El desarrollador de Destiny 2 y de Marathon, Bungie, está siendo demandado por represalias y despido injustificado por parte de una exgerente de recursos humanos, quien alega que la despidieron cuando planteó un posible caso de discriminación racial a sus supervisores.
En una demanda presentada a principios de este año en el estado de Washington, la demandante Ingrid Alm relata que fue contratada por Bungie en mayo de 2022 como gerente de recursos humanos, con más de una década de experiencia en el campo. A solo unos meses de su empleo, afirma que le indicaron que investigara el desempeño de un empleado en particular, referido como “James Smith”. Pero cuando se sentó a hablar con Smith, él supuestamente señaló que era el único empleado negro en un equipo de 50 personas, y expresó que sentía que estaba siendo señalado y que se sentía como blanco de discriminación racial por parte de su supervisor.
Alm continúa diciendo que compartió esta información con su supervisor y recomendó que el supervisor de Smith recibiera capacitación en diversidad, pero alega que su recomendación fue recibida con “hostilidad y negación”. Asegura que le dijeron que las personas a las que recomendaba tomar la capacitación “habían estado allí por mucho tiempo” y “eran muy apreciadas”, por lo que su recomendación fue rechazada. Durante una discusión de seguimiento sobre el incidente, Alm también afirmó que su supervisor le dijo que “no quería tocar ese tipo de conversaciones ni con un palo de tres metros”.
Después de esto, Alm alega que Bungie recomendó despedir a Smith. Alm dice que no estuvo de acuerdo, argumentando que esto sería un sesgo racial, y en septiembre se acercó a la directora de equidad e inclusión de Bungie, la Dra. Courtney Benjamin, en busca de consejo. Benjamin sugirió que terminar el empleo de Smith sería “demasiado arriesgado considerando la evidencia” y recomendó en su lugar darle una advertencia por escrito a Smith.
Sin embargo, Alm afirma que su supervisor se puso “extremadamente enojado” con ella por haber contactado a Benjamin y le envió una advertencia por escrito por correo electrónico. El supervisor de Alm también llamó a Benjamin para disculparse por el hecho de que Alm se hubiera acercado a ella, supuestamente diciendo que “no quería que pensara que era racista”.
Días después, Alm afirma que la colocaron en la categoría de “necesita mejorar” durante una evaluación, a pesar de haber recibido críticas excelentes previamente tanto de colegas como de clientes, y que su supervisor le dijo que buscara una “salida” del trabajo. Poco después, Alm dice que encontró su acceso a correo electrónico y plataforma de Bungie eliminado sin explicación, y a pesar de múltiples intentos de contactar a su supervisor, no recibió respuesta durante varios días.
A finales de septiembre, a Alm se le informó que su renuncia había sido aceptada, a pesar de insistir en que no había tenido la intención de renunciar y que quería conservar su trabajo. Dice que se negó a firmar un documento que afirmaba que “renunciaba voluntariamente” y que un correo electrónico que envió a la directora de recursos humanos de la compañía, Holly Barbacovi, explicando la situación no recibió respuesta.
La respuesta de Bungie a la queja de Alm es breve y no incluye una narrativa alternativa de los eventos para refutar la suya. Bungie simplemente niega casi cada parte de la narrativa de Alm sin más contexto, o las niega con la declaración de que Bungie “carece de conocimiento o información suficiente para formar una creencia sobre la verdad o falsedad de las acusaciones”. En este caso, Bungie está representado por Mary DePaolo Haddad, una abogada de Fox Rothchild que afirma tener experiencia en desestimar demandas por despidos injustificados y por desarrollar “estrategias que sirvan a los objetivos financieros de mis clientes y minimicen costos” cuando la litigación es inevitable.
Alm está demandando a Bungie por represalias y terminación injusta, y busca compensación en forma de salarios perdidos pasados y futuros, daños por angustia emocional y honorarios de abogados. El juicio por jurado está programado para el 22 de enero de 2024.
Es importante destacar que Alm fue contratada en Bungie solo cinco meses después de un informe sobre la cultura de trabajo de la compañía en el que, más de 25 empleados alegaron que la compañía tenía un historial de permitir que una cultura tóxica prosperara, incluida la discriminación racial y de género, y que aquellos que reportaron tales casos a recursos humanos afirmaron que sus informes a menudo eran desestimados o incluso se volvían en su contra. Tras este informe y antes de la contratación de Alm, la entonces jefa de recursos humanos de Bungie renunció a su cargo.
Según varias fuentes, después de que un informe fuera revelado, Bungie también contrató a varios nuevos empleados de recursos humanos en un esfuerzo por abordar los problemas del artículo, bajo cierta presión de su nueva empresa matriz, Sony.
Ninguna de las dos partes, ni Bungie ni Alm han respondido a la solicitud de comentarios sobre la situación.
Vía: IGN
Nota del editor: Me pregunto si Jim Ryan sigue pensando que la compra de Bungie fue un mejor negocio que el de Microsoft adquiriendo Activision-Blizzard. Aunque ya tan cerca del retiro es posible que no le interesen estos temas.