Dragon Ball Super: Los errores del anime

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Ninguna franquicia es a prueba de balas; ni siquiera Dragon Ball. Hace casi tres años que Toei Animation y Akira Toriyama, su creador original, anunciaron el retorno de Gokú y compañía en una saga que prometía más de las viejas glorias de la serie, después de mucha crítica por el canon con Dragon Ball GT. Pero con los episodios fueron llegando más y más observaciones hacia esta adaptación. Es hora de dejar de lado el corazón y el sentimiento que nos dejó su “final” para recordar qué nos faltó a lo largo de sus 131 episodios.

Advertencia: Se incluyen spoilers del anime de Dragon Ball Super.

PURO RELLENO NACIDO DE LAS PELÍCULAS

Las cintas más recientes de Dragon Ball, La batalla de los dioses y La resurrección de Freezer, sirvieron como un colchón no para los primeros uno, ni dos o 10 episodios de Super, sino ¡27! Si tú ya las habías visto, ten por seguro que te habrás hartado de ver prácticamente las mismas situaciones, pero en formato de episodios.

TUVO MUCHAS ANIMACIONES ESPANTOSAS

Durante los últimos años, varios estudios dedicados al anime se han encontrado en una mala situación financiera en Japón, especialmente al dejar mucho trabajo subcontratado en equipos en Corea que no manejan los mismos estándares de calidad que en la tierra del Sol Naciente. Con Dragon Ball Super pasó lo inimaginable: ¡la animación tuvo un montón de altibajos! Toei Animation tuvo un presupuesto muy ajustado para la serie que no tuvo una mejoría tajante hasta la saga del Torneo del Poder, a pesar de que se reciclaron varias animaciones incluso de otras sagas, así como el opening para otras batallas que vimos en sus episodios.

La mejoría en la serie nos llegó bastante tarde, durante la última saga de la serie, donde su productora hizo cambios notables como una gama de colores apegada al sepia y sombras todavía más marcadas, así como la adición de Ohno Ben, director de animación conocido por su trabajo en películas y episodios de Dragon Ball Z. Otro de los talentos que se sumarían es Yuya Takahashi, quien intentó darle un tono más maduro al estilo visual de la serie con diseños que nos recordaron hasta a Dragon Ball GT. ¡Ojalá esto hubiera pasado mucho, mucho antes!

LAS MAGICAL GIRLS Y SU ACTITUD TEDIOSA

Ya en la saga del Torneo del Poder, las chicas del Universo 2 resultaron ser casi insoportables para muchos y con justa razón. Todo el tema del amor estaba completamente inspirado en las magical girls, aunque el problema es que se sentían fuera de lugar en comparación al resto de los peleadores del resto de los universos. La actitud de Vegeta es un ejemplo claro de lo mucho que sufrió con estas peleadoras y que, además, estuvieron presentes durante muchos episodios; quizás más de lo que varios hubieran querido.

LA MÚSICA EN LOS EPISODIOS NOS QUEDÓ DEBIENDO

La música de Dragon Ball siempre roza la excelencia; incluso en el caso de GT los fans tienen unos de los temas más memorables. En lo que respecta a la banda sonora de Dragon Ball Super, es decir, los temas que se oyen de fondo y que acentúan los momentos más importantes, prácticamente todo se resume al tema que Gokú utilizó hasta el punto del Ultra Instinto: Ka Ka Kachi Daze.

Fuera de ello, los temas que nos ponían los pelos de punta como en otras sagas simplemente no estuvieron, lo cual nos habla también de una crisis en su música. Toei Animation siempre había pensado en el paquete completo para Dragon Ball; música excelente, dinámica y emblemática, problemas serios para sus personajes, aderezados con una calidad de animación y estilo envidiable. ¿Qué pasó entonces? Los espectadores todavía nos lo preguntamos.

LA PELEA POR EL MIGATTE NO GOKU’I

Cuando vimos que Gokú alcanzó el UItra Instinto, Migatte no Goku’i o Doctrina Egoísta (su nombre oficial para Latinoamérica) el debate estaba a flor de piel: ¿se trataba de una nueva transformación o un estado de nuestro saiyajin? Parece que la respuesta llegó hasta los momentos “finales” del anime, pues ahí Gokú debatió con Vegeta que “ya no podía usar el Migatte no Goku’i” ya que “fue una medida desesperada que despertó en él”.

Si hacemos una revisión de las transformaciones oficiales de Gokú, nos podremos dar cuenta que, cuando son de este tipo, es porque el saiyajin no solo alcanza un nuevo nivel, sino que es capaz de revivirlo a partir del momento en que la perfecciona. Aquí, Gokú ni siquiera la controló por completo (tal y como se vio en la secuencia al lado de Freezer) y que incluso rozaba en el Súper Saiyajin, así que, por ahora podríamos decir que todo ese debate de hace varios meses quedó en el olvido y debemos aceptarlo: hasta que Gokú la domine, seguirá siendo un estado o fase, no una transformación con todas sus letras.

JIREN: EL ENEMIGO “INALCANZABLE”

Que Gokú haya recibido golpizas brutales a manos de sus enemigos no es algo extraordinario; de hecho, incluso siendo un niño sufrió por los puños de sus combatientes, mientras que en Dragon Ball Z la serie dio un giro hacia lo visceral que varios seguidores todavía añoran. Pero lo que sucedió con Jiren, el luchador más poderoso del Universo 11, cae en lo absurdo. Por un lado, era evidente que Gokú solo no podría contra él, pero aquí surge el dilema: “mágicamente” No. 17 seguía vivo, mientras que Freezer era un personaje que los jugadores sabían perfectamente que estaba por ahí en la arena del torneo.

El problema es este: Jiren fue inalcanzable e intocable durante tanto tiempo, que en vez de construir una afrenta contra él que tuviera sentido, el equipo de producción de Toei resuelve las batallas en apenas un par de episodios. Por si fuera poco, Jiren tiene un contexto pobre y hasta nos atrevemos a decir que falto de personalidad, además de un diseño de personaje que no impresiona en la actualidad.

Esto también formaba parte de otra de nuestras observaciones y errores de la serie y es que es, quizás, uno de sus mayores problemas: el ritmo. En Dragon Ball Super, vimos a luchadores feroces pelear en apenas unos cuantos capítulos, cuando en otras sagas las batallas se construían poco a poco; algunos consideran que, de haber tenido un desarrollo más largo, el Torneo del Poder hubiera durado tres o cuatro veces más, pero seamos sinceros: el público igual estuvo pegado a la televisión o pantalla, semana tras semana.

Otro detalle es que la escala del poder, una constante de Dragon Ball, parece haber desaparecido por completo; con peleas que se resuelven en minutos y sin el debido ritmo para llevarlos a un clímax congruente de su fuerza, el poder está desproporcionado, generando personajes “inalcanzables” con justificaciones relativamente pobres y sin una personalidad que deje huella en los espectadores. ¡Ouch!

FREEZER: AMIGO DE TODOS LOS NIÑGUERREROS Z

¿Cómo es que un enemigo así de vil como Freezer, terminó haciendo equipo con Gokú y No. 17? Aunque Freezer “traicionó” en algún momento al Universo 7, lo cierto es que todavía no nos podemos explicar por completo el que haya colaborado, por muchos deseos que tuviera de “revivir”. Eso sí: la secuencia final de la serie, acompañada de un montón de teorías sobre la identidad de Freezer, podría ser la respuesta a toda esta crítica.

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