Hace algunos meses, Rockstar Games había presentado una oferta de 970 millones de dólares para hacerse con el control de Codemasters, sin embargo, Electronic Arts decidió lanzar una ofensiva más atractiva cercana a los 1.2 mil mdd, permitiéndole comprar al estudio referente en juegos de carreras.
Codemasters tiene un gran legado en la industria de los videojuegos, desde su creación en 1985 ha estado presente en diversas generaciones de consolas y ha trascendido no sólo por la calidad de los productos que ha desarrollado, sino por algunas decisiones polémicas.
El corporativo fundado por Richard y David Darling fue cuestionado por publicar títulos para Nintendo (NES) sin contar con la licencia de la gran N. Esta maniobra la realizó a través de la distribuidora Camerica y los cartuchos eran de color dorado, siendo uno de los más enigmáticos fue The Fantastic Adventures of Dizzy.
Por muchos años, Dizzy fue considerado como la mascota oficial de Codemasters, mientras que Sensible World of Soccer permitió a esta empresa alcanzar un gran posicionamiento tanto mediático como comercial en la década de los años noventa.
Aunque la librería de la reciente adquisición de EA se ha caracterizado por el género de la conducción, existen otras franquicias como Overlord y Operation Flashpoint que lograron hacerse un espacio en la industria, y también hubo otras que pasaron sin pena ni gloria como fue el caso de Turning Point: Fall of Liberty.
Toma gran relevancia que Electronic Arts ahora es propietaria de licencias como Dirt, Grid y Onrush, por mencionar algunas, garantizándole que será el publisher con mayor participación de mercado en el segmento de carreras y tendrá un amplio abanico de alternativas para competir con Forza Horizon/Motorsport y Gran Turismo, exclusivas de Xbox y PlayStation, respectivamente.
Los derechos del campeonato de Fórmula 1 son sin duda, uno de los principales activos en esta nueva generación de consolas, ya que desde 2009, Codemasters ha logrado establecer muy alto el listón en cada una de las entregas anuales. Con esta maniobra, EA apela al pasado cuando hace algunas décadas era el encargado de crear juegos de esta competición.
Pese a la envergadura de la millonaria transacción y el catálogo de propiedades intelectuales en poder de la firma iniciada por los hermanos Darling, Electronic Arts enfrenta el desafío de no cometer los errores del pasado, referentes a extinguir franquicias o equipos creativos que trabajaban de una mejor manera cuando gozaban de su propia independencia.
En la actualidad, el deseo de los gigantes tecnológicos por absorber a otros estudios se ha convertido en una tendencia y no hay que descartar que durante los primeros meses del siguiente año, existan anuncios tendientes a modificar aún más, la industria del entretenimiento.
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