SWITCH
SWITCH
Monolith Soft
Nintendo
01/12/2017
A Nintendo ya le hacia falta un año como el 2017. Tras haber pasado muchos pesares durante los últimos cinco años con el incomprendido Wii U y un fuerte 3DS que tuvo que salir a sacar la cara por la compañía, la gran N por fin volvió a disfrutar de las mieles del éxito tanto comercial como financiero y todo gracias a su nueva consola, el Nintendo Switch, que en menos de 12 meses vino a posicionarse como el sistema más vendida de todos.
Que el Switch haya acaparado la atención y empezara a llevar montones de dinero a las arcas de Nintendo se debe en buena medida al gran repertorio de juegos que la consola fue recibiendo en su primer año de vida. Títulos como The Legend of Zelda: Breath of the Wild, Super Mario Odyssey, ARMS o Splatoon 2 se encargaron de hacer de ella un producto sumamente atractivo para los jugadores y hasta codiciado por las masas. Sin embargo, las sorpresas aún no terminan y, en pleno diciembre, los nipones nos ofrecen una carta más con la que planean cerrar con broche de oro este fabuloso año: Xenoblade Chronicles 2.
Como muchos yo también me sorprendí cuando en aquella memorable presentación oficial de la consola a inicios del 2017 se dio a conocer que un nuevo título de la saga creada por Monolith Soft llegaría al Switch; pero aún más impresionante me resultó el hecho de saber que se tenía planeado sacarlo a finales de este mismo año. Si bien no negaré que su revelación me emocionó, me fue imposible ignorar la sensación de que ésta había sido muy prematura dado que su última entrega no llevaba ni dos años de haber salido al mercado. Además, saber que sus predecesores se caracterizaron por ser proyectos colosales a los que se les había invertido varios años de desarrollo era algo que no ayudaba a mejorar ese sentir.
¿En verdad debía de preocuparnos la idea de recibir un nuevo Xenoblade Chronicles tan pronto? Bueno, pues tras jugarla por varias horas y sumergirme en su vasto mundo puedo decirles sin temor a equivocarme que no hay nada de que temer ya que cuenta con todo lo necesario para postrarse ya no sólo como un digno exponente de la serie, sino como uno de los juegos más asombrosos de todo el año.
Una de los aspectos más aplaudidos que llevaron a la serie de Xenoblade a ser rápidamente reconocida entre los amantes del género es el apartado de sus historias que tendían a ser profundas y bien narradas. Obviamente esta entrega no iba a ser la excepción a la regla y nos ofrece una trama que no le pide nada a los demás JRPG o series de renombre.
La historia de Xenoblade Chronicles 2 se desarrolla en Alrest, un mundo que se ha visto inundado en un océano de nubes y en el que sus habitantes evolucionaron y desarrollaron sus civilizaciones sobre inmensos seres vivos ancestrales conocidos como titanes, los cuales se dedican a merodear por los blancos mares mientras esperan por el momento de su muerte. Dentro de esta majestuosa locación tomaremos el control de Rex, un joven que se gana la vida rescatando tesoros del océano y que, tras tomar una peligrosa misión junto a un grupo de mercenarios, verá su vida transformada una vez que conoce a Pyra, una misteriosa chica que es la encarnación de una legendaria espada.
Es así como, tras crear un vínculo especial, ambos inician un viaje en el que el muchacho intentará ayudar a su ahora compañera para alcanzar su cometido de llegar al Elysium, la tierra prometida de la que proviene y que se postra como la última salvación para todos los habitantes. No obstante, en su trayecto se irán topando con una gran cantidad de amigos y enemigos con los que descubrirán los poderes del mítico sable así como varios secretos de su mundo en agonía.
Lo que en un inicio comienza como una simple aventura, poco a poco se va transformando en una historia en la que se indaga en el pasado de Alrest y hasta se abordan temas existenciales tanto de los personajes como de su universo – vaya, lo que se podría esperar de la serie -. No obstante, ésta se mantiene en el margen de lo comprensible y nunca se complica de manera innecesaria. De hecho, es importante recalcar que pese a que cuenta con el número dos en su nombre, la premisa del juego es completamente original y no establece relación directa con sus predecesores. En ese sentido, se puede decir que cualquier persona puede disfrutar de ella sin problema alguno, aunque es un hecho que lo fans o quienes hayan jugado los dos primeros Xenoblade encontrarán aquí varios elementos y referencias que los harán regocijarse de gusto.
El elenco de personajes es una parte primordial que hace que la historia sea altamente disfrutable y comprensible. Éste se conforma tanto de guerreros portadores de espadas (conocidos como Drivers) como de encarnaciones de sables (llamadas Blades), así como de varios NPC pertenecientes a múltiples razas, entre ellas los simpáticos Nopon. Todos convergen en una narrativa en la que se desenvuelven fabulosamente y que no relega a nadie a segundo plano. En comparación a los juegos anteriores, existe un gran balance entre todos los personajes principales y la trama siempre expondrá momentos en los que tarde o temprano todos brillarán.
Aunado a lo anterior, algo que en lo personal me fascinó de la historia es la manera en la que se aborda la trama ya que, pese a ser seria, llega a sentirse muy jovial en varios momentos. En contraste a sus predecesores, Xenoblade Chronicles 2 hace mayor uso de la comedia durante buena parte de sus cinemáticas y lo hace con un estilo que, en conjunto al diseño de sus personajes, lo hace verse como un anime. No voy a negar que esto podría ser algo que le disguste a los fans más recalcitrantes de la franquicia – sobre todo de aquellos que aman el tono sobrio y épico de la saga- pero, al menos a mi opinión, consideró genial que los desarrolladores hayan optado por dotar al juego con más momentos cómicos que enriquecen tanto a la narrativa como a la construcción de los personajes.
Pero dejemos de lado el increíble apartado de la historia para pasar a otro que es de igual forma importante, el de su gameplay. Como se esperaría, Xenoblade Chronicles 2 en un JRPG con elemento de acción que retoma la fórmula que conocimos en los dos títulos previos y la dota con varias correcciones y modificaciones que hacen de él algo más dinámico, simple y comprensible.
Aquí tomamos el control de un equipo de tres Drivers que se ven acompañados de sus respectivas espadas, todas ellas afines a un determinado tipo de elemento y con sus propias cualidades y estilos de combate. Al momento de entrar en duelo, todos los personajes comenzarán a atacar automáticamente a sus adversarios una vez que se posicionen a una distancia pertinente y, con cada golpe que le encesten, irán llenando las barras de los tres ataques especiales con los que cuenta cada una de las Blade y que responden al nombre de Arts. Comparado con las agresiones básicas, éstas últimas consisten de ataques ligeramente más fuertes que sólo pueden activarse manualmente y con el presionar de un botón. Junto a ellas también se encuentra un ataque especial todavía más poderoso de hasta cuatro niveles que solamente se va recargando conforme más usemos los mencionados Arts, aunque su realización conllevará a un breve y vistoso Quick-Time Event del que su correcto accionar dependerá de lo preciso que seamos al momento de presionar los botones que se nos piden en pantalla.
En apariencia el esquema de combate luce simple y hasta con ciertas similitudes a otros juegos del género. No obstante, aquí se recurren a una amplia gama de elementos que lo hacen aún más complejo, profundo e intuitivo. De entrada, el ritmo es el aspecto que más influye dentro de las peleas dado que de él derivará que podamos o no hacer el mayor daño posible. A la hora de atacar, habrá situaciones tras un golpe normal en las que podremos encadenar un Art, ataque especial o combo (en breve hablaré de ellos) casi de manera inmediata y con un nivel de daño más grande, aunque para conseguirlo deberemos de estar al tanto del actuar de nuestros personajes para así medir el momento exacto en el que habremos de encestar el golpe con el que bajaremos más vida. Por ello, se volverá sumamente importante que estés al pendiente de lo que sucede en la pelea para que sepas de los momentos que deberás aprovechar para lastimar más a los adversarios.
Otro elemento importante recae en las propias Arts. Más allá de ser ataques ligeramente más fuertes, todas ellas cuentan con una cualidad adicional que puede ayudar a someter por un breve periodo de tiempo a los enemigos si se realizan en el momento exacto y bajo requisitos especiales; jalarlos de golpe hacia el suelo, lanzarlos al aire, aturdirlos o dejarlos vulnerables y sin defensas son sólo algunas de esas situaciones que deberemos generar con ayuda de las Arts para así sacar mayor provecho de las situaciones.
Los ataques especiales también influyen a su manera durante los combates. Tras realizar uno en cualquiera de sus cuatro niveles se activará una pequeña barra de tiempo y aparecerá una pequeña lista en la esquina superior derecha de la pantalla que muestra los símbolos de algunos elementos. Cuando esto suceda, lo más óptimo será buscar realizar una cadena de tres especiales con cualquiera de los elementos enlistados durante el tiempo permitido ya que con ello garantizaremos no sólo causar más daño sino hasta sellar alguna de las habilidades o cualidades de los rivales. Vaya, se convierte en una manera extra para acorralar a los enemigos y hacer surgir unas orbes especiales que influirán directamente en otro tipo de combos que ahora les explicaré.
Mención aparte merece la barra de equipo, la cual se divide en tres secciones y se sitúa en la esquina superior izquierda de la pantalla, ya que de ella se derivan dos acciones importantes: poder revivir a un aliado caído en batalla (con el consumo de un segmento de ella) y, aún más importante, la realización de los Fusion Combos. Como su nombre deja intuir, éstos consiste de un súper ataque vistoso que combinan las fuerzas de lo tres integrantes del equipo en turno y que puede extenderse dependiendo de lo bien que actuemos en ellos. Por mucho ésta es la manera más devastadora de ataque que tendremos a nuestra disposición pero también una de las más laboriosas ya que su correcto y adecuado uso requerirá de las orbes generadas en los combos anteriores. Si conseguimos romperlas durante estos embates combinados, extenderemos por más turnos el combo y causaremos daño en cantidades más obscenas.
Finalmente y para sacar mayor provecho de las situaciones mencionadas, el juego nos permite que emparejemos a nuestros Drivers con hasta tres Blades distintas entre las que podrán cambiar en cualquier momento de la pelea. Visto de manera práctica, hacerlo conllevará a que nuestros personajes tengan a su disposición hasta 12 Arts distintas con las que podrán ir combinando para generar los combos. De igual manera, el tipo de rol que adopten dentro del equipo (sanador, atacante o tanque) derivará del tipo de espada que carguen en ese momento.
Si te perdiste durante alguno de los apartados antes mencionados no te preocupes, ya que el esquema de batalla es complejo en muchos sentidos. Como expuse hace unos párrafos, el equipo de desarrollo hizo maravillas para simplificar y hacer aún más comprensible la fórmula que vimos en los dos Xenoblade anteriores, aunque eso no necesariamente se traduce a un sistema de juego más sencillo. De hecho he de reconocer que, de todos los JRPG que hay actualmente en el mercado, Xenoblade Chronicles 2 es quizá el que tenga la curva de aprendizaje más complicada de todas; es más, tanto es esto así que incluso el juego te sigue explicando cosas pasadas las 30 horas de juego. Entrarle a esta entrega requiere de su debido tiempo y paciencia pero, por suerte, eso se va solventado por el propio juego que va explicando paulatinamente de todas sus mecánicas conforme más progresemos en su historia.
Como en todo buen JRPG, el desarrollo y equipamiento de personajes se convierte en uno de los puntos clave de la aventura ya que de ellos derivará que se vuelva más fácil o complicado avanzar. La manera en la que se desarrollan tanto los Drivers como los Blades es ciertamente parecida, pero hay algunas diferencias muy notorias.
Empezando por los Drivers, ellos se manejan de manera similar a como lo hacemos con los protagonistas de otros títulos: es decir, todos van subiendo de nivel con la experiencia que obtienen de cada una de las peleas y pueden ir desbloqueando nuevas habilidades de su respectivo árbol de aptitudes tras canjear los puntos especiales que adquieren tras aumentar de nivel. Asimismo, todos pueden ser equipados con diversos accesorios con los que optimizan sus stats y hasta con ítems que les benefician con algún tipo de bonus temporal.
Pero esta no es la única manera en la que los personajes se desarrollan. De manera paralela a la experiencia que obtienen de los combates, los Drivers también adquieren Weapon Points que les ayudan a mejorar sus espadas y, aún más llamativo, puntos de experiencia adicionales a los que sólo pueden tener acceso cuando se van a descansar a un hotel. Visto de otro modo, se podría decir que tenemos dos formas para aumentar de nivel (tanto dentro como fuera del campo de batalla), pero de ellas una es más pasiva que la otra y solamente puede ser aprovechada adecuadamente tras un cierto periodo de tiempo. Además y aún y con ambas, el juego no se salva de orillarnos a tediosos momentos de exhaustivo grinding.
Por su parte, las Blades se desenvuelven de manera un tanto diferente que sus dueños. Más que subir de nivel, las espadas van mejorando sus Arts con la ayuda de los Weapon Points que obtienen sus portadores de las afrentas y las habilidades de sus respectivos árboles se van desbloqueando tras cumplir ciertos objetivos. Obviamente y si es que queremos sacar el máximo potencial de todas ellas, lo más recomendable será usarlas de manera constante. A todo esto, las Blades también pueden ser equipadas con chips y núcleos que mejoran su desempeño y tiene habilidades que pueden ser usadas fuera de los combates.
Además de las diferencias expuestas, existe un tipo de Blade adicional que merece ser tratada por separado: Poppi, la espada artificial del simpático nopon y compañero de equipo, Tora. En contaste a las Blades normales, ella puede ser ajustada y personalizada de diversas maneras para acomodarse a cualquier tipo de situación y por medio de múltiples chips que la dejan tanto cambiar de rol como de elemento. Sin embargo y para hacer esto, requeriremos de una especie de cristales específicos que solamente se pueden obtener al jugar un peculiar juego de 8bits llamado Tiger-Tiger que, dicho sea de paso, tiene cierto nivel de dificultad. Creo que no exagero cuando digo que ésta es, por mucho, la espada más interesante de todas y una a la que le invertirás más tiempo si es que deseas sacarle todo su potencial.
Como seguramente ya te habrá quedado claro, las Blades juegan un rol importante dentro del juego tanto en la trama como en el sistema de batalla. Dada su influencia, el título cuenta con varias decenas de ellas a las que podremos tener acceso e invocar por medio de cristales especiales que obtendremos tanto de tiendas como dentro del mundo o como recompensa de múltiples misiones.
Como ya expliqué, la naturaleza de las espadas es variada y muchas de ellas cuentan con sus propias características que las hacen idóneas para determinadas situaciones o encuentros; por ello, invocar y hacerte de una amplia gama de Blades se volverá pieza fundamental para progresar en la aventura. Si bien es posible avanzar con sólo unas pocas de ellas o hasta con las que el juego te da por default, conseguir más y ampliar tu repertorio de sables facilitará enormemente las cosas.
Ahora bien, hacerte de Blades es más fácil de lo que te imaginas, pero llegan a presentarse momentos en los que o te haces de demasiadas o, en su defecto, comienzas a relegar a las comunes en favor de aquellas que son legendarias. ¿Qué haces cuando te vas quedando sin espacio o simplemente ves difícil entrenar a varias de ellas? Simple, las mandas a hacer misiones.
De entre las novedades que se añadieron al juego se encuentra un apartado de misiones adicionales en las que puedes formar equipos de varias Blades para que realicen encomiendas, algunas de ellas con ciertos requisitos o recomendaciones específicas y hasta con múltiples niveles de dificultad. Por mucho éste se convierte en uno de los rubros más prácticos de todo el juego ya que nos deja seguir entrenando a las espadas de manera indirecta mientras nos enfocamos en aquellas a las que queremos mejorar personalmente, todo sin la necesidad de tener que perder o invertir demasiado tiempo innecesario. Aunque se trata de un apartado pasivo en el que no controlamos nada directamente, cuenta con todo el potencial para volverse muy adictivo.
Otro de los sellos distintivos que han forjado a la serie de Xenoblade es el del mundo en el que se desarrolla su historia, el cual suele ser majestuoso y, sobre todo, inmenso. En el caso de Xenoblade Chronicles 2, el juego cuenta con una locación que se asemeja más a la vista en el primer juego pues se conforma de varias regiones inmensas separadas entre sí.
El mundo de Alrest es hermoso y simplemente impresionante. Pese a no estar diseñado como un mapa inmenso completamente interconectado de la misma manera a como lo era el planeta Mira en Xenoblade Chronicles X, cuenta con varios titánes que se diferencian entre sí gracias a sus relieves, ecosistemas, fauna y civilizaciones; así como hay regiones de pradera o desiertos, también las hay de playa, montañas, bosques, montes nevados y más. Lo mejor es que todas son inmensas y guardan tantos secretos, misiones y zonas por descubrir que simplemente te resultará imposible no querer lanzarte a explorarlas y perderte dentro de ellas.
Un aspecto llamativo de cada locación y de los pueblos que ahí se asientan es el de la influencia que ejercemos en ellos. Entre más platiquemos con sus habitantes, los ayudemos con sus problemas e incentivemos a su economía por medio de compras, éstos irán mejorando paulatinamente hasta alcanzar un punto en el que se abren más tiendas, se reducen los precios y hasta aparecen personajes nuevos. Más que ser simples locaciones, las ciudades se convierten en entes con un cierto grado de vida.
Adentrarte a los reinos y regiones de Alrest es una experiencia increíble como pocas veces se ve en un JRPG. Y como si lanzarte a explorarlas no fuese suficiente el juego cuenta con una función de transportación rápida que permite que nos movamos rápidamente hacia algún punto de interés de cualquiera de los titánes en prácticamente cualquier momento, y todo con el presionar de unos cuantos botones y pocos segundos de carga. En verdad me sorprendió la manera tan veloz con la que puedes desplazarte dentro del juego.
Lamentablemente, lo anterior se ve manchado por algunas fallas gráficas y hasta técnicas que perjudican un poco a la presentación. Por un lado, dentro de cada región es perceptible que hay varios modelos de personajes, edificaciones y hasta assets (como el pasto, rocas, agua, etc.) que no están bien definidos y que contrastan enormemente con aquellas cosas a las que hay que ponerles más atención. De igual manera, muchos de dichos recursos suelen aparecer de manera espontánea y de la nada o, peor aún, tardar en cargarse por completo, dejando así zonas con huecos y vacíos o extraños relieves.
Reconozco que lo anterior no afecta en lo absoluto a la experiencia de juego en sí, mucho menos porque suelen pasar desapercibidas cuando jugamos el título en modo portátil. Sin embargo, dichas fallas suelen salir a la luz cuando jugamos en una TV. No es un juego que se va feo por ningún motivo, pero sí demuestra de manera clara de las limitantes gráficas que tiene el Switch.
En donde sí encontré una falla sumamente incómoda y que llega a afectar la experiencia es con el indicador de direcciones que señalan el lugar hacia el que debemos de ir. Como dije, perderse en Alrest puede llegar a ser todo un deleite cuando nos dedicamos a vagar por mero gusto, más no así cuando tenemos que ir hacia algún lado nuevo en específico del que no sabemos claramente en se encuentra. Y es que si bien el indicador está ahí para mostrarnos la dirección, se volverá algo muy común que termines desorientado dado lo poco claro que éste llega a ser.
En cuanto a su apartado sonoro, el juego es una completa belleza. De nueva cuenta el equipo de Monolith Soft recurrió al talento del genial Yasunori Mitsuda que previamente se hizo responsable de musicalizar el primer juego de la saga. Para la entrega en turno, el compositor nipón creó una banda sonora conformada de varias composiciones que siguen fielmente el patrón que maravilló a muchos en el juego de Wii; desde melodías orquestadas y sintéticas hasta otras más de corte más rockero como lo son los temas que escuchamos durante las peleas. La música es, sin duda, de los puntos que más se disfrutan ya que no sólo cumplen con el objetivo de ambientar tanto lugares como escenas sino que, además, logran transmitir todas las emociones que se buscan plasmar en todo momento y hasta de hacer denotar la imponencia del mundo. Simplemente se coloca entre los mejores soundtracks que hemos escuchado en todo el año.
En cuanto a su adaptación, el juego puede ser jugado con textos en varios idiomas (entre ellos español) y con audio dual tanto en inglés como japonés. En cualquiera de los dos idiomas Xenoblade Chronicles 2 se escucha fabuloso pero siento que en este caso las actuaciones de voz en inglés decaen frente a las niponas dada la presencia de sobreactuaciones o exagerados acentos en ciertos personajes. Por su parte las voces japonesas son encantadoras y, aunque muchas de ellas caen en varios de los estereotipos de un anime, todas se ajustan mejor tanto a la personalidad del elenco como al tono de la trama. Sí, aún y frente al hecho de que muchas veces los labios no se sincronizan del todo bien con los diálogos.
Bien decía un ejecutivo de PlayStation que a la industria siempre le irá bien cuando a Nintendo le vaya de maravilla y, por lo visto, este juego es una clara muestra de que la gran N está gozando un gran momento. Aunque muchos consideramos que sería una locura ver un juego como Xenoblade Chronicles 2 durante el primer año del Switch, el resultado que Monolith nos ha ofrecido es por demás sobresaliente; es un juego completo e inmenso, digno de pertenecer a esta reciente serie y cuenta con una gran cantidad de contenidos que te mantendrá pegado por más de 100 horas sin problema alguno. Es, junto a Zelda: Breath of the Wild, de los juegos más ambiciosos e impresionantes que hay en la consola hasta ahora.
Obviamente el juego no está exento de fallas pero la gran y amplia mayoría de ellas (sobre todo las gráficas) derivan de las propias limitantes técnicas de la consola que, de por sí, demuestra su enorme potencial con un juego tan grande como lo es éste.
Asimismo y lo que lo detiene de ser perfecto es su propia naturaleza; por más que me haya fascinado, Xenoblade Chronicles 2 es un JRPG complejo, profundo y para nada amigable con los primerizos (o hasta los más experimentados). Se trata pues, de un juego al cual hay que dedicarle su debido tiempo y esfuerzo para poder hallarle su magia, y eso no ocurre sino hasta que le has invertido ya bastantes horas.
Que no te intimide su tamaño y su complicado esquema de controles, Xenoblade Chronicles 2 es uno de los títulos más increíbles del año y un indispensable para todo aquel que se diga amante del genero. Sin duda alguna, Nintendo se salió con la suya y cumplió con su capricho de cerrar con broche de oro este magnifico 2017 con un juego que, en definitiva, merece toda tu atención.