Por Luis Aguilar (@lear3187)
Tras trabajar a lo largo de la década de los setentas en un proyecto que se pensaba sería una película de serie B, el ganador de la Palma de Oro, Ridley Scott, convence a la empresa Brandywine Productions para invertir en lo que a la postre cambiaría el cine en lo general y el terror, suspenso y ciencia ficción en lo particular.
Alien se estrena en el año de 1979 y, hasta la actualidad, se sigue sin saber con exactitud qué es lo que la hace tan buena y cómo es que a pesar del paso de los años sigue rompiendo barreras generacionales.
El argumento de la historia es el regreso del Nostromo, una nave carguera, a la Tierra. Consigo trae material para una compañía de la cual nunca conocemos su nombre, y siete pasajeros. La inteligencia artificial del Nostromo responde a una llamada de auxilio proveniente de un desconocido planeta. Despierta a la tripulación, quien duerme en su viaje de vuelta y, al descender para explorar el planeta, suben con un nuevo acompañante.
Es necesario detenerse a observar el Nostromo desde el inicio del filme. Scott se toma varios minutos para enseñarnos una nave llena de enormes vacíos, obscuros pasillos sin fin y estancias deshabitadas que conforman una laberíntica claustrofobia. Aquí se desarrollará la mayor parte de la película.
Poco a poco vamos conociendo a los pasajeros, quienes están alejados de los estándares del típico héroe de Hollywood. Al observarlos encontramos siete empleados interesados en su salario, preocupados por no trabajar más horas-años y aferrados a la esperanza de volver lo antes posible a casa; sin embargo, desde el inicio se percibe el hartazgo, los deseos no consumados y la desesperación por verse las caras en el encierro mutuo, traduciéndose en la discrepancia de ideas y la imposibilidad de acordar soluciones.
Las pocas escenas que se nos muestran del planeta durante la exploración, sólo acarrean dudas y cuando el grupo asignado a la investigación vuelve al Nostromo, cargan un ente ajeno a su humanidad. Un ser extraño de quien atestiguarán su evolución y los acompañará en su fría e inabarcable prisión, encerrada dentro de una cárcel mayor, el espacio.
En Alien no hay más que aciertos. Entre la música, el ritmo de la historia y la oscuridad de las escenas, se nos deja ver pocas veces al xenoformo, pero entre más sabemos de él a partir de las escuetas descripciones de los viajeros, nos causa una intriga mayor.
La contención del Alien sale de control desde el inicio. Su búsqueda por los asfixiantes corredores de una nave llena de cables, tuberías y humedad, se transforma en una carrera por sobrevivir donde los cazadores se vuelven presa de lo desconocido.
Apoyado en las pesadillas del artista gráfico suizo H. R. Giger, Ridley Scott toma su trabajo para dar vida a Alien, en quien las connotaciones sexuales son claras, pero además se agradece porque recalca que las perversiones también pueden romper sus límites. No es casualidad la violación facial a un hombre consumada por un violento bicho. El terror es creado no a partir de lo que vemos, sino de lo que creemos haber visto.
La franquicia de Alien ha sido tan exitosa que se hicieron tres historias posteriores y, hasta el momento, su antecesora Prometheus, Ridley Scott, (2012), dicho sea de paso, ninguna de las cuatro bien recibidas por la crítica y los fans a ultranza. Pero se ha extendido aún más y hay historias alternas donde los Aliens son cazados por otro extraterrestre llamado Depredador.
Alien es un parteaguas en la historia del cine. Si sus predecesoras son buenas o malas, nada tiene que ver con ella. A 35 años de su estreno, continúa siendo fuente de inspiración.
El gusto por Alien es tan extenso que ha roto las barreras del cine para convertirse en un culto e integrarse a la cultura pop. Gracias a los muñecos, camisetas, cómics, pósters, y un largo etcétera, la mayoría de la gente, si bien no ha visto la película, ubica perfectamente al monstruo denominado xenoformo; ha bromeado con llevar uno dentro, compara partes del filme con la vida cotidiana y, para los más clavados, da horas y horas de conversaciones que llevan a ningún lado.
Los videojuegos no han sido la excepción y desde hace años lo han tomado como protagonista de sus desarrollos. Recuerdo uno que jugaba en una maquinita de la peluquería donde, como humano, te unías con los Depredadores para matar Aliens. Nunca pasé más allá del segundo nivel.
Alien es un clásico que nunca pasará de moda. Sus innumerables versiones que lanzan en DVD o Blu-Ray reforzarán que continúen frescas en nuestro imaginario. Si se detesta la ciencia ficción, puede verse como una película de terror o suspenso. Al final del día lo importante es formarse una opinión al respecto y no dejarse llevar por lo que han escrito o dicho durante décadas diversos críticos, detractores o fanáticos de Alien.
En la inmensidad del espacio, con innumerables dudas acerca de la historia se hace hincapié en que el problema que se nos plantea no es si nuestros deseos se encuentran satisfechos o no. El problema es saber qué es lo que deseamos y cómo hacemos para conseguirlo.
