PS4, PS VITA
PS4
P-Studio
Atlus
04/12/2018
Que la franquicia de Persona se encuentre actualmente posicionada como una de las más reconocidas dentro del género de los JRPG se debe en buena medida a su última entrega, Persona 5. Si bien la serie ya gozaba de cierta popularidad (especialmente por la gran aceptación que tuvo Persona 4), fue este último título el que logró que más personas voltearan a ver a la franquicia, incluso aquellas que desconocían de su existencia. Y como no iba a lograrlo si, por donde se le viera, el título emanaba razones para ser jugado: desde sus increíbles mecánicas de juego o un impresionante apartado gráfico, hasta su profunda historia, elenco de memorables personajes y su excelsa música; simplemente no había manera alguna de que éste no llamara tu atención.
Hasta la fecha se calcula que el juego cuenta con más de 2 millones de copias vendidas, cifra que lo coloca como el mejor vendido de toda la serie. ¡Todo un éxito! Pero como se esperaría, Atlus sabe que el título aún da para más y es por esa razón que ha comenzado a explorar diversas maneras para posicionarlo aún más y mejor. Hasta ahora ya lo hizo por medio de mercancías (figuras, ropa, accesorios y demás), anime y hasta conciertos; pero ahora llegó el momento de realizarlo por medio de más videojuegos. Y qué mejor manera de hacerlo que por medio de un spin-off que aprovecha uno de sus rubros más aplaudidos como lo es el musical.
Es así como nos llega Persona 5: Dancing in Starlight, titulo de ritmo y baile que sigue una fórmula prácticamente idéntica a la que se exploró (con geniales resultados) en Persona 4: Dancing All Night. Pero el juego no llega solo, sino que lo hace acompañado de Persona 3: Dancing in Moonlight, spin-off similar enfocado en Persona 3, entrega con una banda sonora igualmente increíble pero que pasó desapercibida por millones. Por ello y dado que ambos comparten el mismo concepto general de juego, es que decidimos hacer su análisis en un solo texto, aunque acotando los aspectos que los diferencian.
Como ya comenté, tanto Persona 3: Dancing in Moonlight como Persona 5: Dancing in Starlight retoman la misma fórmula que se usó en Persona 4: Dancing All Night. Esto es, que ambos son juegos de ritmo en los que deberemos de presionar los botones y hacer los movimientos que nos solicitan en el momento justo. Dentro de las sesiones de juego la pantalla nos mostrará seis diferentes botones, mismos que están divididos en dos secciones, una en cada costado. Del lado derecho están los espacios para los botones triángulo, círculo y cruz, mientras que del lado izquierdo se encuentran los de los botones del pad con dirección hacia arriba, izquierda y abajo.
Como seguramente ya intuyes, el objetivo principal de los juegos consiste en obtener una puntuación alta con cada presionar exacto de botones que hagamos cuando nos lo pidan. Sin embargo y más allá de la precisión, un requisito adicional que entra en juego es el de la Hype Gauge, una barra que mide la aprobación que tendrá el “público” sobre nuestro desempeño y que habremos de mantener siempre en alto ya que, de caer demasiado, nos llevará a fallar en la canción incluso y si la concluimos. Obviamente entre más precisos y constantes seamos, mayor será la emoción y aceptación de la audiencia y viceversa.
Algo que le añade un poco de mayor variedad y reto al juego (dejando de lado los evidentes niveles de dificultad) son las variantes que hay de cada uno de los botones como lo son presionar dos de ellos a la vez, dejar presionado alguna nota por un determinado tiempo o, como novedad de estas entregas, la orden de presionar algún botón de manera continua. Aunado a éstos también se encuentran los Scratch Rings, aros que reaccionan a su propio comando – que es el de empujar cualquiera de los Sticks del Dualshock 4 (aunque esto puede reacomodarse en los botones L1 y R1) – y que, si bien no son obligatorios de accionar para mantener los combo de notas, nos otorgan grandes bonos y hasta activan secuencias especiales de baile si logramos incluirlas en nuestras rutinas.
De todos los apartados de los juegos éste es el que se mantuvo prácticamente idéntico al de Persona 4: Dancing All Night, lo cual no es algo necesariamente malo. Como dice la frase, “Si no está roto, entonces no lo arregles” y, en este caso, Atlus hizo un movimiento inteligente al retener el mismo esquema de controles y juego que, pese a lo rebuscado que llegaba a sentirse cuando le poníamos las manos encima por primera vez, terminaba por acoplarse perfecto al gameplay. Lo único negativo del asunto es que esto último no da espacio para la sorpresa, incluso y con la implementación de su único comando nuevo que, siendo honesto, luce por demás absurdo, desperdiciado y hasta innecesario. En ese sentido, si jugaste Dancing All Night entonces prácticamente ya viste todo lo que ofrece el apartado de controles de estas nuevas entregas.
Dicho lo anterior, algo que noté y que me gustaría mencionar es lo extraño y hasta incómodo que llega a ser jugar los títulos en una TV. Personalmente amé que Persona 4: Dancing All Night fuese un juego pensado para PS Vita ya que lograba acoplarse a la perfección al formato portátil de la consola y, sobre todo, a su pantalla. Ahora, sentí que el mayor tamaño de monitor llega a perjudicar la experiencia pues dificulta un poco el seguimiento que hagamos de las notas. No es algo a lo que no te acostumbres pero, en definitiva, esto último llega a ser desconcertante por momentos.
Ahora bien ¿en qué se diferencian estos juegos respecto al juego de baile de Persona 4? Dejando de lado el obvio hecho de su ambientación y el título del que se basan, hay algunos apartados que los convierten en paquetes distintos. De entrada y el que salta a la vista rápidamente es la ausencia de una campaña; mientras que Dancing All Night nos narraba una nueva aventura que se situaba tras los sucesos de P4 en una modalidad específicamente dedicada, Persona 3: Dancing in Moonlight y Persona 5: Dancing in Starlight carecen por completo de ésta y, en su lugar, nos presenta su simple premisa desde el inicio con una introducción. Sin más ni menos.
Aunque muchos podrían pensar que la ausencia de un modo historia afectaría negativamente a los dos juegos en turno, creo que al final ninguno de éstos habría logrado sacarle provecho al mismo. Y no es para menos ya que la trama general sobre la cual giran ambos títulos resulta absurda y en extremo simple. Básicamente ésta consiste de una competencia de baile organizada por las asistentes del Velvet Room (Elizabeth de Persona 3 y Caroline y Justine de Persona 5) en la que, de manera indirecta, los protagonistas de cada entrega compiten entre sí con el único fin de convertirse en los reyes de la pista de baile. Esto último no resultaría tan disparato (y hasta sería divertido de ver) de no ser por el hecho de que ninguno de los dos bandos llegan a interactuar y, peor aún, porque todo sucede en una dimensión en la que perderán cualquier recuerdo una vez que concluya el duelo.
Estoy consciente de que el modo historia de Dancing All Night no era el mejor y que hasta se llegaba a tornar aburrido y tedioso dado lo extenso que eran sus secuencias de interacción en forma de novela ligera. Sin embargo, el mismo justificaba de mejor manera la existencia del juego y hasta se convertía en algo con el potencial de complacer a los fans que quedaron fascinados con la premisa de Persona 4. En el caso de Dancing in Moonlight y Dancing in Starlight, la historia está de sobra y es una excusa pobre y desatinada para respaldar lo que vemos en pantalla.
Por suerte, la triste y desaprovechada historia se ve compensada con un apartado nuevo, el de Social. Estructurado de manera similar a los Social Links de los juegos principales, en ellos encontraremos diversos eventos en los que veremos a los personajes interactuar de varias maneras, siendo la mayoría en tono cómico. Aunque ninguno de estos mejora en lo absoluto la de por si pobre premisa y hasta resultan intrascendentes, al menos profundizan un poco más en los personajes, sacan a relucir información o detalles que desconocíamos de ellos y juegan con sus personalidades. Si fuiste de aquellos que se encariñó de los personajes y de la forma en la que convivían, entonces te adelantó que estos eventos son fanservice puro.
Pero los eventos de Social no sirven solamente para ver encuentros chistosos entre los personajes. Paralelamente, éstos se postran como misiones por sí solas ya que cuentan con requisitos previos para ser desbloqueados y que deberemos de ir cumpliendo mientras jugamos. Aunado a ello y junto a las interacciones, las mismas nos recompensarán con algún tipo nuevo de accesorio o vestimenta para personalizar a los personajes a nuestro antojo, así como con ítems o modificadores con el potencial de alterar aún más (en favor o en contra nuestra) la dificultad de las melodías. Créeme cuando te digo que volverás constantemente a este apartado para ver los requisitos que te faltan o el progreso que has hecho para desbloquear cada charla.
Otro aspecto en lo que se separan los juegos es en el número de sus canciones, lo cual resulta algo negativo. En comparación a Dancing All Night, Los juegos de baile de Persona 3 y Persona 5 tienen un repertorio menor de rolas para jugar, de apenas 25 tracks en promedio. Esto último no se resentiría tanto de no ser por el hecho de que muchas de las piezas que se incluyen llegan a consistir de varios remixes de una cierta melodía, lo cual a la postre derivó en que no se incluyeran arreglos o hasta versiones originales de más canciones. Y si a eso le sumamos que los juegos se centran por completo en sus respectivos títulos de los que se basan y no se dan el lujo de incluir (al menos de inicio y sin recurrir a los DLC) melodías de otros juegos, spin-offs o hasta de las películas o anime, resulta imposible no sentir a los repertorios como limitados.
Habiendo explicado las diferencias respecto a Persona 4: Dancing All Night, toco el turno de abordar los contrastes entre los propios títulos. Como ya comenté arriba, el principal aspecto que los distancia entre sí son los juegos de los que se basan (Persona 3 y Persona 5 respectivamente). Obviamente de esto último se derivan los personajes que incluyen, la manera de abordar su premisa, la propia presentación general (que en ambos casos va de la mano con la personalidad de sus respectivos juegos de origen) y, evidentemente, las melodías que podemos jugar en cada uno de ellos. Sobra decir que esto último es el aspecto que hará que muchos se inclinen por uno u otro título, puesto que aquellos que hayan jugado los juegos de los que se basan son quienes más disfrutarán lo que ofrecen cada uno.
Como dato curioso, Atlus menciona que una diferencia estética entre los dos juegos recae en los estilos de baile que realizan los personajes cuando aparecen de fondo en las canciones; los de Moonlight 3 muestran movimientos más acrobáticos mientras que los de Starlight hacen unos más realistas. A decir verdad esto último es difícil de percibir por el simple hecho de lo complicado que resulta ponerles atención en lo que nosotros continuamos viendo la pantalla y calculando nuestro presionar de botones. Porque sí, lo que menos te interesará mientras juega es ver a los chicos de SEES o los Phantom Thieves of Hearts bailar en el fondo si eso significa romper tus buenas rachas o combos.
Pasando a su presentación y sin importar que título elijas, puedes dar por sentado que los dos lucen increíbles. De hecho, lo que hace que los juegos se vean aún más fabulosos es la manera en la que éstos le son fieles a las personalidades de sus juegos de origen, lo cual se ve reflejado tanto en sus diferentes interfaces y menús, vestimentas para los personajes y escenarios en los que bailan. También debe mencionarse que en esta ocasión los modelos de los personajes son en 3D, incluso dentro de las charlas e interacciones, pero hasta en eso los diseños de todos ellos lucen geniales por lo expresivo que son.
Por último y ya como bono adicional, los juegos cuentan con opción de audio dual para disfrutarse tanto en inglés como japonés. Como sea que desees jugarlos, las actuaciones de voz están extremadamente bien realizadas y terminan por darle aún más personalidad a la presentación general del paquete.
De manera general, puedo decir que Persona 3: Dancing in Moonlight y Persona 5: Dancing in Starlight son dos juegos geniales y divertidos que, al igual que los juegos de los que parten, irradian una tremenda personalidad que explotan un apartado tan increíble y destacado como lo es el de sus respectivas bandas sonoras. Si eres fan del talentoso compositor Shoji Meguro y del trabajo que realizó en Persona 3 y Persona 5, entonces es un hecho que disfrutarás estos spin-offs a sobre manera.
Dicho esto, hay algunos apartados que me hacen considerar un tanto difícil de recomendarlos abiertamente a todo el mundo. Por un lado y comparado con Persona 4: Dancing All Night, los juegos se sienten un tanto más reducidos ya que no cuentan con un modo historia ni con una trama que sea cuando menos convincente. Por otro, sus reducidos repertorios de canciones que a su vez tienden a centrarse demasiado en determinados temas, los hacen sentir más limitados. Asimismo el simple hecho de que ambos se basen de un juego previo, aunque no los hace imposibles de jugar, reduce el espectro de atención e interés que puedan llegar a generar. Si no jugaste los juegos orinales de los que parten, entonces difícilmente lograrás disfrutar todo lo que éstos ofrecen.
Comprendo a la perfección que la idea de lanzar los dos juegos se hizo con la intención de permitir a los jugadores elegir y centrar su atención en un juego y lo que éste ofrezca. No obstante, creo que ambos se habrían beneficiado más si se hubieran vendido como un solo juego y no como dos cosas separadas. De hacerlo así, no me queda duda de que la experiencia general hubiese mejorado al presentarnos un producto más entrelazado, con mejores interacciones y un repertorio musical más completo. Porque sí, resulta lamentable ver cómo se desperdició una oportunidad perfecta para reunir a los personajes de Persona 3 y 5 en un solo juego en el que pudieran socializar de un modo nunca antes visto.
Pero dejando de lado sus errores, fallas y hasta carencias, Persona 3: Dancing in Moonlight y Persona 5: Dancing in Starlight son dos títulos ampliamente recomendables tanto para los fans de la franquicia de Persona como para los amantes del género rítmico y musical, así como una propuesta interesante para aquellos que sientan interés o estén dispuestos a darles una oportunidad.