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Ganbarion
Bandai Namco
15/03/2019
One Piece es sin duda alguna – y junto a Dragon Ball -, uno de los exponentes del manga más importantes y longevos que hay en la actualidad. Siendo que cuenta ya con más de 20 años de existencia y que su historia se sigue publicando hasta nuestros días, resulta imposible que haya alguien que no conozca la popular obra de Eiichiro Oda o, cuando menos, que no la ubique. Se trata pues de uno de una de las series más populares que hay y, sobre todo, una que cuenta con un inmenso número de fanáticos en todo el mundo.
Que One Piece tan exitoso se debe en buena medida a su rico universo que, durante más de dos décadas, se ha ido expandiendo al introducir nuevos elementos que ahondan más en su de por si profunda premisa con la adición de más personajes que impactan directamente en lo que acontece y que enriquecen aún más a su narrativa. Con semejante perfil, uno pensaría que la serie cuenta con todo lo necesario para expandir sus horizontes y ofrecer geniales producciones en otros ámbitos que le hagan justicia a su inmenso legado. Tristemente y al menos en lo que respecta a videojuegos, esto ha estado un tanto alejado de la realidad.
Por lo general los juegos de One Piece no han sido malos, pero ninguno ha logrado superar esa barrera que les permitan trascender. Y es que si bien todos logran aprovechar de buena manera el fanservice de la obra original, ninguno ha conseguido ofrecer una propuesta en gameplay concisa, pulida y que funcione óptimamente en cualquiera de los géneros que lleva abordado (peleas, aventuras, combate musou o exploración). Ante este panorama nos llega One Piece: World Seeker, un juego que desde su revelación se postró como uno de los proyectos más ambiciosos basados en el manga al consistir de un título de mundo abierto con un enorme mapa para explorar y con mecánicas de combate diversas. A primera vista parecía que éste conseguiría su cometido de convertirse en ese juego que dejaría en alto el nombre de la serie dentro de la industria, pero al final sus poco pulidas mecánicas de juego y lo simplón que resultan sus controles, terminaron por hacer de éste un juego con una propuesta interesante, pero pobremente ejecutada.
En la actualidad, los juegos de mundo abierto son una de esas tendencias que se siguen manteniendo fuerte entre los desarrolladores y con las que suelen experimentar constantemente. Ganbarion, el equipo detrás de One Piece: World Seeker, previamente ya había hecho varios juegos de aventuras basados en el popular manga, aunque ninguno que se acercara a este concepto. Teniendo esto en cuenta, los creativos decidieron poner en práctica toda su experiencia para así forjar un título inmenso, con una dimensión nunca antes vista en la serie y que nos permitiera adentrarnos en una nueva y original aventura que pudiera equipararse a lo visto en la obra original.
La historia de One Piece: World Seeker nos llevará a acompañar a Luffy y los Mugiwaras a adentrarse a la Jail Island (Isla prisión), una misteriosa región gobernada por la Marina y en la que sus habitantes, tras sufrir en carne viva de un conflicto armado, se han visto divididos entre quienes apoyan el actuar de los marinos con aquellos que se resisten a seguir dejando que gobiernen de la manera en la que les plazca. Precisamente dentro de este último grupo nuestros héroes conocerán y ayudarán a Jeanne, una chica que lidera a la resistencia y que busca derrocar a Isaac, el poderoso y orgulloso líder que gobierna con mano dura a la isla.
Si bien en un inicio la historia del juego pareciera que se centra solamente en Jeanne e Isaac y en la manera en la que Luffy y sus amigos deben de intervenir para lidiar con el conflicto, conforme ésta se desarrolla se nos van presentando algunas sorpresas y vuelcos que le dan mayor coherencia a la narrativa y que dejan ver que hay algo más profundo y oscuro detrás de todo. En ese sentido, puedo decir que la trama del juego resulta interesante ya cuenta con varios aspectos que la enriquecen y le dan mayor seriedad a todo; no le pide nada a alguna de las historias que hayamos visto ya en el manga o anime.
Parte de lo que hace que la historia sea llamativa son todos esos elementos provenientes de la historia original que son bien utilizados y aterrizados de manera convincente en la estructuración de la narrativa. Sin ahondar en spoilers, les puedo decir que en One Piece: World Seeker veremos aparecer a varios personajes conocidos – tanto piratas como marinos, amigos y enemigos – que a su modo aportarán algo para la trama. Puede que algunos lo hagan mejor que otros, pero en ningún momento se sienten metidos a la fuerza. Si eres fan de la serie entonces te impresionará lo bien diseñada que está la historia del juego.
Tristemente, que la trama del título sea interesante no evita que ésta se llegue a tornar aburrida gracias a la manera terrible en la que se nos cuenta. Por lo general y salvo por algunas y muy contadas cinemáticas, la gran mayoría de la historia se nos presenta en diálogos mudos entre personajes y en los que se limitan a hacer unas pocas expresiones, gestos o movimientos que apenas y denotan el tono de los momentos que vemos. Esto hacen que a la larga su ritmo se torne demasiado lento y, en ocasiones, tedioso.
Otro aspecto que hace que la narrativa sea monótona es la manera en la que se progresa en el juego por medio de misiones que suelen ser repetitivas. Aunque habrá algunas en las que podremos librar duelos emocionantes con enemigos formidables o personajes poderosos de la serie, la gran y amplia mayoría de éstas consisten de encomiendas en las que, cual mandaderos, habremos de ir a buscar a alguien con el que deberemos de charlar o, en su defecto, ir a conseguir objetos. Se supone que todas estas tareas repercuten en un sistema de karma que permite desbloquear algunas charlas e interacciones especiales, pero al final ninguna logra justificarse ni brinda esa sensación de recompensa que esperaríamos.
Pese a lo anterior y si logras sopesar todas sus garrafales fallas, puedo asegurarte que la premisa general de la historia te resultará grata.
Como ya dije, One Piece: World Seeker es un juego de mundo abierto en el que, tomando el control de Luffy, iremos a explorar la inmensa Jail Island mientras ayudamos a Jeanne y sus habitantes con diversas misiones y encomiendas. Como tal, Ganbarion cumplió con su cometido de ofrecernos un mapa enorme que podemos ir a recorrer a nuestras anchas desde el inicio y en el que resulta imposible no maravillarse por lo colorido que es; estamos pues, frente al juego de OP más grande que hayamos visto hasta ahora. Pero al igual que como pasa con la historia, el gran tamaño de la isla de poco sirve cuando nos percatamos de todas sus fallas que salen a relucir rápidamente a la luz.
Por más extensa que sea la isla, ésta se siente vacía en exceso y cuenta con pocas áreas para ver y visitar que, además, se ven muy similares entre sí. Para empeorar aún más esta sensación, la mayoría de las zonas interactivas en la isla se limitan a puntos de recolección de items o cofres escondidos y sus pueblos y ciudades carecen de edificaciones a las cuales podamos adentrarnos (o sea, la exploración se da en su totalidad en el exterior). Si bien dicha percepción cambia un poco en las locaciones importantes con toda la gama de personajes NPC con los que podemos hablar, al final ninguno aportan algo para darle mayor vida a un mundo como éste que irónicamente y pese a lo colorido que es, se ve demasiado muerto.
Pero éste no es el único error que deriva de la enorme extensión del mundo. Aunque el juego incita a que lo exploremos desde el inicio y pone pocas restricciones para que nos adentremos a cada una de sus áreas, recorrerlo se vuelve rápidamente tedioso ya que la manera principal en la podemos hacerlo es a pie, lo cual es algo extremadamente lento. También es posible aumentar un poco la velocidad de la exploración por medio de la mecánica del Gomu Gomu no Rocket que, muy al estilo de Spider-Man, nos permite lanzarnos y volar por los aires con ayuda de la habilidad de brazos de goma de Luffy, pero ésta se ve rápidamente entorpecida por lo poco precisa que es de manejar y porque solamente puede usarse cuando contamos con algún punto cercano para impulsarnos como lo son árboles, bardas, edificios, postes o señalamientos.
Con semejante dimensiones y ante lo poco práctico que resultan las maneras de desplazamiento, muchos pensarían que moverse en la isla será un tremendo martirio. En un inicio lo es pero, conforme vas desbloqueando más áreas, se habilitará la opción para viajar rápidamente entre ellas (Quick travel). Esto ahorra enormes tiempos de recorrido pero también se puede tornar hartante debido a sus pantallas de carga que suelen ser algo tardadas. Esto último se reciente especialmente en varias misiones que, por algún extraño motivo, te obligan a ir de una punta de la isla a la otra o a regiones bastante alejadas entre sí.
La jugabilidad de One Piece: World Seeker también cae en el mismo error de los apartados previos en el sentido de que ofrece ideas y mecánicas interesantes que terminan siendo desaprovechadas o que, en su defecto, están pobremente aplicadas. Empezando por el sistema de combate, contamos con dos golpes básicos (uno normal y uno más fuerte) así como un variedad de ataques especiales que van desde disparar golpes en forma de balazos hasta los icónicos movimientos y habilidades de Luffy como los son el Red Hawk, Gatling Gun o hasta el Haki del conquistador. No obstante, estos últimos se ven regidos por un sistema de tensión que, durante las peleas, va cargando una barra especial con cada agresión que realicemos (o recibamos) y de la cual se deriva que podamos realizar o no cierto tipo de movimiento.
Lo anterior también se ve complementado por dos modos diferentes en los que Luffy adopta una determinada posición de ataque. Estos son el modo Haki (azul) en el que nuestro héroe es más ágil y puede hacer ataques más rápidos que no son tan fuertes; y el modo Armamento (rojo) en el que los golpes que hace nuestro querido pirata son más lentos y pesados pero tiene mayor fuerza física. De esta combinación de modos, en conjunto a los ataques especiales, puedes generar estrategias y estilos de combate para experimentar y que se adapten a tus necesidades.
Para hacer aún más profundo este apartado, Luffy tiene acceso a un árbol de habilidades en en el que, como todo RPG, irá desbloqueando más técnicas (tanto de combate como exploración) que le serán de gran ayuda en su aventura o hasta mejorando aquellas con las que ya cuenta. En un principio las habilidades que podemos ir adquiriendo no aportan mucha variedad al sistema de juego pero, conforme más avanzas, irás teniendo acceso a otras más que acaban por expandir tus posibilidades de manera notable.
El sistema de peleas de One Piece es vasto, variado y le da enorme dinamismo a los enfrentamientos. Desgracia, el bajo nivel de dificultad del juego y la pobre inteligencia artificial de los enemigos hacen que éste no pueda ser aprovechado de la manera en la que debería y sólo sale a relucir cuando nos medimos con los jefes, quienes en verdad le dan mayor variedad a los combates y ofrecen mayor nivel de reto. Esto más pronto que tarde, acaba por hacer que la mayoría de las peleas se conviertan en duelos repetitivos y monótonos en los que podremos conseguir la victoria presionando un simple botón de ataque.
Debo mencionar que el juego permite que podamos ajustar la dificultad a niveles más altos. No obstante, la forma en la que operan éstos resulta demasiado injusta ya que, más que añadir reto, lo que hace es convertir a los enemigos y jefes en enormes esponjas de daño que absorben mejor nuestros ataques y que, además, pueden bajarnos mucha vida con pocos ataques. Más que un desafío, éstas rompen y dificultan la experiencia de juego de modo absurdo.
A lo anterior se deben añadir otros desperfectos que no hacen sino perjudicar aún más este apartado. Desde lo impreciso que llegan a ser algunos ataques o comandos o lo tardado que resulta recuperarte tras un golpe, hasta lo incomodo que se vuelve la cámara o la mira de ataque. Son pequeños detalles que, de poco en poco, pueden terminar por colmar tu paciencia.
Pese a sus fallos, hay un apartado en el cual casi no tuve queja alguna y ese fue en el de la presentación del juego. Gráficamente hablando, World Seeker se ve genial y todo gracias a esa combinación de gráficos en estilo anime y cell shade que hacen ver todo más colorido y apegado al anime. De igual manera, sus menús e interfaces son simples pero bastantes coloridas, así como claras y concisas en lo que representan. Quizá lo único que podría decir que no me agrado fue lo desigual que es el diseño de sus personajes: mientras que los principales (tanto protagonistas como villanos) lucen increíbles, el resto de los personajes no controlables y enemigos lucen genéricos y poco detallados.
En lo que respecta a su banda sonora, a los fans les agradará saber que World Seeker cuenta con melodías compuestas por Kohei Tanaka, el veterano compositor y principal artifice de la música que hemos escuchado siempre en el anime de One Piece. Puede que muchos de esos temas sean más amenos que los que le hemos escuchado en otras producciones de la franquicia, pero todos ellos son fabulosos y hacen sentir más al juego como si se tratara de una saga del anime. Sólo resulta una pena que en las áreas abiertas de la isla (que son muchas), los desarolladores hayan optado por ambientar todo con sonidos ambientales y no con alguna pieza musical en particular de este genial compositor.
Parecía demasiado bueno para ser verdad que One Piece: World Seeker buscara convertirse en un enorme juego de mundo abierto y en el título más ambicioso que se haya visto del popular manga de piratas. Ganbarion sabía del enorme reto que esto significaba y, aunque pudo crear un juego que cumplió con lo más básico, la realidad es que éste deja mucho a desear.
De lo bueno que se puede destacar de One Piece: World Seeker tenemos su historia que, pese a lo terrible de su ritmo y estructura narrativa, termina exponiendo un concepto interesante; su gameplay que aunque se estanca rápidamente, ofrece una gran variedad de mecánicas que salen a relucir en los combates más retadores; y un apartado visual y sonoro que, de manera discreta, logran su cometido de ambientar perfectamente el juego. Es una pena que ideas como éstas se vean opacadas por una gran lista de errores que hacen que la experiencia de juego se torne rápidamente repetitiva y aburrida en algunos momentos.
Si estás en búsqueda de un juego de mundo abierto, creo que World Seeker no es ni de cerca la mejor opción que hay allá fuera. Sí, es verdad que tiene mecánicas y conceptos interesantes, pero en definitiva no es el mejor exponente de su tipo. Por otro lado y si eres fan de One Piece, puedo decirte que, aún y con sus defectos, éste guarda cierto encanto que no dudo sabrán apreciar los seguidores más leales de la serie. No es el mejor juego de One Piece que hay, pero al menos le garantizará un poco de diversión a quienes, conscientes de sus fallas, decidan darle una oportunidad.