PS4, PC
PS4
Marvelous First Studio
Bandai Namco Entertainment
08/02/2019
Una ambientación futurista y postapocalíptica, enormes bestias feroces con apariencia única, armas con diseños increíbles, una trama oscura, personajes en estilo anime que no le pide nada a las animaciones niponas más populares y un esquema de controles profundo. Por todos estos elementos, uno podría decir que la serie de God Eater tiene todo lo necesario para atraer y emocionar a cualquier tipo de jugador y hasta para convertirse en una de las series predilectas de los gamers. Sin embargo y al menos en lo que respecta a Occidente, ésta no ha logrado despegar y se mantiene más como una franquicia de nicho.
Que God Eater no sea tan reconocido fuera de Japón se debe a varias cuestiones, aunque a mi parecer hay tres que tienen mayor peso que otras. Por un lado, está el hecho de que ésta surgió como una respuesta a la popular serie de Monster Hunter, la cual se ha consagrado como el principal exponente de éste pseudo género. Por el otro está que la franquicia pertenece a un tipo de “género” que no adquirió popularidad en estos lares sino hasta tiempos recientes, precisamente con las últimas entregas de Monster Hunter. Y finalmente está el hecho de que surgió como un juego para PSP, justamente en la recta final de la portátil y cuando todos enfocaban su atención en el DS o el próximo 3DS.
Pese a lo anterior, Bandai Namco se las ingenió para darle empuje a la serie y mantenerla como una interesante opción para quienes gustan de los juegos de cacería. Prueba de ello la vemos ahora cuando, a casi tres años del lanzamiento de su segunda entrega, nos llega un tercer capítulo que promete traer la experiencia de las portátiles a las consolas de actual generación (o al PS4 y PC cuando menos). Pero, ¿logra ajustarse God Eater 3 a las nuevas plataformas? Para fortuna de todos lo hace, aunque con fallas notables que bien se pudieron corregir o mejorar.
Si nunca has jugado un God Eater antes y no sabes de lo que va, creo que la manera más simple de ilustrarla es con una comparación directa a la serie de Monster Hunter. Ésta consiste de una franquicia en la que, tomando el rol de un cazador (en este caso llamado God Eater), nos lanzamos a la búsqueda de terribles bestias conocidas como Aragamis que se han apropiado de prácticamente todo el planeta y orillado a la humanidad a luchar por su supervivencia. Para lograr hacerles frente a estos poderosos seres recurriremos al uso de armas especiales llamadas God Arcs que cuentan con la habilidad de adoptar diversas formas y, sobre todo, devorar a las criaturas que gustan de alimentarse de nuestra especie.
La premisa general de cada juego de la serie se mantiene prácticamente idéntica, aunque se le añaden algunos elementos que buscan diferenciarlas entre si. En el caso de God Eater 3, su historia de desarrolla algunos años después de sus predecesores, en una región lejana que se asemeja al mundo Occidental. Aquí se nos explica que la raza humana volvió a sucumbir en su lucha contra los Aragami luego de que apareciera un nuevo tipo de estas bestias conocidas como Ash Aragami que tienen poderes más devastadores y que pueden volverse más fuertes y mejorarse a sí mismos durante los combates. Es precisamente en medio de esa desesperación que nosotros tomamos el rol de un un protagonista silencioso (ya sea hombre o mujer) perteneciente a los AGE, Adaptive God Eaters, cazadores con un potencial superior al de otros guerreros y con el poder necesario para poder hacerles frente a esta nueva amenaza.
Es así como, tras ser descubiertos por un grupo de personas que buscan encontrar la manera de eliminar a estos monstruos, que nos lanzaremos en un viaje por un devastado mundo en el que iremos eliminando bestias que habitan en diversas regiones. Sin embargo, lo que desconocemos es que durante la travesía descubriremos los oscuros secretos detrás de los temibles Aragamis y hasta las medidas que un poderoso organismo buscará tomar para así erradicar a las bestias, mismas que podrían llevar a la extinción de todos los seres vivos.
Uno de los puntos que hacen de God Eater algo diferente es la manera en la que se estructura su trama. La historia de los juegos tiende a ser oscura y sus personajes suelen tener un trasfondo triste y profundo que vamos explorando y que nos dejan conocer las razones que los empujaron a estar en donde se encuentran. God Eater 3 sigue fielmente esa misma fórmula y nos expone una premisa con un elenco que resulta fácil interesante desde el inicio. Sin embargo, su ritmo narrativo tan espaciado y con altibajos pueden llegar a transformarla en algo tedioso, desesperante y hasta predecible.
La historia de God Eater no es mala, pero tarda mucho en tornarse interesante y, cuando comienza a hacerlo, se ve interrumpida en varios ocasiones por misiones o momentos que poco contribuyen a la trama, o al menos en sus primeras instancias. Al final de su campaña todo toma fuerza, lo cual resulta una pena dado lo repetitivo que es el resto de su trama. Si decides entrarle a éste por su historia, ten en cuenta que tendrás que tener algo de paciencia para así disfrutar de lo que ofrece.
Si bien no dudo que la historia del juego es uno de los puntos más interesantes, lo que en definitiva convencerá a muchos de quedarse en God Eater 3 es su gameplay que tiene todo lo necesario para sobresalir; es demasiado completo y no le pide nada a otros exponentes de los títulos del género.
Como ya comenté God Eater 3 es un juego de cacería en el que, tras equiparnos y armarnos hasta los dientes, habremos de ir a eliminar bestias. Por lo general esto lo realizaremos en misiones por equipos de cuatro integrantes (nosotros y tres compañeros manejados por la inteligencia del título) con hasta 40 minutos de duración que van subiendo de dificultad conforme progresemos en la campaña y en la que se nos llevará a enfrentar a Aragamis más poderosos o que requieren de una determinada estrategia para ser derrotados. Eso sí, aunque en algunas de dichas misiones los objetivos nos pedirán que hagamos algunas otras tareas (como ir a recuperar equipo o salvar personas), por lo general todo se resume deberemos de acabar con una bestia.
Al ser éste un juego enfocado en el combate, recurre a mecánicas que buscan añadirle mayor estrategia al título. Una de ellas recae en la propia arma con la que cargamos, la God Arc, ya que puede adoptar tanto la forma de un arma blanca como una de fuego y de largo alcance. La variedad que tenemos a nuestra disposición es amplia ya que comprende desde espadas y dagas hasta lanzas, guadañas, martillos, espadas de gran tamaño, cuchillas dobles o circulares; lo mismo aplica para las de largo alcance que contemplan las escopetas, rifles, torretas y pistolas de rayos. Pero como si esto no bastara, todas y cada una de ellas pueden mejorarse entre más las usemos y hasta equiparse con municiones o habilidades especiales. A todo esto también contamos con una gama de escudos para defendernos.
Para complementar a lo anterior también contamos con habilidades extras que son de gran ayuda al momento de los combates, desde algunas que son simples como lo es el desplazamiento rápido que puede servir como un golpe de tackleo, hasta otras más que son más complejas. La primera de éstas últimas es el Burst Mode, fase a la cual nos adentramos cuando hacemos que nuestra God Arc devore (literalmente) a los Aragamis para que así consigan celular que les brindan muchos beneficios. En dicha etapa nuestros poderes aumentarán y se nos permitirá realizar ataques especiales que son exclusivas de ella y que, obvio, causan más daño.
La segunda habilidad individual a destacar es la del sistema del Acceleration Trigger. Al igual que como sucede con el Burst Mode, ésta nos brinda algunas ventajas y mejoras temporales aunque, para activarla, requiere de la realización de ciertas tareas específicas variables que van desde atacar con ciertas armas o golpes, hasta defenderse o encestar determinado número de golpes. Se podría decir que ésta es una función más “compleja” de alcanzar pero no por ello deja de tener su importancia y hasta su rol dentro de las estrategias que adoptemos.
Por último también contamos con el Engage, un fenómeno en el que tras combatir junto a nuestros compañeros de equipo accedemos a una fase temporal de resonancia en el que podemos acceder y beneficiarnos de las habilidades y características propias de nuestros compañeros. Está es por mucho una de las novedades que más me fascinó del juego ya que hace sentir que el trabajo en equipo tiene sus ventajas y beneficios e incita a que los jugadores busquen luchar siempre al lado de los demás.
El grado de profundidad del gameplay y personalización es enorme y podría parecer demasiado complejo o hasta intimidante para muchos. Pero ese es precisamente una de las ventajas del título, que cuenta con tantos elementos que buscan motivarnos a que experimentemos con cada uno de ellos. Se nota que el equipo desarollador de Marvelous está consciente de lo completo que deben ser este tipo de títulos y de lo que los fanáticos buscan en éstos.
Todo lo anterior converge en un gameplay fluido, ágil y veloz, incluso más de lo que solemos ver en otros títulos similares. God Eater es uno de los juegos de combates más frenéticos y caóticos que hay y uno que, aunque pareciera postrarse como rebuscados, termina sintiendo y jugándose increíble. Resulta imposible no divertirse con este y emocionarse en cada uno de sus combates.
En términos de jugabilidad, God Eater 3 es demasiado completo y hay pocos “peros” que le podríamos poner a dicho apartado. Lamentablemente, todo ese genial gameplay se ve perjudicado por la propia presentación y estructuración general del título que no logra sacarle provecho alguno.
Como expuse anteriormente, la serie se concibió dentro del PSP y, por consiguiente, se le dio el tratamiento de un juego portátil en el que se priorizaba las sesiones de juegos cortas, breves y hasta con cierto nivel de accesibilidad. God Eater 3 fue un juego desarrollado para los sistemas de juego actuales como el PS4 pero, irónicamente, se ve y siente como un título de portátil. Sus misiones son extremadamente cortas y pueden ser terminadas en menos de 15 minutos (siendo la mayoría de apenas 6 minutos). No es como si estas fueran malas, pero me habría gustado que tuviese algunas con mayor duración. Por esta misma razón, las misiones terminan por sentirse demasiado repetitivas a la larga, sobre todo cuando juegas por sesiones extensas.
De igual manera, todo el apartado de personalización y profundidad se siente desaprovechado. Al tener misiones que duran pocos minutos, prácticamente no requieres de ahondar en tu inventario para recurrir a otras armas o equipos, por lo que su utilización se quedará limitada a la mera experimentación. En mi caso por ejemplo, pase buena parte de la campaña utilizando solamente la lanza (que fue la que más me acomodó) y no sentí la necesidad de cambiar de equipo o de probar nuevas armas sino ya hasta las últimas misiones. Pero incluso y de no haber modificado mi equipamiento, siento que podría terminar el juego si me quedaba con lo que me acomodé desde el inicio.
Dicho lo anterior, seguramente estás intuyendo que el nivel de dificultad es bajo o que no tiene mucho reto y, a decir verdad, es cierto, especialmente si cuentas con experiencia previa. El nivel de reto de God Eater 3 es relativamente bajo durante buena parte de la campaña y no empieza a exigirle al jugador sino hasta que empieza a adentrarse a las últimas misiones. Esto último podría no ser del agrado de muchos jugadores experimentados, pero admito que se convierte en una ventaja para quienes nunca han probado un título de cacería.
El juego también tiene un apartado multiplayer con dos variantes. La primera que es la tradicional y que permite que podamos hacer misiones (ya sea por gusto o para progresar en la historia) con hasta otros tres jugadores, y la segunda es el modo Assault, que son misiones en las que hasta ocho personas pueden participar y en las que el tiempo máximo de realización se reduce a cinco minutos. Sin duda estas últimas son las más dinámicas y frenéticas de todas y unas que añaden mayor emoción (y hasta estrés) pero, por desgracia, no dejan de sentirse demasiado cortas como aquellas que vemos en la campaña principal. Siento que hubiera sido increíble que, a la par de las cortas, se incluyesen otras de mayor duración duración que se sintieran precisamente como los asaltos de otros juegos de naturaleza cooperativa como Destiny o hasta el propio Monster Hunter World.
Visualmente hablando, God Eater 3 luce genial. El estilo “animezco” del juego siempre le ha ido a la perfección a la serie y es, por sí solo, uno de los puntos que lo hacen separarse de sus competidores. Pero lastimosamente, el perfil portátil de la serie también vino a hacer estragos en el título al hacerlo ver bien, más no asombroso o destacable. Comparado con los ports de los juegos anteriores que llegaron hace unos años a PS4, no hay mucha diferencia en su apartado gráfico, por lo que me resulta imposible sentir que éste correría sin problema alguno en un PS Vita.
Los escenarios por igual se sienten muy limitados. El juego nos llevará a cazar Aragamis a diversas regiones como lo son montañas, desiertos, cuevas o ciudades destruidas que, aunque en apariencia lucen diferente, en su diseño se perciben demasiado similares. Peor aún, no hay mucha diferencia estética entre las ciudades o las demás regiones cuando las comparamos entre sus semejantes.
Respecto a su banda sonora, la música cumple con su objetivo de ambientar el juego en ese mundo postapocalíptico en el que la lucha por la supervivencia lo es todo. El título se siente épico y trepidante como su música, pero ninguna de sus melodías logran trascender el espectro de lo memorable.
God Eater 3 no es un mal juego, pero tiene un enorme potencial desperdiciado, lo cual es algo que derivó de su propia naturaleza como título surgido en portátiles. Sus mecánicas de juego son muy completas y variadas y ofrece un sistema de personalización tan profundo que incita a la experimentación. Lamentablemente, su estructuración a manera de misiones cortas y con objetivos poco diversos hacen que a la larga se sienta repetitivo o monótono. Vaya, el campo de juego se quedó corto para gameplay.
A lo anterior también se le suma su historia que, aunque oscura e interesante, tarda demasiado en despegar y en mostrarnos los verdaderos puntos que influyen en su narrativa. Su irregular ritmo narrativo se ve afectado enormemente por la estructuración general del juego.
Con todo esto, puedo decir que God Eater 3 es un buen juego… a secas. Si nunca has probado un título de cacería y te intimidan los Monster Hunter, puede que encuentres en éste a un juego ideal para comenzarte. Por otro lado y si eres fan de la serie, éste te gustará ya que sigue fielmente la fórmula de la serie, tanto así que salvo por algunas de las nuevas funciones de combate, lo sentirás prácticamente idéntico a sus predecesores. Finalmente y si eres un veterano jugador del género, puede que God Eater lo sientas un tanto simple y hasta sencillo, o al menos con lo más básico para funcionar. Se trata pues de un juego que, aunque disfrutable, podría no ser para todos los gustos.