PS4, XBOX ONE, PC
XBOX ONE
Eidos Montréal / Crystal Dynamics
Square Enix
14/09/2018
Una figura como Lara Croft tiene un enorme peso sobre sus hombros. No solo se ha convertido en un emblema de los videojuegos por sus más de 20 años de existencia, sino que, en 2013, su revolución en manos de Crystal Dynamics la puso de nuevo en el mapa y por la puerta grande. Ahora que el equipo se encuentra trabajando en The Avengers, la estafeta regresó a manos de Eidos y su división en Montréal, quienes nos prometen la entrega más brutal e íntima de Lara. Shadow of the Tomb Raider, guarda en sus entrañas una hermosa analogía; la luz de Croft como aventurera imparable, pero también la oscuridad y su sentir personal.
Los dos juegos anteriores, tuvieron una buena recepción entre los fans y la crítica en general; un mapa semiabierto y conectado, vivo y con muchas opciones tipo RPG en Lara Croft a través de la mejora de equipo, arsenal, árboles de habilidades y, ya en consolas como el Xbox One X y PS4 Pro, opciones gráficas que sorprendieron a más de uno. Así que Shadow of the Tomb Raider llega con un peso extra sobre los hombros de Lara Croft: el de mostrarnos que, todo lo anterior, se podía elevar de la mano con una historia arrasadora.
No es mentira que, también estos juegos, pecaran en su argumento; en un principio, Tomb Raider (2013) nos llevó de la mano de la diosa Himiko al Triángulo del Dragón en una aventura impresionante y, aunque Rise of the Tomb Raider contaba con un enemigo más terrenal (la asociación de mercenarios Trinity), nos daba unos cuantos esbozos de la niñez y juventud de Lara Croft. Ahora, Eidos combina ambos lados de la moneda para Shadow of the Tomb Raider, aunque esto le cueste varios puntos en el camino hacia la perfección.
Lara está más cerca que nunca de su cacería contra Trinity. Shadow of the Tomb Raider comienza en la isla de Cozumel, México, mostrándonos a la exploradora y su amigo Jonah mientras le siguen la pista a Trinity, quienes están en busca de información valiosa para obtener un “artefacto” mortal. Nuestra heroína es todo, salvo eso, una “heroína”, pues llevada por el capricho y la rabia, termina desencadenando el fin del mundo. Así, poco a poco vemos cómo tormentas impresionantes y demás cataclismos empiezan a acabar con el planeta. Lara Croft deberá asumir la responsabilidad de sus actos y viajar a Perú, donde Eidos reimagina una cultura incaica que mezcla otras etnias y culturas. Ahí, descubre la historia de Paititi y un extraño artefacto que acabará con el mundo como lo conocemos, renaciendo después de varias catástrofes y que “purgará” al planeta.
Así que, para cualquier latino, ver elementos mayas, aztecas, quechuas e incas en un solo lugar, podría ser inimaginable, mientras que, si se deja de lado la corrección histórica de esta mezcla, termina siendo un apartado visual espectacular. Una vez que viajas a Perú, es cuando Shadow of the Tomb Raider empieza a mostrar sus verdaderos matices, a pesar de que la historia sea un poco floja; con esto me refiero a que, si bien hay secuencias que te erizan la piel, las decisiones de Lara no siempre son las más “congruentes” y la forma en que se unen tampoco es la más adecuada.
No obstante, el equipo de desarrollo no mentía cuando nos prometió el lado más oscuro y visceral de Lara Croft. Constantemente, la arqueóloga será reducida por los golpes y batallas constantes en el juego, de las cuales saldrá bien librada tras una serie de secuencias que, más que pequeños enfrentamientos, te orillan a usar el ambiente como nunca. Lara tiene las armas que ya conocías; arcos, bombas tipo molotov, rifles y escopetas, aunque algunos cambios ligeros es que Shadow of the Tomb Raider no se enfoca en armarte hasta los dientes, sino hacer lo mejor con lo que tengas frente a ti.
Es por lo que, de cuando en cuando, no tendrás acceso a tu arsenal y, al igual que en Rise of the Tomb Raider, las habilidades y opciones de creación se van liberando a cuentagotas, para no ser una One-Woman-Army a las pocas horas del juego, como sucedió en Tomb Raider. En cuanto a los escenarios, son los más verticales e ingeniosos que hayamos visto hasta hora en la franquicia; no mentimos cuando incluso los árboles pueden ser letales, al igual que una botella y hasta el lodo, pues Lara ahora puede camuflarse con el ambiente e ir asesinando entre los matorrales como toda una experta.
La tercera entrega cambia la forma en que se juega Tomb Raider, pues cuenta con una dificultad personalizable que consta de lo siguiente: combate, compuesto por los niveles de salud de Lara y los enemigos, cantidad de munición en los escenarios, sin asistencia al apuntar y enemigos resaltados; exploración, la cual no marca ninguna pista en el mapa, ni la recibes por parte de los comentarios de Lara, y la última es de los acertijos. El hecho que Eidos haya imaginado un esquema personalizable para Tomb Raider sin duda es destacable, ya que otras opciones técnicas y de ambiente te sumergen en una experiencia que sí se siente con carácter propio.
Por si fuera poco, las muertes con sigilo adoptan una nueva dimensión al cambiar la secuencia según el personaje y el acercamiento que tengas con éste; por ejemplo, existen enemigos con visión nocturna y si estás llena de fango, podrás asesinarlos; de otra forma, te atacarán sin dudarlo. Asimismo, puedes conectar muertes sigilosas según tu árbol de habilidades, al igual que otras opciones de juego que desbloquearás a través de las diferentes tumbas.
Lo anterior va de la mano con el nuevo sentir de Tomb Raider de vuelta en manos de Eidos. Las habilidades se han segregado para que, ciertas opciones, sean un premio por completar una tumba, que no son más que calabozos llenos de pruebas físicas y acertijos ambientales, los cuales requieren ciertas armas o herramientas para abrirte camino. Si bien nos parece que las tumbas sí son más oscuras y peligrosas que antes, creemos que en Rise of the Tomb Raider éstas eran más complicadas, a pesar del nuevo esquema de dificultad que maneja Shadow.
Una de las funciones que más esperábamos en el juego era la del idioma pues, como bien sabrás, la locación lo amerita. Para nuestra tristeza, terminó siendo un elemento de poca cohesión; en varias ocasiones, Lara habla en inglés y los habitantes indígenas le responden en su dialecto; en otras, ellos hablan un inglés que apenas y cuenta con un acento latino, mientras otros diálogos al español latino simplemente son tan neutros, que carecen de cualquier parecido con la forma en que se habla en la región. Eidos presenta la opción “Inmersión Lingüística” en el menú principal, donde los personajes hablan su idioma “nativo” para mejorar el ambiente, aunque a nuestros ojos, ocurre todo lo contrario.
Otro cambio importante es la administración de recursos en Tomb Raider, ya que se han incluido comerciantes para “aliviar” la labor de obtener ciertos materiales para crear nuevos atuendos (que pueden dar bonificaciones), mejorar las armas (más daño, más precisión, dispersión, entre otros aspectos), al mismo tiempo que le quitan un poco ese sabor de exploración al juego. Sin embargo, realizar ciertas hazañas en el juego no dejan de ser satisfactorias, como lo son secuencias de sigilo perfecto, explorar cenotes y nadar para encontrar artefactos, hallar oro, defenderte de un jaguar y, al final de la jornada, volverse uno con la naturaleza.
Para ello, Lara también tenía guardado algunos secretos, como poder escalar riscos de forma completamente vertical (y que la línea que divide el arriba y abajo se desvanezca), flechas que vuelven paranoicos a los enemigos, semillas de cacao que aumentan tu resistencia y hasta saborear hierbas que le permiten ver “más allá de lo evidente”. La exploración vertical incluye que Lara pueda nadar y bucear, tanto en la historia principal como en misiones secundarias, al igual que para llegar a ciertas tumbas. Creemos que esto refleja el ADN que Eidos trae consigo después de trabajar estos últimos años en el retorno de Deus Ex y, si bien las misiones secundarias no “sobran”, tampoco es que cambien la concepción de Tomb Raider.
Aunque seguro la exploración submarina fue todo un logro técnico para sus desarrolladores, lo cierto es que algunas veces, el agua luce tan transparente que parecería que estás flotando en el ambiente, de no ser por las burbujas que ves frente a ti. En lo que respecta a los “juguetes” de Lara, sus dos piolet, el cuchillo y el arco siguen siendo tan buenas herramientas como en juegos anteriores, a pesar de que la variedad de armas no haya dado un salto importante. Eidos incluyó un Modo Fotógrafo (sí, esos que tanto usamos en redes sociales), el cual permite tomar panorámicas hermosas de un juego que brilla por su diseño de escenarios.
Como ya lo habíamos dicho, el diseño de los escenarios es el más complejo que hayamos visto en un juego de Tomb Raider, lo cual no sería posible sin mejoras técnicas. Shadow of the Tomb Raider cuenta con escenarios llenos de vegetación, lluvia, contrastes de luz casi impecables y paisajes impresionantes, los cuales se llegan a divisar a lo lejos. Ya que lo jugamos en Xbox One X, pudimos probar sus dos modos de renderizado; en Alta Resolución (resolución 4K a 30 cuadros por segundo) y FPS Elevado (una tasa de cuadros liberada y una resolución a 1080p). Ambas tienen sus ventajas y desventajas, pero algo es seguro, Crystal Dynamics y Eidos Interactive nos muestran un juego hermoso que crea un contraste entre la luz y sombra como pocos juegos lo han hecho. Su opción de HDR Luminance te dejará sin aliento en muchas ocasiones, especialmente en una entrega que hace gala del “eclipse” como su tema principal, junto con la muerte y el culto que son un elemento constante en las tumbas.
Regresando a las tumbas, éstas nos parecieron menos creativas que en ocasiones pasadas, mientras una serie de pruebas que forman parte de la historia principal (y que no detallaremos por ser spoilers) en verdad son muy hermosas y gratificantes de resolver, además de inspirarse en elementos y animales de la naturaleza. Un aplauso para el equipo de desarrollo de niveles. Última, pero no menos importante, la música retoma varios sonidos salvajes y ameniza todo el juego, a pesar de que no resalte ningún tema en sus casi 20 horas de duración (llegamos al 70% de completar todo lo que se puede hacer en el juego). Una vez que concluyes la campaña, Shadow of the Tomb Raider desbloquea una Nueva Partida+ sin necesidad de algún parche o actualización, mientras que tú último punto de guardado automático te permite hacer viaje rápido a lo largo de su mapa para obtener el 100% de su mundo.
La tercera entrega del reboot de Tomb Raider llega tras dos juegos usualmente bien aceptados por la crítica y los fans, además de ventas millonarias. Así que Shadow of the Tomb Raider solo nos debía una cosa: una historia que nos estremeciera y demostrara que la narrativa del juego podía elevarse tras dos juegos que, si bien contaban con historias aceptables, todavía se quedaban cortos en cuanto al trabajo histriónico en la actualidad.
A nuestros ojos, Shadow of the Tomb Raider lo logra en unas ocasiones, pero termina eclipsado por sus propios errores argumentales poco coherentes y que la comunicación entre sus personajes sea poco creíble.
No obstante, la presentación técnica es casi impecable, pues más allá de los cuadros por segundo y la resolución, los ambientes han sido bellamente elaborados, haciendo uso de los aspectos de la naturaleza que se apegan tan bien al carácter de Lara como una exploradora brutal. Una y otra vez, Eidos Montréal nos ofrece enfrentamientos que no necesitan que estés armado hasta los dientes, sino que hayas explorado lo suficiente para crear combos interesantes y hacer uso de la verticalidad de los escenarios, al mismo tiempo que los recursos son limitados, pero astutamente distribuidos.
Así que Lara Croft sigue sin hacer las decisiones más coherentes (ya ni hablar de las más sabias), pero al fin muestra un poco de esa vulnerabilidad que nos habían mostrado, de la mano con su aspecto más visceral.
Shadow of the Tomb Raider estará disponible en PC, Xbox One y PS4 oficialmente este 14 de septiembre, mientras los poseedores de la Croft Edition podrán jugarla a partir del 12 de septiembre.