiado tarde para los padres de Rayman, los cuales, han venido haciendo distintos esfuerzos en los últimos años para corregir todo lo anterior. Muy probablemente, el más loable y mejor ejecutado lleva por nombre Prince of Persia: The Lost Crown.
Cambiar de filosofía no es nada sencillo. Menos una que hizo eco en la industria entera. No solo Ubisoft creyó que el único camino de cualquier publisher mayor eran las súper producciones o nada, ejemplos de esos sobran. Sin embargo, el tiempo ha probado que los llamados AA o juegos de no tan alto perfil que normalmente representan una inversión moderada que bien llevada, seguramente regresa, son clave para la supervivencia de cualquiera. Importante recalcar que recursos moderados para nada debe ser sinónimo de baja calidad, sino más bien, de no buscar encontrar el hilo negro con cada lanzamiento. De la mano de su talentoso estudio en Montpellier, la compañía gala nos está entregando a una de las primeras grandes joyas de este 2024. Prince of Persia: The Lost Crown es un juego que se siente honesto, yendo al grano con prácticamente todo lo que intenta de forma brillante, y mostrando una ambición que se separa de los grandes avances técnicos para mejor concentrarse en asuntos más básicos e importantes para el gaming.
Traer de regreso a cualquier serie que lleva más de 10 años prácticamente en el completo olvido no es tarea sencilla. Sí, sabemos perfectamente que cualquier entusiasta del gaming conoce perfectamente el nombre de Prince of Persia, ya sea por sus inicios a finales de los ochenta en las computadoras personales, o durante su era moderna cuando el siglo en curso estaba iniciando; sin embargo, la manera en la que Ubisoft volcó todo en súper exitosa saga de Assassin’s Creed, hacía complicado imaginarse que dicha franquicia pudiera regresar y si lo haría ¿de qué forma podría lograrlo? ¿Qué historia nos contaría en esta ocasión?
El camino en términos de narrativa e historia que Ubisoft Montpellier decidió tomar, es uno que me pareció totalmente correcto, pues a pesar de que difícilmente será el relato más recordado del año, la forma en la que presenta sus hechos y a sus personajes, es interesante y muy disfrutable. Verás, acá se llegó a la determinación de tomar elementos clásicos de la serie, haciendo fuertes referencias a su pasado, pero basando todo en conceptos nuevos que puedan dar vida a una potencial tercera o cuarta etapa para la propia IP. Creo que al final se toma la decisión correcta, pues en efecto, todo se siente con un toque familiar y a la vez, como si una franquicia enteramente nueva se nos estuviera presentando.
En Prince of Persia: The Lost Crown tomamos el control de Sargon, miembro más joven de un grupo de élite de guerreros conocidos como The Immortals, los cuales, están al servicio de la corona persa. Todo comienza en medio de una violenta invasión del reino. La batalla final está prácticamente perdida, pero nosotros, junto con el resto de las leyendas, conseguimos sacar una victoria milagrosa. Cuando todo parece estar en calma, sufrimos de una fuerte traición que deriva en el secuestro del príncipe de Persia. No perdemos el tiempo y corremos a asistir para darnos cuenta que el heredero ha sido llevado a una región conocida como Monte Qaf, en donde nos enfrentaremos con nuestro verdadero destino.
En general, te puedo decir que la narrativa de Prince of Persia: The Lost Crown se desarrolla de forma lineal, sin embargo, echa mano de diferentes elementos como el viaje en el tiempo para darle algo de sabor a todos los hechos que nos van presentando, así como de los famosos plot twists totalmente inesperados. La verdad es que al inicio no pensé que ni Sargon como protagonista ni el resto de los Immortals me fueran a importar demasiado, pero conforme la propia historia se fue desenvolviendo para mostrar sus verdaderos colores, me topé con un cuento bastante disfrutable, fácil de entender y sobre todo de seguir. Recuerdo que en los juegos pasados de la serie, se intentaba crear un complicado lore que terminaba por fallar en todo lo que intentaba. Acá, se apostó por algo sencillo, pero bien construido que te mantiene enganchado desde que inicia hasta que termina.
Hablando de finales, te cuento que el cierre del relato seguramente no será del gusto de todos. A mi me pareció bien, pero nada del otro mundo. Sobre la duración, te cuento que al menos en mi primera pasada y dejando de hacer algunas cosas como juntar ciertos coleccionables, me tomó poco más de 20 horas completar la historia principal. La verdad es que quedé muy impresionado por la dimensión del juego. Recordemos que normalmente, los Metroidvania son experiencias bastante compactas, tan solo basta con voltear a ver lo que hizo Metroid Dread hace unos años, el cual, duraba alrededor de 11 horas. Creo que a pesar de que se nos está presentando a una producción moderada, las horas de juego que se están ofreciendo son más que justas.
Saber qué estudio o equipo está detrás o cual juego, podría parecer como un dato curioso o divertido más que algo práctico, sin embargo, en la mayoría de los casos de hecho, te suele anticipar con qué tipo de producto te vas a topar. Sí, sabemos que Prince of Persia: The Lost Crown es un título de Ubisoft, pero al ser uno de los publishers más grandes de todo el mundo, el que te digan eso, en realidad no significa tanto. Como ya te lo adelantaba, esta entrega está en manos de Ubisoft Montpellier, equipo que hace ya unos años nos deleitó con Rayman Origins y Rayman Legends, dos auténticas joyas que te recomendamos probar cuanto antes. Tras la repentina salida de la leyenda, Michel Ancel, no se sabía qué iba a pasar con este súper talentoso estudio. Finalmente tenemos otro juego producto de su trabajo, al cual, en cuanto le pones las manos encima, te das cuenta de quién lo creó.
Desde que uno comienza a mover a Sargon cuando comienzas con tu aventura en Prince of Persia: The Lost Crown, puedes notar que hay algo especial. Sus movimientos son precisos y el peso del personaje se siente correcto. Fue un sentimiento muy parecido de cuando comienzas con Metroid Dread o claro, el propio Rayman Legends. Incluso antes de que el juego me empezara a enseñar lo básico, ya me sentía en total y completo control de mi personaje, haciendo saltos exactos y lanzando ataques que de alguna forma, respondían justo como yo lo había pensado.
Al ser un Metroidvania, los movimientos y capacidades del protagonista se van aumentando conforme progresas, pero de inicio, te cuento que tienes un salto que puedes hacer en distintas direcciones, así como una barrida hacia adelante, o un giro para esquivar agresiones enemigas. Del lado del combate, contamos con un arma básica que son las espadas dobles. Usando el botón de ataque y combinando con saltos, por ejemplo, puedes generar combos. Incluso hay ataques cargados. Posteriormente cuando se te otorga el arco y un disco que puedes lanzar, la cosa se pone todavía más interesante. La verdad es que quedé muy sorprendido por todas las capas de profundidad que tiene el combate dentro del juego, pues puedes hacer toda clase de movimientos distintos dependiendo de la dirección que des con el stick al momento de ejecutar una agresión, o cuando dejas presionado el propio botón de ataque. Es algo parecido a como funciona Super Smash Bros. y sí, se siente increíble.
Un movimiento sumamente importante del repertorio de Sargon es su parry. Verás, cuando un ataque enemigo está por golpearte y presionas el gatillo izquierdo en el momento exacto, te defenderás del mismo para poder contraatacar. Algo a considerar es que existen agresiones que no puedes tapar, por lo que tendrás que esquivarlas, pero también hay otras que si bloqueas correctamente, harán que nuestro personaje lance una ejecución especial que suele ser muy devastadora con nuestros contrincantes. Hablando de enemigos, tenemos que Prince of Persia: The Lost Crown luce una enorme variedad de ellos, misma que claro, incluye constantes enfrentamientos contra jefes bastante memorables. Una de las amenazas a las que te enfrentarás que más llamó mi atención, son unas figuras largas que si te llegan a escuchar, te atrapan y te mandan a la cárcel del Monte Qaf, por lo que es mejor evitarlas o correr si es que ya te vieron.
Eso no es todo, pues Sargon también cuenta con ataques o movimientos especiales en caso de querer hacer mucho daño. Para lograrlo, contamos con unas barras que se van llenando cuando atacamos de forma efectiva o nos defendemos correctamente. Una vez cargadas, puedes ejecutar un movimiento especial que genera mucho daño, o alguno otro que por ejemplo, produce un área en el escenario que te recupera la vida cuando estás dentro de ella. Estos movimientos se van desbloqueando conforme exploras todas las zonas del juego y tú mismo tienes que decidir cuáles equipar para poderlas usar en el momento preciso.
Sí, el combate en Prince of Persia: The Lost Crown está increíble, pero para serte sincero, lo que más disfruté fue su platforming. Teniendo una enorme experiencia en este apartado gracias a su trabajo con Rayman, la gente de Ubisoft Montpellier hizo un trabajo excepcional cuando se trata de andar saltando entre plataformas. Además de que recorrer el mundo con Sargon se siente ágil y muy divertido, hay varias secciones en las que tendrás que dejar de lado el combate para poner a prueba tu habilidad con los saltos. Además de poder hacer un wall jump y columpiarte en ganchos, nuestro personaje se puede colgar de orillas, dar mortales hacia atrás y durante las primera horas, también vas a desbloquear un dash en el aire te permite alcanzar plataformas más lejanas. Por supuesto, aquí es donde más brilla el diseño de niveles del juego, mismo del que te hablaré un poco más adelante.
Y ¿qué hay del progreso y crecimiento de Sargon como personaje? Pues bien, además de ir obteniendo nuevas habilidades clave para poder progresar con la historia, el protagonista puede ser equipado con diferentes amuletos. Estos objetos pueden ser obtenidos cuando exploramos o al momento de completar un sidequest. Su función es como la de un perk, pues por ejemplo, te dan una barra extra vida, o hacen que tus ataques a distancia sean más efectivos. Cada uno de ellos ocupa un número de slots limitado, el cual, se puede ir ampliando en tiendas. Además, nuestras armas pueden ser mejoradas en una forja si tenemos los recursos necesarios, o también podemos aumentar el número de pociones sanadoras que llevamos con nosotros. Prácticamente todo lo que recolectas mientras exploras, tiene una función específica y sí, hacen que poco a poco te vayas sintiendo más fuerte hasta el punto de ser imparable.
Ubisoft ha creado un juego verdaderamente bien ejecutado que tiene sus objetivos clave muy claros. La manera en la que está trabajado su control y cómo es que este se mezcla con mecánicas tanto de combate en dos dimensiones, con platforming que podríamos considerar tradicional, hacen de Prince of Persia: The Lost Crown una experiencia brutalmente disfrutable desde el primer minuto. Es sumamente alentador ver que un estudio claramente está haciendo algo por gusto y que dominan a la perfección, esto sin tener que estar cumpliendo con rígidas fórmulas y formas que más bien fueron creadas por alguien de marketing, en lugar de por quienes llevan años en el negocio del diseño de videojuegos.
Todo lo anterior serviría de poco sin escenarios y niveles que apoyaran a los brillantes controles y en general mecánicas de Prince of Persia: The Lost Crown. Por supuesto, el equipo detrás de todo sabía perfectamente esto, por lo que crearon un mundo que no solo siente inmenso, sino que todo el tiempo te está sorprendiendo con nuevas ideas, así como con un fuerte sentimiento de exploración que generalmente se ve recompensado por algún objeto que ayuda a que tu paso por toda esta aventura sea mucho más llevadero.
Como te decía al inicio de esta reseña, una de las decisiones más complicadas que se tuvieron que tomar, fue la de qué tipo de juego sería el regreso de Prince of Persia en planeo 2024. Tomar la fórmula de los primeros títulos de la serie no sonaba como una gran idea, mientras que regresar al 3D como tal, probablemente se saldría del presupuesto del proyecto. Por tales motivos, se tomó la determinación de explorar la fórmula de los Metroidvania, la cual, te puedo decir, le ha venido perfectamente a la serie, pues encaja de manera precisa no solo con los valores clásicos de la misma, sino con todo lo que estudio desarrollador quería hacer desde un inicio.
Después de la introducción a la experiencia, llegamos a Monte Qaf, área que conoceremos durante las siguientes horas. Dicho lugar está dividido en diferentes áreas interconectadas entre ellas; es decir, puedes llegar caminando de cualquier punto del mapa al otro extremo. Sí, de pronto vemos pantallas de carga, pero en realidad, todas las zonas están conectadas, generando que en efecto, sientas que estás explorando un lugar que podría existir. A pesar de que sí hay bastante libertad sobre cómo nos podemos mover entre áreas, Prince of Persia: The Lost Crown sigue al pie de la letra la arcana del género al que pertenece, en donde hay puertas u obstáculos que no podemos superar sin antes tener la habilidad correcta, asunto que por cierto, para nada hizo que el camino se sintiera lineal o demasiado guiado.
Algo que seguro notarás además del hecho de tener los clásicos cuartos seguros para grabar y recuperar tu salud, así como puntos para hacer fast travel, es el gran trabajo que hace el juego para mantener su ritmo, esto a través de su propia estructura y de cómo es que va mezclando secciones con intenso combate, otras en las que el platforming lo es todo o incluso, con espacios enteros que presentan puzzles ambientales sumamente bien diseñados y que claro, son sumamente divertidos. Es brillante la forma en la que están construidas todas estas áreas y sobre todo, la manera en la que las vamos recorriendo haciendo el clásico backtracking tan característico de los famosos Metroidvania.
Lo que te quiero decir con todo esto es que el mapa de Prince of Persia: The Lost Crown es uno perfectamente construido con el que incluso forje una relación, pues en todo momento me estuvo sorprendiendo con grandes ideas. De destacar que se nos ofrecen dos modos de exploración. Uno en el que se colocan iconos de a donde tenemos que ir para progresar con el main quest o con una misión secundaria, y otro en el que se quitan por completo las asistencias. La verdad es que te recomiendo el primero, pues a pesar de que se te dice a dónde ir, nunca se te indica cómo llegar exactamente, funciona de forma parecida a como lo hacía Metroid Prime, por ejemplo. Mi única queja acá es que creo que un mini mapa dentro de la interfaz del juego le habría venido bien a la experiencia, esto para no tener que estar abriendo el mapa completo siempre que quieres ver dónde estás.
Nos encontramos a nada de que el Nintendo Switch cumpla su séptimo año de vida y a pesar de que si bien, todo parece indicar que en este 2024 su sucesora será anunciada y lanzada al mercado, la híbrida de los padres de Mario se siente en mejor forma que nunca, luciendo un impresionante catálogo de exclusivas y juegos multiplataforma que indudablemente envidia su competencia. Es cierto que el hardware siempre ha tenido sus limitaciones y a lo largo de todo este tiempo, hemos sido testigos de varios títulos que simplemente no funcionaron, aunque claro, también está el otro lado de la moneda con múltiples ports imposibles y versiones que nos siguen sorprendiendo. Prince of Persia: The Lost Crown se está lanzando tanto en consolas de pasada, como de actual generación y PC, por lo que las opciones son numerosas, pero creemos, parte de la creación del proyecto fue justamente con el Switch en mente.
Para esta reseña decidimos irnos por la versión de Switch, pues desde que el juego fue anunciado, se prometió tener resultados importantes del lado técnico. Acá puedes esperar un juego que en modo dock se despliega a un bello 1080p, mientras que en portátil puedes esperar 720p. ¿Qué hay del prometido alto rendimiento? Pues bien, el objetivo del juego es siempre correr a 60 cuadros por segundo, lo cual, te puedo decir, se alcanza la gran mayoría del tiempo, no obstante, sí hubo algunos momentos en los que claramente el framerate bajaba o que el scrolling de la pantalla no era tan limpio. Nada demasiado dramático o para preocupar, pero la cosa ahí está. En PS5 y Xbox Series X se ha prometido una experiencia en 4K nativo y hasta 120 cuadros. No hemos podido probar esas versiones todavía. Sobre bugs y glitches, puedes esperar un juego terminado y bastante pulido.
Dejando de lado lo anterior, te puedo decir que Prince of Persia: The Lost Crown es un juego que gráficamente luce muy bien, pero que tal vez no impresione tanto como lo hizo Metroid Dread. Gracias a su fantástica dirección de arte muy estilizada, la mayoría del tiempo tenemos una bella imagen en pantalla, pero también hay momentos en los que por ejemplo, una cinemática en la que tenemos a una cámara más cercana, sí deja entrever que algunas texturas no están en la mejor calidad del mundo. Claramente se tuvieron que hacer sacrificios para lograr que un juego tan detallado, pudiera estar corriendo a 60 cuadros. Como sea, puedes esperar un juego que cumple de buena forma en este apartado y que sobre todo, se siente como una experiencia pensada para jugarse en un formato portátil.
Mi única queja real en todo este asunto es que en la parte auditiva y sonora no quedé tan impresionado. A pesar de que la mezcla de audio de Prince of Persia: The Lost Crown es decente y cumple con su cometido, su banda sonora sí me pareció un tanto plana y sin mucha personalidad. Me cuesta trabajo recordar alguna pieza que me haya parecido especial o que me haya generado algo. Aquí, Ubisoft Montpellier sí dejó pasar una oportunidad en ese sentido, pues recordemos el espectacular trabajo que hicieron musicalmente hablando con las dos últimas entregas de Rayman.
Ser críticos e implacables cuando se hacen mal las cosas es importante, pero también lo es cuando toca reconocer que se están haciendo bien. Ubisoft es una compañía que ha tomado terribles decisiones en la última década que derivaron en productos de muy dudosa calidad que han puesto en entredicho su gran legado. La buena noticia acá es que de acuerdo con lo que hemos visto de los franceses de un par de años para acá, es que existe una importante intención de retomar el buen camino. Lo que se ha hecho con Mario + Rabbids en prueba de lo anterior, y me parece que cosas tan bien logradas como lo es Prince of Persia: The Lost Crown, ratifican que la fuerte obsesión por súper producciones AAA de mundo abierto, ya se está superando.
Revivir a un nombre como el de Prince of Persia no era tarea nada sencilla, pero en las manos del equipo correcto y sobre todo, sin ataduras del pasado ni normas sin sentido más allá de hacer un buen videojuego, nos ha quedado claro que se puede cumplir. Prince of Persia: The Lost Crown es un regreso por todo lo alto gracias a controles pulidos, mecánicas de juego inteligentes, un sofisticado diseño de niveles, historia que sorprende y claro, un gran aprovechamiento del hardware actual. Todas estas razones me han hecho pasar un gran momento con este juego que creo, seguramente tendrá un puesto importante en nuestras listas de lo mejor del año cuando llegue el momento de recordar todo lo que nos dejó 2024. Ubisoft arranca este periodo con el pie derecho para tomar un sendero del que se había olvidado. Ahora queda que se mantenga en él.