Final Fantasy XIII causó mucho desacuerdo entre los fans. Cuando se anunció que Square Enix estaba haciendo una secuela, muchos se tornaron escépticos. De hecho, durante toda la conferencia de Sony en el E3 nunca fue mencionado ni siquiera una sola vez, a pesar de estar disponible para jugar ahí mismo. Por fin pude tener un hands-on del juego y ahora veo la razón de esto último.
En primer lugar, me gustaría dejar claro que no creo que el primer juego atente contra la naturaleza del género como su reputación lo hace parecer. Sí, era demasiado lineal, había algunos personajes molestos y carecía de una conclusión satisfactoria, pero se veía fabuloso, era original y, al menos, intentó innovar e ir más allá que otros títulos que intentaron hacer lo mismo. Pero, ¿qué trae la secuela de nuevo a la mesa?
La primera impresión que me dio es que, al parecer, muchas personas ni siquiera le estaban dando tanta importancia, ya que en el booth de Square Enix todos estaban más concentrados en otros juegos. Comencé agarrando un control de PS3 y me metí en los zapatos de Serah, la hermana de Lightning, Noel, un nuevo personaje y su no jugable compañero Moogle. Ellos se encontraban discutiendo sobre algunos eventos del juego original y rápidamente se metieron en una pelea con una mano gigante sin cuerpo.
Una de las cosas que uno puede notar es que el sistema de batallas no ha cambiado prácticamente nada a comparación con el de su predecesor. Los ataques automáticos y la mecánica del Paradigm Shift nos siguen separando un poco de la crema y nata de la pelea y las gráficas se siguen viendo sorprendentes. Sin embargo, uno se da cuenta rápidamente de que algo aparece en la mitad de la batalla: un evento quick time. Ya sea que los ames o los odies, estos eventos finalmente han arribado a Final Fantasy, por lo que será algo interesante ver cómo responderán los fans al respecto.
Después de la pelea, vagué un poco por el mapa por un rato, y me dí cuenta de que muchas de las quejas comunes de Final Fantasy XIII han sido atendidas por los desarrolladores. El mapa era mucho menos lineal, había NPCs para conversar y se me dio la oportunidad de elegir qué hacer a continuación, en lugar de viajar por un solo camino por la historia.
El juego incluso mostró un sistema más complejo para tener la ventaja en las batallas, ya que ahora puedes golpear a un enemigo en el mapa para comenzar atacando primero en la pelea. En sí, este título no se deshace completamente de las deficiencias de Final Fantasy XIII, pero sí intenta apuntalarlas y su historia busca ser menos restrictiva para el sistema de juego.
Creo que los eventos quick time serán un punto de contención para los fans de carrera larga de Final Fantasy, pero, a pesar de eso, no fue tan desagradables verlos presentes. Creo que Final Fantasy XIII-2 será bastante atractivo para quienes les gustó el primero o para aquellos que se quejaron de sus defectos. Si eres de los que odió por completo el sistema de peleas del original, te sugiero que te esperes a Final Fantasy Versus XIII.
