PS4, PC
PS4
Omega Force
Square Enix
25/04/2017
El primer Dragon Quest Heroes fue un juego que en su momento sorprendió a muchos no tanto por la propuesta que ofrecía – la cual era interesante, funcional y muy divertida- sino por lo que era en sí: un spin-off tipo Musou (Warriors) de una reconocida franquicia JRPG que, desgraciadamente, sólo goza de inmensa popularidad en Japón. Por ello y cuando se anunció que éste llegaría a Occidente, no pude evitar preocuparme ante el hecho de que muy probablemente éste sería ignorado por millones de jugadores que no estaban familiarizados ni con la franquicia sobre la que se basaba ni del género del que trataba su gameplay. ¿En verdad estaba el mundo preparado para acoger una apuesta como ésta?
Afortunadamente mis temores quedaron rápidamente de lado cuando vi la aceptable recepción y desempeño que tuvo el juego en este lado del mundo, mismo que derivó de todos esos elementos que lo convirtieron en un título entretenido y atractivo: combates frenéticos plagados de acción, mecánicas de juego funcionales que no caían tan fácilmente en la repetitividad, un elenco de personajes variado y entrañable, y una enorme personalidad que compaginaba con la esencia de Dragon Quest. Sin duda se trato de un título que demostró que tenía lo necesario como para ser reconocido fuera de suelo japonés.
Ahora y tras observar los resultados obtenidos Square Enix se animó a tomar nuevamente el riesgo y decidió localizar Dragon Quest Heroes II, la segunda entrega de este genial spin-off que se lanzó en Japón hace ya unos meses con la intención de complacer a los jugadores que quedaron fascinados con su predecesor. Afortunadamente y pese a lo que aparenta, esta secuela cuenta con varias mejoras, correcciones y adiciones que la convierten en un juego que supera al primero en todos los aspectos y que lo alejan de ser un mero proyecto que busca aprovecharse de la fama alcanzada por su antecesor.
Tal y como su nombre lo indica, Dragon Quest Heroes II es un juego que retoma la misma fórmula que nos presentó el primer título, la cual a su vez consistía de una variante de aquella que ya habíamos visto en los juegos de Dynasty Warriors que realiza Koei Tecmo. Visto de manera muy general, éste es un título en el que tomamos el control de un grupo de personajes que deben abrirse paso a través de diversos mapas mientras enfrentan a incontables hordas de enemigos que se anteponen en su camino. No obstante lo que diferencia a esta subserie de otras similares son todos esos elementos provenientes de la franquicia de Dragon Quest que fueron adaptados para ajustarse al esquema de estos juego pero sin alienar la esencia un título de rol que la distingue.
El esquema de controles se ve estructurado por comandos muy básicos (como golpes débiles y fuertes, ataques especiales, evasiones, posiciones de defensa y saltos) así como de otras habilidades particulares que complementan al gameplay. En el caso de DQH, dichas aptitudes recaen en el uso de hasta cuatro agresiones mágicas que consumen puntos propios así como de una barra que, cuando se llena, nos deja adentrarnos a una poderosa fase en la que aumentaremos nuestros poderes y en la que nos volvemos invencibles por tiempo limitado.
Aunque en apariencia su estructura no se aleja mucho al de otros Musou, un aspecto que hace sentir diferente a Dragon Quest Heroes II son sus personajes, mismos que se especializan en el manejo de múltiples armas y estilos de combate. A saber, los héroes que conforman a esta secuela son Razel, Teresa, Desdemona y Cesar,los originales de esta aventura; y los veteranos Alena, Kyril, Torneko, Maya y Minea de Dragon Quest IV; Terry y Carver (DQVI); Maribel y Ruff (DQVII); y Jessica y Angelo (DQVIII).
En comparación a otros títulos similares, los personajes que aquí controlamos se sienten diferentes y únicos y ofrecen una amplia gama de técnicas que jamás se asemejan a las de los demás. Como si esto no bastara, todos ellos pueden ser mejorados con armas, ataques, power-ups, items y equipo que iremos consiguiendo y/o desbloqueando de un árbol de habilidades en el que invertimos los puntos de experiencia que obtenemos de los combates (al más puro estilo de un RPG). Este simple pero importante detalle, a la postre, acaba añadiéndole toques de estrategia y personalización profundos que rara vez se ven en títulos como éstos que se han ganado una mala fama ser de “puro botonazo”.
¡Pero el apartado de los personajes no termina ahí! Una de las principales novedades que se incluyeron en el juego es la posibilidad de cambiar la clase a la cual pertenecen Lazarel y Teresa, los protagonistas. Ahora ambos héroes pueden especializarse en un diferente estilo de combate al de su clase inicial (espadachín) y eso expande aún más el abanico de estrategias con las que podemos experimentar al momento de formar nuestros equipos.
Otra mecánica que caracteriza al gameplay de esta entrega es el de la invocación de monstruos por medio de medallas, la cual ya habíamos visto en el primer Dragon Quest Heroes y que regresa para esta continuación aunque con un cambio importante. Ahora y a la par de llamar a los monstruos clásicos de la franquicia para que nos ayuden con sus múltiples destrezas, se añadió un nuevo tipo de medalla que nos pone en los zapatos de una de los mencionadas criaturas y nos deja hacer uso de sus poderes por un breve periodo de tiempo. Aunque simple, ésta sola adición refresca enormemente a un rubro como éste que, aunque ingenioso, no dejaba de sentirse un tanto simplón y hasta desaprovechado.
De igual manera, uno de los apartados que también fue mejorado notablemente es el del mundo del juego. En esta ocasión la tierra por la que viajamos es mucho más abierta y se compone por diversas secciones que están interconectadas tanto entre ellas como con el pueblo de Zelbion, ciudad que funge como nuestro hub central en el que encontraremos varias tienda, armerías, e importantes locaciones que facilitan nuestro progreso.
Si hubo una queja que le hice en su momento al primer Dragon Quest Heroes fue que su mundo se sentía muy pequeño, seccionado y atado al hub central del que prácticamente debíamos partir siempre que queríamos movernos de un lado a otro. Ahora y al cambiar el diseño en favor de uno semiabierto que está plagado de enemigos por enfrentar, secretos por descubrir y misiones por realizar, el título genera una mayor sensación de libertad que los distancian devolverse rutinario y predecible. Además, dentro de éstas también se incluyeron zonas cerradas con retos particulares que aumentan el nivel de reto y refrescan a la jugabilidad.
En cuanto a su presentación, el título luce maravilloso por donde se le vea. Tanto el diseño de sus personajes – que fueron hechos por el mismísimo Akira Toriyama, creador de Dragon Ball -, su vasta cantidad de enemigos icónicos, electrizantes y explosivos ataques, sublimes animaciones y majestuosos escenarios, hacen de Dragon Quest Heroes II un juego que no sólo se ve hermoso y colorido sino además, uno que desborda tremenda personalidad y carisma. Y como si no fuera suficiente, el repertorio musical que aquí escuchamos es encantador, épico y memorable, lo cual no es de extrañar cuando consideramos que prácticamente todas las melodías que lo componen constan de las mismas que han ambientado a todas y cada una de las entregas de la IP a lo largo de sus 30 años de existencia.
Hasta este punto Dragon Quest Heroes II demuestra ser una entrega que supera en muchos sentidos a su predecesor, lo cual de por sí es un hecho sobresaliente. Infortunadamente éste no es perfecto y se ve afligido por varios defectos – incluso de algunos que siguen presentes del título previo – que acaban por afectar la experiencia.
De entrada su historia, aunque cuenta con una mejor narrativa y trama general, no deja de lucir exagerada, poco verosímil, predecible y como una mera excusa con la que se intenta justificar el encuentro entre los personajes. Ésta gira en torno a una mágica y majestuosa tierra conformada por siete reinos habitados por humanos y monstruos que han vivido en paz por cientos de años pero que, debido a una misteriosa y ancestral profecía, entrarán en guerra. Como seguramente te imaginarás será nuestra responsabilidad (o mejor dicho de los héroes de Dragon Quest) impedir tal catástrofe y, de paso, encontrar las oscuras razones que han generado la distorsión que ha encimado a todos los mundos de su universo.
Como tal la historia no es mala ni mucho menos e, incluso, en ocasiones ofrece una que otra sorpresa. Pero aún y con esto, hubiera sido preferible que ésta fuese trabajada de mejor manera con tal de asegurarse de que nos mostrará una trama mejor llevada y que, tan siquiera, no luciera tan similar a la que vimos en el crossover anterior.
Otra falla muy notoria que sigue estando presente del título anterior es el manejo de la cámara. Cuando estamos en los campos abiertos o en áreas amplias ésta no da ningún problema y se puede controlar de manera en la que podemos conseguir excelentes perspectivas de lo que acontece en pantalla. Tristemente todo cambia cuando nos adentramos a áreas y pasillos estrechos o cuando nos ponemos en medio de una gran horda de enemigos de gran tamaño, ya que éstos que empujan a la cámara a colocarse en ángulos en los que se entorpece la visión. Esto no sería tanto problema si tan sólo dichas secciones y encuentros con enemigos de grandes dimensiones no fueran tan recurrentes pero, ¿adivinen qué? No lo es.
Su modo multiplayer es también uno de los apartados que más decepcionan del juego debido a lo limitado y mal implementado que está. Dentro del título contamos con la opción de poder conectarnos en línea para jugar con otros jugadores de dos diferentes maneras. Por un lado se encuentra el Time Labyrinth, una especie de calabozo en el que es posible aliarse con hasta tres usuarios para adentrarnos a una torre en la que el objetivo principal consiste en derrotar a los enemigos que habitan en todos y cada uno de sus pisos hasta llegar con el jefe de la última habitación. Ésta modalidad sería una sumamente divertida si no fuera por el inconveniente de que es muy dispersa y no tiene parámetros definidos que faciliten la reunión entre jugadores cuyos niveles y objetivos sean acordes entre sí. Así como existe la posibilidad de que te toque formar un equipo balanceado y variado, también loa hay de que te topes con un escuadrón de jugadores de bajo nivel o, peor aún, de uno en el que todos controlan al mismo guerrero.
La segunda modalidad del multiplayer está más regulada pero no por ello deja de ser blanda. En ésta se nos permite unirnos a la partida de algún amigo para que pasemos la historia de manera cooperativa y para que ayudemos a pasar las secciones y misiones en las que tengamos problemas. Lamentablemente para que podamos hacer esto, los jugadores participantes deberán de encontrarse en el mismo punto de la historia o, en su defecto, haber pasado ya esa parte. De cierta manera, es una limitante que restringe un tanto la experiencia.
Por su parte el doblaje de voz también resultó ser un arma de doble filo. Mientras que las voces y actuaciones de voz en japonés son sublimes y altamente disfrutables, lo mismo no se puede decir de su adaptación en inglés la cual está plagada de interpretaciones exageradas y/o carentes de emociones, acentos muy marcados y tonos de voz que no embonan en lo absoluto con los personajes. No es por querer sonar exquisito ni mucho menos pero, como recomendación, les sugiero que lo jueguen con sus voces originales en japonés ya que, de lo contrario, acabarán odiando al entrañable elenco de héroes.
Por último y aunque no lo puedo catalogar como un error per se, está el hecho de que su elenco tendió a inclinarse hacia un sólo juego: Dragon Quest IV. Siendo Dragon Quest una franquicia tan rica, me sorprende ver que los desarrolladores optaran por incluir a una amplia mayoría de héroes provenientes de la cuarta entrega y omitieran a otros de juegos como DQI, II, III, V o IX. No me mal entiendan, con esto no quiero decir que los que aquí se incluyeron son malos, sino que en verdad me habría encantado ver que tuviera más variedad y representación de los otros juegos.
Dragon Quest Heroes II es un título que supera en todos los aspectos a su predecesor y todo gracias a las mejoras, cambios y adiciones con las que fue dotado. Desde su historia que es más coherente o su gameplay que sigue siendo adictivo y frenético, hasta su variado elenco de personajes, mundo semiabierto plagado de secretos y asombrosa presentación son sólo parte de esos elementos que le otorgan frescura a un título como éste que fácilmente pudo haberse quedado estancado en la repetitividad.
No, el juego no es perfecto y sufre de algunas fallas que entorpecen su experiencia como lo son su gameplay relativamente monótono, frustrante manejo de cámara, desaprovechados modos de juego online o desigual doblaje. No obstante, todas éstas son altamente tolerables y nunca opacan a las virtudes del título que son mayoría.
Si no pudiste jugar el primer Dragon Quest Heroes o incluso nunca has probado un título de tipo Musou, entonces DQHII podría convertirse en una increíble oportunidad para que te adentres a los mismos. Que no te engañe el hecho de que está basado en una serie como Dragon Quest que posiblemente te sea ajena, éste cuenta con todo lo necesario para entretenerte y hasta para volverte fan tanto del género como de la icónica franquicia de los Slimes.