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Square Enix, Sonic Powered
Square Enix
23/09/2021
El Super Nintendo es una consola llena de joyas que fueron una parte fundamental de la infancia de muchas personas. Desde los clásicos, como Super Mario World y Super Metroid, hasta aquellos que saltaron a la fama por lo raros que son hoy en día, este es el caso de Wild Guns o Sunset Riders, hasta aquellos de los que muy pocos han escuchado, ejemplos son Claymates o Bombuzal. Sin importar de cuál título estemos hablando, es seguro que alguien tendrá algo positivo que decir al respecto. Lo mejor de todo, es que algunas de estas experiencias están disponibles hoy en día, ya sea por medio del SNES Mini, Switch Online, alguna colección, o gracias a un remake. De esta forma, miles de personas tienen a su disposición un larga lista de clásicos sin la necesidad de conseguir una consola retro, y todo lo que esto conlleva. Sin duda alguna, un gran momento para aquellos que desean experimentar la extensa historia de esta industria.
Trabajos como Wild Guns Reloaded y Stone Ocean First Departure R son grandes ejemplos de cómo un juego de SNES puede llegar a las plataformas modernas con los cambios suficientes para hacer más amenas estas experiencias. Sin embargo, también hay casos en donde las compañías trabajan tanto en un clásico de esta época, que cuando llega a las consolas actuales, el resultado final es sumamente diferente a lo que vimos en la era de los 16-bits. Esto puede ser un arma de doble filo. Al introducir un nuevo contenido podemos ver una versión superior a lo presentado en el pasado, pero estas modificaciones tal vez no sean del agrado de los fans, ya sea que se introducen una serie de variaciones radicales, o que estos agregados ya no funcionan de gran forma con lo visto originalmente. Aquí es donde se encuentra Actraiser Renaissance.
Este título fue anunciado inesperadamente durante el pasado Nintendo Direct. Sin previo rumor o algo por el estilo, Square Enix nos entregó un remake de Actraiser, juego que llegó originalmente al Super Famicom en 1990, y un año después lo vimos en occidente. Aquí no solo se nos presenta un estilo visual y sonoro reimaginado totalmente, sino que se ha expandido la historia y se ha agregado un nuevo estilo de juego. ¿Es acaso Actraiser Renaissance la versión definitiva de este clásico? ¿Los cambios que se han introducido mejoran o empeoran la experiencia? Descubre la respuesta a estas y más interrogantes en nuestra Atomix Review.
Actraiser Renaissance no solo nos presenta una serie de cambios que modificación el gameplay y la presentación, sino que la historia ha sido expandida exponencialmente, al grado de que lo que se nos presenta en este remake podría ser considerado un nuevo juego que toma como cimientos lo visto en la entrega original, algo similar a lo que Star Fox Zero y Star Fox 64 hicieron con el título de SNES. De esta forma, aquellos que disfrutaron de la entrega original en su momento se encontrarán con una sinopsis y estructura similar, pero todo lo demás será completamente nuevo.
El trabajo original desarrollado por Quintet y publicado por Enix, nos presentó una aventura del bien contra el mal, en donde tomamos el papel del Lord of Light, un Dios que después de ser derrotado hace miles de años por Tanzra, el antagonista principal, está más que listo para equilibrar la balanza de este universo. Sin embargo, el mundo ha perdido la fe en nosotros, es así que tendremos que cuidar y guiar a diferentes grupos de humanos para demostrar que la divinidad que representamos está presente para ellos. A lo largo de seis culturas diferentes el objetivo es el mismo, procurar una prosperidad y derrotar a los seguidores del ser malvado. Una vez completados estos objetivos, podremos poner un fin al terror de Tanzra y descansar por el resto de la eternidad.
Esa es la premisa básica del juego, la cual sigue muy presente en Renaissance. Sin embargo, se han introducido una serie de escenarios, personajes y conflictos que hacen de esta aventura algo más que solo una pelea del bien contra el mal. Cada una de las seis regiones principales ahora tienen una par de atributos diferentes que van más allá de sus locaciones. Culturas como la griega, romana, escandinava, egipcia, hindú y mediterránea están representadas con elementos visuales, y héroes que se dedican a proteger estos reinos. Todas presenta problemas únicos que se encargan de explorar un poco de la naturaleza humana, la relación entre estas civilizaciones y Dios, así como el papel de la fe en este mundo.
Fillmore, por ejemplo, es una región que pone en cuestión la fortaleza de los humanos y su constante necesidad de alguna ayuda divina o por parte de Philotas, el héroe de esta región. Por otro lado, Northwall es un territorio que busca crear una relación con los monstruos que los atormenta y alcanzar una paz que nunca se ha visto en este mundo Sin embargo, es en Marahan donde encontramos el conflicto más interesante. Aquí se nos presenta a una secta que ha decidido abandonar al Lord of Light, para así buscar el apoyo mutuo entre civilizaciones. Lo que comienza como una forma de tener salvación por medio de los otros, y no en Dios, eventualmente evoluciona en un engaño por parte de Tanzra.
Este es el mayor problema que nos presenta la historia. Actraiser Renaissance es muy simple y al final del día todo se reduce a una aventura en donde claramente el blanco es bueno y el negro malo. Aunque hay un par de diálogos que apuntan al progreso de la humanidad alejado de Dios, este siempre será bajo los caminos del Lord of Light, y sin la intervención de otras divinidades. Esto se puede observar principalmente en los héroes de cada nación. A diferencia del juego original, en donde la interacción con las culturas se limitaba solo a un par de ciudadanos, aquí encontramos a seis personajes que comienzan su viaje como simples guerreros, pero eventualmente logran convertirse en los campeones de esta divinidad.
Cada uno presenta una serie de actitudes únicas y sus interacciones con el Ángel, encargado de ser el mediador entre Dios y la humanidad, llegan a ser interesantes. Alonso, por ejemplo, comienza su viaje como un no creyente, ya que el Lord of Light no pudo evitar la muerte de su esposa e hija, pero eventualmente se convierte en un campeón al preocuparse por la gente de Kasandora. De igual forma, Daniella sobresale por carecer de confianza al inicio, solo para demostrar su valentía al enamorarse de un joven aventurero. Sin embargo, Taia es quien presenta el conflicto más especial, ya que se encuentra dividida entre ayudar a la gente de Northwall y salvar a su amigo, uno de los campeones de Tanzra.
Una vez más, todo se reduce a una aventura en donde el bien y el mal están muy marcados, y en ningún momento el remake decide ofrecer algo que de verdad sorprenda al jugador, o emita una decente crítica a la religión. El nuevo contenido, sin duda alguna, presenta una serie de viñetas bastante interesantes que expanden, no solo el tiempo de juego, sino las actividades a realizar en las diferentes zonas que podemos visitar. Es solo que estar apegado a una estructura que ya conocemos y esperamos, limita mucho el potencial que Actraiser Renaissance tiene.
Dentro de la larga lista de cambios que este remake introduce, su apartado visual es el más llamativo, y el que ha dividido a una base de fans durante los últimos días. Al igual que en el gameplay, este apartado está dividido en dos secciones. Primero nos encontramos con los segmentos de acción, en donde se nos presenta una estilo gráfico con sprite pre-renderizados, a los cuales se les ha aplicado un escalado que da la ilusión de ser pixel art, pero estos están descuidados de diferentes formas. A distancia, se ve que Sonic Powered, estudio japonés encargados de ese remake, trato de crear algo que trata de capturar la esencia de los clásicos de 16-bits, pero una vez que se aprecia de cerca este trabajo, encontramos más similitudes con juegos 2D de la época del SEGA Saturn.
Una vez que bajamos a las diferentes ciudades, el juego comienza a utilizar assets de alta resolución para crear fondos que logran capturar de gran manera las diferentes regiones que visitamos. Ya no solo nos encontramos una diferente paleta de colores, sino que regiones como Kasandora sí luce como un desierto, mientras que Aitos y Marahna cuentan con grandes selvas y lagos que les ofrecen sus propios elementos distintos. Para acompañar estas zonas, podemos ver a los pequeños humanos caminando, construyendo y simplemente disfrutando su día a día. Detalles, como diferentes rayos de sol dependiendo de la ubicación de una región, o la disminución de la nieve en Northwall conforme esta civilización conquista este territorio, dejan más que en claro que este remake ha logrado capturar el recuerdo que muchos tienen de Actraiser.
Junto a esto, Tetsuya Shiraishi y Shouin Yamashita, quienes están detrás del nuevo trabajo visual, han creado un par de ilustraciones que logran encapsular a la perfección el estilo de este remake. Aquí encontramos grabados que tienen la calidad de lo visto en Fire Emblem Heroes, lo cual no debería ser una gran sorpresa considerando que Sonic Powered es un estudio enfocado al mercado móvil en Japón. Estas logran capturar de buena forma las diferentes emociones que los personajes logran emitir, aunque, como uno lo podría esperar de este estilo, estas son limitadas, y todo se reduce a tres o cuatro dibujos por héroe.
De igual forma, Actraiser Renaissance tiene un desempeño mixto dependiendo de tu consola de preferencias. En PS4 y PC, el remake corre a 60fps con un par de problemas de rendimiento que pueden ser molestos en las secciones en 2D, pero no son tan notorias. En Nintendo Switch las cosas son diferentes. Aunque esta versión del título logra correr a más de 30fps en la mayoría de los casos, el frame rate no está cerrado, por lo que este aspecto se encuentra entre los 40 y 50fps, dependiendo del nivel de partículas y objetivos en pantalla. En este mismos aspecto, todas las versiones sufren de tiempos algo largos de carga, pero en PS5 esto parece no ser un inconveniente.
Actraiser Renaissance ofrece un trabajo mixto en este apartado. Aunque en papel todo suena bien y a la par con lo que encontramos en otro tipo de remakes de este tipo, la decisión de usar assets HD junto a sprites escalados para dar este toque de pixel art, pero sin ser pixel art, no es del agrado de muchas personas. A la distancia, el juego se ve bastante bien, pero una vez que decides mirar con atención, podrás encontrar una serie de problemas que eliminan un poco de la magia del título original. Esto se puede ver claramente con el primer nivel en 2D, el cual trata de llevar el diseño clásico a la modernidad, pero termina siendo una re-imaginación decepcionante. Sin embargo, conforme el juego avanza, se nos presentan locaciones que toman como base a la entrega de 16-bits, y crean algo nuevo. Incluso podemos ver una inspiración en Castlevania y el estilo gótico. Junto a esto, las ilustraciones creadas para los nuevos personajes son un agregado que es recibido con los brazos abiertos, ya que le ofrecen un poco más de dinamismo a las largas conversaciones de la campaña.
Al final del día, el trabajo que nos presenta este remake tiene puntos positivos y negativos, todo dependerá de tus gustos. Personalmente, Actraiser Renaissance no fue algo que me agrado ver al principio, pero eventualmente logré apreciar lo que Sonic Powered nos entregó. Sin embargo, el diseño que tiene el Lord of Light en las secciones de acción en 2D es algo de lo que soy cero fan.
Continuando con esta tendencia de resultados mixtos, pero con la balanza inclinándose un poco más hacia el lado positivo, nos encontramos al soundtrack. En esta ocasión Yuzo Koshiro, conocido por series como Streets of Rage e Ys, está de regreso como compositor, papel que tomó en el original Actraiser. En esta ocasión, Koshiro no solo se encargó de crear versiones de rock sinfónico del título de SNES, ya que también nos ofrece 15 composiciones originales dedicadas a los nuevos personajes, así como al contenido adicional que nos presenta este remake.
Aunque la música de 16-bits aún está en la memoria de muchas personas, especialmente el Acto 1 de Fillmore, Koshiro hizo un fantástico trabajo al presentarnos con nuevas versiones de su trabajo original. Todas las canciones que recordamos están presentes. Las secuencias de acción cuentan con re-imaginaciones que agregan nuevos instrumentos, como guitarras eléctricas y bajos pesados, las cuales logran integrarse de gran forma con el estilo medieval sinfónico del título de SNES. Por otro lado, al momento de visitar las diferentes ciudades, se puede apreciar algo más relajado, similar a lo que suena en una iglesia en un domingo por la mañana, demostrando así la divinidad que representa el Lord of Light.
Respecto a las nuevas composiciones, estas están más enfocadas al aspecto relajado y utilizan los leitmotiv de cada región. Es así que el tema de Alonso utiliza instrumentos y cuenta con un ritmo similar al de Kasandora. Lo mismo sucede con Danillea en Bloodpool, y el resto de los héroes. Sin embargo, la canción creada para el nuevo nivel de acción rehúsa varias secciones del Acto 1 de Fillmore, lo cual tiene sentido considerando que esta es la composición más icónica del juego, pero da la idea de que el trabajo original solo está enfocado en hacer algo que ya sabemos que funciona, y no se dedica a explorar un territorio único. Puedo entender por qué, ya que estamos hablando de un remake, y no de una secuela, pero aún así, es un poco decepcionante.
Si no eres fan de este nuevo trabajo, Actraiser Renaissance incluye una opción para disfrutar del soundtrack original en todo momento, y esta es una opción sin importar en qué parte del juego te encuentres. No solo las composiciones del SNES están presentes, sino que Koshiro también nos ofrece versiones en 16-bits de su nuevo trabajo, lo cual es un gran detalle.
Una vez más, dependerá de cada quien el resultado final. Este apartado va de la mano con el estilo visual que nos presenta el remake, y logra encapsular de gran forma el trabajo que vimos en 1990. Las nuevas composiciones van por el camino seguro, y no exploran el suficiente territorio, pero esto no quiere decir que sean malas, todo lo contrario. A diferencia de la presentación visual, el trabajo que Yuzo Koshiro aquí nos presenta seguramente es del agrado de más personas.
Actraiser siempre ha sido considerado un juego poco inusual. Al momento de iniciar una partida, somos bienvenidos con una sección de acción en 2D, algo muy típico para la época. Al terminar el nivel, el título da un giro de 180 grados y nos presenta un simulador de construcción de ciudades, pero uno muy básico. Como lo dulce y lo salado, esta combinación suena mal en papel, pero extrañamente funciona bastante bien, y hasta el día de hoy es recordada como una de las entregas más interesantes en el SNES. Entonces, ¿qué nos presenta Renaissance en este apartado? Bueno, no solo estos dos elementos están de regreso y se han expandido de gran forma, sino que también se ha incluido una sección de tower defensa, la cual le da un mayor peso a la construcción de ciudad.
Comenzando con las secciones de acción, aquí es donde vemos una serie de cambios que no modifican sustancialmente la experiencia, y se encargan de introducir ideas que le dan una mayor complejidad. Aún vamos de izquierda a derecha y de abajo a arriba por un nivel en 2D, mientras derrotamos a toda clase de enemigos. Fuera de eso, hay un par de elementos que ofrecen una distinción notoria con el trabajo de SNES. Para comenzar, los movimientos del Lord of Light han sido expandidos para presentar un combate más dinámico, ya que tenemos a nuestra disposición diferentes ataques dependiendo de la dirección que uno use.
Junto a esto, se introducen pequeños cristales que pueden aumentar el ataque físico y mágico, así como proporcionar una segunda vida de forma inmediata al morir. Estas se obtienen al derrotar enemigos, por lo que ahora estos obstáculos tienen un mayor peso y dejan de ser solo un impedimento que es mejor evitar. De igual forma, la magia ha sido expandida al grado de presentar nuevos movimientos, los cuales son bastante útiles contra los jefes, pero son poco relevantes en el resto del escenario. Uno de los mayores cambios que nos presenta Renaissance en este apartado, es el diseño de nivel. Estas áreas han sido expandidas de gran forma para presentar diferentes zonas y obstáculos que no estaban presentes en el título original.
En sí, no mucho ha cambiado aquí. Aunque claramente vemos la introducción de nuevos elementos, el objetivo sigue siendo el mismo. Los cristales que mejoran nuestro rendimiento incitan a la exploración y a interactuar con todos los enemigos, pero las opciones mágicas que se han agreado son algo que tienen un poco peso y, aunque estas son bastante útiles, el rendimiento base del Lord of Light y su set de movimientos son más que suficientes para llegar hasta el final de una zona.
Sin embargo, en donde empezamos a ver más cambios, es en la sección de construcción de ciudades. Aquí tomamos el control del Ángel y del Lord of Light. Con nuestro divino amigo podemos eliminar a cualquier criatura que desee destruir alguna casa o granja, mientras que con Dios es posible comandar a los habitantes de la región hacía una sección en específico, o hacer uso de diversos poderes para ayudar a los humanos. Tú, como jugador, solo puedes dictar el camino a seguir en una área determinada, no tienes control alguno de los edificios que se construirán. Aunque esto puede sonar algo restrictivo al comienzo, el juego hace un buen trabajo en ofrecer un buen balance entre viviendas para que la población crezca, granjas que proveen vida y magia, así como las fábricas encargadas de crear materiales diversos. Es así que nunca es un problema la escasez de algunos de estos tres recursos.
A diferencia del título original, en donde solo comandabas a un pueblo hasta que sean capaces de cerrar un par de guaridas de demonios y crecer en población, el remake introduce una serie de misiones, tanto principales como secundarias, en donde tendrás que proveer diferentes recursos, descubrir alguna sección de una región para ayudar a alguien, expandir tu territorio, o realizar algún acto divino, como usar el poder del sol para eliminar un lago, lanzar truenos para destruir bosques, o causar un terremoto para unir dos territorios. Estos son objetivos bastante sencillos, pero que te ofrecen algo por hacer más allá de simplemente derrotar enemigos voladores mientras ves aumentar el número de pobladores. Por si fuera poco, se introduce un nuevo elemento al juego, ya que puedes crear muros y torres enfocadas en defender a tu reino ante los ataques de enemigos.
Si bien el 80% de la experiencia que Actraiser Renaissance ofrece está basada en el trabajo original, este remake introduce un nuevo modo de juego, ya que a lo largo de las secciones construcción, tendrás que dejar de lado tu mente de arquitecto, para convertirte en un estratega en misiones en donde tienes que comandar a tu héroe en turno para proteger a una ciudad de los constantes ataques de los seguidores de Tanzra. Junto al campeón, también puedes hacer uso de los muros, torres y los diferentes poderes divinos para defender el templo del Lord of Light, y así evitar la derrota.
Aquí se nos presentan diferentes tipos de enemigos. De esta forma, tienes que elegir bien el tipo de defensa que planeas implementar en un ataque. En una ocasión podrás enfrentarte solamente a criaturas voladoras, por lo que necesitas hacer uso de un héroe que sea capaz de destruir a este tipo de contricantes. Aunque el juego hace un buen trabajo para darte las herramientas necesarias dependiendo de tu predicamento, eventualmente tendrás la opción de invocar a un par de campeones extra en un determinado momento. Lo mejor de todo, es que no solo tienes que preocuparte por la vida de tu templo principal, sino que cada una de estas secciones presentan sus propios retos. Es así que habrá momentos en donde necesitas proteger las granjas, o tienes que evitar que algún edificio sea destruido, lo cual le agrega un buen nivel de variedad a estas secciones.
Este es un tower defense bastante sencillo en sus mecánicas, y por lo general es fácil. No hay un verdadero reto, y una vez que logras entender las fortalezas y debilidades de tus aliados y enemigos, estas secciones se convertirán en algo aburrido, especialmente considerando que en cada ciudad tendrás que enfrentarte a cuatro o cinco misiones de este tipo, lo cual eventualmente llega a ser cansado. Este es el mayor problema que Actraiser Renaissance presenta, su ritmo. Aunque el juego de SNES le daba un mayor peso a las secciones de construcción de ciudades, estas no duraban más de unos 30 minutos, lo cual ofrecía un buen respiro de la acción. Sin embargo, en el remake, prepárate para estar de dos a tres horas checando el avance de una civilización y protegiéndola de diferentes ataques. El título está estructurado de una forma bastante pobre, y en algunas secciones se siente como si el tiempo del juego solo fuera estirado a más no poder.
La magia de Actraiser, este juego que nos da una perspectiva de un Dios con su lado violento y venerado, sigue presente, pero Renaissance no sabe cómo ofrecérsela al jugador sin aventar cientos de tutoriales en las primeras horas, repetir diálogos y motivaciones una y otra vez, e interrumpir constantemente. Las secciones de acción son lo mejor que hay aquí, ya que toman lo que funcionó en el SNES, y le agregan nuevos elementos sin comprometer el trabajo original. Sin embargo, una vez que tomas el rol de un vigilante, el juego se puede volver aburrido y tedioso, al grado de que saltarse las cinemáticas no suena como una mala idea.
¿Es Actraiser Renaissance un buen remake? La respuesta es algo complicada. Si bien la experiencia sigue conservando su carisma y el nuevo contenido que se ha agregado vale la pena para los fans del trabajo original, y moderniza algunos aspectos para todos aquellos que nunca tuvieron la oportunidad de experimentar el juego de SNES, hay una serie de elementos que simplemente no se logran implementar de forma adecuada y se sienten a medias.
La historia introduce una serie de personajes y narrativas que expanden sustancialmente a este mundo, y lo hacen sentir más vivo, pero estos conflictos son resueltos de la forma más plana posible, sin ofrecer algo más que solo una pelea entre el bien y el mal en su sentido más clásico. El apartado visual dividirá a la gente, y aunque hay calidad aquí, la forma en que se “modernizó” el estilo clásico pudo ser mejor. El gameplay, aunque aún presenta sus ideas originales y llamativas, se llega a sentir torpe, debido a que no hay una buena forma de nivelar todos los estilos de juego que se presentan aquí. El único apartado que se siente como una gran mejora sin comprometer el trabajo original, es el soundtrack, ya que el trabajo de Yuzo Koshiro sigue siendo tan bueno como lo fue hace más de 30 años.
Fuera de estos cambios, Renaissance introduce una selección musical con el trabajo original y del remake, el cual puedes escuchar en todo momento, así como un nivel totalmente nuevo que no se siente como parte de la experiencia principal, y no ofrece algo que valga sustancialmente la pena, fuera de un mayor nivel de dificultad. Actraiser Renaissance es un juego con buenas ideas y una sólida base, el cual pudo ser mejor en básicamente todos sus apartados. No es una mala experiencia, y los fans del trabajo original seguramente estarán contentos con volver a tomar el papel del Lord of Light.