PS4, XBOX ONE
PS4
Square Enix
Square Enix
29/11/2016
Me cuesta creer que han pasado ya diez años desde aquel E3 de 2006 en el cual Square Enix nos sorprendió a todos con la revelación de un juego que en aquel entonces respondía al nombre de Final Fantasy Versus XIII. Aún recuerdo bien ese momento en el que millones nos impresionamos con ese primer tráiler que nos mostraba la cinemática de un título que lucía oscuro, mágico y profundo, con increíbles secuencias animadas y una calidad gráfica impresionante. Muchos se emocionaron por lo que veían y le aplaudieron a la compañía nipona por el proyecto que recién empezaba, todo ello mientras ignoraban el turbulento futuro que a éste le deparaba.
El evento pasó y, conforme al paso de los años, fuimos testigos de cómo Square Enix poco a poco se iba guardando de manera celosa los avances del juego. Aunque aseguraban que éste seguía en desarrollo, diversos rumores sobre su cancelación empezaron a surgir y a levantar sospechas de lo que se hacía de éste. Fue así como inició un periodo en el que, entre 2009 y 2012, se habló muy poco sobre título. ¿A qué se debía esto? Eso lo descubrimos un año después.
En el E3 de 2013 Square Enix soltó la sopa: el juego había sido renombrado Final Fantasy XV, su director, Tetsuya Nomura, había salido del proyecto, y se reveló que además sería, además de un JRPG, un título de mundo abierto. Al parecer durante todos esos años los desarrolladores hicieron de todo para cambiar al título y hacerlo uno que pudiese interesarle al mercado occidental.
Durante los siguientes años y hasta el día de hoy nos quedó muy en claro que Final Fantasy XV era un proyecto demasiado ambicioso para Square, uno que por desgracia nunca pudo adquirir forma durante su gestación. En un inicio éste se mostró como un título de acción y rol que seguía la misma línea de FF XIII y de los JRPG en general. Sin embargo, con cada nuevo avance que salía nos dábamos cuenta que había más cosas detrás de él, algunas que incluso parecían ajenas y extrañas para la franquicia.
Ahora y una vez que hemos podido tener el juego en nuestras manos, nos hemos percatado de las razones por las cuales el juego fue postergado por tanto tiempo. Éste es el primer acercamiento formal que la franquicia tiene con un género que predomina entre los gustos del mercado occidental y uno que busca apelar a más que sólo a los fans. ¿Qué tal les quedó éste experimento? Eso es lo que a continuación te vamos a revelar.
La franquicia de Final Fantasy siempre se ha caracterizado por ser una cuyas entregas suelen contar con una historia profunda, narrativas un tanto complejas y momentos ocasionalmente confusos. Final Fantasy XV no es la excepción a este principio aunque, en contraste a sus predecesores, tiene una línea mucho más definida y temas más centrados que lo hacen más comprensible, sobre todo para los principiantes en la serie.
La historia del juego se centra en Noctis, el príncipe del reino de Lucis quien, acompañado de sus amigos y protectores – Gladio, Ignis y Prompto -, se dirige hacia la nación de Tenebrae en búsqueda de Lunafreya, mujer que ostenta el cargo de oráculo de los dioses y quien es su prometida. Durante su viaje el joven heredero al trono y su séquito se enterarán de que el imperio de Niflheim ha invadido su hogar con la intención de hacerse con el cristal que protege su padre, el rey Regis, el cual les ha permitido prosperar como reino. Ahora y con un emporio militar detrás de ellos, la travesía de nuestro héroe se convertirá en una lucha por la supervivencia en la que deberá de explorar el mundo mientras intenta descubrir los motivos detrás del levantamiento armado.
Como tal la premisa del juego no se sale del estereotipo de muchas historias cliché de otros títulos del género (esa en la que tomamos el control de un príncipe/o rey que, tras ser exiliado de su reino, deberá de encontrar la manera para volver a casa y reclamar el trono que le pertenece). Sin embargo y lo que le da frescura a éste es la manera como se nos presenta.
Para empezar, el mundo en el cual se desarrolla FFXV consiste de uno basado en el nuestro de la actualidad y al que dotaron de diversos elementos fantásticos, muchos de ellos provenientes de la propia franquicia. En ese sentido, percibirás que se aleja demasiado de las aproximaciones futuristas y/o medievales que tuvieron las entregas previas.
La amistad y la aventura, los temas centrales que se abordan en el juego, son otras de las razones que lo diferencian de otros títulos. Por un lado, desde el inicio se nos hace enorme énfasis en que la trama girará en torno a Noctis y sus amigos y al viaje que realizarán por el inmenso mundo de Eos. Es más, es digno de mencionar que salvo por muy contadas excepciones, en la gran y amplia mayoría de la historia solamente tomaremos el control de Noct, Gladio, Ignis y Prompto.
Las aventuras, por su parte, tienen un significado más importante que el de solamente servir como medio para justificar la narrativa. A través de todas las misiones, tareas y viajes que realizaremos veremos la manera en la que se desarrolla la amistad entre todos y descubriendo los lazos que los mantienen unidos y que los llevaron a donde están ahora.
Todos estos aspectos en conjunto hacen de la historia algo más centrado y preciso, sin muchas ambigüedades o complejidades innecesarias. Aunque es verdad que existen ocasiones exageradas que buscan complicar la narrativa sin algún motivo aparente (vamos, hablamos de Final Fantasy después de todo), en ningún momento se pierde la idea central de todo lo que ves. Por estas razones, sentimos que la trama de Final Fantasy XV es una de las más amenas y accesibles que hayamos visto en la serie desde hace ya varios años.
Desafortunadamente, la narrativa del juego no es perfecta y cuenta con algunos detalles que la hacen flaquear en varios momentos. La queja más fuerte que le hacemos es que ésta no es constante y cuenta con muchos altibajos en varios momentos; así como hay momentos en los que las cosas son muy interesantes, también llega a haber otros en los que de repente todo se pone tranquilo o no sucede algo trascendente y otros más en los que se siente como si todo pasara muy deprisa. Esto queda demostrado sobre todo rumbo al final de la historia cuando todo comienza a ir más rápido y no se ahonda demasiado en varias de las secuencias y temas de la misma manera a como sucedía al principio.
Gracias a esta última razón se deriva algo que muchos podrían tomar como un gran defecto: su duración. Desde hace varios meses el director del juego, Hajime Tabata, había revelado que la campaña principal de Final Fantasy XV duraría unas 50 horas aproximadamente, pero a mí me tomó poco más de 35 horas para concluirla. En lo personal esto no me molesta en lo absoluto ya que el juego me mantuvo entretenido e interesado en prácticamente todo momento. No obstante, reconozco que esto podría molestar a todos los que esperaban pasar más de dicho tiempo frente a su consola. Eso sí, gracias a la enorme cantidad de misiones alternas que ofrece, el tiempo de juego puede extenderse fácilmente al doble o más.
Una observación más. Les recomiendo que antes de que le entren al juego vean el anime de Brotherhood: Final Fantasy XV y Kingsglaive: Final Fantasy XV. Aunque no son indispensables para comprender la trama si la enriquecen de manera importante y facilitan aún más su comprensión.
Como en todo buen JRPG, el gameplay es otro de los apartados indispensables que, junto a la historia, no debe fallar dado que de éste se deriva buena parte de la personalidad del título. Final Fantasy XV hace gala de esta regla primordial y lo hace por medio de un esquema de juego que combina varios elementos de los géneros de rol y de acción dentro de un sistema de combate activo, el primero dentro de la serie para una entrega que no es MMO.
De manera similar a como ocurre con la serie de Kingdom Hearts, en FFXV los combates se asemejan demasiado a títulos de acción en los que tomamos el control de un personaje (en este caso Noctis) al que podemos mover libremente dentro de un campo abierto y cuyos ataques no se ven limitados por un esquema de turnos. A dicho personaje lo acompaña un grupo de otros miembros que, aunque no son controlables, cooperan de manera libre y activa en la pelea por medio de sus habilidades particulares.
A nuestra disposición contaremos con una amplia gama de armas, ítems, artículos y objetos con los que podremos equipar a los personajes, aunque todos tendrán restricciones y limitantes. Por mencionar algunos casos, a Noctis, que es al único miembro del grupo al que controlamos directamente, se le puede equipar prácticamente cualquier tipo de arma, ítem y magia. De hecho, existen armas e ítems que sólo él puede ocupar y habilidades exclusivas a las que sólo tiene acceso como lo es su teletrasportación por medio de su espada. Es demasiado versátil el muchacho, vaya.
Por su parte los otros integrantes del equipo (Gladio, Ignis y Prompto) no son controlables per se, solamente pueden usar una determinada de clase armas y cuentan con más limitantes que las que tiene Noctis. Sin embargo, nosotros podemos influir de manera directa en los ítems, armas y habilidades que éstos cargarán durante las peleas.
Dicha jugabilidad se ve acompañada de un sistema de progreso por niveles, propio de todo juego de rol, en el que los personajes se irán desarrollando con la experiencia que todos ellos vayan adquiriendo de las diversas peleas en las que participan o misiones que realicen. A éstas alturas, estamos seguros que ya sabes la manera en la que ésta funciona.
A la par de lo anterior el sistema de desarrollo se complementa con un árbol general de habilidades (aquí se llama Ascencion Tree) en el que se pueden invertir los puntos especiales que obtenemos de las peleas, aumento de niveles y tareas o acciones cotidianas, para adquirir nuevas cosas. Habilidades extras, objetos, espacios para más ítems, ataques nuevos o mejoras para los stas son sólo algunos de esos premios canjeables.
En sí el apartado del gameplay se asemeja demasiado al de otros juegos como el del ya mencionado Kingdom Hearts. Pero de nueva cuenta, existen aspectos que separan a esta entrega de otros referentes similares. El más llamativo de todos es la manera en la que subimos de nivel, lo cual no sucederá sino hasta que llevemos a nuestro equipo a dormir. Es decir que, a menos de que te hospedes en un hotel, rentes un remolque o acampes a la luz de la luna, toda la experiencia que adquieras se irá guardando hasta que decidas ir a descansar.
Otra diferencia notoria recae en el apartado de la magia. En juegos previos y conforme aumentabas de nivel, los miembros de tu equipo aprendían nuevos ataques basados en magia; aquí desde el inicio tenemos acceso a tres diferentes tipos de ella (eléctrica, de hielo y fuego) pero somos nosotros quienes debemos de fabricar los hechizos por medio de sus respectivos elementos. Visto de otra manera, se manejan más como un ítem que creamos que como una destreza más.
Obviamente y como no podía faltar, también existen algunos ataques especiales para Noctis que son sumamente devastadores. Pero de ellosno hablaremos ya que de una u otra manera se relacionan con elementos de la trama que no les queremos arruinar.
Como si tener todas estas opciones de ataques, equipo, armas y habilidades disponibles no fuese suficiente para mantenerte entretenido, Noctis y sus amigos también cuentan con una habilidad adicional que se desarrolla fuera de los combates pero que pueden llegar a influir indirectamente en ellos: Noctis se especializa en la pesca y sus presas pueden usarse para hacer alimentos o crear mejores ítems; Ignis domina la cocina y sus platillos tienen la capacidad de mejorar los stas de los miembros del equipo temporalmente; Gladio, quien gusta de explorar, es capaz de aprender ataques nuevos o de hallar maneras para encontrar ítems tras los enfrentamientos; y Prompto es experto en fotografía y se encarga de capturar los momentos más memorables del viaje.
A primera vista parecería que el gameplay ofrece muy pocas novedades respecto a otros juegos y que incluso se llega a quedar corto. Pero aún y si esto llega a ser verdad (es algo muy debatible) la manera en la que se estructuró y diseño fue tan buena que difícilmente le pondrás un pero. Los combates son veloces, trepidantes y ofrecen reto para quienes lo buscan y sus controles son simples y accesibles para los principiantes pero lo suficientemente profundos como para mantener ocupados a los fans más asiduos.
Más allá de su historia, elenco de personajes o sistema de combate, lo que más destaca de todo Final Fantasy XV es su inmenso mundo abierto que puedes explorar en casi toda su extensión desde muy temprano en la aventura. Encontrarás una gran y amplia cantidad de cosas por hacer y que van desde misiones alternas de búsqueda, recolección o cacería, hasta ciudades por visitar, calabozos secretos por explorar, enemigos y jefes para enfrentar, bases a las cuales infiltrarse o actividades de ocio variadas. (¡Carreras de Chocobos FTW!)
De hecho tan grande es el mundo del juego que, para recorrerlo, tenemos que hacer uso de un vehículo especial, el Regalia. Dicho auto es en sí una modalidad misma dentro del extenso mapa de Eos ya que, además de conducirlo, puedes personalizarlo, mejorarlo, hacer que conduzca por ti o hasta usarlo como un portal de desplazamiento fugaz hacia otros lados gracias a su opción especial de traslado rápido.
El mundo de Final Fantasy XV es inmenso e impresionante y, es una de las máximas virtudes que tiene el título. Irónicamente y dadas sus dimensiones y gran cantidad de detalles, éste también se convierte en uno de sus peores defectos ya que de él derivan algunos errores garrafales que llegan a afectar incluso al gameplay.
De entrada y como muchos se podrían imaginar, el juego llega a tener pantallas de carga un tanto largas. Al momento de que inicies una partida/capítulo o de que te desplaces de un punto a otro con la ayuda del Regalia y su opción de traslado rápido, te aparecerá una loading screen que suele tardar en responder mientras lee todos los archivos del mapa. Si te molesta esperar, puede que te llegue a molestar este apartado.
Por fortuna, esto último se ve recompensado con la fluida navegación que hay en el mapa. Tras leer todos los datos del lugar al que te mueves, el juego nunca más volverá a mostrarte una pantalla de carga mientras te desplazas libremente (incluso y si recorres largas distancias). A menos de que debas dar un salto rápido, te puedes ir despreocupando de la aparición de estas tediosas pantallas.
Siguiendo bajo esta misma lógica, el desplazamiento con el Regalia también se llega a ver afectado por las dimensiones del propio mapa. Aunque siempre es un deleite conducir el auto por tu cuenta o ir apreciando los paisajes mientras dejas que conduzcan por ti, no se puede evitar el hecho de que tarde o temprano te terminarás cansando de esperar mientras llegas a tu destino. Si Square Enix quería plasmar esa sensación de tedio de los viajes en carretera, creo que lo logró perfectamente.
Como ya mencioné, el mapa cuenta con una extensión y peso muy grande y es por ello que, en varias ocasiones, el juego llega a tardar en proyectar y colocar algunos objetos y seres o, de plano, no los hace aparecer sino hasta que nos acercamos a ellos. Podría decir que este detalle es un error meramente estético pero en más de una ocasión me vi sorprendido por la aparición de enemigos sorpresivos. Que te aparezcan bestias de la nada no es una experiencia para nada agradable, créeme.
El diseño de los personajes y la manera en cómo estos interactúan contigo es otro aspecto estético que de igual forma se ve afectado por el enorme peso del juego. En varias ocasiones me percaté de que los NPC actuaban extraño y mostraban movimientos raros cuando les hablaba, como si me estuviesen dando el avión o hablando hacia el vacio. De nuevo, este error fue meramente visual, pero es uno que te deja pensando si esto se debe a las dimensiones del título o a la falta de programación.
Desafortunadamente las fallas antes expuestas no fueron las peores que me tope como producto de todo el enorme peso del juego. Por razones que aún no me explico, hubo ocasiones en las que el juego se me rompió y trabó sin motivo aparente, justamente tras hacer algunas acciones tan básicas como lo fueron usar la teletransportación de Noctis en medio de los combates o cuando llegue a varias de las estaciones de gas por medio de la opción de desplazamiento rápido del Regalia. En todos esos casos la única opción que pude hacer para solucionar el problema fue reiniciar la partida que, por suerte, nunca se me llegó a corromper.
Finalmente y tras todo ese vasto mundo, encontré una de las peores decepciones: la carencia de vida. Al ser Final Fantasy XV un juego de mundo abierto supuse que siempre habría cosas por hacer a donde sea que fuera. Para mi infortunio, corroboré que la única manera en la que puedes ver y sentir que hay vida en todo el mapa es cuando éstas en medio de una misión. Si decides ir a explorar por tu cuenta, es muy probable que no encontrarás mucho salvo por alguno que otro ítem tirado.
Por último y no menos importante, no podía dejar de hablar del gran apartado sonoro del juego. Musicalmente hablando, Final Fantasy XV es un deleite, uno en el cual podrás escuchar melodías compuestas por la talentosa Yoko Shimomura que, a estas alturas, ya conoce a la perfección la personalidad que tienen los juegos de Square Enix. Lo mejor de todo es que la música no sólo ambienta de manera sobresaliente sino que además consigue transmitir el ánimo que se busca plasmar en algún determinado momento o lugar.
Por otro lado y en cuanto al departamento de voces, el juego puede ser jugado con audio en inglés, japonés, francés y alemán y subtítulos a varios idiomas, incluido el español latino. Sin importar la manera en que decidas jugarlo, puedes dar por hecho que la calidad de las actuaciones y traducciones están a la altura del proyecto.
Seré sincero. Tras todos estos años, tenía miedo de que Final Fantasy XV pudiese convertirse en un tremendo fiasco. En el pasado hemos visto cómo juegos que tardaron en salir terminaron volviéndose proyectos que, tristemente, no alcanzaron a cumplir con las expectativas. Para mi beneplácito y del de todos los fans, este título no siguió dicha tendencia y en su lugar nos trae un juego fantástico que desborda personalidad, que ofrece un gameplay increíble y fluido y nos permite explorar un mapa inmenso repleto de cosas por hacer.
Sí, es verdad que cuenta con errores que sorprende tenga a estas alturas pero, tras ver la dimensión y enorme grado de detalle que hay en cada uno de sus rubros, sentí que esto se debe más al error del propio Square que, por lo visto, ignoró el grado de ambición que tenía de su propio proyecto.
La espera por Final Fantasy XV valió mucho la pena. Tras diez años en desarrollo Square Enix nos sorprende con un título que logra llevar a su popular serie hacia un género tan concurrido en la actualidad como lo es el del mundo abierto de una manera destacada. Ver el fantástico mundo que la compañía nipona preparó para esta entrega y con ese alto grado de detalle que los ha distinguido es algo que en verdad sorprenderá a cualquiera.
Pero el inmenso mundo es sólo parte del gran paquete que es el juego. La historia que se nos narra es fabulosa y muy comprensible; deja de lado muchas ambigüedades y va directo al grano. Su gameplay es fluido y accesible pero al mismo tiempo profundo y con un buen nivel de reto. Se nota que está diseñado tanto para primerizos como para fans de la serie.
Por desgracia no todo es miel sobre hojuelas con Final Fantasy XV. Aún y con sus bondades, peca de diversos fallos que afectan la experiencia de manera notoria. Altibajos en la historia, momentos con problemas gráficos o de framerate, pesadas pantallas de carga y hasta crasheos inoportunos son sólo algunos de esos detalles que terminan mermando la presentación general del juego.
Si tú como muchos otros has estado aguardando por el juego durante todos estos años, entonces puedes estar tranquilo de que el juego cumplirá tus expectativas. No, no es un juego perfecto, pero lo que ofrece basta y sobra para darnos cuenta de que la espera bien valió la pena.