De la ilusión a la magia hay un paso, y la magia ocurre cuando la ilusión es inquebrantable, cuando se mantiene la percepción de lo que ven tus ojos y escuchan tus oídos. Pokémon Symphonic Evolutions rompió con todo eso y más.
Llevo muchos años jugando Pokémon, así como llevo muchísimas horas escuchando su música. Tengo todas las canciones de Rojo y Azul tatuadas en mi cerebro. De niño me pasaba escuchando una y otra vez esos loops interminables de aventura. Puede que mi expectativa o visualización de este concierto se haya ido por las nubes, pero lo que vimos en Monterrey no me despegó ni 3 centímetros del suelo.
Pokémon Symphonic Evolutions vino a tratar de hacer lo que hizo el concierto de The Legend of Zelda, pero con una preparación de dudosa calidad. Desde la comunicación hasta la ejecución, este evento tuvo muchísimos detalles que vale la pena notar. De un público que posiblemente ha sido subestimado y que no está acostumbrado a demandar calidad en lo que consume, las quejas y palabrería siempre se queda en las esquinas del internet, en los foros y en los grupos de Facebook.
Aclarando, y para que los organizadores tomen nota. Estas quejas y críticas constructivas y destructivas que no salen a la luz, las que no son elaboradas por medios de comunicación masiva (como el radio, la tele o el periódico), son las piezas de feedback que realmente valen. Porque se publican dónde está el público, porque de ellas las personas confían, porque las personas confiamos en las personas, en los fans.
Creo que me enteré del concierto por ahí de abril, y sin esperar contacté a los organizadores para que me invitaran a cubrirlo, realmente sonaba interesante y prometedor. No recibía respuesta, y cuando llegó me dijeron que los contactara de nuevo en octubre. Pasaron los meses y hasta se me olvidó que venía el concierto. Los contacté y la invitación a tomar nota siguió su curso.
Estando ya en la Arena Monterrey (recinto para más de 17,500 personas), nos dimos cuenta que había mucho espacio en el estacionamiento y que poca gente se veía caminando por las calles. Raro.
No hubo publicidad o promoción importante, y la verdad ya me esperaba ver poca gente, pero de verdad que en este concierto faltaron muchos fans. Con algunos banners en sitios de videojuegos y uno que otro Facebook ad no llenas la Arena, eso queda claro. ¿Pero qué hay de la promoción de boca a boca?
Al parecer los organizadores esperaban que esto ocurriera, posiblemente por economizar, posiblemente porque se confiaron de que los fans compran todo lo que tenga el sello de The Pokemon Company, no lo podemos saber en este momento.
Con una cifra oficial de 4,500 personas, Pokémon Symphonic Evolutions se sintió más vacío por la ausencia de entusiasmo por parte de los asistentes que por los que no fueron. Ni el tema oficial que todos conocemos (Gotta catch ‘em all!) pudo levantar los ánimos de un público decepcionado.
Se sabe que cuando ocurre este tipo de conciertos, lo más conveniente para los organizadores es “rentar” la mejor orquesta local y prepararla para interpretar los temas que vienen con la licencia de traer el evento. En esta ocasión se presentó la orquesta de la UANL.
La orquesta es buenísima, ya me ha tocado verla en otros eventos, tocando otro tipo de música que no tiene nada que ver con videojuegos. Esta vez las cosas no salieron como tenían que salir. Con errores en los tiempos, algunas notas muy abajo y poco protagonismo de algunos instrumentos. No sé si fue el manejo del audio o que yo no estoy experimentado para realmente criticar una orquesta, pero no me gustó como otras veces. Digo, no creo necesitar ser chef para saber que una comida no me gusta, dejemos lo de la orquesta como una opinión personal, nada más.
Fuera de mi opinión personal, los errores fueron evidentes, no tan críticos como para decir que fue un desastre, pero sí un poco cómicos como para perder la seriedad y perfil del evento. Vaya, que hasta cuando caían los silencios en las canciones de repente se les iba el clásico estornudo, mal ahí.
Me contaron (y aclaro que son rumores), que la orquesta se puso a ensayar 2 días antes, que fue armada con algunos titulares y rellenada con estudiantes hasta de segundo semestre de la facultad de música. No me lo tomen a mal, sé que son buenos y que pueden ser una eminencia musical, pero el feeling y la preparación no se notó en la presentación.
Con motivo del 20 aniversario de la franquicia se celebró este evento. Y algo que recomiendo es pongan más ojo al crear los playlist, y en general la experiencia. Tengan en cuenta cuál es el perfil del verdadero fan, el que paga boletos caros de concierto, los veinteañeros que crecieron tarareando las canciones que escuchaban una y otra vez.
Y posiblemente ése fue un punto clave que detonó la crítica de mucha gente, que la música que seleccionaron no fue la adecuada. No soy alguien importante como para saber definir el playlist perfecto, pero sí sé que los temas que aparecen en los cinemas que ves en el juego son los menos memorables. Ahora imaginen qué hubieran tocado la canción de Lavander Town. Otra cosa hubiera sido.
Comentarios sobran queriendo justificar la selección de los temas, puedo decir que la gente esperaba más, que esperaban revivir las horas que pasaron escuchando la música de los gimnasios, los temas de batalla y los loops de los pueblos. Que posiblemente por esa misma razón no fueron seleccionados, por ser loops y durar muy poco, pero la creatividad pudo haber acomodado algo bonito sin sentirse forzado, just saying.
Creo que fue una experiencia para recordar, y una muy buena lección para el evento (espero). No quisiera generalizar y decir que así es como lo ven los fans de otra partes del mundo, pero al menos en mi tierra se esperaba otra cosa.
Quedamos esperando más de Pokémon, más eventos y en general más de la serie que nos ha enamorado por muchos años. Fue como uno de esos errores pequeños en una relación de largo tiempo, con una explicación y hablando se perdona.
Salomón Rodríguez Arámbula (Monterrey, México) es el creador de la revista digital de anime ARIGATO MAGAZINE, es publicista. También es un ñoño de los videojuegos y la tecnología, 24/7.
