En la industria de los videojuegos, pocas compañías generan tanto debate como Microsoft. Su división Xbox ha sido sinónimo de innovación, pero también de decisiones que generan cuestionamientos en la comunidad. Esta semana, tres noticias aparentemente inconexas revelan un patrón inquietante: una empresa que avanza a toda velocidad en unas áreas, mientras retrocede en otras.
Por un lado, el gigante tecnológico se prepara para una nueva oleada de despidos, la cuarta en apenas 18 meses, que afectaría a miles de empleados, especialmente en ventas y operaciones en Europa Central. Aunque aún no es oficial, diversos reportes indican que la reestructuración es inminente y responde a la necesidad de optimizar márgenes tras la histórica compra de Activision Blizzard por $69 mil millones de dólares.
Mientras el área de recursos humanos afila el lápiz y la guillotina, otra parte de Xbox parece estar soñando en grande. En días recientes, se hizo disponible en beta una nueva función que permitirá a los usuarios de la app de Xbox en PC vincular y lanzar juegos de Steam y Battle.net desde una interfaz única.
Tal situación era impensable hace algunos años, pero ahora es una realidad para miembros del programa Insider. Esta integración no sólo simplifica la experiencia para los jugadores sino que podría redefinir el concepto de ecosistema en videojuegos de cara a la siguiente generación.
Y mientras una parte de la compañía despide, y otra expande, una vertiente alterna nos recuerda lo que realmente importa: los juegos. El 12 de agosto llegará una versión mejorada de Senua’s Saga: Hellblade II, titulada Enhanced Edition, con adaptación para PlayStation 5.
Dicho producto incluirá modo rendimiento a 60 FPS, mejoras gráficas notables, un modo foto robusto, además de cuatro horas de comentarios del equipo creativo de Ninja Theory. En paralelo, se anunció que los poseedores de la primera parte tendrán una actualización gratuita para plataformas actuales.
El área presidida por Phil Spencer seguirá generando debates pues mientras construye un futuro prometedor que rompe con los paradigmas tradicionales del sector, su política de reestructuración interna lanza una sombra difícil de ignorar. Sólo el tiempo ofrecerá las respuestas a las incógnitas que surgen ante decisiones inesperadas.